-Parece que tu búsqueda tendrá que esperar-. Habló Ramsey y Nessa lo miró algo enojada por el comentario y Ramsey alzó las manos a modo de disculpa. -Vale, no he dicho nada-. Con su magia invocó un libro de su biblioteca que llegó a su mano y lo abrió en la página que necesitaba y lo colocó sobre la mesa invitándola a sentarse. -Aquí está la respuesta-. Nessa comenzó a leer la página que tenía un símbolo en sus bordes que decía lo siguiente:

Orden Magistrav: También se llama "Magistrados" son conocidos por tener un amplio conocimiento en artes mágicas, además de su gran magia, saben cuidarse a sí mismos, evitan conflictos y hacen un gran esfuerzo para conseguir lo que desean. Suelen ser muy pacíficos con todo el mundo y darían su vida por la magia y sabiduría, un miembro notable es Lazarus Irwin.

-No puede ser-. Dejó salir Nessa algo sorprendida, aquel vampiro de sus visiones era miembro de la orden, aquel vampiro era Lazarus Irwin, del cuál nadie sabe nada excepto lo que dice ese libro y las historias de los  otros Magistrav, nadie volvió a verlo o saber algo luego de aquel 7 de enero de 1912 en el que por poco ese pueblo irlandés queda extinto gracias a un ejercito bastante poderoso guiado por alguien temerario al que le daba igual asesinar mujeres o niños.

-¿Qué sucede?-. Le pregunta preocupado Ramsey, cerrando el libro y guardándolo de nuevo con magia.

-El vampiro de mi visión es o era miembro de esa orden, Lazarus Irwin. -De nuevo miró hacia el estante y sujetó el arma que le había mostrado las visiones sobre los Magistrav y Lazarus apuntándola hacia Ramsey y asuntándolo un poco. -¿Cómo conseguiste esto?-.

-Ya sabes que todo lo que hay en mi estantería, lo obtuve de mis múltiples viajes-. Nessa asintió algo aburrida mientras se guardaba el arma en un bolsillo trasero de su pantalón a Ramsey no le importó mucho eso. -Como miembro de la orden de Moudorth, antes de desertar de ella, había escuchado los rumores acerca de que habían maldecido el pueblo de Cork en Irlanda, decidí ir a investigar y me encontré eso-.

-¿Quién maldijo al pueblo?-.

-Un hechicero y brujo altamente poderoso, después de casi devastar el pueblo de Cork y desaparecer, se rumora que se alió con alguien peor que él-.

-Oh, esto es serio-. 

-Bastante, por eso debemos estar preparados ante cualquier amenaza-. Una de las ventanas se abrió ruidosamente dejando entrar un frío horrendo con unas cuantas pizcas de nieve. -Bueno, creo que el clima no te favorece pequeña-. Nessa suspiró algo resignada mientras Ramsey cerraba la ventana.

-Al menos disfruto tu compañía-. Deja caer su arco y flechas en el suelo antes de tirarse en el sofá de la enorme sala y cruzar las piernas a gusto, Ramsey se sentó a su lado.

-Siempre estaré agradecido por ello y créeme, no tuve nada que ver con que empezara a nevar-. 

-¿Puedo preguntarte algo?-. Se encontraban los dos bajo una manta y tomando chocolate frente a la chimenea, tratando de entrar en calor, al parecer la tormenta iba a durar mucho.

-¿No lo estás haciendo ya?-. Nessa lo miró con una ceja arqueada antes de darle un sorbo a su chocolate, Ramsey rio un poco esperando a ver qué le preguntaba.

-¿Por qué casi nunca sales?-.

-Tanto por los peligros como por que alguien está buscándome-.

-¿Quién?-. 

-Quiénes querrás decir, los de la orden de Moudorth, verás cuando tuve la oportunidad escapé del maldito Reino Unido con ayuda de un viejo amigo-.

