Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11: ¿Todo bien?

―¿Qué se supone que tenemos que hacer con él? ―Le pregunté a mi hermano. Él solo se limitó a encogerse de hombros y a darle otro sorbo al mate logrando un ruidito molesto al terminarlo―. ¡Iris, no lo piqués con el lápiz!

Mi hermana dejó de hincar el estómago de Fabricio. Tener a Iris pasando un momento con nosotros, por más extraño que sea el mismo, nos parecía surrealista. Hacía muchísimo tiempo que no estábamos los tres juntos y pese a que un pequeño resentimiento todavía estaba guardado en mi corazón, no lo demostré, simplemente hice de cuenta como si no estuviera allí. Iris cada día estaba mejorando y sería de lo más egoísta si pusiera mis sentimientos por encima de todo lo que sufrió.

―Todavía no puedo creer que se haya desmayado por un simple beso en la mejilla, ¡imagínate que si lo besás en la boca se muere! ―Negó con la cabeza y volvió a hincarlo con el lápiz.

―¡Iris! ―espeté.

―Está bien, está bien ―Paró―. ¿Tendríamos que llamar a un médico o algo? ¡Ay, basta con el ruidito del mate, Julián! ―Se quejó.

Mi mellizo rodó los ojos y dejó el termo y el mate en la mesada frente al sillón.

―Esperemos un rato más y ya va a reaccionar, por lo menos tiene signos vitales ―dice después de verificar su pulso―. Se pone muy nervioso frente a chicas lindas, lo raro es que estabas vos frente a él, así que no sé por qué.

―¡Tenemos casi la misma cara, gil! ―exclamo.

―Pero aceptemos que yo soy el hermano lindo.

―¿Puedo maquillarlo? ―pregunta mi hermana examinando rostro de Fabri y pellizcando sus mejillas.

Sí, digamos que no tengo hermanos normales.

―¡Miren! ―soltó mi Julián y a continuación comenzó a mover las comisuras de los labios de su amigos hacia arriba y abajo―: Feliz, triste, feliz, triste, feliz, triste, feliz...

No pudimos evitarlo y los tres soltamos una carcajada. Admito que mi hermano podía ser demasiado gracioso cuando se lo proponía. ¡Si Fabricio supiera qué le estamos haciendo se desmaya de nuevo!

Me puse de rodillas e inspeccioné el rostro de Clas, era la ternura personificada mientras ¿dormía?, o en el estado en el que se encuentre. Nunca me había dado cuenta que tiene unas diminutas pecas esparcidas por sus mejillas, casi ni se ven. De chica soñé muchas veces con tocar su rostro... Esperen, ¿qué estoy haciendo? El carraspeo de mi hermana me hizo volver en sí, cuando no me di cuenta que había llevado una de mis manos a su cabello. La quité de inmediato, no debería haber hecho eso.

―Vaya, vaya, vaya ―dijeron al unísono.

―No es lo que piensan ―Les señalo poniéndome de pie.

―Tal cual, no es lo que pensamos, es exactamente lo que vemos ―soltó Juli.

―Chicos, él no me gusta y además tiene que hacer más cosas para que me guste. No me olvido de la noche a la mañana lo que me hizo.

―¡Pero si era un nene! ―espeta mi hermana.

Iba a contestarle contradiciendo esa última oración, pero el sonido de alguien queriendo abrir la puerta, me interrumpe. Los tres nos miramos automáticamente y Julián se fija quién es por la ventana.

―Es la mami ¡y con la madre de Fabricio! ―avisa.

―¡¿Qué?! ―Con Iris gritamos al unísono.

―Ay, no... no, no, no ―comienzo a desesperarme―. ¿Y ahora?

―No es por nada, pero ya valimos ―acota Julián.

―¡Ya sé, tapemos al casi muerto con esto! ―Iris recogió una manta que yacía en el sillón de al lado. Luego cubrió cuerpo entero a Clas y colocó los almohadones sobre él.

La puerta se abre y nosotros hacemos lo único que se nos ocurre: sentarnos arriba del pre cadáver. Pobre Fabricio, con esto si puede morir en cualquier momento.

―¡Hola, chicos! ―Saluda mamá al entrar―. No sabía que iban a estar acá, juntos.

―Pequeños, ¿cómo están? ―pregunta Viviana de manera sonriente.

Acá, lo usual, usamos a su hijo vampiro de sofá.

―¡Muy bien! ―respondemos a coro y con una enorme sonrisa.

―¿Todo bien? ―Mamá nos entrecierra sus ojos.

―¡Muy bien! ―Volvemos a repetir.

―Mati, ¿Fabricio no estaba contigo? ―pregunta Viviana.

Ay...

―Sí, estaba... conmigo, pero nos, nos despedimos hace cinco minutos ―respondí.

―Cinco, ¿eh? Y está sano, salvo y consciente ―acotó Julián.

Con Iris le lanzamos fuego con la mirada.

―Me alegro que por fin se entiendan y pensar que cuando eras más pequeña estabas tan enamorada de mi niño... qué tiempos aquellos ―alega de manera melancólica.

―Sí, muy lindos... lindísimos ―Trato de sonreír.

―Bueno, con Vivi vamos a tomar unos mates en la cocina ―avisa mamá.

Al instante en que ambas desaparecen de la sala de estar, nos levantamos de un salto y comprobamos sus signos vitales. Gracias a Dios que todavía respira. Iris corre cerca de la cocina para hacer guardia y lograr que no nos descubran.

―Lo llevemos a mi habitación ―habla Julián, y lo tomamos de un brazo cada uno para arrastrarlo con cuidado... o algo así.

Los cuatro llegamos a la habitación de mi mellizo y hacemos fuerza para subirlo a la cama, mas en el primer intento se nos cae al piso. Soltamos un "uh... " al unísono y luego si logramos acostarlo. ¡Ni con eso volvía en sí! Nos mirarnos y negamos con la cabeza.

―¿Qué vamos hacer ahora? ―indago preocupada.

¿Cómo puede ser que se haya desmayado de aquella forma? ¡Es un completo flojo! No obstante, no puedo negar que es demasiado tierno y la situación, pese a que él está totalmente moribundo, me resulta muy cómica.

―Sigo insistiendo que se merece un maquillaje y bueno, tal vez llamar a un médico ―suelta Iris.

―No, no exageren, esta no es la primera vez que sucede. Ya se va a despertar, mis chicas ―asegura Julián.

―¿Puedo sacarme una selfie con el muerto? ―pregunta mi hermana.

―¡Iris!

―Ay, mala onda.

―Mati... ―La quejumbrosa voz de Fabricio nos pone en alerta.

―¡Fabri! ―Llego a su lado.

Él se remueve con notable incomodidad y dolor. Incluso le cuesta abrir sus ojos, ¡me da mucha lástima! Quiere levantarse, pero con Julián lo detenemos.

―¿Dónde... dónde estoy? ―Mira hacia los costados con dificultad―. Me duele un costado del... del estómago. Auch, como si me algo me hubiera picado y el cuerpo... también, mucho.

―¿Ups? ―dice Iris.

―Tranquilo ―Le susurro―. Estás en la horrenda habitación de Julián.

―¡Eh!

―¿Matilda? Me desmayé y encima frente a ti ―habla mirándome―. Qué horror, es el mejor día de mi vida ―suelta con notable sarcasmo.

―Está bien, no te preocupes. Lo bueno es que estás bien, lo demás no importa ―Le susurro.

―Y que jamás te vas a enterar de lo que hicimos con vos ―expuso mi hermano―. Por cierto, tu mamá está abajo, tenemos que ver cómo vas a llegar a tu casa rápido.

―Lo llevo yo, no tengo problema ―interviene mi hermana―. Debemos apurarnos antes de que tu mamá se dé cuenta.

Fabri se sienta con cuidado y se marea al instante. Sigue quejándose del dolor de cuerpo, luego me mira, pero enseguida desvía sus ojos de los míos. Tiene vergüenza, se nota porque está totalmente ruborizado, yo en su lugar también lo estaría.

Con sumo cuidado llegamos al auto donde mi hermana mayor lo va a llevar. Él evita mi contacto a toda costa y sube al asiento copiloto sin mirar atrás y mi hermana arranca el automóvil.

Pese al pequeño detalle del fina, esa noche me duermo con una sonrisa involuntaria que en el fondo me preocupa.

Al día siguiente, Clas se mantiene de la misma manera que al despertar de su desmayo: evitándome a toda costa. Cada vez que nos encontramos en los pasillos él mira hacia otro lado y se desvía sin disimular. Incluso ni me contestó el mensaje que le envié anoche antes de dormir. Fue un simple "Fabri, seguro que leerás esto cuando despiertes. ¿Cómo te sentís?", sin embargo, no tuve ninguna respuesta de su parte. Lo busqué en todo el día para hablar y nada. ¿Siempre es tan exagerado? ¡Fue un simple desmayo al que no le doy importancia! Pero bueno, en realidad las personas normales no se desmayan por un simple beso en la mejilla, aunque Fabri me demostró que no es normal, y que no debo esperar nada típico de él.

―¿Quién está emocionado por el campamento de la próxima semana? ―pregunta mi profesora de matemáticas.

Levanto mi mano como una auténtica ñoña al igual que otros compañeros. Nadine es la única que se queja; odia ensuciarse. Para ella un mundo ideal sería aquel en donde todo estuviese encapsulado logrando cero polvo y gérmenes. Además, está el hecho de que ella no va a poder usar su ropa delicada y repleta de brillitos y encaje. Recuerdo que cuando no nos quería y no éramos sus amigas, ella se la pasaba dando excusas para faltar a las convivencias y paseos. "Es de salvajes ensuciarse y escalar rocas, además lo último que haría en la vida es ir con ustedes dos", es lo que nos dijo una vez, exactamente un año atrás antes de que las falsas de quienes decían ser sus amigas la traicionaran.

―No quiero, ¿por qué la vida es tan cruel? ―chilla dramáticamente―. Ay, no... mis uñas. ¿Qué pasará con mis uñas, chicas?

―No seas tan exagerada, Nadi, estarán ahí siempre ―Le susurro.

―Piensa en la cantidad de árboles que hay donde puedes subirte y espiar a todos ―suelta Flor―. Ya quiero que llegue ese día, ¿sabes cuántas parejas salen a flote? ¡Un montón!

Por otro lado, Flor es un caso opuesto: ama la naturaleza, la tierra y trepar los árboles. Bueno, y otras cosas que ama es espiar a todo el mundo. Su periodista interno no la deja tranquila un segundo. Nos conocimos en tercer grado, cuando a las dos fuimos piedras en un acto escolar, ambas somos un desastre en la actuación. Desde ese momento nos hicimos amigas y siempre fui testigo de su adicción a las noticias. No se le escapa ni una y eso incluye mi reciente amistad con Fabricio, ya que me preguntaba de la A la Z de nuestro día a día.

―Bueno, porque ya tengo los grupos armados... ―No sé qué más dijo mi profesora, porque tenía otra cosa en mente. Corté un pedazo de papel y escribí en él.

¿Todo bien? Estás raro. M.

Lo hice bolita y se lo tiré a Clas, él lo tomó, lo leyó y lo metió dentro de su cartuchera. Juro que pensé que me respondería, pero me quedé esperando, es más, pasaron diez minutos y no obtenía respuesta alguna. Pasaron treinta minutos más y nada. El timbre tocó y la hora finalizó sin que me escribiera. Incluso vi cómo tomó sus cosas y se retiró de la clase. No sé si fue idea mía, pero me pareció que Julián iba discutiéndolo. Me sentí mal, en el estómago experimenté una sensación muy conocida, esto ya lo había vivido unos años atrás y exactamente con él. Lamentablemente tengo mucha memoria para recordar situaciones amargas del pasado y claramente me acordé de aquella escena...

Tenía doce años y en dos semanas cumplía trece. Mis papás habían estado peleando durante la noche y casi ni pude dormir de la angustia que sentía al escuchar por primera vez la palabra "divorcio" para luego buscarla en internet. La mañana siguiente me levanté triste, Julián tenía gripe y Flor había faltado, así que me la pasé sola durante todo el día de clases. Pero llegó un momento en el que realmente solo quería hablar... con el que fuera, solo que no me animaba a contarle a desconocidos acerca de mis papas, así que cuando vi a Fabricio entrando al aula, corté un trozo de papel y escribí en el: "¿Puedo hablar con vos? Estoy algo triste, juro no molestar". Cometí un error al haber enviado ese mensaje, porque nunca le importó. Hasta lo tiró al cesto sin siquiera leerlo. Solo quería hablar y que alguien me hiciera sentir mejor, pero lo ignoró por completo, y cuando la clase terminó salió disparando como todos y yo quedé sola durante un rato más... como ahora.

Le dije a Flor y Nadine que se fueran sin mí y que en un rato las alcanzaba.

Todo estaba bien, todo estaba perfectamente bien y ¿nuevamente seré yo quien lo va a buscar? ¿Quién se cree que es? No soy una garrapata y nunca lo volveré a ser. Si se piensa que voy a seguir su rastro y perseguirlo como una tonta para ver qué le pasa, está totalmente equivocado. Nunca tendría que haber aceptado ni una de sus propuestas, nunca me debería haber buscado si la armonía rondaba cuando él no estaba. Soy Matilda, la chica más popular y la presidenta del centro estudiantil. No necesito ir tras nadie, no necesito a ningún chico y menos a Fabricio.

Porrrkkkeeeeee, poooorrrkkkeee, Fabriiiiiiii!!!!!!

Qué dicen lectoras lectoreras??

Qué sucederá ahora con ellos dos??  Pobre Fabri... no sale de guatemala que entra a guatepior (?

Les dejo un bailecito sexi y me voy a hacerme unos matecitos con mi mami. 

Si les gustó el capítulo, no se olviden de votar, comentar y compartir a sus amigooooooooooooooossssssss. 

LOS QUIEROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro