CAPÍTULO IX: NESSA
DIEZ AÑOS DESPUÉS:
Por las calles de Inverness, una joven con el cabello de un color llamado Quora (combinación al mezclar el color gris con el rojo), largo hasta los hombros, ojos platinados, cara seria y vestida con un uniforme de escuela algo diferente al de sus compañeras, ya que en el lugar de llevar falda llevaba un pantalón corto hasta las rodillas, medias acorde al uniforme, la típica blusa de escuela, camisa blanca y botas de cuero del color de su corbata; caminaba un poco cabizbaja mientras sujetaba con fuerza su block de dibujos.
Cuando sus otros compañeros de escuela no querían interactuar con ella por ser "diferente", Nessa simplemente se quedaba en algún rincón del colegio dibujando, ya fuera lo primero que viera o lo primero que imaginara (en ocasiones y no lo había mencionado a nadie, dibujaba cosas futuristas), con un lujo de detalles, además de actuar como una chica de más edad.
-Buen día jovencita-. Apenas llegó a las puertas de la escuela, el celador la saludó como de costumbre, con una sonrisa en la cara que se le contagió de inmediato a ella.
-Buen día señor Thomas-. Respondió ella tan educadamente, como le había enseñado que debía hacer con todas las personas, había cambiado de actitud en un santiamén.
-¿Emocionada de comenzar sus clases? -.
-Un poco-. Siguió caminando para adentrarse más en la escuela, la recibió una oleada de ruidos de niños corriendo, otros hablando y otros como para variar, apuntándola con un dedo y hablando a sus espaldas, ella los ignoró hasta llegar frente al salón donde tenían clases para sentarse y terminar sus dibujos, estaba tranquila y callada hasta que tres niños se le acercaron con la intención de sacarla de quicio.
-Hola niña rara-. Le dijo uno de aquellos niñatos que estaba frente a ella, ella simplemente sacudió su cabeza a modo de saludo y siguió dibujando como si ellos no estuvieran ahí, eso no les gustó porque de un solo golpe le arrojaron su block lejos, haciendo que la hoja se despegara y rompiera.
-¡Oye, ¿Qué te pasa?!-. Se levantó ella empujando a aquel chico con ira, todos voltearon a ver el espectáculo que los había sacado de su rutina, el chico la miró con rabia antes de acercarse a ella de nuevo ganándose otro empujón. -¡Vete y déjame en paz!-. Para su suerte la maestra había llegado para abrir la puerta del aula, ella recogió sus cosas y entró casi llevándose a la maestra por delante hasta ubicarse en su asiento, la clase transcurrió dentro de lo que se puede decir normal, luego a la hora del descanso y como era costumbre ella comenzó a buscar un sitio alejado para dedicarse de nuevo a dibujar. -Oh demonios-. Exclamó cuando vio que su dibujo de una tienda de aspecto abandonado había sido roto por la mitad, se dispuso a unirlo como fuera, mientras lo pegaba con cinta, su mirada se desvió a una puerta que podía jurar que minutos antes no estaba ahí, se levantó y comenzó a caminar hacia allí llevada por la curiosidad.
-¡Hey tu!-. Gritó uno de los conserjes captando la atención de Nessa. -¿Qué diablos crees que vas a hacer chocándote con ese muro?-. Ni modos que fuera a entrar a la plataforma 9 y 3/4 como si estuviera dentro del mundo Harry Potter o algo parecido, sacudió la cabeza para espabilarse un poco, recogió sus cosas y caminó a su siguiente clase sin poderse sacar de la cabeza lo que había pasado hace unos minutos, trató de no pensar en ello y poner más de su empeño por ser la mejor en las clases, cuando hubo terminado el día escolar, caminó de nuevo hacía su casa.
-Hola abuela, ya volví-. Saludó mientras dejaba la maleta en algún rincón de la casa y subía las escaleras para cambiarse el uniforme por una ropa más cómoda.
-Que bueno cariño, ¿Cómo te fue en la escuela?-. Preguntó la matriarca McQuoid mientras terminaba de servir el almuerzo, Nessa bajó casi corriendo las escaleras para sentarse a almorzar, esa era una de las partes favoritas de su día a día.
-Nada diferente, sigo teniendo que lidiar con esos idiotas-. Se quedó pensando de nuevo en el incidente de la puerta mientras su abuela la miraba con reproche por hablar así. -Oye abuela, ¿No te ha pasado que alguna vez ves algo que otros no ven a simple vista?-.
-Si, ¿Por qué lo preguntas?-.
-Vi un pasadizo secreto en la escuela, pero el conserje me dijo que si estaba loca por querer chocar contra una pared-. "Mundanos estúpidos" soltó su abuela mientras pensaba en qué responderle a Nessa. -Bueno, iré a terminar mis deberes y luego saldré caminar un rato-.
