Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 13



Capítulo 13. Luciérnaga

Sasha Belova

23 de diciembre 2019

Hace mucho frio

Cosa que no es rara en Keaton city, sin embargo, eso no fue una opción como para que yo pudiera evitar salir a caminar esta mañana. No debería, pero siento toda la presión de esta última semana, me refiero a las mujeres que vi en la fiesta y a las hermanas de Jeremiah siendo todas un dolor de culo para mí, a Layla con sus miradas extrañas...Es cada vez más ridículo.

Realmente no es que le dé demasiada importancia, pero hay muchos asuntos generando presión en mi cabeza y no quiero terminar estresada cuando es mi época favorita y para completar mañana es nochebuena. Por primera vez desde que llegué quiero ver a mamá, pero no estoy eligiendo ir allí este año, realmente no y ella no quiere venir a mi departamento.

Camino viendo mis pasos marcarse en la nieve, no está cayendo demasiada esta mañana y de hecho es lo suficientemente temprano como para que el frio se sienta calar mis huesos, sin embargo, continuo mi caminata hasta detenerme frente al local de Elleonor.

La cafetería me ha gustado desde el primer día en que la vi, es realmente acogedora a pesar de que no es tan grande como me gustaría a mí, abro la puerta e inmediatamente el olor del café llena mis fosas nasales, al igual que un aroma dulce de algún tipo de pastel o tarta, cualquier cosa que sea dulce está atrayéndome como mosca.

—Buenos días

—Buenos días—Hoy no está Elleonor adelante, pero puedo escuchar un tarareo femenino que debe ser suyo. El hombre al otro lado de la barra es alto, de hombros anchos y brazos fuerte, su cabello es un color similar al café con leche, oscilando entre rubio y castaño miel, sus ojos son marrones y me observa alzando una ceja ante mi escrutinio, le doy una sonrisa amistosa antes de hacer mi pedido, cuando finalmente obtengo lo que quiero me encamino a una mesa vacía decidiendo llamar a mamá esta mañana.

Sé que ella despierta temprano porque con ella obtuve la costumbre de hacerlo, papá también solía hacerlo, pero cuando me fui a vivir con él yo ya estaba acostumbrada.

—Buenos días, mamá—hablo en cuanto descuelgan la llamada.

—Pensé que eras huérfana ¿quieres confirmar si lo eres?

—Si por favor y la lectura del testamento de paso—Paseo mis dedos sobre el borde de mi taza con chocolate al tiempo que ruedo los ojos, mamá se enfrasca en un monologo en el que entiendo poco sobre como me he olvidado de mi familia, que incluso debería cambiar mis documentos, creo que ella sugiere que me olvide de todos.

Pero es mamá, se pone histérica cuando alguien no hace lo que quiere.

—¿Has terminado? —Ella resopla y creo que ella podría incluso estar pisoteando como adolescente caprichosa, pero tampoco presto atención a eso—. ¿Cómo estás? ¿Jared está allí?

Hace mucho tiempo no hablo con mi hermano, pero eso es porque él evita hablar conmigo, no porque tengamos problemas es solo que él se siente culpable conmigo por cosas que sucedieron hace mucho, nada que yo no haya superado, pero él parece muy enfrascado en eso y es como si le avergonzara hablar conmigo como si yo fuera a reprocharle el pasado cuando no es así y él lo sabe.

—Llegaron ayer, no como otras—resoplo viendo a Elleonor salir de la parte de atrás, ella escanea con la mirada el local, es temprano así que mientras he estado aquí apenas he visto a dos personas venir a comprar, seguramente gente perezosa que no quiere preparar desayuno, por mi parte no soporto la idea de sentarme con tantas personas que parecen ansiosas de que yo me vaya.

Hablo de Layla y Astrid, creo que Melody podría estar siguiéndole la corriente a su amiga, Ashley ya no parece molesta conmigo, creo que le agradó el hecho de que no cuestionara su carrera.

Puedo entender que ellas elijan a Layla, crecieron con ella si eso hubiera sucedido en mi familia tal vez yo estuviera eligiendo también a quien conozco de mucho tiempo, lo que no puedo entender es su egoísmo con Jeremiah ¿por qué esperan que él siga esperando a Layla cuando ella ya está comprometida? Es cruel que quieran que él solo la esté amando en silencio mientras ella claramente está feliz con su novio.

