CAPÍTULO XIV: LA BÚSQUEDA
-¿Sobre qué quieres hablar Ness?-. Preguntó Ramsey, Nessa se sentó con las piernas cruzadas y tomó aire antes de proseguir.
-Sobre mi padre, he tenido otras visiones durante mi hora de sueño-. Iría por partes, después de dejar claro y aprender más sobre su don, estaría decidida a salir de la cabaña a buscar a su padre y esperaba que Ramsey fuera con ella.
-¿Qué clase de visiones?-.
-Unas comunes como la que tuve en el parque y otras algo borrosas, pero he notado que siempre en mis visiones tiene problemas con otro chico llamado Mel, no puede evitar notar que tenía unas que otras cicatrices en su rostro, pero había una en su brazo derecho que destacaba, parecía una mordida o algo así-.
-Ah si-. Se levantaron y comenzaron a caminar a la estantería donde Ramsey tenía sus armas y otros artefactos, tenía una armadura color bronce con unos rasguños profundos en su pecho, sobre el peto había un yelmo que también tenía tres rasguños en diagonal, se trataba de la antigua armadura de Mel, la misma que había usado el día en el que el destino le jugó una mala pasada cambiándolo para siempre, señaló la armadura. -Mel después del día en el que se deshizo de su armadura, ha sido más temperamental que de costumbre, su lealtad estaba con Dalton y ahora que murió, aún no acepta a tu padre como el nuevo líder, le costará adaptarse ya que como sabrás, Mel y tu padre cuando tuvieron su primer encuentro no lo quería ni cerca-.
-Ramsey... ¿Por qué Dalton le dejó esa tripulación a cargo?-.
-Ese es uno de los grandes misterios que creo que jamás tendrá una respuesta, pequeña-.
-Hay algo más de lo que quiero hablar-.
-Creo que tendremos que dejar ese tema para después, hay una lección pendiente esperándonos-. Se levantó con toda la disposición de irse y evadir el tema que tanto inquietaba a Nessa, pero ella con una habilidad impresionante arrojó un trueno que pasó rozándole la cabeza cerca de su oído derecho, lo hizo suspirar con algo de enojo.
- Lo siento, pero creí que habías dicho que mi entrenamiento había concluido-. Se disculpó sin importarle mucho no haber atinado a su cabeza.
-Hablaba de la parte práctica, aún te falta mucha teoría-. Lentamente comenzó a darse vuelta para verla. -¿No te dije anoche que quería enseñarte los distintos artefactos de mi estantería para que supieras identificarlos y saber cómo reaccionar ante ello?-.
-Lo recuerdo, tengo buena memoria y también memoria fotográfica-. Desapareció los truenos de su mano, pero sus ojos estaban cambiados.
-Perfecto, así que sígueme por favor-. Estaba por irse de nuevo cuando ella le cerró la puerta en su cara solo usando magia, suspiró resignado. -Nessa, no compliques más las cosas-.
-No, ¡tú no compliques más las cosas!-. Era la primera vez que le alzaba la voz a Ramsey, abrió los ojos sorprendido girándose de nuevo para verla. -¿Por qué quieres evitar el tema Ramsey?-.
-No quiero evitar ningún tema-. Comenzaba a rascarse la nuca algo nervioso, era claro que no quería que Nessa mencionara que deseaba tener alguna aventura por ir en busca de su padre.
-Mientes-. Ramsey arqueó una ceja. -No me mires así, sé exactamente cuándo quieres evitar un tema, porque acabas de hacerlo mencionando otro tema al azar, también soy buena leyendo lenguaje corporal-.
-Bien, tu ganas pero...-. Nessa rodó los ojos fastidiada. -¿Quieres escucharme al menos, por favor?-. Asintió aburrida ladeando la cabeza un poco. -Déjame enseñarte esto y te prometo que hablaremos de eso que tanto te inquieta-.
-De acuerdo, pero ni se te ocurra romper una promesa o lo lamentarás Ramsey-. Cerró los ojos para asentir y la instó a salir de la cocina al estudio para terminar con todo rápidamente, se acercó a la estantería.
-Antes que nada debes saber que hay por lo menos 14 armas mortales tanto para mundanos como para seres como nosotros-. Señaló una espada grande, digna de ser de alguien nórdico o vikingo, y por su tamaño debía pesar montones.
-Algo sencillo, es una espada nórdica, ¿No es así?-.
-Sí, supongo que sabes mucho sobre armas gracias a los libros pero... ¿Sabes sobre los daños y heridas que puedan causar?-.
-Sé de algunas, pero si no estoy mal no todos pueden usar ciertas armas, ¿Me equivoco?-.
-No, por ejemplo esta inflige un gran daño y suele ser usada por orcos, vikingos y algunos cazadores de sombras de contextura fornida-. Nessa se cruzó de brazos mientras él continuaba hablando. -Si por alguna razón recibes un daño por estas espadas, debes buscar una fuente de sangre inmediatamente, alguna de estas armas tienen grabadas maldiciones, runas de poder o simplemente el nombre de su dueño, en caso de ser así solo responderán a su dueño, al atacar a tu oponente puedes desangrarlo o condenarlo a una vida maldita-.
-Increíble, ¿Pero se pueden anular los efectos?-.
-Si, por desgracia solo lo debe hacer un sanador poderoso y conocedor del tema-.
-¿Esa es una espada larga?-. Preguntó señalando una espada de caballero con algunas esmeraldas incrustadas en el mango, seguramente su dueño era alguien muy rico o muy reconocido.
-Sí pequeña, esta arma suele ser usada caballeros, todo depende del diseño, las de tu tío y padre por ejemplo-. Capturó su atención rápidamente y carraspeó. - La de Kendall es negra con detalles plateados, excelente para luchar contra espíritus del mal, en cambio la de Jacob es negra con detalles rojos y tiene grabada unas runas poderosas capaces de invocar cualquier poder que desee; aunque también los demonios tienen ese tipo de armas, cada espada tiene un diseño acorde a la raza y personalidad que las use-.
-Grandioso, ¿Quién te enseñó todo esto?-. El rostro de Ramsey se ensombreció un poco con nostalgia.
-Mortdecai, su padre era herrero en la tierra donde nació, hasta su muerte a manos de la Hueste sangrienta-. Siguieron viendo armas hasta llegar a una bastante extraña, la sujetó. -Que las apariencias no te engañen pequeña, esto es más que una simple espada-.
-¿En serio?-.
-Sí, adelante golpéala-. Nessa subió los hombros restándole importancia a la situación y golpeó la espada que para su sorpresa se transformó en una especie de escudo mágico tipo sombrilla como las de Kingsman. -¿Ves?, son muy extrañas y casi imposibles de encontrar, esta por ejemplo me la vendió un turista afortunado que la encontró, hicimos un intercambio-.
-Ya veo porqué son tan poco comunes-. Sus ojos se abrieron de par en par cuando vio una envainadora con dos espadas, solo había escuchado una vez la historia de Kratos y sus espadas, le había gustado tanto que cuando nadie la observaba cogía dos palos largos y fingía que eran espadas, sin embargo y con el paso de los años las armas de largo alcance ganaron la partida de cuáles eran sus armas favoritas. -¡Wow, espadas dobles!, ¿Son originales?-.
-Claro que son originales, las encontré en una tumba antigua a la que no todo el mundo puede entrar-. Nessa no necesitó hablar para darle a entender dos cosas: una, que quería saber toda la historia del cómo las consiguió y dos, que era mejor que abordaran ese tema. -Para resumir, estaba protegido con magia oscura y yo como conocedor de esa área, pues...-. Siguieron hablando sobre los distintos tipos de armas existentes, de vez en cuando Nessa hacía una que otra pregunta y Ramsey se aprovechaba de eso para explicar con demasiados detalles todo acerca de dichas armas, en el fondo esperaba que Nessa olvidara el tema y lo consultara otro día; para su mala suerte no fue así, solo faltaban cuatro armas para terminar con esta lección, ahí Nessa podría hablar de ese tema y quitarse un peso de encima, cosa que haría y no dejaría pasar esa oportunidad.
-¿Los cazadores de monstruos usan armas de fuego?-. No puedo evitar preguntar cuando vio una escopeta algo fuera de lo común. -Siempre creí que eran más de armas de corto alcance, sin contar las lanzas o ballestas, claro-.
-Algunos lo hacían si, sin embargo y como ya habrás supuesto no funcionan con pólvora, sino con magia y sus proyectiles no son balas comunes...-.
-A menos que se traten de hombre lobos, sus balas tendían que ser de plata pura-.
-Correcto, aunque hay una variante extraña y son las "Gunlance", una combinación de pistola y lanza, aunque pueden disparar bolas de fuego no son muy aconsejables en batallas, por esa razón las descontinuaron, aparte de los accidentes que tenían usándolas-. Dejó el arma cuidadosamente y cogió otra similar a una hoz, por su vestimenta y el ambiente, cualquiera que lo viera pensaría que había visto a la Muerte frente a frente. -Esta es un hacha espada, solo son usadas por entes malignos y espíritus guardianes, lo que más me gusta de ellas es que puedes alternar entre hacha o espada para causar más daño a tu oponente-.
-¿Eso es otra variantes de las espadas escudo?-. Señaló otra arma casi igual de grande a la primera espada que vieron.
-Es obvio si, los vikingos robaron la idea a los ingleses y la perfeccionaron creando esto-. Le pasó a otra arma que no era tan pesada para ella. -Se les conoce como hachas cargadas, los que más las usan son los cazarrecompensas, pero ya no queda ninguno, que yo sepa no se ha vuelto a hablar del último cazarrecompensas-.
-¿Qué pasó con ellos?-.
-Gajes del oficio, la mayoría murieron o simplemente terminaron convertidos en otra cosa, eso solía ocurrir porque antes del caos, los mundanos escogían a personas con ciertas virtudes para luchar contra esos monstruos, ganaban muy buen dinero y bueno esta ya la conoces-. Le señaló su arco, Nessa suspiró, se levantó para cogerlo y sacar una flecha. -Siempre me he preguntado algo-.
-¿Qué?-.
-¿Por qué el dios del trueno te escogió a ti?-.
-¿De qué hablas?-.
-Me tomé la molestia de revisar tu árbol genealógico y salvo la primera generación de las cinco familias existentes del linaje de los Os nádarrach, tú también tienes ese don, gracias a la profecía de los dioses antiguos-. Nessa no entendía lo que él decía, lo miró extrañada. -Hace mucho tiempo el linaje de los Os nádarrach tenía lazos con los dioses, así que cada uno decidió ayudar a cada familia: Taranis ayudaría a los McQuoid, los Kelpies ayudaban a los Dow, Belenus ayudaría a los Finningan, Epona ayudaba a los Cameron y Dagda ayudaba a los Sinclair-.
-Así que fui elegida por el dios Taranis, aparte de mi alguno de mis bisabuelos-. Ramsey asintió, por fin había encontrado la respuesta a su pregunta, podía dar por terminada su búsqueda, Nessa suspiró una vez más antes de lanzar su pregunta final para abordar el tema. -¿Eso es todo?-
-Sí, ¿De qué querías hablar, pequeña?-.
-Mi padre-. El mundo se paralizó para Ramsey, justo lo que menos había querido escuchar había salido de la boca de su pequeña Ness, intentó hablar pero le era imposible. -No solo se trata de las visiones, últimamente he tenido un deseo...-.
-Por favor que no sea lo que creo que es-.
-Ramsey, sabes que debo hacer eso-. Ramsey se quedó callado, ante eso Nessa cogió su arco y flechas con determinación y pasó hasta posarse frente a él. -Bueno, ahora que sé todo acerca de este mundo, iré a buscar a mi padre-.
-Claro que no-. La sujetó suavemente del brazo haciendo que se volteara y lo mirara confundida, pero no se zafó de su agarre. -Es muy peligroso Ness...-.
-Puedo defenderme-. Se soltó con algo de fuerza aunque esa no fue su intención, había algo de tensión entre los dos, incluso se podía cortar con una de las navajas de Ramsey, de nuevo se acercó a ella y le puso las manos en los hombros y no se negó.
-No estoy dudando de tus habilidades pequeña, te entrené muy bien-.
-¿Entonces por qué no quieres no quieres que vaya a buscarlo?-. Levantó su rostro para verlo, de nuevo veía en sus ojos preocupación y algo más, esperaba pacientemente que respondiera.
-Porque...-. No tenía el coraje para decirle la verdad a ella, tenía miedo y eso lo reflejaba en su sus ojos grises similares a los de ella, se derrumbaba lentamente sin decir una palabra simplemente viéndola a los ojos y con un nudo en la garganta, hasta que Nessa se desesperó y lo gritó por segunda vez.
-¡Dime Ramsey!-.
-¡Por que no quiero perderte!-. Por fin se lo había dicho, por fin le había revelado su mayor temor a esa pequeña de ojos grises que se había ganado su corazón, a esa pequeña que quería como a nadie más en el mundo y que ahora estaba frente a él decidida a buscar a su padre; Nessa lo miró sorprendida. -Tú me haces feliz pequeña y si te pasara algo, no me lo perdonaría nunca-. Se derrumbó y comenzó a llorar frente a ella.
-Oh Ramsey-. Sin saber exactamente qué hacer se acercó más a él y lo abrazó dejándolo desahogarse, comenzó a acariciarle la espalda, mientras que él hundía su cabeza en su hombro, era un momento jodidamente tierno. -Te entiendo, también eres importante para mi, eres el único amigo que tengo-.
-De verdad no quiero que nada malo te pase Ness, sé que es importante para ti encontrar a tu padre-. Le dijo mientras volvía a verla con los ojos llorosos y sintiéndose un poco más calmado, poco a poco su respiración se estabilizaba, le acomodó un mechón de pelo y ella sujetó su mano.
-Entonces ven conmigo Ramsey, juntos podremos encontrarlo-.
-Lo siento, no-. Nessa lo miró arqueando una ceja mientras él se alejaba poco a poco sin dejar de sujetarle su mano. -No puedo ir contigo, pero si tanto insistes en ir por él ... No te detendré, sin embargo sabes que mi hogar siempre estará abierto para ti, yo siempre estaré para ti-.
-Gracias por todo Ramsey y si no quieres venir no te presionaré para hacerlo-. De nuevo lo abrazó por otro buen rato de tiempo antes de dejar su arco y flechas en el suelo. -¿Quieres tomar algo?-.
-Mejor vamos a caminar, necesito despejar mi mente un poco-. Ambos se levantaron sin decir palabra alguna hasta que salieron de la casa y Ramsey se detuvo con las manos en los bolsillos.
-¿Ocurre algo Ramsey?-.
-¿Por qué no te fuiste, si tu mayor deseo es encontrar a tu padre?-. Nessa lo miró negando y extrañada. ¿Acaso y después de haberle dicho eso quería que se fuera?, ahora su mente era un remolino absoluto, de nuevo comenzó a caminar hasta alcanzarla. -No es que quiera que te vayas Nessa, sabes que no me agrada mucho esa idea pero no puedo retenerte para siempre-.
-Lo haré pero no ahora, no sin antes dar un último paseo contigo-. Eso le sacó una sonrisa antes de lanzarle un brazo a los hombros y acercarla más a él, comenzaron a caminar recordando lo que habían pasado durante el entrenamiento de Nessa, comieron y parecían una pareja, incluso de vez en cuando actuaban como niños pequeños correteándose y arrojándose agua cuando pasaron por las orillas del lago, pero Ramsey estaba triste y eso no pasó desapercibido para ella, inmediatamente se acercó a él. -¿Ramsey, estás bien?-.
-¿Por qué haces esto?-. Preguntó de nuevo al borde de llorar, la verdad no entendía por qué si simplemente quería irse lo llenaba de felicidad, Nessa se quejó. -¿Por qué me llenas la mente de recuerdos felices cuando te vas a ir para siempre?-.
-Ramsey escúchame-. De nuevo estaba frente a frente y para qué negarlo, Ramsey tenía ganas de abrazarla y no soltarla, sin embargo eso significaría interferir en sus planes cosa que no haría, simplemente tendría que resignarse. -No me iré para siempre, no sé cuando vuelva pero volveré-.
-De acuerdo pequeña, ahora vamos a casa-. El trayecto que antes había sido feliz lleno de risas y anécdotas ahora estaba triste y distante, ninguno se decía nada, el corazón de Ramsey se rompía poco a poco con cada paso que daba, estaba tan centrado en su dolor que no notó cuando llegaron a su casa, abrió la puerta y entraron para seguir con su rutina: Nessa tomaría su arco y flechas y se embarcaría en esa aventura mientras que él se quedaba en ese lugar muriendo lentamente en la espera de que ella vuelva del viaje, algo captó la atención de Ness, se trataba de una navaja con un símbolo extraño, solo con verlo una clase de imágenes nublaron su mente:
Un grupo de personas adiestradas en el arte de la magia reunidos en una mansión elegante en alguna parte de un pueblo irlandés, había uno de ellos que le llamó la atención a Nessa por su físico; era corpulento cabello grisáceo, con flequillo y sus ojos eran de un extraño café rojizo, eran los famosos Magistrav, pero aquella persona destacaba más que los demás porque no era un humano solamente, pudo ver cómo sus colmillos sobresalían y sus ojos cambiaban a un rojo intenso.
-Ramsey-. Lo llamó casi susurrando, inmediatamente se acercó a ella.
-¿Pequeña, estás bien?-. Le preguntó mientras le servía agua, se veía que estaba agotada y tal vez estuviese algo débil.
-Sí, solo tuve una visión y antes de que preguntes no, no fue sobre mi padre-.
-¿Entonces sobre quién?-.
-No sé quién es, solo sé que pertenece a un grupo importante de magia-. Cerró los ojos para recordar el nombre exacto de la orden o grupo de su visión, de nuevo los rostros de las personas se manifestaron ante ella con nombres y todo, aquel vampiro según los demás miembros se llamaba Lazarus. -Solo sé que esto pertenecía a alguien de nombre Lazarus, miembro de esa orden-. Le dio un sorbo a su vaso y de nuevo se quedaron en silencio, hasta que finalmente Nessa se levantó decidida con su arco y flecha.
-Supongo que ya estás lista para tu aventura-. Nessa asintió, Ramsey hizo acopio de sus fuerzas por no derrumbarse de nuevo o hechizarla para que no se fuera, sabía perfectamente que eso era lo que ella y no podía cambiarlo, maldecía al destino por hacer esto, pero entendía que era prescindible que ella descubriese la verdad y tal vez hacer las paces con su padre.
-Antes de irme, ¿Quiénes son los Magistrav?-. Le preguntó recordando el nombre de la orden a donde pertenecía ese tal Lazarus.
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