CAPÍTULO X: ¿DE DÓNDE PROVENGO?
Unos golpes en la puerta de la habitación de una chica de ojos grises como plata y cabello gris rojizo, hicieron que despertara, la pequeña travesura de anoche en aquella casa le había pasado factura con su hora de sueño, parpadeó un par de veces antes de quedarse sentada asimilando la situación, miró la mesa de noche y ahí estaba ese misterioso libro que había sacado de esa casa, abrió los ojos como platos antes de levantarse completamente tanto para alistarse como para esconder ese libro evitando que su abuela lo viera, ya después le daría un vistazo y averiguaría cómo se encontraba Ramsey, al final optó por meterlo en su mochila junto a los libros de siempre.
-Buen día-. Saludó Nessa como si nada mientras tomaba asiento para desayunar algo apresurada y salir hacia la escuela.
-Casi que no te levantas, ¿Estás bien? -.
-Con algo de sueño, pero si, estoy bien-. Terminó de desayunar rápidamente, dejó todo ahí, se despidió de su abuela con un beso sonoro en la mejilla y salió corriendo como si no hubiera un mañana, estaba a mitad de camino, consultó su reloj de muñeca le faltaban 10 minutos para que su hora de entrada llegara a su fin. ¡Diez jodidos minutos!, siguió corriendo deseando con todas sus fuerzas llegar a tiempo, corrió sintiendo algo fuera de ella que la hacía correr con una velocidad no humana, abrió los ojos frente a la entrada y volvió a consultar su reloj, había llegado dos minutos antes.
-Buen día Nessa-. Saludó el celador Thomas antes de cerrar la puerta, Nessa entró trotando entre extrañada y sorprendida. -Casi no llegas-.
-Buen día señor Thomas-. Respondió el saludo como si no hubiera corrido un mundo para llegar a sus clases, después de eso se encaminó a su salón de para sentarse en su sitio de siempre, se sintió extraña cuando pasaba por los pasillos porque los estudiantes se apartaban para darle paso, cuando llegó a su clase todos se quedaron en silencio mirándola mientras se sentaba, ella les devolvió la mirada y con un tono mandón les dijo unas simples palabras. -¿Qué?, ¿Se les perdió algo?-. Inmediatamente todos volvieron a lo que estaba haciendo, las clases siguieron su curso y Nessa (al igual que su padre) respondía todas las preguntas como de costumbre, cuando la clase terminó y era la hora del descanso se dirigió a la biblioteca para leer el misterioso libro que había encontrado en esa casa, estaba escrito en latín, otro idioma y tenía unos cuántos dibujos y símbolos, pero por alguna extraña razón ella, sin antes haber aprendido latín o algún idioma similar, sin ni siquiera haber leído sobre simbología o runas antiguas; lograba comprender el libro, sin embargo no leyó nada fijo, pasaba las hojas tratando de buscar un significado o algo útil.
Luego de haber estado leyendo eso (o más bien ojeándolo y teniendo flashbacks borrosos), sonó el timbre que anunciaba el final del descanso, sin más preámbulos se levantó para asistir a su otra clase. Por otro lado un trío de mayores, que se conocían desde hace años se encontraba discutiendo acerca de una chica en particular.
-Entiendo tu intención Ramsey, pero le prometí a mi hijo que la mantendría lejos de todo esto...-.
-Sí lo sé, "hasta que sea mayor", no le diré nada, solo que hay un problema-. Habló uno de los hombres mayores, elegantemente vestido.
-¿Cuál?-.
-Solo mira las circunstancias, ¿Qué haré en caso de que ella comience a interesarse más por el tema como pasó con tus hijos?-.
-Supongo que... esperemos que no pase nada de eso-. Respondió tajante la mujer mayor mientras Ramsey y compañía comenzaban a caminar hacia la puerta, comenzaba a caer la tarde.