Muerdo el interior de mi mejilla dándole un par de palabras más a mamá, le digo que la llamaré mañana en la noche y bromeo con que me guarde regalos antes de colgar, continúo mi desayuno enviándole el habitual mensaje mañanero a Mayka a pesar de que ella debe estar durmiendo ahora.

—Buenos días, futura esposa Greythorne—Alzo las cejas y contengo la respiración tragando el chocolate que obviamente se va por el lugar equivocado cuando Elleonor se sienta frente a mi y yo toso alarmada, ella se ríe sonoramente mientras yo intento calmar mi ataque.

—Eso ha sido muy violento de tu parte—respondo luego de unos segundos, mi voz suena ahogada y vuelvo a toser antes de aclarar mi garganta, ella ríe más antes de recuperar la compostura.

—¿Qué? ¿Sería tan malo tener ese apellido y una boda allí?

—No, pero no he estado pensando en compromisos y matrimonios como desde muchísimo tiempo—Ella se encoge de hombros, trae un muffin de arándanos en sus manos—. ¿Sabes qué? No, no es una posibilidad, tal vez lo deje en un noviazgo toda la vida.

—¿Pánico a las bodas?

—No tienes ni idea—respondo bebiendo de mi chocolate, mi ceño se frunce, no es realmente pánico a la boda, pero yo no estoy segura de estar amando a alguien en realidad.

Es raro, solo es un problema para mí, amar hace que pierdas limites y no construyas los que debes, perdonas cosas que ni siquiera deberías considerar y haces otras que Dios sabe de donde han salido, pero aun así las haces solo por la persona que amas.

—Entonces puedes prestarme a tu novio para casarme yo—Alza las cejas varias veces insinuante y alzo mi dedo índice negando con él.

—No tienes tanta suerte.

—Mmm ya veo, eres celosa, no me preocupa, tengo dos novios en lugar de uno—Mira sus uñas con arrogancia y una sonrisa ladeada se desliza en sus labios, alzo las cejas.

—No pensé que fueras infiel.

—No hablaba de infidelidad, tengo dos novios oficiales—responde alzando las manos y mostrándome dos anillos de pequeños diamantes, no son de compromiso, los diamantes de uno son azul mientras que los del otro son rojos, lucen costosos y supongo que ella habla de una relación poliamorosa, lo cual es raro en este país, así que alzo las cejas sin opinar al respecto y ella en ningún momento habla de una broma por lo que tiene que ser real—. Le gustaste a los niños del orfanato—Habla nuevamente segundos después. Aprieto el tenedor entre mis dedos frunciendo el ceño.

—¿Es así?

—Si, preguntaron si alguien de la fiesta iría a visitarlos en navidad y uno de ellos te mencionó entonces todos estaban de acuerdo en que querían que los visitaras.

—¿Así que viniste a coaccionarme para que lo haga? —Ella empuja su cabello detrás de su hombro llevando una mano a su pecho fingiéndose ofendida.

—Coaccionar no, solo vine a manipularte para que tu mente quiera llevarte allí—resoplo encogiéndome de hombros—. ¿Está funcionando? —Sonríe

—Puede ser...

—Son lindos y educados y casi nunca preguntan por nadie, siéntete afortunada

—Apuesto a que has usado esa carta con muchísimas personas más—Me rio bebiendo nuevamente de mi chocolate y ella se encoge de hombros.

—No muchas, los niños son selectivos en el orfanato, no les gusta que todo el mundo vaya a menos que tengan esperanzas de ser adoptados—Muerdo el interior de mi mejilla, no tienen demasiadas, la gente no adopta niños tan grandes como ellos con frecuencia, siempre prefieren a los recién nacidos y menores de tres años en general. Los que adoptan niños grandes casi siempre están buscando algún beneficio o hacerles daño, un estremecimiento me recorre y suspiro.

—Puede que pase por allí antes de irme—Ella sonríe satisfecha con mi respuestas

—Eres más que bienvenida.




***




—Aquí estás

—Aquí estoy—susurro cuando Jeremiah aparece en las escaleras, todavía no es media noche ahora, pasé la tarde prácticamente deambulando por Keaton city, hay una plaza con un árbol de navidad enorme fue probablemente allí donde fueron las gemelas y Jeremiah hace unos días—. ¿Me extrañas, Greythorne? —cuestiono sonriendo levemente mientras miro mi libro, doblo la esquina de la página antes de cerrarlo.

