Capítulo 40
Capítulo 40. Motivos
Jeremiah Greythorne
16 de febrero 2020
Creo que siempre había pensado que la muerte no era realmente asustadiza.
Pensé que para algunos era un alivio dejar el lugar donde a muchos les toca llorar más de lo que ríen, algunos simplemente ponen los sucesos en una balanza y deciden tomar lo bueno de cada cosa mala, otros pasan más tiempo pensando en las cosas malas que en las buenas y algunos solo están sobreviviendo o dejando que todo pase. No sé cuál de esos soy yo.
Tal vez soy de los que pasa mucho tiempo pensando en las cosas malas, sin embargo, no estaba aliviado de lo que parecía mi muerte, en su lugar, estoy pensando en ¿Qué pasaría después? Pero ahora, estoy casi seguro de que no llegué a morir, de lo contrario no estaría sintiéndome como me siento.
El dolor que se extiende por mi costado no es normal. Intento llevar una mano al lugar donde todavía hay un ligero dolor sordo, sin embargo, no lo logro por la debilidad, decido que empezar por abrir los ojos es mejor.
El lugar está en penumbras.
Desvío la vista para encontrar todos los utensilios de una habitación de hospital, hay un par de cosas conectadas a mi brazo y una manguerilla en mi nariz, entreabro los labios evaluando mi alrededor mientras intento averiguar qué está mal.
—Joder por fin—Alzo las cejas volviendo la vista a la figura que se inclina por sobre mí, los mechones de cabello castaños formando una cortina a los lados de su cara, parpadeo varias veces para enfocarla—. Espera, puede que esté soñando de nuevo, me sucedió hace un rato—Pellizca su muñeca y luego sisea —. ¿Cómo te sientes? ¿Llamo a la enfermera?
» ¿No puedes hablar? Digo, obviamente, había un tubo horrible en tu boca para la operación, tu garganta debe estar destrozada—Cuando desvío la vista nuevamente encuentro a alguien durmiendo en el sofá—. Okay, pero es raro que solo estés mirando—Entreabro los labios acomodándome en mi lugar antes de preguntar:
—¿Quién eres?
—¿Cómo que...? —Ella abre mucho los ojos confundida y luego de unos segundos toma una respiración profunda probablemente para evitar entrar en pánico—. Soy Ashley, tu hermana...—Me observa expectante por varios segundos.
—¿Mi hermana?
—Jeremiah esto no es gracioso—murmura ella acercando su mano a mi frente, presiona su palma en ella y tengo el impulso de alejarme, sin embargo, no puedo hacerlo.
—No estoy bromeando, no sé quién...—Mi garganta arde y llevo una mano a mi cuello, los grandes ojos marrones que me observan de cerca se llenan de lágrimas y hay algo parecido a la culpa en mi pecho, pero no sé por qué y no sé cómo evitar que ella llore.
No sé quién es ella.
—Por favor, dime que es una broma, puedes hacérsela a Astrid, pero no a mi—Mi ceño fruncido no se suaviza, estoy tentado a llamar a alguien, pero ¿a quién?
Por alguna razón sé que estoy en un hospital, pero no sé qué más y muchas cosas se están mezclando en mi cabeza ahora, la impotencia se arrastra como un cosquilleo bajo mi piel y arde en mi estomago mezclado con enojo.
¿Por qué no recuerdo nada?
Ella me ha llamado Jeremiah.
Dice que es mi hermana y ¿Qué más?
Desvío la vista hacia la figura que vi dormida anteriormente en el sofá.
Cabello castaño con lo que parecen mechones un poco mas claros, casi rubios, se ciernen sobre su rostro, reconozco que su piel es pálida porque sus manos están fuera de la manta que la cubre, hay un anillo brillando en su dedo anular. Parece tan pequeña en ese lugar que no sé si es alta o tal vez no, la curiosidad se aloja con más fuerza en mi pecho y la impotencia vuelve a arraigarse en mi interior.
¿Quién es ella? ¿Por qué parece que no sé nada de mí?
Vuelvo a mirar a la otra chica. Se supone que es mi hermana.
