Después de haber salido de casa rumbo a donde sus pies quisieran llevarla, abandonó su hogar, estuvo caminado un largo tiempo alimentándose de algunos frutos del bosque, se detuvo en la misma banca donde Ramsey la encontró y se puso a meditar lo que antes había hecho, no era su intención ser egoísta o romperle el corazón a su abuela, pero necesitaba respuestas, cerró los ojos conteniendo las lágrimas, le hubiese gustado explicarle a su abuela que no se iría para siempre, en eso tuvo una visión de su padre con un grupo de personas que parecían ser una especie de guardianes o sirvientes de una deidad, su padre dirigía a esas personas para cumplir una misión riesgosa en tierras lejanas, abrió los ojos de inmediato y tuvo una clara idea de a dónde debía ir para aclarar sus dudas; casi corriendo tomó rumbo a la cabaña de Ramsey en medio del bosque y tocó educadamente tres veces.

-No esperaba verte tan temprano aquí pequeña-. Le habló Ramsey mientras abría la puerta para que ella siguiera. -¿Qué te trae por aquí?-.

-Necesito papel y una pluma-. Ramsey la miró extrañado. -¡Ahora!, debo enviar una carta a mi abuela-.

-¿Volviste a discutir con ella?-. Preguntó mientras le alcanzaba lo que le había pedido, Nessa asintió, le puso una mano en el hombro para reconfortarla, Nessa comenzó a llorar sin poder contenerse, solo se ponía así de sentimental y débil estando con él.

-No solo discutí con ella, ahora cree que jamás volveré a casa, no pude contenerme y le dije que me iría y no sé hasta cuando vuelva-. Ramsey con delicadeza le levantó el mentón para que lo viera, le limpió las lágrimas. -También le dije que estaba cansada de no obtener respuestas por parte de ella acerca de mi familia-.

-Descuida, yo me encargaré de arreglarlo todo y decirle la verdad a Adaira, seguro mi padre también me de un sermón-.

-¿En verdad te vas a delatar?-.

-Me temo que sí, asumiré esta culpa por ti pequeña-. Nessa iba a reprocharle pero Ramsey la calló. -No Ness, debo ser yo quien aclare las cosas, al fin y al cabo fui yo quien rompió una promesa-.

-Pero yo causé todo este desastre-. De nuevo bajó la cabeza algo apenada por la situación, pero luego miró a Ramsey algo preocupada y decidida.

-Sí es cierto, pero te entiendo, cualquiera en tu posición buscaría respuestas desesperadamente y no descansaría hasta hallarlas, así que espérame aquí, relájate y cuando vuelva comenzaremos con tu siguiente lección, ¿Trajiste tu arco?-.

-Si, aunque fue difícil sacarlo sin que mi abuela se enterara-.

-Bien, nos veremos después-. 

-Ramsey, espera-. Estaba por salir cuando Nessa lo obligó a darse vuelta para verla. -Cuando venía para acá tuve una visión acerca de mi padre-.

-¿Qué viste?-.

-A mi padre, estaba con un grupo de personas en medio de una misión, creo que cazaban monstruos o algo así-.

-Bien, luego hablamos de aquella visión-. Nessa asintió dejando que Ramsey se fuera para solucionar el problema que ella había empezado llevada por su curiosidad, sin más sacó su libro negro y comenzó a leerlo con más atención, hablaba de rituales, lugares sagrados, criaturas oscuras y demás cosas, parecía una guía para dedicarse de lleno a las artes oscuras o magia negra, hacer daño a los demás, para Nessa era un libro interesante pero escalofriante al tiempo, estaba tan sumergida en la lectura que no escuchó cuando Ramsey entró. -¿Tan interesante estaba la lectura, como para ignorarme?-.

-Lo siento, nada será tan interesante como tus lecciones-. Ambos rieron con complicidad, luego de eso comenzaron a buscar lo necesario para la lección de Nessa. -¿Cómo fueron las cosas con mi abuela?-.