—Puede ser, si—masculla acercándose, relamo mis labios desviando la vista al árbol de navidad, las luces encendidas iluminando la sala. Todavía no sé por qué lo dejan encendido en las noches, sin embargo, no protesto sobre ello, sobre nada en realidad porque soy solo una intrusa aquí.

—Lo sé, ahora sufres Noviatis aguda

—¿El qué? —Se ríe bajo en su garganta y yo suspiro arrastrándome por el sofá hasta hundirme acostada con la cabeza contra el reposabrazos. Flexiono mis piernas para hacerle espacio en el sofá y retiro mis gafas encajándolas en el borde superior de mi abrigo mientras lo observo, se deja caer sentado al otro extremo y solo para molestarle extiendo mis piernas por sobre sus muslos—. ¿Todo bien? —cuestiona luego de unos segundos en los que nos observamos en silencio. Asiento distraídamente apretando mis dedos en los bordes de mi libro mientras lo observo—. ¿Segura?

—¿Por qué?

—Desapareciste todo la mañana y solo viniste a cambiarte ¿Dónde estuviste?

—Paseaba por ahí—murmuro encogiéndome de hombros.

No sucedió nada, sin embargo, no me gusta acumular cosas, aprendí de mala manera que eso se convierte en un cumulo que al final se convierte en malestar físico y luego explota, algo que es casi imposible de evitar, así que prefiero manejarlas sin dejar que crezcan. A veces solo necesito alejarme, a veces solo despierto irritada sin razón y prefiero distraerme de todo lo que me rodea, deshacerme de la rutina y simplemente ignorar la agenda que pueda tener, claro está que no puedo hacerlo con tanta frecuencia por mi trabajo, pero ahora que puedo lo hago.

Jeremiah arquea una de sus cejas obviamente sin creerme, pero tampoco le doy más explicaciones de ahí, realmente no tengo ánimos para esto.

—No soy adivino, Belova, si te molesta algo...

—Creo que estamos de acuerdo en que suelo ser honesta contigo ¿no?

—Lo eres

—Bueno, ya te di una respuesta, esa es toda, fui a la plaza, en la mañana estuve donde Elleonor, solo necesitaba espacio, todo esto me asfixia—susurro esto último torciendo los labios—. ¿No me digas que eres un novio controlador, Greythorne? avísame para ponerte una orden de alejamiento antes de que te atrevas a pedirme matrimonio en medio de un lugar público.

—¿Por qué haría eso? —cuestiona con diversión, su mano se posa en mi pantorrilla cubierta por el pantalón de pijama y me encojo de hombros.

—Es presión social, si siento miedo de ti y me pides matrimonio en publico me sentiré obligada a decirte que si porque si me niego me culparás de hacerte pasar vergüenzas y vas a hacerme daño.

—Buen punto, Belova—Me encojo de hombros dejando el libro sobre la mesa de centro—. Pero no preguntaba por eso, cuando llegamos hace unas semanas dijiste que se supone que yo debía hacer esto fácil para ti—dice, lo entiendo, quiere saber si hay algo molestándome, sacudo la cabeza negando antes de ponerme de pies, me encamino a la cocina y bebo un vaso de agua antes de regresar a la sala, me detengo frente a él.

—De verdad estoy bien, ya te lo dije, necesitaba espacio—Hace un sonido de afirmación, su mirada azul analizándome como si quisiera preguntar más, parece inquieto de que algo ande mal y las mariposas se agitan en mi estomago ante eso.

» Ahora, Greythorne, busca tu abrigo, esto es un secuestro—Arquea una de sus cejas y luego frunce el ceño.

—¿A dónde?

—¿Qué parte de que es un secuestro no entendiste? La victima nunca sabe el rumbo, así que apúrate antes de que encuentre un arma.

—Que agresiva—masculla antes de irse por las escaleras, relamo mis labios siguiéndolo para tomar mi propio abrigo y zapatillas deportivas a pesar de mi vestimenta de pijama, pero es casi media noche, no pretendo bajar del auto menos si está nevando como estaba sucediendo hace un rato.

Arrebato las llaves de su auto de sobre la mesita auxiliar mientras presiono mis manos en su espalda obligándole a caminar por delante de mí, resopla todo el camino hasta el exterior y ahogo un chillido cuando salimos y la ventisca fría me golpea la cara.

—Fuiste tu quien decidió salir ¿eh?