—¿Quién es Astrid? —cuestiono recordando sus palabras anteriores. Ella toma un profundo respiro antes de que su voz se rompa en un sollozo y se desplome en la silla al lado de la cama.
—Jeremy...Esto es una broma ¿cierto? Es nuestra hermana, mi gemela—Continúo mirándola sin entender y ella suspira, sus dedos tiemblan mientras navega por el celular en su mano y luego lo gira hacia mi mostrándome la pantalla. Hay una fotografía, cuatro personas en un jardín, aunque hay muchas plantas verdes están espolvoreadas por lo que parece nieve, ni siquiera sé cuál es ella porque hay dos. Son idénticas, mencionó a su gemela así que son ellas dos, los dos hombres entre ellas tampoco sé quiénes son.
—¿Quiénes son los demás?
—Sebastián y tú—Alzo las cejas sin entender, aunque ella tampoco parece haber entendido que no sé ni siquiera donde diablos estoy.
Es inquietante.
—Yo...no sé cual soy yo—Ella se pone de pies abandonando la habitación repentinamente, mi ceño se profundiza y suelto un suspiro frustrado ante eso. Vuelvo la vista a la chica durmiendo en el sofá que se remueve levemente, sin embargo, continúa durmiendo.
Cuando Ashley—mi hermana según ella—regresa no viene sola, una mujer y un hombre que debe ser un doctor la acompañan.
—Mamá dile que no es gracioso—La mujer castaña se parece a la más joven, me observa de la misma manera en que lo ha hecho Ashley.
—Jeremy ¿Qué sucede? —La observo sin responder porque ni siquiera yo sé qué está sucediendo.
—Señor Greythorne—Greythorne ¿Mi apellido? ¿Jeremiah Greythorne? —. ¿Qué es lo más reciente que recuerda? —cuestiona el hombre vestido de blanco.
—¿Mi nombre?
—¿Cuál es?
—Jeremiah.
—¿Qué es lo más lejano que recuerda? —Abro la boca para responder, sin embargo, de mis labios no sale nada, porque todos son fragmentos extraños que no se quedan en mi mente por más de dos segundos. Vuelvo a fruncir el ceño con frustración.
—No lo sé—El hombre anota algo en una planilla.
La que Ashley ha llamado mamá—que debe ser también mi madre porque se supone que somos hermanos—jadea cubriendo su boca con una de sus manos, pero ¿por qué no la recuerdo?
Escucho un suspiro e inconscientemente mi vista va al sofá, la persona allí se remueve antes de abrir los ojos rápidamente con la respiración agitada, Ashley se acerca a ella y no sé qué le dice, pero en pocos segundos abandonan la habitación. Vuelvo la vista al doctor y luego a mi madre.
—¿No hay algún recuerdo que considere importante en su memoria, señor Greythorne? —Lo intento, de verdad intento recordar o retener alguno de los fragmentos que siguen pasando como un diluvio por mi memoria, pero no hay nada, solo confusión. Resoplo hastiado con la situación y toda la frustración que se acumula en mi interior a raíz de esta, pero solo respondo:
—No sé ni siquiera quien soy.
No sé en qué momento volví a dormir, sin embargo, parece que lo hice.
Cuando abro los ojos hay mucha luz en la habitación, me sorprende que haya ventanas, sin embargo, no es exactamente eso lo que llama mi atención cuando logro enfocar con claridad mi alrededor. Es la chica sentada ahora en la silla que ocupaba la otra castaña cuando desperté, sus ojos son marrones, sin embargo, oscilan contra el color verde, si me lo preguntas parecen brillar por la luz; sus facciones son suaves, pero no infantiles.
—Buenos días, Greythorne...—Su voz no es menos suave que su mirada. Arquea una de sus cejas observándome atentamente.
—Supongo que soy yo—Relame sus labios acomodándose en su lugar asintiendo.
—Dice el doctor que no recuerdas nada—Es mi turno para acomodarme en mi lugar mientras relamo mis labios observándola con atención—. ¿No sabes nada de ti?
—Creo que no—Cruza sus piernas una sobre la otra suspirando, no me preguntes como ese gesto la hace lucir elegante si está vistiendo una camiseta enorme junto a un pantalón deportivo y tenis. Parte de su cabello está atado en una cola en lo alto de su cabeza, mientras el resto cae por su espalda y dos mechones enmarcan su cara.
—Jeremiah Greythorne, veintisiete años, abogado, con mas diplomados y estudios de los que puedo recordar, un récord casi intachable en el bufete, tres hermanos, hijo de uno de los mejores abogados del país y una diseñadora de interiores, tu padre dijo que querías abrir tu propio bufete, el hermano favorito de Ashley, no creo decir lo mismo para Astrid, Sebastián y tu son similares...—enuncia distraídamente llevando una mano a su cabello—. Eso supongo que es lo básico ¿Algo más específico que quieras saber?
—Si... ¿Quién eres tú? —A diferencia de la reacción de Ashley quien lloró cuando hice la pregunta, una brillante sonrisa se desliza en sus labios, casi arrogante si no estoy equivocado.
—Sasha Belova...Tu novia—Alzo las cejas, tal vez debería sentirme mal de no recordar una relación con ella, pero no puedo sentirme mal por perder algo que ni siquiera recuerdo que tenía.
—Mi novia...
—Suena raro si lo dices así—Suelta una risita, me parece extraño que parezca como si estuviera conversando con cualquier persona de confianza cuando ella es una extraña para mí.
—¿Cómo se supone que debo decirlo?
—Ahora que lo pienso nunca utilizamos los posesivos de esa manera—Parece hablar con ella misma, frunce el ceño—. Siempre decías "tu novio" y no "mi novia"—Parpadeo varias veces sin dejar de verla.
—¿Por qué no puedo recordar nada?
—Amnesia disociativa, causada por un evento traumático—murmura llevando una mano a su cabello, arqueo una de mis cejas—. Recibiste un disparo—aclara rápidamente, eso explicaría por qué estoy en el hospital en primer lugar y el dolor casi imperceptible de mi costado.
—¿Se supone que eso es posible si nada tuvo que ver con mi cabeza?
—Lo es, la mente es más compleja de lo que parece—Se encoge de hombros, me sorprender que su reacción sea tan contraria a la de...mi hermana, es como si para ella fuera algo simple.
—Dijiste que eres mi...
—Novia—completa
—¿No te preocupa que no sepa quién eres?
—Lo hace, pero créeme que prefiero enfocarme en que sobreviviste a esa bala, una cosa a la vez—Muerde el interior de su mejilla cruzando sus brazos sobre su pecho mientras la observo.
Es bastante alta, a diferencia de cómo se veía en el sofá anoche y parece algo risueñamente infantil cuando la miras, sin embargo, no es precisamente eso lo que atrae mi atención.
—¿Cuánto tiempo tenemos...juntos?
—Depende de cómo lo estés preguntando—Se mira las uñas.
—¿Qué significa eso?
—Es complicado, luego te lo explicaré, si no recuerdas antes, claro—Parece inquieta pues ahora lleva una mano a su cabello tomando un mechón entre sus dedos.
—¿Qué?
—El médico dijo que la amnesia puede ser temporal, puedes tardar horas, días, meses o décadas en recordar.
—¿Puede ser temporal? ¿Para qué querría recordar después de décadas? —resoplo irritado—. ¿Qué pasa si nunca lo hago?
—Entonces ya tienes un motivo para construir nuevos recuerdos porque no vas a deshacerte de mí tan fácilmente— No respondo a eso, en su lugar la observo con atención por varios segundos, ella arquea una de sus cejas hacia mi sin apartar la mirada, no parece intimidada, tampoco tímida.
—¿Tengo razones para querer deshacerme de ti?
—Si me lo preguntas a mi obviamente no vas a tener una respuesta objetiva porque voy a decir que no, que me am...me quieres y estás perdidamente enamorado de mí, pero podríamos preguntarle a tu amigo Carson y tal vez obtener una respuesta.
—No sé quién es Carson.
