Capítulo 44
Capítulo 44. De regreso
Jeremiah Greythorne
29 de febrero 2020
La paz al igual que casi todo en la vida es temporal.
Siempre lo ha sido, sin embargo, cuando la sientes siempre querrás que sea eterna, la sensación de tranquilidad alrededor siempre será algo que el ser humano anhele al menos por unos segundos, es por eso que cuando la experimenta normalmente se detiene para sentirla esperando que el tiempo haga lo mismo.
No pensé que uno de mis segundos de paz sería despertar al lado de Sasha, pero de nuevo no estoy seguro de mi alrededor, de mi vida, de las personas que la llenan. Es ahí cuando la paz se agrieta.
Suspiro sintiendo su cabello cosquillear en mi barbilla, porque su rostro ahora se encuentra hundido contra mi pecho de la misma manera en que su cuerpo se ha acercado tanto que casi se mete por debajo de mí, una ventaja para ella es que dormí sobre mi costado, lo cual le ha dado espacio de acercarse. La manera en que encajan mi cuerpo y el suyo es curioso, sus brazos se juntan contra su pecho acurrucándose en si misma contra mí.
Alzo una de mis manos trazando su mejilla sin tocarla, antes de alejarme un poco para observarla, sin embargo, ella da un respingo sentándose rápidamente con un jadeo, su respiración volviéndose laboriosa.
—Sasha...—Me observa con los ojos muy abiertos y mi ceño se frunce—. ¿Qué sucede?
—Yo...estoy bien—Sacude la cabeza antes de pasar sus manos por su rostro dejándose caer de espaldas nuevamente—. Solo fue una pesadilla...—Parece que habla para sí misma antes de mirarme—. Buenos días, Greythorne.
—Buenos días.
—Ya es tarde—murmura tallando uno de sus ojos, apoyo mi codo contra la almohada dejando mi cabeza sobre mi mano mientras la miro.
—¿Tarde para qué?
—Para ir a correr, pero muy temprano para el desayuno—Se encoge de hombros antes de estirarse en su lugar, luego vuelve a acurrucarse sobre su costado bajo las sabanas quedando frente a mí—. Pensé que regresarías a tu habitación.
—Lo siento, me quedé dormido.
—¿Te disculpas contigo mismo? Porque yo no tengo problemas en que duermas conmigo—Alza las cejas y es mi turno para encogerme de hombros.
—Creo que noté eso.
—No voy a disculparme—puntualiza torciendo los labios luego de unos segundos antes de balancear sus piernas fuera de la cama—. Igual no creo que te importe, es extraño como eres la reencarnación de una estatua mientras duermes.
—¿Es así?
—En efecto, la única manera en que sé que no te has muerto es porque respiras, de resto te quedas en una misma posición toda la noche.
—Parece que me observabas mucho mientras dormía.
—Si ¿Y qué? ¿Vas a demandarme por eso? —Alza la barbilla hacia mi entrecerrando sus ojos mientras alza sus brazos estirándose en toda su altura.
—Podría...—Ladeo la cabeza vacilante y ella resopla.
—No puedes, sobre todo porque no me meto a tu cama en contra de voluntad, no es invasión a la propiedad privada y no cuenta como acoso si eras tu quien rogaba que me quedara allí—Mira sus uñas desinteresadamente—. Obtén pruebas y podríamos discutirlos, de cualquier forma, la razón es que mi sueño es ligero, cualquier cosa me despierta en la noche, así que tu imitación de alguna estatua me beneficiaba—Pasa sus dedos por su cabello distraídamente y casi puedo decir que se ha retraído, tal vez todavía está enojada por lo de anoche o tal vez solo es su humor mañanero, cualquier cosa que sea decido darle espacio.
—Volveré a mi habitación—digo sin dejar de verla, hace un sonido de afirmación girando sobre sus talones para encaminarse al armario y yo suspiro antes de hacer lo que he dicho.
En el pasillo mi hermana alza las cejas antes de sonreír.
—Pero ni desmemoriado perdonas—Entrecierro los ojos hacia ella quien se encoge de hombros—. Mamá ya está preparando el desayuno, Salamandra.
—¿Cómo...?
—Salamandra—Se ríe antes de encaminarse a su habitación y yo hago lo mismo hacia la mía.