-Debo irme, algo me dice que alguien me está esperando-. Se despidió de las otras personas con las que estaba hablando para comenzar a caminar hacia su cabaña mientras que su padre simplemente desaparecía, sin embargo no contaba con que fuese alguien conocido quien lo esperaba, por lo que se sorprendió al verla recostada en la puerta sujetando un libro como siempre, recordaba haber visto esa cubierta antes, pero lo supo disimular. -Supuse que estarías aquí-.
-Ya veo, necesito tu ayuda de nuevo-. Dijo ella mientras se levantaba del suelo, el abrió la puerta de su cabaña y la dejó entrar. -Últimamente no sé que me ha pasado, pero siento que no es para nada normal lo que me pasa, de echo... ¿Alguna vez he sido normal?-.
-¿Seguiste sintiendo una fuerza ajena a ti o hay algo más?-.
-Si-. Respondió ella alargando un poco su respuesta. -Además de que, no sé cómo o por qué puedo leer esto sin antes haber aprendido latín o algo similar-. Finalizó mostrándole el libro negro a Ramsey, sentía que solamente podía hablar del asunto con él; Ramsey por su parte miraba el libro con muchos sentimientos encontrados, estiró el brazo con intención de quitárselo a Nessa, pero ella se apartó impaciente por una respuesta.
-¿De dónde lo sacaste?-.
-De una casa abandonada, vi lo que en realidad sucedió en ese lugar, no sé cómo-. Por desgracia Ramsey no pudo quedarse con el libro porque Nessa lo volvió a guardar en su maleta mientras lo miraba con duda y algo exigente. -¿Por qué siempre mienten acerca de todo?-.
-Porque a los mundanos no les conviene creer o saber algo de un mundo ajeno al que están acostumbrados, nunca se lo toman bien, ni siquiera creo que algún día se lo tomen bien-.
-¿Quieres decir que hay otro mundo además de este?-. Ramsey asintió temerosamente, justo lo que menos querían que pasara, estaba ocurriendo ahora: Nessa comenzaba a mostrar interés en el mundo mágico, rogaba internamente porque no terminara igual que Jacob o Kendall.
-Sé que suena fascinante todo esto pero... no deberías dejar que esto te nuble la mente y te aleje de la realidad-.
-No pretendo dejar que eso pase, solo quiero respuestas de por qué me está pasando todo esto, ¿Tendrá relación con el collar que me obsequiaste cuando nos vimos por primera vez?-.
-Daría igual si tuvieras ese collar Ness, eso no cambiaría lo que está pasando ahora-.Ahora era el turno de Nessa de sorprenderse por lo que Ramsey había dicho y este comenzaba a maldecirse por ser tan imprudente e impulsivo. -Mira... Lo que quiero decir es que algunas cosas pasan porque sí, no porque simplemente tengas un artefacto o no-.
-Entiendo, ¿Pero puedes enseñarme, verdad?... Teóricamente hablando, y con propósito... ¿Académico?, claro-.
-Sí, claro que puedo pero...-. Puso una mano en su hombro mientras caminaban a la puerta de la cabaña y ella lo seguía sin reproches. -No será hoy, deberías estar en tu casa, ¿No?-.
-¡Demonios!-. Reaccionó Nessa mirando el reloj, se despidió rápidamente de Ramsey para salir corriendo a su casa, sin poderse controlar, invocó esa fuerza externa para llegar lo más pronto posible a casa y le sirvió, sentía que volaba sin tener alas, tan pronto como su abuela estaba comenzando a servir, ella irrumpió en la casa ruidosamente. -Lo siento abuela, me distraje en el camino-.
-Que bueno que llegaste, ya iba a buscarte en la escuela-. Terminó de servir mientras Nessa se cambiaba rápidamente, esta vez se llevó su maleta al cuarto, cosa que no pasó desapercibida para la mayor. -¿Estas bien?-.
-Solo un poco agotada y confusa...-. No sabía por donde empezar, quería decirle lo que había sucedido, pero no quería mencionar el libro porque eso implicaría que tuviese que contarle su travesía nocturna prohibida, ni quería imaginar lo que sucedería después de "contarle" sobre ese incidente. -Últimamente he sentido como si dentro de mí habitara una fuerza externa...-.
-¿Desde hace cuánto tiempo lo sientes?-. La interrumpió su abuela mirándola con dureza y preocupación, en el fondo ella temía que tuviese el mismo destino que Jacob o Kendall, no culpaba a su hijo menor de haberla dejado, pero cuando fuese el momento, Nessa lo entendería.
-No sé con exactitud, abuela-. Nessa bajó la vista algo triste por no poder ofrecer una respuesta mejor, su abuela se acercó más a ella. -¿Quienes son mis padres?-.
-Eres muy pequeña para decirte-. Nessa la miró cabizbaja tratando de ocultar su enfado, desde que tenía memoria y por casualidad había visto una foto de dos personas: una de ellas tenía cabello gris como ceniza (como el de ella, a excepción del rojo y que el cabello de Nessa era más claro), ojos verde claro tirando a gris y estaba pasando un brazo por los hombros de otro joven que parecía ser su hermano, este joven tenía el cabello gris casi blanco y ojos verde oscuro como esmeraldas, tan pronto hizo contacto visual con la foto una especie de visión tipo viaje en el tiempo la invadió, hasta que su abuela la sorprendió y desde ese día se había despertado dentro de ella, unas ganas de saber más acerca de esas dos personas que ya no eran desconocidas.
-¿Por qué simplemente no puedo saber de ellos? y ¿Por qué no puedo saber nada sobre los de la foto que vi aquella vez?-. No se iba a rendir, costase lo que costase averiguaría todo lo relacionado con su familia, aún si eso significaba que tuviese que hacerlo a hurtadillas o bombardear a su abuela con preguntas.
-Ya te lo dije Nessa, eres muy pequeña para entenderlo todo-. Su abuela comenzaba a aburrirse, Nessa (con un humor de los mil demonios) sin más se levantó de la mesa y comenzó a caminar hacia la puerta con toda la intención de irse. -¿A dónde crees que vas?-.
-A tomar algo de aire y despejar mi mente un poco-.
-¡¿No estarás pensando en ir a ver a Ramsey?!-. Nessa se volteó a verla con sorpresa fingida, ella conocía a Ramsey pero no esperaba que su abuela también lo conociera, si iba a hacerlo, iría a ver a Ramsey para aclarar sus dudas, pero no se lo gritaría ahí y ahora.
-No, ni siquiera sé quién es ese tal Ramsey-. Y dando por acabada la conversación salió de ahí dando un portazo y comenzó a caminar sin importarle que en pocos segundos comenzara a llover, se subió su capota metiendo las manos en sus bolsillos mientras en su mente había un enorme revoltijo de pensamientos acerca de su familia, cuando pasó por el lado de una caneca de basura simplemente la pateó dejando escapar un grito de frustración, los truenos comenzaban a surcar los cielos, comenzó a llover como si el cielo se hubiese desmoronado ahí mismo pero a Nessa no le importó, le gustaba ese clima porque le transmitía una calma y tranquilidad extraña, además de que lo consideraba el clima perfecto para leer.
-¿Sabes?, deberías aprender a canalizar tu ira-. Una voz tras ella la sacó de sus pensamientos, Nessa se volteó solo para ver a Ramsey con una sombrilla mirándola sin juzgar y negando con la cabeza, definitivamente esa chica es todo un caso al igual que sus antecesores.
-Señor Azka, ¿Qué hace aquí?-. Él no respondió simplemente alzó los hombros mientras caminaba lentamente hacia ella. -¿No me estará siguiendo ni nada por el estilo?-.
-¿Qué?, Claro que no-. Levantó la sombrilla para que quedaran los dos bajo ella, Nessa seguía con la mirada fija en el suelo, conteniendo su ira. -Solamente pasaba por aquí y te vi, por lo que veo las cosas no han ido nada bien-.
-No, tienes razón-. Se quedó callada sin saber exactamente qué hacer, sintió una mano de Ramsey en su hombro. -Simplemente quiero...-.