—Oh, cuando se entere de eso no te salvas de su berrinche—Antes de que pueda evitarlo está contando anécdotas del bufete que no sé dónde ubicar en mi cabeza porque ni siquiera existe una línea de tiempo que pueda relacionar con todo lo que dice, me sorprende la manera en la que puede hilar hasta diez situaciones en un mismo tema sin ningún problema. Por sus palabras descubro que es abogada, trabajamos en el mismo lugar y nos conocimos allí, pero nada de lo que dice parece tener sentido para mí en realidad.
Lo cual nuevamente hace flotar la frustración dentro de mí.
—¿Por qué haces esto? —La interrumpo luego de unos minutos, a estas alturas ha obtenido un dulce de su bolsillo y se concentra en intentar abrir la envoltura.
—¿Hacer qué? —cuestiona sin mirarme, todavía luchando por abrir su dulce, son M&M's ¿Y por qué se supone que sé lo que son sin haberlos visto bien?
—Fingir que todo está bien cuando para mi eres una extraña—Por alguna razón quiero retractarme de mis palabras cuando la tristeza destella en sus ojos, sin embargo, me frustra que ella sepa más sobre mí de lo que puedo recordar. Ni siquiera recuerdo todo lo que el doctor dijo ayer cuando desperté.
Me mira por unos segundos, entreabriendo los labios varias veces como si en ninguna supiera que decir, finalmente luego de unos segundos sus hombros se hunden antes de que responda:
—Porque acabo de pensar que te perdía para siempre y cuando creí que habíamos superado toda esa mierda resulta que he perdido lo más importante de ti—susurra —, Pero a pesar de eso eres el único motivo por el que mantengo la cordura en este momento.
Su mirada se cristaliza y mi pecho se aprieta porque quiero darle una respuesta. Pero no hay nada, porque ni siquiera puedo recordar si la amaba.
La puerta del cuarto se abre antes de que intente decir algo y un hombre entra en la habitación, no es ninguno de los que haya entrado antes aquí y si no estoy equivocado hay un ligero parecido con ella en sus facciones. Él me observa por varios segundos saludándome con un asentimiento silencioso antes de mirarla.
—Sas, debemos irnos—Ella asiente, todavía observándome.
—Si, yo...ya voy, solo dame cinco minutos—Él asiente, a pesar de que ella no lo mira, antes de abandonar la habitación nuevamente—. Es mi hermano, va a llevarme de regreso a casa, volveré el próximo fin de semana.
—¿No vives aquí? —cuestiono a pesar de que no sé dónde estoy, pero si ella habla de regresar dentro de varios días supongo que irá lejos de aquí.
—No, tengo que trabajar, de hecho, debía irme ayer, hoy es lunes—La observo confundido y ella parece notarlo, suelta una risita, me pregunto como hace para parecer tan risueña—. Esto es Keaton city, tu familia y tú son de aquí, pero tú y yo vivimos en Saint Naldens, está a unas tres horas en auto, vinimos por el cumpleaños de tu padre.
—¿Vivimos...?
—¿Juntos? No, tienes tu departamento y yo el mío—Se pone de pie acomodando su ropa—. Le diré a Ashley que me avise cuando tengas un celular nuevo y te llamaré en la semana, tengo un juicio el viernes y honestamente ya ni siquiera recuerdo de qué se trata así que debo volver a ponerme al día luego de este fin de semana de mierda.
—¿Es así como funcionaba nuestra relación? ¿No me preguntabas nada?
—Si lo hacía igual nunca has sabido decirme que no—Se encoge de hombros con suficiencia y yo alzo las cejas—. De todas formas, si te pregunto ahora solo vas a decir que no sabes, porque...no sabes—La observo sin saber cómo lidiar con ella. Se encamina hacia la puerta, sin embargo, se detiene antes de salir y yo espero, vuelve a acercarse retirando el anillo en su dedo y me lo extiende mordiendo su labio inferior—. Guárdalo.
—¿Por qué?
—Porque no puedo llevarlo sabiendo que no tiene ningún significado para ti.
—¿Cuál es? —cuestiono, ella aprieta sus labios en una línea tensa y antes de abandonar la habitación dice:
— Ahí tienes otro motivo para intentar recordar, Greythorne.