—Los rehenes permanecen callados—mascullo empujándolo hacia el auto, siento su cuerpo temblar contra mis palmas y no sé si es por el frio o porque se ríe, abro la puerta de copiloto señalándole el lugar hasta que se desliza allí, cierro la puerta rodeando el auto y finalmente ocupando el lugar detrás del volante—. Maldita sea

—La secuestradora está peor que el rehén.

—No eres gracioso, Greythorne

—No dije que fuera un chiste—Se encoge de hombros, coloca su cinturón en su lugar y lo imito antes de encender el auto, flexiono mis dedos antes de ponerlos en el volante y poner el auto en marcha, la calefacción ayuda, pero igual es frio de Keaton city es asquerosamente doloroso.

En mi caminata de las mañanas hay un puente, debajo de este hay un espacio verdoso—que ahora debe pintarse de blanco—, y un lago pasa justo debajo, hay una forma de llevar el auto allí y según mi investigación exhaustiva esta noche habrá un espectáculo natural.

A pesar del intenso frio no está nevando esta noche, así que es probable que suceda lo que espero, me detengo en un lugar italiano que he visto por las mañanas, pero no como pizza por las mañanas y eso es lo que más suele interesarme de los restaurantes italianos, le pregunto a Jeremiah si tiene alguna elección sobre esto y niega, así que le digo que me espere, me toma unos cuantos minutos obtener dos latas de refresco al igual que dos cajas de pizza— porque suelo ser codiciosa— y correr al auto porque el frio y yo nos hemos vuelto enemigos.

—Importante alimentar al rehén.

—¿A dónde vamos, Belova? —Lo miro mal y él alza las cejas ignorándome, todavía esperando una respuesta.

—Ya lo verás—Conduzco otro par de minutos más antes de tomar el desvío hacia el lago bajo el puente y finalmente me detengo.

El agua está cubierta por una delgada capa blanca de hielo, está agrietada así que no es tan fuerte y como el lago no es tan grande no hay forma de que el agua corra demasiado por eso se ha congelado, apago las luces del auto y arrastro el asiento hacia atrás abandonando mis zapatillas en el suelo del auto y cruzando mis piernas estilo indio antes de tomar una de las cajas y una lata.

Si a Jeremiah le molesta que coma aquí puedo pagar un lavado luego, pero no voy a evitar hacerlo.

—¿Qué hacemos aquí?

—Come y espera—mascullo tomando un trozo de mi pizza y observando a través del parabrisas, unos segundos después los miles de puntos brillantes aparecen en la oscuridad bajo el puente, sonrío sin poder algo embelesada por las luciérnagas que curiosamente aparecen este invierno. Es raro, pero aquí están.

Se mueven por todo el lugar, la oscuridad aquí se siente como si estuviéramos en algún frasco junto con ellas, como si se tratara de magia se encienden una detrás de la otra y entreabro los labios maravillada con la visión de los puntitos verdes flotando.

—¿Te gusta, Greythorne?

—Es lindo

—¿Más que yo?

—No lo creo—Suelto una risita y luego un resoplido tomando otro trozo de mi pizza, el queso derretido en los bordes causando que haga un sonido de deleite cuando este se presiona en mi lengua.

—Papá tenía una reflexión sobre las luciérnagas—Hablo luego de unos minutos en los que comemos en silencio, me volteo en mi asiento hasta presionar mi espalda mi espalda contra la puerta quedando de frente a su asiento, me observa expectante mordiendo un trozo de su propia pizza, parece tan complacido como yo con el sabor de esta.

Nunca quise tanto ser una pizza como hoy.

—Te escucho—murmura luego de unos segundos.

—Decía que en la vida hay situaciones, personas, conversaciones y muchísimas cosas más igual a ellas, una lucecita brillante en la oscuridad que se enciende cuando menos lo esperas, pero que cuando brilla hacen que estés maravillado y hasta feliz por un segundo aun cuando puede que no sepan que lo hacen—Jeremiah me mira por varios segundos analizando mis palabras y yo desvío la vista hacia el exterior mordiendo otro trozo de mi pizza.

—Entonces eres una de ellas—Contengo el aliento observándolo y una mínima sonrisa ladeada se desliza en sus labios ajeno a las mariposas que se desatan en mi estomago ante sus palabras—. Eres la más bonita de las luciérnagas, Sasha Belova. 



——— ❄ ———

Para adelantos de esta, las demás historias y las próximas a ser publicadas pueden seguirme en mis redes sociales:

Instagram: CarliieLeblanc | Twitter: CarlieLeblanc_ | Tik tok: CarlieLeblanc

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro