Capítulo 14. Falso +18

Sasha Belova

23 de diciembre 2019

—Si lo analizas no es tan malo como parece.

Jeremiah arquea una de sus cejas observándome desde su lugar, balancea la lata vacía de su refresco entre sus manos, las cajas de pizza han terminado en el asiento trasero porque ninguno de nosotros es tan valiente como para salir del auto a buscar donde desecharlas ahora cuando parece que la temperatura ha bajado más.

Los cristales se han empañado por el frio del exterior y la calefacción aquí, las luciérnagas de todas maneras se han dispersado de tal forma que es casi imposible verlas, sin embargo, parece que ninguno de nosotros quiera irse aún.

—¿Realmente estás diciendo eso?

—Por supuesto que sí, es obvio que voy a elegir defender a un homicida en lugar de un asesino, es mi trabajo, pero me hace sentir mal—Me encojo de hombros como si eso fuera obvio antes de suspirar, él no dice nada, en su lugar ladea la cabeza dejando su lata vacía descansar en el porta vasos entre los asientos.

—Como sea, es inquietante que quieras elegir uno sobre otro cuando ninguno saldrá inocente—resoplo sin contestar a eso, mientras lo observo desde mi lugar, a pesar de la calefacción aquí todavía puedo sentir el frio, lo que investigué sobre el clima de Keaton city no le hace justicia al infierno congelado que es ahora.

—¿A dónde puedo ir mañana? —cuestiono luego de unos segundos, Jeremiah me observa frunciendo el ceño sin comprender mi pregunta—. Mañana será la noche de navidad, pero no quiero estar allí, en tu casa quiero decir ¿A dónde puedo ir?

—¿No quieres estar allí? —repite cautelosamente, su ceño fruncido no desaparece, relamo mis labios bajando la vista a mis manos.

—Creo que es notable que no le agrado a tus hermanas y no quiero convertir la celebración de navidad en algo desagradable para ellas y para mi porque realmente no estoy interesada en que me estén dando esa mirada—Frunzo mi nariz con disgusto—. De todos modos, el único motivo por el que sigo aquí eres tú, probablemente eres consciente de que fácilmente me voy de donde no soy bienvenida...

—En conclusión, no quieres estar aquí—Alza una de sus cejas y yo suspiro sacudiendo la cabeza.

—No es eso, me gusta el lugar, me agradan tus padres e incluso tu hermano, lo que quiero decir es que no me parece adecuado estar en la celebración sabiendo lo que realmente somos...

—¿Qué es lo que realmente somos, Belova? —Relamo mis labios pasando una mano por mi cabello y me encojo de hombros.

—¿Y Layla? Ya viste que no le gusta cada vez que nos ve juntos, ellas están primero...

—No me evadas, respóndeme, Sasha—Relamo mis labios, es cuando me llama por mi nombre sin que haya nadie más con nosotros, suspiro.

—Esto es falso, Greythorne, estoy aquí porque acordamos un noviazgo falso para evitarte la presión de tus padres ¿enserio crees que será normal estar en una celebración a la que obviamente no voy a volver?

—Falso—repite la palabra con cierto disgusto y mi propio ceño se frunce, relamo mis labios.

—Lo es...

—Seguirá siendo falso para ti, pero creo que hace días me he desviado de ese camino, Belova—Ahogo un jadeo sintiendo los latidos de mi corazón acelerarse detrás de mi oreja, lo miro clavando mi mirada en la suya y entreabro los labios—. ¿Sigue siendo una farsa para ti, Belova?

—¿Cuándo dejó de serlo?

—Tienes que estar bromeando—masculla rápidamente pasando una mano por su cabello, abro la boca para decir algo, pero no hay nada, no realmente, esto dejó de ser falso desde el primer beso en la biblioteca, obviamente dejó de serlo para él, para mí no, lo estaba considerando un pequeño juego hasta que regresáramos a ser los aburridos abogados del bufete.

Él odiándome y yo tratando de ser agradable.

Obviamente estaba equivocada, no es normal que nada de esto sucediera, incluso si me lo he estado negando terminaría volviendo a buscar a Jeremiah porque me gusta lo que sea que tenemos.

—No, no puedes esperar que realmente yo lo haya tergiversado a algo real, desde el principio se supone que nuestro trato fue para complacer a tu familia...

—Lo fue, pero ¿todavía tienes esa estúpida convicción de que es falso cuando claramente lo que hemos hecho no lo es?

—¿Me has dicho estúpida?

—No me cambies el tema, Belova—resoplo sacudiendo la cabeza.

—Nuestro trato fue ese, Greythorne—Lo miro y él no lo hace conmigo, paseo mi lengua por mis dientes superiores ligeramente exasperada, veo la vena sobresalir en su cuello, una clara señal de que está enojado con una discusión tan estúpida como esta y eso no debería divertirme de la manera en que lo hace.

—Olvida el trato ¿A ti realmente te parece que esto sigue siendo falso? —Habla entre dientes.

—¡Por supuesto que sí!

—¡Pues no lo es porque no pude evitar que me gustaras!

Lo miro con atención por varios segundos más y relamo mis labios, antes de que pueda analizar demasiado estoy cruzando desde mi asiento al suyo para sentarme a horcajadas sobre sus muslos, me estabilizo dejando mis manos en su hombros y vuelvo a suspirar.

—Lo siento, Greythorne.

—¿Por qué? —Me encojo de hombros ahuecando su barbilla con una de mis manos y hundiendo mi boca en la suya, suelta un suspiro y uno de sus brazos me rodea, la otra mano se hunde en mi cabello, tirando suavemente para ladear mi cabeza a su antojo.

Hay un aleteo conocido en mi vientre, las mariposas que suelen aparecer cada vez que dice algo tierno a mi alrededor, la sonrisa tonta en mi cara cada vez que besa mi frente incluso si es solo delante de su familia como parte de nuestro teatro, es vergonzoso que me haya encargado de fingir que esto no significaba nada.

—Increíble como planeaste toda a esta farsa con los detalles más profundos y no fuiste capaz de aceptar esto para ti misma—murmura cuando su boca abandona la mía, resoplo palmeando su hombro con la respiración agitada y jadeo.

—Es falso, Greythorne—repito incluso si ya lo he aceptado para mí misma.

—¿Ah sí? —Me mira, probablemente notando mi diversión ante esto y hay un gruñido ahogándose en su garganta.

—Si, hemos estado fingiendo y nada ha cambiado— Asiente, su mano ahueca mi barbilla clavando su mirada en la mía y relamo mis labios hinchados por nuestro beso, la tensión flotando entre nosotros ahora es casi palpable.

¿Cómo es posible que pasemos de frio a caliente tan fácil?

Su mano en mi barbilla baja hasta que sus dedos se envuelven en mi cuello y cierra sus dedos suavemente un escalofrío me recorre y entreabro los labios en un gemido por lo bajo.

—¿Fue falso que te follara la boca? —Hago un sonido de afirmación mientras su otra mano se desliza por delante de mí ahuecando uno de mis pechos, la humedad entre mis piernas crece—. ¿Que te vinieras en la mía?

—También...—susurro en el momento en que su mano baja más, se mete bajo mi abrigo y ahueca mi otro pecho, sus dedos fríos en contraste con mi piel caliente me hace temblar, atrapa mi pezón entre su pulgar e índice.

—¿Que mis dedos te follaran?

—También...—Jadeo cuando tira de mi pezón entre sus dedos y su otra mano aprieta mi cuello, mi entrepierna palpita y casi puedo sentirme gotear

—¿Fue falso que te tocaras frente a mí? —Asiento desesperadamente sintiendo su mano bajar, se arrastra por mi abdomen, las yemas de sus dedos dejando un cosquilleo a su paso que me incita a cerrar las piernas para calmar el ardor entre ellas, pero no puedo hacerlo así que gimoteo—. ¿Fue falso la manera en que me pediste que follara tu boca?

—Si...—Su mano se detiene sobre la cinturilla de mi pantalón un segundo, llevo mi mano a su muñeca incitándolo a meterse debajo de ellos y creo que él ríe, su mano se desliza más allá hasta encontrar toda la humedad acumulada en mi carne, caliente, húmedo, adolorido.

—¿Es fingido la manera en la que quiero probarte de nuevo? —Me estremezo cuando sus dedos acarician mis pliegues húmedos, luego traza un círculo húmedo sobre mi clítoris y yo tiemblo.

—Dios, si...

—¿Podemos fingir esto también? —No le respondo arqueando la espalda cuando uno de sus dedos se desliza dentro de mí, sus dedos en mi cuello se tensan y un sonoro gemido abandona mis labios—. ¿Podemos, Belova? —Justo ahora puedo decirle que si a todo lo que pregunte, hecho la cabeza hacia atrás balaceando mis caderas sobre sus dedos, llevando mis manos a mis pechos porque todo parece arder ahora.

—Más...—Hunde su rostro en mi cuello, su lengua delineando mi piel, lamiendo el punto de pulso, toda mi piel parece encenderse ante eso, gimoteo cuando pasea sus dientes por mi piel.

—¿Más qué? —Gimo alto cuando un segundo dedo se desliza en mi interior y su palma se presiona contra mi clítoris, grito presionando mis pechos y atrapando mis pezones entre mis dedos a través de la tela.

—Jeremiah...

—¿Qué más podemos fingir, Belova?

—Todo...—susurro alzando mis caderas volviendo a hundirme contra su mano, sus dedos me follan de vuelta y presiono mis manos en sus hombros para sostenerme cuando el cosquilleo del orgasmo florece en mi vientre bajo.

—¿Incluso lo que siento por ti?

No puedo procesar completamente sus palabras porque el vaivén de sus dedos se vuelve rápido y delirante, mi cuerpo se tensa mientras balanceo las caderas persiguiendo el éxtasis de la misma manera en que él lo busca.

—¿Que te corras en mi mano se puede considerar parte de fingir, Belova? —Abro la boca para responder, pero todo se vuelve demasiado, mi cabeza parece dar vueltas mientras siento sus dedos curvarse en mi interior y su palma presionar mi clítoris un poco más, aprieto mis manos contra mis pechos nuevamente gimiendo y balanceando las caderas más rápido...

—Por favor, por favor...

—Córrete para mí, me encanta lo preciosa que te ves cuando te hago venir—Hay un gemido alto saliendo de entre mis labios y mis piernas tiemblan, mis paredes se tensan alrededor de sus dedos y mi cabeza da vueltas mientras inclino el rostro hasta presionar mi frente en la suya gimiendo cuando la espiral del éxtasis me envuelve.

Llevo mi mano a su muñeca porque continúa moviendo sus dedos en mi interior prologando las sensaciones que parecen rebasarme y jadeo una protesta temblorosa, hundiendo mi rostro en su cuello, tratando de mejorar mi agitada respiración antes de alejarme para verlo, su mano abandona mi pantalón y lleva sus dedos a su boca, entreabro los labios sintiendo mi entrepierna sensible palpitar nuevamente ante la visión de esto, luego me besa arremolinando su lengua en la mía, me pruebo en ella.

—Nos iremos temprano—murmura alejándose, mi ceño se frunce parpadeando varias veces.

—¿Qué? ¿Cómo que nos iremos?

—Dijiste que no querías pasar navidad en la casa—Abro mucho los ojos sacudiendo la cabeza y llevando mis manos a su pecho.

—Si, pero solo yo, no que tú también te pierdas la fiesta de navidad de tu familia por mi culpa—mascullo agitada, su brazo rodea mi cintura llevándome contra él, su pecho contra el mío hace que mis pezones se sientan sensibles nuevamente.

—No será la primera vez que sucede— Abro la boca para protestar nuevamente, pero su boca se hunde en la mía nuevamente, no discuto contra eso dejando que su lengua baile en la mía mientras deslizo mis manos bajando por su abdomen, sus manos toman las mía deteniéndolas—. No está en discusión, Belova—

—¿A dónde iremos?

—A la cabaña de mi familia, una hora lejos de aquí, regresamos el veintiséis, a Keaton o a la ciudad, tu decides—Me toma un segundo comprender sus palabras porque estoy mirando sus labios, asiento distraídamente.

—Bien

—Supongo que ha quedado claro todo esto—masculla rozando mis labios, no lo entiendo así que pregunto a qué se refiere—. Ya cruzamos la línea, no estamos fingiendo una mierda, Belova—Me rio sacudiendo la cabeza, alejándome para clavar mi mirada en la suya.

—Tengo una sola duda—Sonrío—. ¿Significa esto que te gusto? Quiero escucharlo de nuevo —Jeremiah arquea una de sus cejas y hunde sus dedos en mi cabello empujando mi boca contra la suya, me besa nuevamente, atrapa mi labio inferior entre sus dientes y luego pasea su lengua sobre él, antes de alejarse y mis latidos se aceleran cuando lo escucho susurrar contra mis labios:

—Significa que me estás enloqueciendo y no estoy luchando contra ti. 

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