19 de febrero 2020
Se supone que los días tienen veinticuatro horas y ocho de ellas—tal vez menos o más— las pasas durmiendo ¿por qué son tan largos cuando no tienes recuerdos?
—Es menos complicado de lo que piensas.
—Si no te has dado cuenta todo resulta complicado para mí ahora, así que esa es una estupidez para decir—espeto y mi hermana me observa desde su lugar al pie de la cama, sigue siendo Ashley, por lo que sé Astrid está en Holanda y no puede regresar ahora o al menos eso dijo mamá.
—No me hables así, chupacabras—revira Ashley entrecerrando sus ojos hacia mí—. Ahora mira las malditas fotografías y a la próxima que me hables mal te dejo que te las arregles solo— Ruedo los ojos porque ha hecho la misma amenaza todo lo que va de la semana.
—Yo no pedí tu ayuda.
—Ay, jodido cuervo malagradecido, agradece que te esté ofreciendo mi valioso tiempo a tu caridad
—¿Soy un caso de caridad?
—Si y yo gano esta ronda, te callas—dice arrojándose a mi lado en la cama. Parece que no era mentira que ella es mi hermana favorita o viceversa pues no se ha alejado de mí, sin embargo, hablar con ella es como estar en un campo de guerra.
Me dieron el alta médica ayer y ha pasado más tiempo aquí en la habitación que en cualquier lugar de esta casa. Ella dice que este cuarto siempre ha sido mío, desde que era un niño cuando compraron la casa hasta ahora que regreso para festividades o simples celebraciones, sin embargo, con cualquier cosa que ella menciona no puedo evitar que la frustración me embargue por no recordar nada. Incluso cosas que han sucedido desde que desperté no las recuerdo con claridad a estas alturas.
Ha pasado los últimos tres días repasando mi vida antes de lo sucedido, sé que había recibido un disparo y esa es la razón de mi llegada al hospital y el reposo que debo guardar, también que solo estaba aquí para el cumpleaños de mi padre, eso lo recuerdo porque ella lo dijo.
Ella. Sasha.
Me llamó los dos días anteriores, sin embargo, hoy no lo ha hecho y de hecho ya es de noche, probablemente se ha cansado y puedo entenderlo porque yo también estoy cansado de no saber absolutamente nada de lo que se habla a mi alrededor. Aunque eso no significa que sea malo hablar con ella, es peculiar, mencionó muchos de los que dice que son mis gustos.
El béisbol, la pasta, hacer bien mi trabajo, el color azul, los libros de derecho penal, no tengo artistas favoritos, tampoco programas o películas y parece que me gusta dar regalos.
—¿No tengo fotos con Sasha? —cuestiono a mi hermana incluso antes de poder evitarlo.
—Creo que aquí no, tal vez haya alguna del baile en navidad, no sé si en tu teléfono había—dice Ashley antes de mostrarme la pantalla del IPad.
—¿Y cuánto tiempo llevo con ella?
—Casi dos años, creo que su aniversario es en agosto, pero le preguntaré a Sasha—Mi hermana ha hecho una lista de las personas que supuestamente conozco, no estoy seguro de por qué se supone que es tan larga si según las personas aquí no son abiertamente social—. ¿Cuánto tiempo crees que tardes en recuperar la memoria? Porque es frustrante y yo debo regresar a la universidad—Alzo las cejas—. ¿Días, meses años?
—No lo sé y parece que crees que para mi esto es un parque de diversiones, lo cual es otra estupidez—mascullo entre dientes.
—¿Sabes qué? Como solo hablo estupideces según tú, me voy a hablarlas con mamá, tengo hambre—Aprieta sus labios en una línea tensa antes de ponerse de pies—. Al menos llama a tu novia, no la estaba pasando bien y no creo que esté mejor ahora—dice antes de abandonar la habitación. Pellizco el puente de mi nariz entre mis dedos y luego cruzo uno de mis brazos sobre mis ojos para evitar arrojar el iPad al otro lado de la habitación.
¿Es así de fácil como se pierde la vida sin morir?
El tiempo sigue pasando, mi corazón sigue latiendo, pero es como si estuviera muerto en realidad porque no hay nada de una verdadera vida en mi cabeza. La mayor parte de la felicidad se basa en recuerdos, ya sean tristes, felices, vergonzosos, atroces, y estos últimos son las razones por las que a veces deseamos no recordar ciertas cosas.
Espero no haberlo deseado nunca porque esta maldita sensación de estar hundido en un hoyo negro en el espacio no es agradable.
Dejando a un lado mis pensamientos decido hacerle caso a Ashley, tal vez mi memoria tarde en regresar o tal vez nunca lo haga, por tanto, debería mantener en marcha lo que se supone que pertenece a mi ¿no? Busco su contacto y presiono llamar antes de que pueda arrepentirme, no contesta de inmediato, cuando lo hace la escucho sorber por la nariz y su voz suena ronca.
—Greythorne.
—Sasha.
—Uy, estamos enojados—Se ríe—. Es raro que estés llamando.
—Supuse que debía hacerlo ¿no es así?
—Deber suena a algo que haces por obligación, no, no estás obligado a llamarme, de hecho, casi nunca lo haces—Su voz suena pastosa.
—¿No?
—No, pasamos mucho tiempo en el bufete y la mayoría de las noches me quedaba en tu departamento, no había necesidad—Parece decirle algo a alguien lejos del celular, mi ceño se frunce.
—¿Estás ocupada?
—No, hablaba con Bleu, es mi mascota—Hago un sonido de afirmación sin saber qué más decir, ella suspira—. ¿Está todo bien? ¿Cuándo regresas a tu departamento?
—Si y supongo que cuando me recupere por completo.
—Bien ¿Qué tal tus clases de vida pre-disparo con Ashley? —Suelta una risita ante su propia manera de llamarlo.
—Ella es...complicada.
—Dice que te la pasas irritado.
—No creo que ella estuviera feliz si no recordara ni mierda de su vida.
—Si, definitivamente estás irritado—El silencio llena la línea, pero ninguno de los dos cuelga. Es mi turno para suspirar mientras me acomodo en mi lugar, extiendo una de mis manos hacia la mesa de noche tomando el anillo que me dio en el hospital.
"Porque no puedo llevarlo sabiendo que no tiene ningún significado para ti"
—¿Cuándo te di el anillo?
—En mi cumpleaños, hace diecisiete días, fue cuando me pediste ser tu novia—Mi ceño se frunce mientras observo el pequeño diamante intrincado.
—Ashley dijo que teníamos dos años juntos—Ella ríe
—Cierto, técnicamente si, no creo que pueda explicártelo por el momento.
—¿Por qué tanto misterio? —cuestiono entrecerrando los ojos a pesar de que no me ve, hago girar el anillo entre mis dedos ¿por qué no puedo recordar nada?
—Porque es una historia peculiar, si...no llegas a recordar, será algo complicado que lo entiendas.
—Ya es bastante complicado todo esto.
—¿Exactamente qué?
—No sé si a ti no te molesta que no te recuerde, que no sepa nuestro aniversario o que ni siquiera recuerde si te amo—Hay una fuerte respiración de su parte y yo aprieto los labios con fuerza—, Pero a mí sí.
—¿Eso significa que...?
—No sé a donde irá esto si mi memoria no regresa—Ella suspira.
—Yo tampoco... ¿Podemos hablar de eso cuando vaya el fin de semana? Tengo que trabajar ahora—Llevo la vista al techo haciendo un sonido de afirmación a pesar de que inconscientemente no quiero que la llamada termine. Es ella quien cuelga luego de despedirse y es mi turno para suspirar mientras nuevamente intento encontrar en mi cabeza algún indicio de mi vida antes del disparo.
Mi familia, mi trabajo...mi novia.
¿No es eso suficiente motivo para que mi memoria vuelva?
Es algo absurdo, pero suelen decir que el amor lo puede todo, entonces lo que sentía—o tal vez aun siento por ella— ¿no debería impulsar a mi cabeza a recordarla?
Ella dijo que ahora era yo el motivo por el que no había perdido la cordura, supuse que ella también había sufrido en el suceso donde recibí el disparo.
Entonces ¿No es ella suficiente motivo para que mi memoria regrese?
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