-Bien, se lo tomó muy normal-. Nessa arqueó una ceja. -Esperaba una reacción más dramática pero, simplemente dijo que esperaba que estuvieras bien y en cuanto a la promesa, al principio estaban histéricos por haber roto nuestra promesa, casi me mata y lo digo enserio, en cambio mi padre solo me dedicó una mirada seria y se fue sin decir nada, pero luego entendieron que tarde o temprano lo sabrías, incluso me pidieron que te protegiera en caso de que cometieras alguna locura-.

-¿Locura?, ¿Acaso ellos piensan que seguiré los pasos de mi padre y me perderé para siempre?, mira Ramsey, sí quiero ser como mi padre, quiero luchar para acabar el mal, pero no quiero destruir o alejarme de la única familia que me queda y mucho menos quiero alejarme de ti, tampoco quiero terminar como Jacob-.

-Eso me alivia un poco y en caso de que quieras tener una magnífica aventura fuera de estas cuatro paredes, me avisas y trabajaremos duro para que estés preparada para lo que venga, después de todo no sabemos lo que pueda suceder-. Salieron de la casa de Ramsey al pequeño patio donde harían la siguiente clase, habían varios muñecos de madera con forma humanoide y muchos blancos para practicar.

-Creí que practicaríamos adentro-.

-¿Qué pretendes?, ¿Dañar todos mis muebles y posesiones con tus flechas?-. Preguntó Ramsey de manera burlona e irónica provocando que Nessa arqueara una ceja de nuevo antes de pegarle afectivamente el hombro mientras reía. -Es mejor hacerlo al aire libre, así que adelante toma posición y da en los blancos, ¿Podrás?-.

-¿Estás retándome Ramsey?-. Preguntó Nessa mientras adoptaba una pose digna de Legolas o Katniss. -Apostemos y si logro dar en todos los blancos debes invitarme a almorzar-.

-Y si fallas , tu debes hacerlo tu, ¿Hecho?-. 

-Hecho-. Se dieron un apretón de manos antes de que Ramsey decidiera apoyarse en un árbol para cruzarse de brazos mientras Nessa cogía una flecha y cerraba uno de sus ojos para enfocar  mejor el blanco, imaginó que era algún personaje como los de las magníficas historias que disfrutaba leer en la biblioteca de su instituto, suspiró y soltó su flecha con la mano izquierda; la flecha pasó cortando el aire con una velocidad mientras emitía sonidos similares a los de un trueno hasta dar en el centro de la diana, sonrió de medio lado antes de moverse con más rapidez como si estuviese en plena cacería o derribando a un ejército ella sola y llegar a la penúltima diana donde miró a Ramsey fijamente desviando la vista de la diana. -Creo que me subestimas Ramsey-. Soltó la flecha y asombrosamente dio en el blanco, Ramsey no se lo podía creer, se acercó a ella para felicitarla y admitir su derrota.

-Vaya, sí que has mejorado pequeña-. Se quedaron mirándose un tiempo mientras dejaba su arco en sobre la mesa. -Creo que ya terminaste tu entrenamiento de manera satisfactoria-. 

-¿Ya?-. Preguntó algo confundida mientras miraba a Ramsey. -¿Tan pronto?-.

-¿Pronto?-. Ríe animadamente como si le hubiesen contado el mejor chiste de la historia mientras servía algo de tomar. -¿Te parece que seis meses pasaron volando así nada más?-. Ese era el tiempo que llevaba entrenándola antes de que ella finalmente decidiese embarcarse en esa aventura.

-No quise decir eso-. Ahora era Ramsey quien tenía la confusión escrita en su cara. -La verdad, me gusta pasar tiempo contigo-. Ese comentario provocó que casi escupiera lo que estaba tomando, pero supo contenerse y disimularlo a la perfección, se había encariñado con ella desde que la vio por primera vez en la venta de garaje y le regaló el collar. 

-No te sorprendas pequeña pero, a mí me pasa igual-. Se quedaron callados antes de dar un sorbo a su bebida y mirarse de vez en cuando. -Para ser honestos, de los McQuoid que he entrenado, tú eres la más relajada y paciente-.