No mucho tiempo después me encuentro ocupando uno de los lugares en la mesa mientras mi madre sirve el desayuno junto a Ashley, Sasha ocupa el lugar a mi lado silenciosamente y no tarda en comenzar a comer cuando su plato está lleno.
—Sasha ¿quieres café? —cuestiona mamá luego de servirme a mí.
—Sasha no toma café—murmuro distraídamente porque sé que ella ha estado comiendo sin parar y no puede responder ahora, siento su mirada sobre mi y volteo a verla arqueando una de sus cejas, pero vuelve a mirar su plato.
El resto del día se encarga de ocuparse con mi madre o mi hermana y esto de alguna manera me irrita. No es hasta el día siguiente cuando está a punto de irse que se acerca voluntariamente a mí.
—Nunca te dije que no tomara café
—¿Lo tomas? —Paso una mano por mi cabello confundido.
—No lo hago, pero yo nunca te lo dije ¿de dónde recordaste eso? —Ladea la cabeza con el ceño fruncido, relamo mis labios haciéndome la misma pregunta, sin embargo, no encuentro una respuesta y solo para evitar que mis propias ilusiones sobre mi memoria regresen respondo:
—Probablemente mi hermana lo mencionó.
3 de marzo 2020
—Vete a la mierda, Astrid.
Arqueo una de mis cejas hacia Ashley que decide que es mejor idea pasarme el iPad a mi mientras ella se enfoca completamente en la película en el televisor de su habitación.
Ella no debería estar aquí, en Keaton quiero decir, se supone que debe estar en su departamento para poder ir a la universidad, sin embargo, ella ha estado evadiendo eso, se fue la semana pasada porque tenía parciales programados, pero ha vuelto el viernes inmediatamente han terminado y aquí continua.
No lo entiendo, pero tampoco me preocupo por preguntarle las razones.
—Jeremy ¿Cómo estás? —Miro a Astrid a través de la pantalla torciendo los labios, es lo mismo, hablar con ella y hablar con Ashley es lo mismo, la única diferencia es el hecho de que tienen personalidades distintas, sin embargo, mientras las miro no puedo encontrar diferencias en las facciones de ambas, claro que el hecho de que solo vea a Astrid por videollamadas también influye en mi problema para diferenciarlas.
Sin embargo, en cuanto a su manera para conversar si encontré algunas. Mientras que Ashley es ligeramente más parlanchina, Astrid se mantiene silenciosa por mucho tiempo mientras hablamos. Ashley parece ser mas amable, pero tampoco puedo deducir esto completamente porque solo he interactuado con Astrid por llamada y soy su hermano, se supone que podría ser amable conmigo y con otros no.
Mi madre dice que Sebastián y yo somos iguales, reservados como papá, que Astrid también tiene un poco de eso, mientras que Ashley fue la única que heredó su carácter. Todavía tampoco estoy completamente seguro de ello.
Astrid se aclara la garganta y alzo las cejas.
—¿Has hablado con Layla?
—Te recuerdo que Sasha ya tiene un anillo, Astrid y fue Jeremy quien se lo dio—murmura Ashley desde su lugar, no entiendo a qué se refiere.
—No hablé contigo, Ashley—revira mi hermana al otro lado de la línea.
—Pero ¿adivina qué? Fui yo quien respondió, Ardilla barata—Ashley se inclina hacia mi para que Astrid pueda verla por la cámara.
—Ya se te olvidó que eres una copia mía ¿no? Si yo soy ardilla tu también.
—Ya quisieras que te hubiera copiado, sanguijuela estúpida.
—No, no hablé con Layla—corto su discusión apretando mis labios en una línea tensa, mi hermana asiente al otro lado de la pantalla y yo suspiro ante el dolor que atraviesa un costado de mi cabeza—. Hablaremos luego, iré por agua—murmuro devolviéndole el iPad a Ashley mientras balanceo mis piernas fuera de la cama.
Es algo tarde en la noche ahora.
La casa se encuentra en silencio mientras camino por el pasillo y hacia las escaleras intentando no hacer ruido, sin embargo, tengo sed y no he podido dormir demasiado, por eso acepté la invitación de Ashley de ver cualquier cosa que ella estuviera viendo.