-Mortdecai-. Ramsey asintió con algo de tristeza antes de contarle, casi 30 años habían pasado después de que escaparan de Aberdeen cuando un demonio los había encontrado en una plaza y había dado la señal para que por arte de magia aparecieran ellos y comenzaran a arrasar con todo el lugar buscándolos, estaban furiosos y ansiosos de venganza después de que ellos dos les hubiesen dado la espalda en la guerra de Mexerth, cuando en lugar de atacar el castillo decidieron defenderlo, luego de eso cada quién había tomado su rumbo pero habían dicho que volverían a encontrarse si el destino estaba de su lado.

FLASHBACK DE HACE 30 AÑOS...

Un joven de cabello rizado y marrón, ojos grises como ceniza y el cuerpo lleno de tatuajes, vestido con una túnica entre negra y gris corría por los inmensos perímetros de la cuidad de Aberdeen acompañado de otro joven de cabello negro azulado, ojos violetas y piel pálida que al igual que él tenía tatuajes; corrían no, huían de un grupo de personas ataviados igual que ellos solo que llevaban máscaras de la muerte o máscaras demoniacas, eran la temeraria e indeseable orden de Moudorth, les arrojaban hechizos de magia oscura para atraparlos y cuando podían regresaban los ataques con los poderes que habían aprendido a manejar en el instituto mágico de Mexerth, en donde los habían "reclutado" en tercer año para pertenecer a esa orden.

-¡Ramsey, agáchate!-. Le gritó Mortdecai mientras lanzaba una bola de poder hacia un grupo de Ocultis que los seguían, su mejor amigo le obedeció y lograron quitarse de encima a ese grupo y seguir corriendo, estaban por adentrarse a un bosque cuando taclearon a Mortdecai.

-¡Mortdecai!-. Gritó Ramsey antes de sacar sus navajas y salir corriendo hacia la persona que tenía aprisionada a su amigo, cuando llegó a la persona le cortó el cuello velozmente provocando que se desangrara, alguien lo tomó por detrás y con una habilidad impresionante le cortó la cara a su opresor, este juró venganza y logró salir corriendo alcanzando a su amigo que ya se había adentrado en el bosque, al escuchar que ya nadie los seguía decidieron dejar de correr y apoyarse en un tronco. -Parece que los perdimos-.

-Si, ¿Estás bien?-.

-Si, gracias por  eso Ramsey-. 

-No hay de qué, sin ti no hubiera logrado escapar amigo-.

-Lo sé, pero es hora de que cada quien continúe por su lado Ramsey-. Este lo miró extrañado sin entender lo que quería hacer su amigo, habían escapado juntos; ¿Por qué separarse?, tomó aire antes de encararlo mientras Mortdecai comenzaba a alejarse de él, lo detuvo con una mano en el hombro.

-Estás loco si crees que te voy a dejar solo Mortdecai-. 

-No estoy loco Ramsey, nos están persiguiendo, nuestras cabezas tienen un precio y de nada sirve reunirnos con los demás miembros de la orden desertora-. Ramsey comenzó a negar con la cabeza, desde que habían escapado y desafiado a esa orden de ocultistas y aliados con el Inframundo que no descansarían hasta encontrarlos, habían conocido a otros cuatro hechiceros poderosos:  un mago reptiliano, un caballero, una sabia y una guardiana, que también habían abandonado sus grupos. - A Raven casi la asesinan la semana pasada, la cuidad de Normando está en ruinas y ni hablar de que no he vuelto a ver a ese reptiliano o al caballero-. 

-Tal vez estén en otro lugar seguro y podemos encontrarlos...-.

-¡No Ramsey!, lo mejor es que cada quien siga por su cuenta y si no lo aceptas no me dejas más remedio que convencerte de otra manera-. Sacó sus gancho-espadas y lo miró por encima del hombro.