-Pero, decías que mi padre era más tranquilo que Jacob-. Comenzaron a recoger las flechas usando magia y entraron a la cabaña para hablar en un sitio más cálido y acogedor.

-Es cierto si, pero en lo que respecta a control de poderes y emociones, tú eres la más analítica y menos impulsiva que ellos, eres muy madura para tu edad Ness-.

-Siempre sospeché que era diferente a los demás y creo que mi abuela también, pero nunca me lo dijo, ¿Verdad?-.

-Correcto, lo hizo por tu seguridad y la de la ella-. Nessa lo miró confundida mientras caminaban hacia la puerta para salir a caminar. -Hasta la fecha los mundanos quieren darnos caza porque creen que somos una abominación, una amenaza y no solo ellos, como dije anteriormente y no dejaré de decirlo, entre nosotros también nos queremos destruir-.

-Ya veo-. Se quedó pensativa mientras espera que Ramsey estuviese listo, cuando lo estuvo no pudo evitar mirarlo con intensidad. -¿No olvidas algo?-. Ramsey de nuevo comenzó a reírse como nunca antes lo había hecho, solo era medianamente feliz cuando estaba con su mejor amigo Mortdecai en el instituto, antes de que el destino y la guerra decidiera separarlos, ahora podía ser feliz de nuevo estando con ella.

-No perdonas ni una, ¿Eh?-. Le señaló su arco y flechas mientras tenía una mano en el bolsillo, típico de él. -Deja eso en tu habitación y vamos a comer algo, después de todo te lo ganaste-.

-¿Ha-habitación?-. Preguntó Nessa incapaz de moverse, creyó haber oído mal, Ramsey se le acercó para guiarla.

-Si, te quedarás conmigo hasta que sea necesario, así no volverás a discutir con tu abuela y estarás más tranquila, además podrás entrenar o consultarme lo que sea necesario sin que nadie lo sospeche-.

-Yo... No sé que decir-. 

-No digas nada, tu ya fuiste amable conmigo una vez, ahora es mi turno de hacer lo mismo y mantenerte a salvo, anda vamos o me arrepentiré de hacer esto-.

-¡Ni se te ocurra incumplir con tu promesa Ramsey Brais Azka!-. Lo amenazó Nessa señalándolo mientras él reía, comenzaron a caminar hasta llegar a uno de los mejores restaurantes del país, reservaron una mesa para dos y se sentaron a degustar de las mejores comidas que Escocia podría ofrecer, estuvieron hablando un poco de sus vidas, Ramsey le narró varias aventuras que tuvo cuando era adolescente y sin evitarlo se puso triste al recordar a Mortdecai, casi se pone a llorar cuando lo mencionó. -Lo siento, no quise hacerte sentir mal-.

-No te disculpes Ness, hace mucho no hablaba con nadie sobre eso, solo espero que no pienses mal de mi-.

-No podría, sé que tú no tienes la culpa de que ellos los hayan "reclutado" para cosas malas, lo que importa es que saliste de ahí y te dedicas a ayudar a las personas a hacer el bien-. Ramsey la miró con media sonrisa. -Sé que no eres mala persona y sé que marcaste una gran diferencia ese día, defendiste tu instituto en lugar de atacarlo, fuiste un héroe-.

-No me considero así, ellos siguen pensando que fui un traidor-.

-¡Al diablo eso Ramsey!, No eres como ellos, tú no torturas a los mundanos ni disfrutas usar su magia en contra de ellos o contra los de tu propio mundo, ni mucho menos trabajas para el Inframundo y si sigues considerándote un traidor, al menos sé un traidor memorable-.

-Claro, yo un traidor memorable y tú una cazadora de monstruos y sombras, la mejor podría decir-. Ambos habían acordado que lucharían sin importar qué contra lo que les deparara el mundo mágico, Ramsey le enseñaría todo lo necesario y Nessa haría lo posible por no decepcionarlo. Terminaron de comer y caminaron por el bosque hasta llegar a la cabaña, todo iba normal hasta que Nessa tuvo otra visión:

-Si seguimos esa ruta encontraremos el campamento de la Hueste sangrienta-. Habló su padre señalando un punto en un mapa, estaban en un campamento improvisado. -Saldremos en la noche a atacar ese campamento-. Hablaba de manera autoritaria, como si solo le importara cazar y ya, había cambiado un poco desde que se embarcó en esa aventura y aún más con la muerte de Dalton.

-Pero McQuoid, no estamos en buenas condiciones-. Le habló Mel, algunos estaban cansados, otros como era el caso de Mel, Herzel y uno de los mellizos, tenían heridas considerables de las batallas que han estado librando en ese bosque. -Deberíamos descansar, reponernos completamente para no acabar como Dalton-.

-No acabaremos como Dalton, seremos fuertes y traeremos la paz a este mundo-.

-¿A qué costo?-. Había un ambiente de tensión, Mel aún no veía a Kendall como su líder y tenían algunos roces que terminaban en fuertes discusiones, solo cuatro veces se habían ido a los golpes y luego a combate con armas hasta que Herzel intercedía. -¿Arriesgarás nuestras vidas solo por cazar unos espíritus sanguinarios o hay otra razón?-.

-No sé de qué hablas, pero te lo advierto, estás poniendo al límite mi paciencia Mel y que yo recuerde están bajo mis órdenes-. Mel se rio enérgicamente a pesar de que le dolía hasta la existencia.-¿Qué es tan gracioso?-.

-Que apuesto a que ni siquiera sabes la verdadera razón por la cual crearon este escuadrón, y  te crees con todo el derecho darnos ordenes fuera de nuestro verdadero propósito-.

-Dalton me enseñó todo acerca de este escuadrón-. 

-¡Ya basta ustedes dos!-. Herzel se puso entre los dos y le habló con un tono de voz más fuerte del que hubiese querido usar. -¡Dalton no permitiría peleas y esto no ayuda en nada, parecen mundanos estúpidos peleando sin razón!-. Mel miró con enojo a Kendall antes de quitarse bruscamente la mano de Herzel de su hombro.

-Herzel tiene razón así que no cuestiones mi autoridad y ahora vete a descansar, cuando todos estén recuperados partiremos hacia el norte y acabaremos con esto-. Ordenó Kendall yéndose de ahí, Herzel tuvo que hacer acoplo de todas sus fuerzas para llevarse a Mel a otro sitio y evitar otra típica pelea...

-¿Ness?-. Ramsey le sujetó el rostro para que reaccionara, estaba como ida y algo pálida, aún no controlaba muy bien lo de las visiones sin desgastarse o sobre esforzarse. -¿Estás bien?-.

-Mi padre...-. Hablaba pesadamente y sin sentido, decidió sentarla en una acera mientras invocaba aire para que recuperara el color. -Escuadrón... Hueste...-.

-Será mejor que vayamos a casa-. Al final Ramsey optó por cargarla en brazos y mediante sus poderes se trasportaron a la casa de Ramsey a la habitación de Nessa, la acomodó delicadamente y se sentó en la cama a observarla, durante el viaje y como estaba tan cansada se había dormido, no quiso molestarla y bajó a su biblioteca mientras seguía con su búsqueda personal, después de un tiempo subió a la habitación. -¿Ya estás mejor?-.

-Algo, tuve una visión con mi padre, ya van dos ocasiones-. Se levantó hasta quedar sentada y mirarlo fijamente. -¿Por qué de repente me pasa esto?-.

-Aún hay dones que estás desarrollando, posiblemente y al igual que tu padre tiene el don de las visiones-.Se quedó callado al ver que Nessa tenía la mirada perdida y el rostro serio. -¿Me estás escuchando?-. Pregunto no queriendo sonar regañón.

-Si Ramsey, solo que estaba pensando en quienes eran esas personas a las que mi padre dirige, parecen ser de clase celestial o algo así-. 

-Son del Escuadrón de centinelas de élite-.

-¿Escuadrón de centinelas de élite?-.

-Si, son una organización conformadas por entes del mismísimo cielo, pero esta es diferente porque sus miembros suele ser gente mestiza o con habilidades superiores a la de los centinelas, los llegué a conocer cuando nos encontraron a Mortdecai y a mi en una fortaleza abandonada, casi nos matan de no ser porque Dalton poseía un don de ver más allá de lo que tiene en frente-.

-¿Podía ver las almas o algo así?-.

-Vaya que eres lista-. Nessa sonrió ante eso. - Sí, Dalton tenía esa cualidad y solo unos pocos la poseen, la cual es una beneficio porque al poder detectar si eres mundano o no, se sabe con quienes ir o cómo actuar ante ciertas personas, cambiando de tema-. Se acomodó mejor en la cama que antes era de su madre. -Nunca te lo dije antes pero pueden haber ocasiones en las que tengas una visión y cambies tu aspecto por el de determinado ser-. Nessa lo miró confundida. -Digamos si pudieses penetrar la mente de un vampiro o un demonio para infiltrarse en sus filas, tu aspecto cambiaría un poco por el de el ser al que estés espiando, como pasaba con tu tío-.

-¿O sea que podría sin querer tomar un aspecto similar al de mi padre cada vez que tenga una visión sobre él?-.

-Sí y no, podrías si penetrases su mente, pero como solo son visiones, tu aspecto seguirá igual pero conseguirías información detallada sobre donde esta y debes aprender a controlar esas visiones, depende de lo que quieras hacer y para que no te hagas tanto daño-.

-Ya, por que cuando necesitaba recordar algo, las imágenes del libro o un lugar aparecían en mi mente como si viajara en el tiempo o cuando tocaba un libro, un objeto o persona, podía ver su pasado-. Dijo recordando cuando accidentalmente cuando se estrelló con otro estudiante de su instituto pudo ver su difícil y miserable vida, solo con un roce y hasta la fecha no se lo había dicho sino a dos personas: Adaira y Ramsey.

-Bueno, te dejaré descansar, ya mañana veremos más de cerca los distintos artefactos que tengo en mi estante, así aprenderás a diferenciarlos y saber cómo actuar en caso de que lleguen a herirte o a herir a alguien cercano, buenas noches pequeña-.

-Buenas noches Ramsey-. Ramsey salió de la habitación dejándola sumida en sus propios pensamientos, y por primera vez en su vida, Nessa no pudo controlar el sueño si no hasta bien entrada la madrugada, incluso en sueños empezó a tener visiones borrosas de su padre entre otras visiones; al día siguiente Ramsey se extrañó de que ella no se hubiese levantado y fue a visitarla, golpeó. -Ness, ¿Estás ahí?-.

-Cinco minutos más abuela-. Respondió  Nessa naturalmente olvidando por completo que estaba en otro lugar, Ramsey reprimió una risa antes de entrar sigilosamente a la habitación para despertarla. -¿Así se viejo estoy?-. Adaira y Ramsey solo se llevaban doce años y medio y para su edad Ramsey se conservaba demasiado bien, se mantenía en forma y entrenaba todos los días.

-Ramsey lo siento yo...-.

-Tranquila, a todos nos ha pasado la primera vez que dormimos en otro sitio completamente desconocido para nosotros, venía a comprobar que estuvieses bien, aunque por lo visto si-.

-Gracias por tu preocupación Ramsey-. Se levantó de inmediato para ordenar la cama, ante eso Ramsey entendió que debía salir de la habitación y esperarla afuera, al cabo de un rato la habitación donde dormía Nessa estaba impecable, bajó mientras alborotaba algo su cabello, el desayuno ya estaba servido, comieron en silencio, cuando estaban por comenzar la rutina, Nessa rompió el silencio. -Ramsey, debo decirte algo-.

-¿Es sobre tu padre?-. 

-Sí-.

-¿Volviste a tener visiones sobre tu padre?-.

-Sí, pero no es eso de lo que quiero hablar-. Ramsey detuvo su vaso de jugo ante de darle un sorbo esperando que Nessa continuara...

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