-Está bien-. Definitivamente su nieta había heredado los dones de la familia, aún no se lo diría porque no quería que terminara igual que uno de sus hijos o peor, simplemente dejaría que las cosas siguieran su ritmo y que sea lo que Sucellus quiera. Por otro lado Nessa, después de haber terminado sus deberes a una velocidad increíble, comenzó a dibujar un lugar que no había visto nunca, parecía una especie de iglesia magistral, cuando hubo terminado de dibujarla, cogió su block y salió para despejar su mente un rato, cuando estaba por llegar a la orilla del río a la que tanto le gustaba ir, el viento comenzó a soplar con fuerza, llevándose algunos dibujos.
-No, por qué a mi-. Reprochaba mientras corría para evitar que más dibujos se les fueran, pero por desgracia del que estaba roto, solo pudo recuperar una parte, suspiró desanimada y echándose a llorar por eso. -Niño idiota, las va a pagar algún día-. Prosiguió su camino sin más.
Unos cuántos días más tarde cuando Nessa hubo cumplido los 13, estaba caminando por la plaza de su pueblo buscando unas cosas que le habían encargado, cuando vio que alguien de avanzada edad estaba haciendo una especie de venta de garaje, se acercó curiosa ya que uno de los extraños objetos le llamó la atención.
-Disculpe-. El anciano no tan anciano, volteó a verla sorprendido de que alguien se acercara a su carpa. -¿Dónde consigue estas cosas tan exóticas?-. Preguntó señalando un arco negro con rojo, a Nessa siempre le había interesado lo raro o poco normal, o como decía ella "lo mágico".
-En mis viajes niña, ¿Hay algo que te interese?-.
-Bueno, para ser honesta... todo me llama la atención-. Confesó soltando una pequeña risita, el otro señor la miró entre interesado y confuso. -Pero es una lástima que no tenga dinero-.
-No pases pena por eso, si quieres puedo regalarte algo-. Cogió una especie de dije al azar que tenía forma de serpiente y se lo obsequió, Nessa se quedó mirándolo entre embobada y dudosa.
-Oh gracias, pero mi abuela dice que no debo aceptar nada de extraños-.
-Tómalo como una propuesta para tener alguien con quien hablar-. Nessa lo miró extrañado con una ceja alzada. -Me llamo Ramsey, Ramsey Azka-.
-Nessa McQuoid, un placer-. Ramsey casi palidece al escuchar el apellido, aquella chica que tenía al frente era nada más y nada menos que la última descendiente (por ahora) de la poderosa familia McQuoid. "Creo que nunca me van dejar en paz" pensó mientras recordaba lo que había pasado con los antecesores de esa chica, menos la madre.
-Ahora que ya no somos extraños o desconocidos...-. Ella recibió el collar con una sonrisa en la cara y se lo guardó en el bolsillo.
-Bueno, ha sido un placer conocerlo señor Ramsey-. Se despidió la chica antes de salir dando saltitos de felicidad, para irse a su casa.
-Lo mismo digo Ness-. Sin pensarlo ya le había puesto un apodo a aquella chica que acaba de conocer, negó con la cabeza antes de guardarlo todo rápidamente y entrar a la paz de su cabaña. Por otro lado la chica que iba analizando lo que había pasado antes mientras miraba el collar antes de decir ponérselo, iba a voltear cuando la empujaron contra la pared de un oscuro callejón, eran los mismos chicos que la habían molestado en su tercer día de clases.
-¿Pero a quien tenemos aquí?-. Pregunto el mismo chico que le había roto su preciado dibujo, mientras los otros reían y se le acercaban para acorralarla, ella volteó a verlos con los ojos inyectados en furia, incluso los tenía como Raiden el Dios del trueno de MK.
-Se los advierto, déjenme en paz-. Comenzó a hablar mientras los otros tres la miraban extrañados, las pocas canecas que habían comenzaron a expulsar todo su contenido como su las hubieran detonado, los muros comenzaron a agrietarse.
-No dejaré que una niña rara como tú me diga qué hacer-. Al que tenía a su derecha lo empujó botándolo mientras desprendía pequeños haces de luz de sus manos, cogió al otro chico y le propinó un potente zurdazo que lo estrelló contra la pared, finalmente posó sus ojos en el chico que le había dicho rara, este la miraba con pavor, ella lo cogió del cuello. -No me lastimes, por favor-.
-Te tendría piedad, pero me prometí a mi misma que las pagarías-. Lo cogió con más fuerza mientras el chico se sacudía violentamente como si lo estuvieran electrocutando, hasta que calló medio muerto, ella lo soltó y volvió a la normalidad, volteó a ver lo que había hecho. -Oh no, será mejor que me vaya-. Salió disparada hacia su casa, sin importarle a quien o qué se llevaba por delante, llegó a su casa y cerró la puerta con tanta brusquedad recostándose en ella.
-¿Te sientes bien cariño?-. Preguntó su abuela al verla tan alterada mientras se acercaba con una bebida para relajarla.
-No lo creo, algo muy raro me pasó en el callejón-. Su abuela la miró extrañada y ella le contó todo el incidente con lujo de detalles, evidente su abuela se quedó sorprendida por aquello, se quedaron un rato en silencio. -¿Por qué me pasó eso?-.
-No lo sé, pero deberías ser un poco más cuidadosa-. En realidad sí sabía, pero no se lo diría hasta que fuera mayor de edad, ya después tendría que hacer una visita al alguien cercano a ella para llegar a un acuerdo acerca de no contarle todo a Nessa, el resto del día Nessa no salió de su habitación por recomendación de su abuela, luego de la cena y mientras dormían, Nessa tuvo una visión: Un grupo de personas de dudosa procedencia atacaban una cabaña algo abandonada en medio de una plaza, una persona del mismo aspecto de Ramsey luchaba contra aquellas personas que tenían intención de matarlo, pero él no tenía intención alguna de rendirse, se despertó de golpe sudando, miró a su alrededor antes de volverse a dormir, ya mañana hablaría con Ramsey.
Después de la escuela, se aseguró de que nadie la viera y comenzó a caminar hacía dicha casucha de sus sueños, al principio eso no le sorprendió porque reconocía el lugar, con una mezcla de miedo y nerviosismo, se acercó a la puerta y tocó tres veces.
-Ness, que gusto volver a verte-. Dijo Ramsey mientras abría la puerta para dejarla entrar.
-Lo mismo digo señor, pero estoy aquí por otro motivo-.
-¿Ah sí?-. Preguntó enarcando una ceja mientras esperaba impaciente lo que Nessa pudiera contarle, aunque sospechaba de qué se trataba, había prometido que no diría nada hasta que ella cumpliese la mayoría de edad.
-Sí, mi abuela no me dio la respuesta que necesito, así que esperaba que usted pudiese ayudarme ya que supongo que sabe sobre cosas mágicas u opuestas a lo normal-. Comenzó a contarle todo mientras tomaba asiento y Ramsey le ofrecía jugo que mágicamente había hecho aparecer, mientras él tomaba whisky.
-De acuerdo, cuéntame tus razones-.
-Bueno en realidad son tres cosas: la primera es que en mi escuela vi una clase de pasadizo secreto que nadie más vio-. Ramsey parecía idiota mirándola atentamente y a la expectativa de lo que ella pudiese contarle. -La segunda es que casi mato a alguien con mis propias manos...-.
-¿Cómo dices?-. Nessa le contó todo tal y como había hecho con su abuela, cosa que sorprendió a Ramsey porque no esperaba que Nessa desarrollara sus poderes tan rápido, y eso era extraño porque sus antepasados tardaron hasta meses en desarrollarlos y descubrir lo que en realidad eran. -Es curioso que te haya pasado eso, sígueme contando todo-.
-Bien... Tuve una especie de sueño o algo así-. Se calló de golpe antes de dar un sorbo a la bebida, dudaba si debía decirle que anduviera con cuidado o mentirle acerca de ello, igual ya se había metido de cabeza a contarle todo.
-¿Qué fue lo que viste?-.
-A un grupo de personas...-. De nuevo dudó si decirle o no, pensaba los pros y los contras acerca de contarle u ocultarle que el sueño o como diría Ramsey, la visión. -Estaban atacando una cabaña similar a una que dibujé hace dos años, creo que venían buscaban a alguien-.
-Maldición-. Susurró él pasando una mano por su frente, sabía exactamente qué significado tenía lo que Nessa acaba de decirle, desde hace mucho que lo estaban buscando y por esa razón se había escapado de su ciudad natal a Inglaterra, a la zona más alejada posible. -Ness, creo que deberías volver a casa y buscarme mañana-.
-¿Es por lo de la visión?-. Preguntó mientras sentía como Ramsey la llevaba hacia la puerta.
-Tal vez, pero es mejor que regreses a tu casa-. Sin poder decir o reprochar algo, Nessa se encontraba fuera de la cabaña de Ramsey, comenzó a caminar hasta su casa, iba uniendo lazos mentalmente hasta que una casa abandonada le llamó la atención, tenía cinta policial y un guardia merodeando por ahí.
-Disculpe señor-. Nessa se acercó más al guardia, este en ningún momento dejó de vigilar la zona. -¿Por qué cerraron esta casa?-.
-La gente rumoraba que en esta casa no vivían personas normales-. Nessa lo miró confundida ladeando su cabeza. -Por lo que veo no sabes la historia, pues bien... en esta casa vivían cinco personas: dos hermosas niñas, un bebé, el padre y la madre, no eran de aquí y el padre tenía costumbres fuera de lo normales. Una noche el señor recibe la noticia de que sus dos hijas habían muerto por una extraña enfermedad, eso obviamente lo devastó y juraba que alguien lo estaba maldiciendo. Después cuando fueron a tener al tercer hijo, la madre muere durante el parto-.
-Qué horrible, ¿Y qué pasó con el señor y el bebé?-.
-En medio de la desesperación, recurrió a hacer una especie de ritual para tratar de recuperarlos de alguna manera...-. Nessa abrió la boca sorprendida porque ya había deducido qué pasó, el padre de familia había sacrificado al niño en un ritual que supuestamente reviviría a su familia, pero eso no sería cierto. -En cuanto al señor, al ver que lo que había hecho no funcionó, se mató ahorcándose-.
-Wow, gracias por la historia señor, que tenga buen día-. Nessa siguió caminando, mientras pensaba en cómo escabullirse de noche y entrar a esa casa, su espíritu de aventura la llevaría lejos esta noche. Llegó justo cuando su abuela estaba sirviendo el almuerzo, de nuevo arrojó su maleta en un rincón equis de la sala, subió para cambiarse y bajó a almorzar.
-¿Dónde estabas?-. Preguntó su abuela a la par que servía el jugo.
-De camino a casa, pero me entretuve en el camino, no conocía la historia de esa casa...-.
-¿Hablas de la casa del misterioso y horroroso caso del hombre que perdió a su familia y luego se mató?-.
-Efectivamente, el guardia del lugar me contó la historia-. Nessa comía y respondía como si nada, después de que terminara sus tareas bajaría a esa casa y vería por ella misma lo que había pasado, algo dentro de ella la motivaba a ir allí y no ignoraría ese llamado. -También mencionó que se han creado rumores de que la casa está maldita y cosas por el estilo-.
-Pobres personas, nunca me han agradado mucho los mundanos, pero... eso que les pasó a ellos no se lo deseo a nadie-. Dijo su abuela antes de recoger los platos de ambas y llevarlos al fregadero, ya Nessa se encargaría de eso después de acabar con sus deberes, sin mediar palabra alguna subió a su habitación para seguir con su rutina, después bajó para lavar los trastes casi de manera automática, cuando era bien entrada la noche salió por la ventana de su habitación sin hacer ruido, bajar no era un problema; el problema iba a ser como volver a entrar sin que la viera su abuela, alzando los hombros comenzó a caminar hacia esa casa sujetando su mochila.
-Ojalá el guardia no esté de nuevo-. Pero para desgracia suya el guardia estaba haciendo sus rondas habituales, maldijo por lo bajo, entonces esperó a que le diera la espalda para poder "dormirlo" de alguna manera, sintió de nuevo lo mismo que en el callejón, se posó detrás de él y de la nada, con solo tocar el hombro del guardia; este se desmayó. -Creo que debo aprender a controlar esto-. Siguió caminado hasta la entrada de la casa que estaba algo degastada y llena de maleza, inspiró y abrió la puerta con su mano libre para adentrarse en ese siniestro lugar, la puerta chirrió ante su contacto, apenas entró se topó con unas escaleras rotas, uno que otro roedor, murciélagos, insectos.
Su vista viajó hasta las fotos que estaba en la sala-comedor, se acercó a ellas, no podía dejar de pensar en cómo una familia feliz como esa tuvo un final no muy lindo, caminó hacia las escaleras para subir a las habitaciones de la familia, todas estaban con cinta policial, terminó de recorrer la casa que no ofrecía nada más que paredes sucias, ventanas rotas, madera vieja y desgastada, a medida que pasaba su mente le ofrecía visiones acerca de lo que verdaderamente ocurrió en ese lugar, parte de lo que el guardia dicho era cierto, lo único que cambiaba la historia, era que la familia había sido atacada por alguien o algo que no era humano y eso explicaba porque la casa tan desordenada, habían símbolos extraños en algunas paredes y porqué la gente creía que habían muerto por "causas naturales", los habían maldecido.
Justo cuando iba a salir una puerta entre abierta captó su atención, llegó a lo que antes era el ático de aquella casa, ahí era donde el padre había hecho ese acto inhumano en contra de su propio hijo, había sangre en todo lado, palabras escritas en latín y un extraño libro de tapa negra, Nessa se agachó y lo recogió, miró la hora y faltaban tres minutos para las tres de la mañana, bajó rápida y sigilosamente de allí y corrió hasta su casa, se detuvo al no saber cómo iba a subir y únicamente pensó en trepar hasta su habitación, lo logró, entró a su cama se cubrió totalmente para dormir y prepararse para otro aburrido día de escuela.
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