-Tú si que estás loco si crees que pelearé contigo-. Comenzó a caminar para otro lado alejándose cada vez más de Mortdecai, dándole la espalda. -Me iré, solo deseo que tengas suerte, y si Sucellus lo permite volveremos a vernos-. Siguió caminado y perdiéndose cada vez más , cuando volteó a ver no había rastro de Mortdecai, compendió que debía seguir su camino solo...

-Y esa fue la última vez que lo vi, escapé de Aberdeen hasta aquí a pie, tardé seis días en llegar a Escocia, fue difícil conseguir un lugar, por suerte mi padre tenía dinero y me había regalado esta casa que su abuela le heredó aquí en la cuidad-. Volteó a ver a Nessa, pero estaba dormida en su hombro abrazando la taza desocupada, se la quitó delicadamente para dejarla en una mesa y luego proceder a cargarla en brazos hasta su habitación la dejó ahí no sin antes dedicarle una mirada y suspirar, definitivamente Nessa era un caso.

Mientras tanto en otro lugar de un inmenso bosque a miles de kilómetros de distancia un grupo de personas con habilidades especiales se encontraba en medio de pleno combate contra miembros de la Hueste Sangrienta, iban ganando a pesar de que sus enemigos los superaban en número, Mel literalmente destrozaba a sus enemigos tanto con las manos como con su arma, cualquiera que lo viese se lo pensaría dos veces antes de atreverse siquiera a sacarlo de quicio, los mellizos Met y Mitch a pesar de que tenían varios cuchillos incrustados en sus cuerpos seguían luchando contra esos espíritus malignos, al parecer esas armas no les infligían ninguna clase de daño, Herzel hacía uso de sus poderes mágicos poco comunes y blandía su espada demoniaca para asesinar a sus oponentes, peleaba como si estuviese bailando; los dos ángeles que siempre los acompañaban usaban sus martillos de una manera tan digna de grabar el combate; por último estaba Kendall que hacía uso de lo que le había enseñado Ramsey y su espada, después de un tiempo ya no quedaban más enemigos que derrotar, guardaron sus armas.

-No dejarán de cazar mundanos-. Habló Mel mientras limpiaba su arma, algunos asintieron, cuando se aseguró de que nadie lo veía, se lamió la palma de su mano que estaba llena de sangre y sonriendo mientras disfrutaba el sabor de la sangre en sus labios, río por lo bajo, Herzel y Kendall lo miraron de reojo sin decir nada, sabían que Mel era raro pero eso sobrepasaba lo que llegaron a considerar normal cuando Kendall pasó a ser el nuevo líder del escuadrón.

-Estúpidos espectros-. Se quejó Met mientras se sacaba algo de su pecho con fuerza, para sorpresa de todos no sangró, sin darle mucha importancia la arrojó hacia atrás, luego posó una mano para comenzar a sanarse completamente.

-Arruinaron mi armadura favorita, la van a pagar-. Exclamó Mitch mientras miraba su armadura que estaba rayada, rota y agrietada, esa armadura había sido un regalo de intercambio por parte de su hermano cuando habían cumplido 792 años, para dejar salir su enojó pateó la máscara de uno de esos espectros dándole de lleno en la cabeza a Herzel para su mala suerte.

-¡Hey!-. Se quejó este usando de nuevo un tono de voz más grave de lo normal y mirándolo con demasiado enojo, Mitch se disculpó mientras su hermano se lo llevaba lejos para evitar una pelea por algo tonto. -Debes aprender a canalizar tu ira-. Dijo más para sí mismo que para Mitch pensó en su esposa Clara que siempre sabía cómo sacarle una sonrisa, eso bastó para que se calmase, llamó a su Bugrifo y se acercó a Kendall que parecía examinar con mucho detalle una armadura. -¿Sucede algo, líder?-.

-El maldito que esté usando a estos espectros sabe lo que hace-. Herzel lo miró extrañado sin entender. -Quien sea, está preparando a los espectros y personas que tenga bajo su poder los está equipando con herramientas poderosas y conoce todo acerca de la magia, incluso más que quién me enseñó a mí-.