Pero por alguna razón hay algo más frustrante para mi hoy, estoy teniendo un retroceso.
Al igual que el primer día cuando desperté lo poco que había en mi cabeza pasa tan rápido que apenas tengo tiempo de verlo, todos mis pensamientos son un caos demasiado revuelto para que pueda asimilarlo ahora.
Mi ceño se frunce mientras me sirvo un vaso de agua, lo bebo rápidamente y vuelvo a llenarlo dejándolo frente a mi en la barra, ocupo uno de los banquillos intentando atrapar algún pensamiento coherente en mi memoria. No hay nada.
Un gruñido frustrado se arrastra por mi garganta y bebo el vaso de agua sin descanso, cuando lo termino aprieto mis dedos alrededor de él sintiendo el dolor que se aloja en mi cabeza. Mis dedos se tensan alrededor del cristal hasta que este cede rompiéndose, trozos afilados clavándose en mis palmas hasta que el ardor me hace arrojar los restos contra la pared y el sonido del cristal contra la pared resuena en la cocina haciendo que mi cabeza duela más.
—¡Jeremy! ¿Qué estás haciendo? —Bajo la vista a la herida en mi palma donde la sangre comienza a acumularse.
Una, dos, tres imágenes con sangre aparecen en mi mente, luego otra, pero a ninguna puedo darles un lugar en mi cabeza.
—¡Jeremy! —Mi hermana aparece en mi campo de visión presionando una toalla en mi palma—. ¿Qué mierda haces? ¿Ahora te autolesionas? —Mi ceño se frunce mientras la observo, extiendo mi mano libre empujando el cabello fuera de su frente, pero no hay ninguna cicatriz allí.
Vi una cicatriz.
—No está.
—¿Qué? —Frunzo el ceño ante la imagen de una bebé en el suelo, sangre y la sensación de culpa que me embarga antes de mirar fijamente a mi hermana.
—¿Te dejé caer?
—¿Te estás burlando de mí?
—¿Te dejé caer? —repito y ella clava sus ojos en los míos, los ojos de papá.
—No...—Parece pensarlo por un segundo antes de abrir mucho los ojos—. Pero si hablas de muchos años atrás dejaste caer a Astrid cuando éramos bebés ¿a eso te refieres? —Asiento confundido—. ¿Buscabas la cicatriz? No la tengo yo, la tiene Astrid ¿recordaste eso?
—No lo sé...
—¿Seguro?
—La sangre...
—Mamá dijo que había mucha cuando eso sucedió, aunque solo fue un pequeño golpe contra el borde de un escalón ¿realmente lo recordaste? —Sacudo la cabeza confundido parpadeando varias veces, ella limpia la sangre en mi palma y resopla—. ¿Por qué rayos hiciste eso? —masculla volviendo a limpiar mi palma—. Pon la mano bajo el agua, buscaré gazas.
Hago lo que me dice, sin embargo, el dolor de cabeza apenas me permite mantenerme sobre mis pies y las imágenes pasando constantemente por mi cabeza hacen que un mareo me asalte, apoyo mis manos al borde de la barra para sostenerme y la sangre mancha el mármol blanco.
Más imágenes con sangre aparecen en mi mente y resoplo.
—Ya volví...Mamá va a matarte por manchar todo—La voz de mi hermana resuena como un eco detrás de los pocos recuerdos agrupándose en mi memoria, el pitido llena mis oídos y hago una mueca con mis labios apretando los párpados—. Oye ¿estás bien?
—No.
5 de marzo 2020
Le doy vueltas a mi celular entre mis dedos mientras doy un paso tras otro por el jardín, puedo sentir la mirada de mi padre desde hace ya un tiempo así que es algo raro, me concentro en mis pasos notando que era algo que hacia cuando era niño.
Hay muchos recuerdos de mi niñez ahora, ni siquiera sé si estaban ahí antes de que perdiera la memoria, pero aquí están. El doctor dijo ayer que mi memoria estaba regresando gradualmente, que podría suceder de manera asociativa, lo que significa que solo tendría recuerdos asociados a cosas que me pasen, por eso la sangre hizo que algunos aparecieran. Dice que es extraño, pero que debería agradecer que mi memoria regresara tan pronto pues normalmente tarda mas que solo unas semanas y en algunos nunca se revierte.
Quise decirle que estuviera mas agradecido si no la hubiese perdido en primer lugar, pero elegí solo escuchar lo que decía.
Suelto un suspiro alzando la vista hacia mi padre quien arquea una de sus cejas hacia mí, es un gesto que suelo hacer, lo cual probablemente resalta mi parecido con él, me acerco llevando mis manos a los bolsillos de mi pantalón antes de sentarme a su lado en el borde amaderado del suelo.
—¿Cómo conociste a mamá? —cuestiono luego de unos segundos, entrelazo mis dedos apoyando mis antebrazos en mis rodillas mientras me inclino hacia adelante.
—En el primer bufete donde trabajé, Tatiana era la secretaria de mi jefe, digamos que tenía una latente necesidad de arrojar café en mi camisa con frecuencia—Alzo las cejas volteando a verlo, la comisura de sus labios se alza en una sonrisa no muy amplia.
—¿Cómo?
—Creo que te has dado cuenta que tu madre tiene mucha energía, pero también es muy organizada, buscaba su café a la misma hora todos los días y esa era la hora en la que yo solía salir a almorzar, prácticamente chocaba con ella en el ascensor diariamente y siempre terminaba con alguna mancha en mi camisa.
—Supongo que no se disculpaba por ello—Entrecierro los ojos por alguna razón recordando eso.
—En efecto—Papá se ríe—. Demasiado orgullosa para eso, al principio lo hizo, pero luego decía que era mi error interponerme en su camino siempre a la misma hora.
—¿Lo hacías a propósito?
—Con el tiempo si, era la única forma de verla para ese entonces—Una pequeña sonrisa curva mis labios sin razón.
Tal vez de esta historia obtuve la idea de pedirle a Carson que le cobrara aquel favor a Sasha, de hecho, cuando él estuvo aquí el fin de semana anterior había confirmado justamente lo que ella dijo, yo lo había planeado, no necesitaba su ayuda en realidad, no estaba obligado a traer a nadie aquí, aunque al parecer el hecho de que mis padres creyeran que no había superado a Layla era real.
» Luego tu madre renunció—Papá vuelve a hablar luego de unos segundos—. Fue ahí cuando tuve que dejar de ser un poco raro solo observándola de alguna manera para buscarla y admitir que quería obtener una cita con ella.
—¿Qué tan difícil fue eso? —Papá ríe desviando la vista por el jardín.
—Me tomó casi un año—No puedo evitar la risa que trepa por mi garganta ante eso—. Pero al menos no me rendí, de hecho, estaba a punto de hacerlo cuando finalmente aceptó salir conmigo, la perseverancia tuvo su resultado—Se encoge de hombros y yo vuelvo a desviar la vista por el jardín con un suspiro.
—Perseverancia...—repito por lo bajo inclinando mi rostro entre mis brazos.
—Sé que es complicado, Jeremy, pero tampoco puedes hundirte por todo esto.
—No sé qué hacer, en ningún aspecto—mascullo pasando una mano por mi cabello, lo escucho suspirar antes de palmear mi espalda brevemente poniéndose de pies cuando escuchamos a mamá llamarlo.
—Mientras no sea rendirte cualquier cosa cuenta—resoplo escuchando sus pasos alejarse y relamo mis labios.
Unido a mis pocos recuerdos de infancia relacionados con sangre también venían otros más, por ejemplo, los del día que recibí el disparo, papá dice que los de mi recuerdo deben ser Warren y los hombres que estaban con él.
El problema es que no sé de quien me está hablando, supongo que de todas formas no era mi amigo o algo parecido porque estoy seguro de que la escena en mi cabeza era un secuestro, así que no vi a Sasha en ninguna de las imágenes lo cual es inquietante porque se supone que ella estaba ahí o eso es lo que ha dicho mi familia.
Suspirando me pongo de pie para entrar a la casa cuando el sol comienza a ocultarse, reviso mi celular por alguna razón esperando algún mensaje de Sasha, aunque sé que no voy a encontrarlo, nuestra interacción ha sido algo tensa desde que se fue y honestamente no sé cómo tomarlo.
Pero tampoco sé cómo resolverlo.
Hago mi camino por el pasillo largo donde sé que se encuentra la biblioteca mientras analizo mi propia situación, instintivamente llevo una mano al lugar donde fui operado hace unas semanas, está completamente sano ahora, lo cual fue extraño teniendo en cuenta la razón de esta, sin embargo, tal vez se debe al hecho de que me olvidé de esa herida por completo, es decir, estaba ahí, pero cualquier cosa estos días se ha visto eclipsado por mi frustración ante mi falta de memoria y mi intento por recuperarla.
Abro la puerta de la biblioteca deslizándome dentro, observo todo el lugar, creo que no he entrado desde que desperté hace unas semanas, Ashley llevó un par de libros a mi habitación y volvió a traerlos así que no he tenido que venir.
Rastreando con mis dedos la pared enciendo la luz alzando las cejas ante los múltiples estantes llenos de libros, a un lado hay una mesa y una silla giratoria, probablemente se usa como un estudio. Encaminandome hacia uno de los estantes me detengo sobre mis pasos observando la mesa cuando un recuerdo me asalta, el pequeño pulpo que Sasha dijo que le regalé, Jesha...Fue aquí, aquí le di ese regalo y si no estoy equivocado algo más sucedió en este lugar, sin embargo, tampoco logro ubicar ese recuerdo.
De todas formas, no es como que en días anteriores hubiera tenido algún recuerdo de cualquier cosa así que solo tengo que espera que aparezcan más ¿no?
La siguiente inundación de recuerdos aparece la madrugada de la siguiente noche.
Siento una gota de sudor deslizarse por mi nuca cuando me siento rápidamente en la cama ante la imagen de un disparo en mi pesadilla, solo que no lo recibía yo, mi ceño se frunce.
¿Era Sasha? ¿Y quién es Tobías?
Tallo mis ojos con un suspiro balanceando mis pies fuera de la cama, flexiono mis dedos sintiendo la herida en mi palma nuevamente preguntándome si necesito otra para recordar nuevamente. Sacudo la cabeza ante ese pensamiento, a ese paso terminaré autolesionando todo mi cuerpo, veintisiete años de recuerdos que llegan en heridas no suena conveniente.
El silencio en la casa siempre me resulta extraño en las madrugadas, camino rápidamente por el pasillo y bajo las escaleras hacia la cocina, tomo un vaso de agua antes de apoyar mis antebrazos en la barra pellizcando el tabique de mi nariz entre mis dedos antes de que un mareo me asalte.
La biblioteca.
El partido de Béisbol.
La cocina de mi departamento.
El auto cinema
"Su novio, abogada Belova"
"Porque te quiero"
"No soy tu marioneta, Belova"
—Joder...—Rio presionando mis dedos sobre mis ojos y parpadeo hasta que el mareo pasa antes de encaminarme rápidamente a la habitación, el anillo se encuentra en la mesita de noche, nunca lo he quitado de ahí, ella dijo que se lo di cuando le pedí ser mi novia.
En realidad, pedí ser su novio.
Vuelvo a reír sentándome al borde de la cama mientras hago girar el anillo entre mis dedos.
"Porque no puedo llevarlo sabiendo que no tiene ningún significado para ti"
Pero ¿Cuál es el significado?
Recuerdo habérselo dado, le regalé una cadena y lo usó allí porque todavía era difícil para ella la idea de cualquier tipo de compromiso, todavía no recuerdo la razón de eso, pero sé que esa fue la razón por la que lo usó allí y no en su dedo.
Dije algo sobre eso, pero tampoco lo recuerdo. La cosa es que cuando desperté el anillo no estaba en su cadena, estaba en su mano, eso debería significar algo también.
Resoplo sin poder evitar la sonrisa estúpida en mi cara desviando la vista al reloj sobre mi mesa de noche, todavía son los tres de la madrugada, supongo que la noche será más larga de lo que pensé mientras espero para salir de aquí porque justo ahora siento que estoy muy lejos de donde debería.
Y tal vez sea hora de pedirle a Carson uno de los tantos favores que Sasha dijo que puede hacer.
——— ❄ ———
Para adelantos de esta, las demás historias y las próximas a ser publicadas pueden seguirme en mis redes sociales:
Instagram: CarliieLeblanc | Twitter: Lovelyyywriting | Booknet: Carlie Leblanc
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro