Salí a caminar por el parque Sarmiento después de esa tarde. No estaba bien, para nada; sentía como el peso de los recuerdos y heridas que pensé que fueron sanadas, me aplastaban trayendo consigo lágrimas que no era capaz de soltar. Nadie protegía mi corazón de sufrir otra vez más que yo misma. Nadie debería haberme hecho sentir mal si yo no se lo permitía. Ahí está el error: al darle una segunda oportunidad a Fabricio, logré que me encontrara a mí misma mirando el cielo nublado en uno de los primeros tristes días de otoño. Hasta mi alrededor parece melodramático, incluso puedo imaginarme una de esas canciones tristes como fondo. Yo no debería estar acá, debería estar hablando por teléfono con Fiore, quejándome por tener que estudiar o buscando alguna serie cualquiera para ver. ¿Y qué hago? Me recrimino a mí misma por querer llorar por el chico que al parecer me gustó desde siempre, que estuvo tantos años en el fondo de mis sentimientos y ahora pasó al frente. Ese siempre debería haber sido un nunca. Ese siempre ahora debe ser un final.

Sin embargo, las cosas no salían como yo quería.

Una semana después, esperé que todo se haya calmado y que estos sentimientos que volvieron a mí se hayan debilitado, sin embargo, sucedió lo contrario. De hecho, pienso en Clas más de lo debido, de lo que le permito a mi confundida cabeza, y me enoja, me enoja muchísimo. Hago de todo para escapar de eso, ayudo a mi mamá en sus planificaciones de bodas, salí a caminar, hasta adelanto más clases, cosa que detesto, pero nada lo cambia, nada. Más cuando él insiste y no se cansa. Es como si él fuera un masoquista; lo trato mal, lo ignoro de mil maneras, pero me sonríe y me sigue saludando. Y para la cereza del postre: nunca me había gustado tanto como ahora, nunca lo había detestado tanto como ahora. Más cuando insiste en acompañarme hasta casa, en silencio, pero no da el brazo a torcer. Ni me despido cuando llego, pero al otro día está en mi puerta. Julián se le ríe en la cara y nos deja solos, mientras que Iris solo lo mira con lástima y ternura a la vez. Lo que a mí me concierne, hago de cuenta que no está, pero me gusta que esté presente, por más que solo me diga "Buen día, presidenta" y solo caminemos. Pasa otra semana y su actitud persiste. Día tras días es igual.

Y quien también persiste es Damián; no entiendo por qué insiste tanto en querer salir conmigo. Le dije que no me interesa tener nada con él y su obstinación no se desgasta en lo absoluto. ¿De cuántas maneras le tengo que decir no? A diferencia de Fabricio, él me molesta al cien por ciento y creo que algo se trae entre manos. No es sano ni normal que un chico te imponga salir con él, que te quiera obligar vernos después de clases, que te trate mal por no aceptar y lo mismo insistir. Por eso le mandé un mensaje a Flor y Nadi para que en el receso pueda hablar con ellas.

―Acá estamos y vimos que no usaste emoticón alguno en tu mensaje, así suponemos que el tema es serio ―habla Flor al llegar a la sala del centro de estudiantes.

―Sí, no sé qué tan serio, pero algo así ―comento―. Damián no me deja en paz. Quiere que salga con él a toda costa y no parece ser el mismo chico del verano. Es como si me obligara a pasar tiempo con él, no es normal, da miedo, de hecho.

―Qué horror ―alega Nadine.

―Mal ―respondo.

―Acá hay gato encerrado. He visto que sus amigos también actúan extraños con él, incluso se está juntando con un par de chicas de tu equipo, Nadi, pero no sé si tendrá que ver con el tema ―ostenta Florencia.

―¡Sí, lo vi! Antes no hablaban con él ―comenta Nadine.

―Bueno, por eso las llamé acá. Necesito que me ayuden a averiguar qué está tramando conmigo.

―Sí, eso ni hace falta que lo pidas ―Me dice Flor.

―Lo bueno de todo esto, es que Clas no te deja volver a casa sola cuando Juli no puede acompañarte, cosa que por lo que veo ni te quejás. Así que le da muy poco pie a Damián para que se acerque ―expone Nadi.

―Espero que siga así.

Mis amigas me enarcan una ceja.

―O sea, que Clas siga así para que Damián no se acerque a mí, no por interés propio ―Les aclaro.

―Sí, rubia, seguí así que algún día te vamos a creer ―suelta Nadi y choca sus manos con Flor.

―No entiendo, ¿qué pasó con eso de un mes para conquistarte? ¿En algún momento le aclaraste que ya lo había hecho? ―Flor comienza a reír.

―El pobre haciendo de todo y Matilda ya está muerta por él ―Nadi secunda su risa.

―¡Basta, chicas! ―exclamo―. No voy dejar que él me vuelva a lastimar, así que no importan mis sentimientos.

―Mati, no creo que sus intenciones sean esas. Sí, cuando nos contaste lo que te hizo hace unos días nos enojamos con él, obvio, pero lo acorralamos sin que te enteres y sus razones fueron otras ―expone Nadine.

―Flor tiene razón, si bien el chico es extraño, al nivel de chico extraño y sexi de película para adolescentes, se nota a leguas que no quiere lastimarte y que le gustás mucho.

―Prefiero ver qué trama Damián antes que pensar en Fabricio, esa es mi prioridad ―Les señalo.

―Alerta mellizo sexi ―dice Flor.

―¿Por qué tenés un hermano tan lindo que nos ve como si fuésemos sus hermanitas menores? ―Se queja Nadine.

Volteo y vislumbro a mi hermano junto a Fabricio caminando hacia nosotras.

―¡¿Cómo están las chicas más lindas de IIA?! ―Julián exclama excéntricamente―. Vos, Mati, sos la más linda de todas, obvio, porque casi tenés mi cara, pero un poquito más fea.

Mis amigas traidoras se ríen y dejan de hacerlo cuando las miro.

Como siempre, Fabri solo suelta un "hola", pero ni se le mueve un pelo, sin embargo, evito mirarlo a toda costa pese a que quiero lo contrario.

―¿Qué querés, tonto? ―Le pregunto a mi mellizo.

―¿Qué quiero? ¿No puedo saludar a mis hermanitas sin necesidad de pedir algo a cambio? ―Finge inocencia, pero lo conozco más que a nadie.

Mis amigas ahora gruñen.

―En realidad no, te conozco ―Cruzo mis brazos.

―Sí, tenés razón. En realidad, nos estábamos preguntando si hoy les gustaría ir al cine con nosotros.

―¡Sí! ―exclamaron al unísono mis amigas.

―Digo, tal vez, tendríamos que revisar nuestras agendas ―Nadi aclara su garganta.

Mentirosas, ni siquiera tienen una agenda. Me parece muy extraño que Julián nos invite a nosotras al cine, en serio, muy extraño. Esto no es de todos los días y trama algo.

―Nada de eso, hoy a las ocho de la noche tenemos función.

Suelto aire y no lo soporto más, miro hacia Fabri, él justo también me ve, pero la diferencia entre los dos es que él no la quita. Yo me obligo a mí misma a no quedar hipnotizada por esos ojos marrones oscuros. Me pregunto: ¿cómo las demás chicas de la escuela son capaces de ignorarlo? ¿Cómo puedo ser yo la única víctima de estos efectos que él causa en mí? Es algo totalmente ridículo, y seguro es el fruto de todas las burlas que le han hecho a lo largo de este tiempo por mostrarse diferente a los demás chicos. El que nadie se haya fijado en Fabri, no sé si es algo malo... o bueno. Entonces ¿qué pasaría si de la nada aparece una nueva chica y él se cansa de buscarme?

Basta, Matilda, eso no tiene por qué preocuparte. Ni te debería importar, ya que ni siquiera le hablás.

Perfecto... ahora estoy charlando conmigo misma. Me estoy volviendo loca.

Loca por Fabricio.

¡Ah! Mente estúpida.

―¡Mati! ―Escucho la voz de Damián detrás de mí.

Hago de cuenta que no oigo nada y sigo mi camino para salir del edificio lo más rápido que puedo sin ser tan evidente.

―Esperá, esperá ―Me detiene por el hombro. ¡Qué hartante es!

―Damián.

―¿Tienes algo que hacer hoy? ―insiste.

―Sí, ya tengo planes ―respondo de manera tosca y espero que se dé cuenta de que no quiero aceptar de una vez por todas.

―Entonces cancelá lo que tengas ―ordena.

Espero haber escuchado mal.

―¿Qué? ―Me río sin humor.

―Salí conmigo, la pasaremos genial ―Me dedica esa típica sonrisa para conquistar chicas.

No puedo creer que este tonto me haya atraído alguna vez, ¿qué pasó por mi mente?

―No, no es mi culpa que no puedas oírme bien, ya tengo planes. No voy a salir con vos, Damián ―respondí con dureza.

―Posta, ¿en serio preferís al pastorcito Fabricio? Conmigo sabrías qué es divertirse. ¿Te lleva a algún lado que no sea a la iglesia? ―dice burlándose claramente.

―¡No estoy saliendo con nadie! Además, si lo hiciera, con y dónde quiera, no te importa ―contesto con firmeza.

―Presidenta ―Fabricio nos interrumpe y agradezco internamente que lo haga―. ¿Todo bien?

Ambos se miran de muy mala manera.

―Estaban hasta que llegaste vos, pastorcito ―habla con asco y luego me mira―. Las cosas podrían haber sido muy diferentes, ahora lo siento por lo que te sucederá.

Tengo una mala sensación al oír sus palabras y de la forma desagradable en cómo me miró al decirlas.

¿Qué creen que estará planeando Damián Escobar, el alumno del mal (? y sus secuaces?

Ah, chicas...la parte "triste/mala/el conflicto/" etc, no se trata sobre la separación o ruptura entre Mati y Fabri...es sobre algo mucho peor. LAS VIEJAS CEME KAYAN PORKE LAS VLOQUEO A TODAS.

Ay...extraño al antiguo Disney con mi zzerrr. Capaz que me de alguna maratón de Sunny o Los hechiceros de WP. (Ese pedazzito de nota fue del año pasado y nunca hice esa maratón...ketriste)

¿Cómo han estadoooo?

¿Vieron el trailer publicado en el apartado anterior? ES HERMOSOOOOOOO.

¿Qué creen que hará Damián? DIJE QUE CEME KAYAN TODAS LAS VIEJAS WEY.

Espero que tengan una muy buena semana, gracias nuevamente por todos los hermosos mensajes de apoyo que me dan, realmente los valoro con todo el corazón. No se imaginan cuánto. 

Si les gustó el capi, me ayudaría mucho que votaran, comentaran y compartieran las frases fraseras (? que más les gustaron. 

Los quiero con todo el corazón, son los mejores lectores del mundo <3