-Perdón mi interés pero, ¿Quién fue esa esa persona?-.

-Ramsey Azka-.

-¿El hijo de Crowley Azka?-.

-El mismo-. Mel que estaba sentado en una roca se puso alerta al escuchar un cuerno sonar, agudizó más sus oídos para escuchar mejor, se puso en cuatro patas para ver la lejanía e identificar de dónde venía el sonido, se volvió hacia Kendall y Herzel cuando supo que se avecinaba.

-Oigan-. Lo miraron con seriedad. -¿Planean quedarse todo el día platicando o podemos buscar un sitio donde acampar?-.

-¿Qué sucede Mel?-. Preguntó Kendall caminando y sujetando su espada con fuerza, eso lo hacía sentir seguro.

-Un grupo de orcos no está muy lejos de aquí-. Dijo Mel señalando el horizonte y respondiendo con algo de aburrimiento , agradecía y maldecía tener ese don de un oído super desarrollado después de ese incidente. -Debemos irnos de aquí ahora-.

-Kindle-. Kendall llamó a su ave fénix que de inmediato se posó en el brazo que tenía estirado y soltó un gorjeo. -Busca un lugar seguro para nosotros y envíame una señal cuando lo tengas, tomaremos rumbo-. El ave asintió antes de salir volando y perderse en la lejanía del bosque mientras ellos tomaban rumbo...

RESIDENCIA AZKA, ESCOCIA:

-Buenos días Ramsey-. Saludó Nessa mientras bajaba las escaleras a la cocina guiada por el olor del desayuno que Ramsey estaba preparando, miró por la ventana y si bien la nieve había bajado un poco, eso no significaba que no pudiese quedar atrapada en una avalancha, así que era mejor que bajara y saliera el sol de nuevo.

-Buenos días pequeña-. Respondió mientras terminaba de servir el desayuno que Nessa esperaba pacientemente, se sentaron uno frente al otro. -¿Volviste a tener visiones?-.

-No, creo que aprendí a manejarlas-. De nuevo se quedaron en silencio mientras terminaban el desayuno y Nessa volvió a sumergirse en las páginas de su libro negro, adquiriendo más conocimientos sobre el ocultismo, magia negra, fuentes de poder y lugares sagrados, Ramsey por otro lado seguía sumergido en sus propios pensamientos y se encerraba en sala de lectura hasta bien entrada la noche, no hablaban durante casi todo el día y medianamente cruzaban palabras a la hora del desayuno, almuerzo y cena; las cosas siguieron así hasta que un día Nessa se hartó e irrumpió en la sala de lectura ruidosamente. -Estoy aburrida Ramsey-. 

-Bien-. Cerró lo que estaba leyendo para mirarla. -¿Qué siguieres que hagamos para matar el tiempo?-.

-No lo sé, hablar de ti o cuéntame cualquier historia de Mexerth-. Sugirió ella mientras se recostaba en un de los elegantes sillones.

-Bueno, ya te he contado casi todo sobre mi, ¿Qué más quieres saber?-.

-Quiero saber sobre la guerra de Mexerth-.

-¿Esa guerra en donde me gané la reputación de traidor y ahora lo pago huyendo como un cobarde?-. Nessa asintió mirándolo duramente, a veces Ramsey era un poco severo a la hora de hablar de él y su pasado, invocó otro libro de aspecto antiguo para leerlo en voz alta frente a ella. -Bien te lo contaré-...

Un instituto dentro de un castillo ubicado en Northumberland, en el Reino Unido, era un sitio pacífico y hogar de aquellos que sentían que no pertenecían al mundo en el que estaban, un lugar donde la magia florecía en cada rincón; ese castillo era el famoso castillo de Alnwick donde se ubicaba el exclusivo, refinado y oculto Instituto mágico de Mexerth, fundado en 1469 por Asher Truthbelly, un poderoso hechicero y maestro supremo en el arte de la magia quien pensaba que ese era el lugar ideal para aquellos que desearan desarrollar y experimentar sus dones sin miedo a ser perseguidos o juzgados, Truthbelly se encargó de que el castillo no fuera tan fácil de encontrar, el castillo solo se manifestaría ante las personas que tuviesen sangre mágica o fuesen de alguna especie mágica. Las primeras personas que vinieron a ese castillo a aprender y enseñar lo aprendido fueron siete reconocidos personajes en el mundo mágico: un caballero de apellido Finningan, un vampiro respetado apellidado Moore, otro reconocido hechicero de apellido Urbain, una ninfa de la familia Morel, una persona del agua de mansión de los Truman, un Os nádarrach de apellido Sinclair y por último la reina de las Hadas apellidada Wood, fundando así las siete hermandades de Instituto.

Cada hermandad o fraternidad tiene sus propios principios, conviven en armonía, sin embargo algunas fueron fundadas casi tres años después de que Truthbelly fundara el Instituto, son conocidas como las hermandades tridente (tanto por ser longevas, como por ser las más respetadas por el fundador del Instituto, además de que a sus líderes se les consideran cofundadores), las cuales son Slay, Wendolin y Midger, sin embargo las otras cuatro hermandades también son respetadas y admiradas por Truthbelly pero no tanto como las otras tres, las cuales representaban los animales a los cuales Truthbelly apreciaba más que nada.

Todo era color de rosas hasta que el día 13 de Marzo de 1476 cuando la orden de Moudorth acompañada por los Occultis entre otros grupos de mala muerte arremetieron contra el Instituto; Truthbelly, acompañado por los líderes y cofundadores de Mexerth, alzaron sus armas para proteger el castillo siendo ayudados por estudiantes, docentes y otras ordenes que estaban del lado de los buenos, algunas traían animales que dieron su vida al igual que otros muchos que jamás serán olvidados. 

-Y es así como el instituto casi es arrasado por un personaje cuyo nombre es desconocido, solo sabemos que es el causante de que los mundos mágico y mundano comenzaran a enfrentarse sin oportunidad de remediar-. 

-¿Truthbelly, sigue vivo?-.

-Sí, aunque ya imaginarás cuantos años ha de tener-. Soltaron una risita ante ese comentario por parte de Ramsey. -Sin embargo algunos de los líderes fallecieron tanto en combate como por circunstancias naturales, por ejemplo: el líder de la hermandad de Slay, quien posteriormente dejaría el liderato a su hermano, el líder de la hermandad de Trisquel, Truman, cuyo fantasma se negó a abandonar el castillo y algunos docentes-.

-Sé que sonará tonto pero, ¿Aún existe ese Instituto?-.

-Claro que sí, Truthbelly es alguien determinado, así que después de ese día y con ayuda de algunos de los sobrevivientes, reconstruyeron el castillo y pusieron medidas de protección para evitar a cualquier intruso, nadie ha logrado ingresar sin evadir los distintos desafíos que colocaron, no es imposible pero tampoco fácil-.

-Así que cualquiera que quiera entrar debe o tener mucha suerte o ser muy adiestrado para pasar esas pruebas-. Ramsey asintió. -Wow, suena un lugar interesante, pero supongo que no es fácil llegar-.

-No, no es fácil, solo se puede llegar a él con un mapa, tenía uno pero alguien me lo robó-.

-Vaya, sí que Truthbelly lo planeó todo, no dejó nada al azar-. 

-¿Algo más que quieras saber?-.

-No señor, creo que fue suficiente-. Se alejó de la sala de lectura para buscar su arco y flechas, no sin antes darle un pequeño vistazo por la ventana al exterior para asegurarse de que el clima era favorable para que pudiese salir a aventurarse en territorios desconocidos solo por ir en busca de su padre, sin embargo era de noche, alistaría sus cosas y saldría bien temprano en la mañana, tomaron la cena en silencio, se despidieron y cada quien se fue a su habitación, en pocas horas Nessa se embarcaría en su aventura para buscar a su padre.