-¿Saber por qué te pasa esto?-. Ella asintió. -Bien, tal vez pueda darte algunas respuestas, pero caminemos, no quiero que me de hipotermia o que te dé un resfriado-. Comenzaron a caminar a la casa de Ramsey que por suerte no estaba tan lejos de donde él la encontró, llegaron a una casa elegante que parecía un mini hotel, ambos entraron y Nessa quedó maravillada por la belleza interior muy al estilo cásico. -¿Quieres tomar algo Ness?-. Preguntó mientras dejaba su paraguas secando.
-Ah... Si gracias señor-. Iba a sentarse cuando un carraspeo de Ramsey lo impidió, con un breve movimiento de mano la hizo entrar en calor y secarse, Nessa suspiró. -Así está mejor-. Con media sonrisa se fue a la cocina a preparar chocolate caliente, en cambio Nessa solo se limitó a quedarse sentada mirando el fuego de la chimenea, echaba de menos su libro negro.
-Aquí tienes Ness-. Le acercó el chocolate e inmediatamente ella lo recibió agradeciendo la bebida humeante. -Así que ... ¿De qué quieres hablar?-. Inmediatamente su mirada se dirigió a un pedazo de papel bastante familiar para ella, era la otra parte (que había dado por perdida) de su preciado dibujo de la cabaña abandonada que un idiota de su curso le había arruinado, no se aguantó las ganas de expresar lo que pensaba.
-Reconozco ese dibujo-. Señaló una especie de marco marrón en donde estaba la hoja algo arrugada que antes había pertenecido a su block de dibujos, Ramsey lo miró soltando una risita inaudible.
-Que curioso que lo digas, lo encontré mientras caminaba a mi cabaña... ¿Por qué te interesa tanto ese dibujo?-.
-Por que yo lo hice-. Ramsey se atragantó con la bebida ante la confesión de Nessa, ella inmediatamente dejó la suya sobre la mesa para ayudar a Ramsey. -¿Está bien señor?-.
-Si gracias, Ness-. Ambos se separaron rápidamente y retomaron sus lugares. -La verdad me sorprendió mucho, porque tienes un don admirable en el dibujo, pero no es eso lo que más me impresiona...-.
-Ya sé lo que quiere decir, que le impresiona que yo haya dibujado un lugar que nunca antes había visto, y es precisamente esa una de las cosas que quiero aclarar-. Hizo una pausa antes de dar un sorbo al chocolate bajo la atenta mirada de Ramsey. -¿Cómo es posible que pueda ver lugares que nunca había visto y dibujarlos a la perfección como hubiera estado allí alguna vez?-.
-Ness, creo que tienes un don mágico de premoniciones o profecías-. Nessa no pudo evitar abrir los ojos con sorpresa, entonces ella había heredado poderes y sangre mágica de alguien de su familia; la gran pregunta era: ¿De quién?, Ramsey espero paciente a que ella dijera algo más y como no obtuvo respuesta optó por preguntar. -¿Alguna otra cosa Ness?-.
-Si, ¿Esos dones podrían estar relacionados con esa fuerza interna que siento en ocasiones, como la del callejón?-.
-Es correcto y eso no es lo único que puedes hacer-. Ramsey se levantó, caminó hacia un estante repleto de libros, cogió uno grueso y se volvió hacía Nessa que lo miraba entre curiosa y demandante. -Ah si, primero debes saber tu linaje-.
-¿Linaje?-.
-Tus verdaderos orígenes, tus habilidades no las tuviste así porque sí-. Siguió buscando entre las hojas hasta llegar al capítulo en donde se hablaba de los linajes y los tipos de sangre mágica que existían. -Aquí está...-. Se acercó a donde estaba sentada ella para tomar asiento mientras le pasaba el libro y Nessa lo colocaba sobre su regazo para ver mejor.
-Supernaturals o "Os nádarrach", aquellos que son de linaje mágico y puro, son la clase de magos más poderosos, capaces de dominar cualquier clase de magia (sea oscura, media o blanca), tienen características físicas distintivas. La fuente de su poder infinito es desconocida para los de otros linajes y especies, a excepción de los magos o seres pertenecientes a este linaje, por este motivo no suelen ser tan vistos y así no atraer la atención de los Hidden y de las otras ordenes relacionadas con magia oscura. Además su linaje puede pasar de generación en generación a uno o más miembros de una familia, solo hay cinco familias registradas con ese linaje-.
-Como habrás supuesto tus antepasados también eran de ese linaje-.
-¿De verdad?-.
-Claro que sí-. Iba a seguir narrando todo hasta que cayó en cuenta de dos cosas: Estaría a nada de romper su promesa y meter la pata, y segundo, el tiempo; miró la hora y se tensó demasiado, iba a ser media noche. -¡Válgame Sucellus!, mira la hora Ness, tu abuela te matará-. Comenzaron a caminar hacia la puerta y a Nessa eso no le pasó desapercibido.
-¿Conoces a mi abuela?-.
-Si-. Abrió la puerta y por suerte ya había dejado de llover, salieron y comenzaron a caminar a paso apresurado hacia la casa de Nessa; las calles estaban desiertas, sin embargo eso no impidió que Ramsey se pusiera en guardia ante lo que pudiera pasar, desde que Nessa le comentó la visión que tuvo, se andaba con cuidado. Después de un caminar por un tiempo con Ramsey explicándole ciertas cosas sobre cómo conocía a su abuela, llegaron a una cuadra antes de la casa de Nessa. -Bueno pequeña Ness, hasta aquí te acompaño-.
-Gracias señor, nos vemos mañana-. Entró y como era se suponer su abuela había estado esperándola en la sala hasta dormirse, sonrió tontamente antes de buscar una manta para cubrirla y dejarla ahí con un beso en la frente; camino a su habitación y se acostó pensando en lo que le había dicho Ramsey: ella era de un poderoso linaje mágico (gracias a su familia), y definitivamente no era normal.
Al día siguiente, los rayos de un sol intenso se colaron por la ventana de la habitación de Nessa, provocando que ella soltara un gruñido antes de coger la almohada para cubrirse el rostro, estaba por dormirse de nuevo cuando se levantó de golpe y algo alterada, llegaría tarde a la escuela.
-¡Mierda!, olvidé que debo ir a la escuela-. Iba a levantarse para alistarse cuando de nuevo se dejó caer en la cama un poco más relajada. -Verdad que salimos a vacaciones de verano-. Cerró los ojos con toda la intención de dormir un rato más cuando el sonido de la puerta abrirse la despertó.
-Nessa, ¿Planeas quedarte todo el día en cama?-.
-La verdad... Si-. Su abuela la miró negando con la cabeza antes de dirigirse a la puerta para dejarla que se alistara, sabía que así fueran sus vacaciones, Nessa hacía lo posible por ayudarla con los quehaceres o se quedaba ya fuera leyendo o dibujando; ella se incorporó. -Abuela, lamento mucho lo que ocurrió ayer...-.
-Tranquila, no pasó nada-. Estaba por salir cuando recordó que debía hacer esa pregunta. -Por cierto, ¿A dónde fuiste anoche?-.
-A un parque cercano, quería mirar las estrellas y relajarme un poco-.
-Bueno será mejor que te apresures, no querrás que tu desayuno favorito se enfríe-.
-Por supuesto que no-. Se levantó rápidamente para correr a la ducha y cambiarse en un santiamén, se vistió con un pantalón oscuro, sus típicas botas negras, cabello a los lados cayendo como cortinas sobre su rostro y una blusa gris, bajó para desayunar, estuvieron así hasta que la abuela de Nessa se levantó para llevar los platos y alguien llamó a la puerta tres veces.
-Nessa, abre la puerta por favor-. Ella obedientemente caminó hacia la puerta para recibir al invitado que ninguna de las dos estaba esperando y abrió la puerta revelando a un hombre vestido con un elegante traje al estilo de los años 1800, su rostro le resultaba algo familiar.
-Hola Nessa, me sorprende ver lo mucho que has crecido-...
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