Capítulo 11
Capítulo 11. Descendencia
Sasha Belova
20 de diciembre 2019
Ashley está sentada al lado de Jeremiah, a su vez ambos están frente a mí.
La gemela Greythorne hoy se ha separado de su hermana por motivos que Jeremiah llamó son celos, pues una prima de Layla—o no sé de quien— ha venido para pasar navidad, pero no es de su agrado, sin embargo, parece ser la persona favorita de su gemela, por tanto, Ashley prefiere alejarse de su hermana para evitar estar cerca de la otra chica.
Así que ha decidido apegarse a nosotros por ello, Jeremiah dice que esta visita la deprime porque suele ser muy cercana a su hermana y siente que esta la deja de lado por la que parece ser su mejor amiga.
—Oye, Sasha...—Observo a la castaña que rodea el brazo de Jeremiah con los suyos como si él fuese un salvavidas—. ¿Cómo te haces cuando salen? Jeremiah bien podría pasar por mudo—Él palmea su frente resoplando y ella se queja clavando sus largas uñas pintadas de negro contra su antebrazo, muerdo mi labio inferior ahogando una sonrisa divertida.
—Superpoderes que tuve que desarrollar, pero dicen que hablo hasta por los codos así que igual me sirve—Me encojo de hombros hundiendo mis manos en los bolsillos de mi abrigo, relamo mis labios mirando a Jeremiah que me observa con atención mientras arquea una de sus cejas.
No puedo evitar recordar la noche en la biblioteca, casi tengo que apretar mis muslos ante ese recuerdo. Tal vez debería decir que me calienta pensar en su boca sobre mí, sin embargo, no hay recuerdo tan caliente como Jeremiah masturbándose al mismo tiempo que me miraba hacerlo a mi o corriéndose sobre mis pechos.
Maldigo entre dientes bajando la vista a mi celular mientras acomodo con una mano el gorro de lana sobre mi cabeza, El frio casi cala mis huesos este día, ya casi es navidad así que puedo entenderlo, pero me asusta que pueda afectarme. No tenía planes de salir, solo que Ashley quería venir a arreglarse para el baile de esta noche, es el de beneficencia si mal no recuerdo, ya tengo un vestido, acompañé a Ashley a arreglarnos las uñas, pero descarté algo extravagante así que ahora solo están pintadas de rojo para que combinen con mi vestido esta noche.
—Si, pero yo siendo tu ya estuviera soltera—vuelvo a mirar a Ashley, ella mira sus uñas con desinterés.
—¿Esto es una persuasión para que puedas conseguirle otra pareja a tu hermano? —Ella ladea la cabeza vacilante, pero no lo niega y yo chasqueo la lengua encogiéndome de hombros—. No creo que eso suceda por un tiempo.
—¿Estás muy segura?
—Pregúntale a tu hermano qué posibilidades hay de que esté soltero en algún tiempo cercano y dependiendo de esa respuesta entonces lo discutimos—Ella abre la boca mirando a Jeremiah probablemente para hacer lo que le digo, pero él sacude la cabeza negando.
—Ninguna, no hay ninguna posibilidad—Habla y yo tuerzo los labios ahogando una sonrisa. Ashley me mira alzando las cejas y sus labios se crispan en una mueca que no sé qué significa, pero tampoco me preocupo por descifrarla porque estoy más enfocada en su hermano.
No estoy nerviosa como debería por esta noche, por el baile quiero decir, solo porque los días anteriores hemos estado yendo a la biblioteca a mis improvisadas "clases de baile" con él, recordar que no ha sucedido lo mismo de hace un par de noches es casi decepcionante, pero no me da ninguna emoción intentar cualquier cosa erótica teniendo mi periodo, para mi buena suerte este no dura más de cuatro días, lo cual siempre ha resultado extraño y por lo que he sido señalada por las mujeres a mi alrededor como la favorita de Dios. Amén.
Una chica trae nuestro pedido y agradezco sacando mis manos de mi abrigo mientras aprieto los labios por el frio, me deshago de mis guantes antes de envolver el cristal de mi taza con las palmas permitiendo que el frio se filtre en ellas, suspiro con satisfacción ante eso mientras veo los pequeños malvaviscos derritiéndose en el chocolate caliente.
El de Ashley es similar al mío solo que el suyo tiene trozos de galletas con chispas de colores, mientras tanto Jeremiah ha hecho su elección habitual que resulta ser café, por otro lado, la pequeña Greythorne y yo hemos decidido compartir una caja de donas porque parecen ser sus favoritas.
Sé que Ashley me observa a pesar de que no la estoy viendo mientras me concentro en tomar con mis dedos los pequeños malvaviscos que coronan mi taza sin tocar el chocolate, pero estos se derriten porque el líquido está caliente así que tomo una cucharilla de al lado de mi taza decantándome por la opción fácil, desvío la vista a la ventana viendo como la nieve ha vuelto a caer desde hace unos minutos.
—Vas a gastar a mi novia, Ash...—habla Jeremiah y yo alzo la cabeza, la gemela todavía me observa como si yo fuera algún problema matemático por resolver, solo que no es ella quien estudia estadística así que probablemente no esté tan fascinada por ello.
—No lo entiendo ¿okey?
—¿Qué?
—Como es que terminaron siendo pareja, si, se supone que los polos opuestos se atraen, pero ustedes son extremadamente opuestos, ni siquiera hay algo que pueda comparar entre ustedes, toda la felicidad que a ti te falta la tiene ella y toda la seriedad que tú tienes le falta a ella—Muerdo mi labio inferior ahogando una sonrisa divertida.
Es real, cualquiera pensaría que realmente somos completamente opuestos —y lo somos—nuestras únicas similitudes están en el bufete, cuando ambos nos hundimos en nuestros papeles de abogados, pero tampoco me gustaría que fuéramos iguales, hay días en los que cuestiono mi propia personalidad, no por otras personas sino por mí misma, porque mi actitud fuera del juzgado y la oficina es casi transparente en todos los sentidos y no es que me arrepienta de ella, es solo que hay personas que no merecen todo lo que les das y eso no quiere decir que esté mal, pero a veces resulta agotador.
—No creo que tengas algo que entender o al menos yo no tengo nada que explicar sobre esto por algo las relaciones son de dos ¿no? —respondo encogiéndome de hombros, tomo un malvavisco llevándolo a mi boca mientras mantengo la vista en el exterior.
A estas alturas mamá debe estar cansada de llamarme, pero me costó bloquear su número porque honestamente su intensidad me afecta, y una de las razones por las que salí de allí con más rapidez era su oposición, su manera de nunca aceptar una respuesta diferente a la que ella esperaba. Si le he dicho que no iré ¿por qué seguir insistiéndome como si quisiera persuadirme para que cambie de opinión?
—Ashley no hay nada que debamos explicarte, no eres una niña, sabes perfectamente que Layla y yo no volverá a suceder, deja eso—Jeremiah la mira mientras ella hace lo mismo, encuentro un ligero parecido entre ellos.
—No mencioné a Layla—Le dice alzando la barbilla, retándolo a contradecirla, aprieto mis labios ahogando la diversión que me produce esto y la veo cruzar sus brazos sobre su pecho.
Es obvio que incluso si Jeremiah puede parecer intimidante en algunos momentos para ellas no lo es, estoy segura de que Astrid y Ashley pueden hacer lo que sea que se les dé la gana con él y no les va a importar si se enoja porque no le tienen miedo.
—Pero sabemos perfectamente que es por ella por quien haces esto, acéptalo y deja de intentar incomodar a Sasha con este tema—Ella resopla y decide concentrarse en su chocolate, yo continúo en mi celular tratando de ignorar todo esto.
Las gemelas no me disgustan, pero estoy acostumbrada a ignorar a las personas que sé que no me soportan o no quieren estar cerca de mí, sin embargo, no puedo hacer eso con ellas porque es descortés con mis "cuñadas" mientras estoy aquí. Decido que no debo hacer eso, ignorarlas quiero decir, así que dejo mi celular en mi bolsillo y tomo una dona glaseada de chocolate antes de hablar:
—¿Cómo te va a en la facultad de artes, Ashley?
—¿Te interesa?
—En realidad si ¿por qué no lo haría? —Frunzo el ceño antes de darle una mordida a mi dona, relamo mis labios para evitar que el glaseado ensucie mis comisuras mientras espero una respuesta.
—No es una carrera ejecutiva o política—Parece a la defensiva y me pregunto si le han dicho eso en su familia—. Tampoco salva vidas o defiende personas, ni enseño a otros, no gestiono empresas ni va a dejar una huella muy arraigada como lo haría una carrera fuera de esa facultad...
—¿Y eso qué? Por lo que sé siempre mencionan a Picasso por su arte ¿O no? ¿Fue porque era político, médico, abogado...? —Ladeo la cabeza y ella resopla—. ¿Van Gogh? ¿Monet? ¿Da vinci? ¿Tiziano? ¿Miguel Ángel?
—No es el mismo tiempo...
—No se trata del tiempo, si bien la reputación de los artistas no está siendo lo que debería, se trata más del empeño y la pasión que le impongas, puedes ser incluso la más pobre...no sé, vendedora de dulces en los semáforos y se trata del amor que tienes por lo que hagas—Tomo otro malvavisco de mi taza—. Si menosprecias tu misma lo que haces le das el derecho a otros de rebajarte a sus opiniones, así que la próxima vez que te pregunten por tu carrera responde todo lo que te está gustando de ella, di cuanto amas tal o cual cosa que has hecho allí, se trata de ti, no de los que otros piensen ¿o estás odiando tu carrera?
—No
—¿Entonces? —Sus hombros se hunden cuando la miro y decide bajar la vista a su taza con chocolate.
—La última vez que fui a la facultad antes de vacaciones de navidad ya habían publicado dos de mis calificaciones, fue bueno, pero no era lo que yo esperaba.
—Incluso si no se nota cualquier esfuerzo vale la pena, Ashley, es tu esfuerzo si no lo celebras tu nadie va a hacerlo porque a nadie va a importarle como a ti—musito distraídamente mientras soplo mi taza de chocolate revolviendo los malvaviscos derretidos—. ¿Qué hay de esas clases donde tienen que dibujar desnudos, Ashley?
—He tenido dos
—Cuéntame más
—Belova...
—No quieras hacer papel de novio celoso, Greythorne—Vuelvo a mirar a Ashley que me observa arqueando una de sus cejas de la manera en la que suele hacer Jeremiah.
—No es tan emocionante como parece, de hecho, es aburrido porque hay que concentrarse en el retrato y no en el modelo, pero fue bastante interesante si me lo preguntas—Sonrío alzando las cejas con diversión antes de tomar otra dona, Ashley me imita.
— ¿Podemos pasar por donde Elleonor a comprar pastel?
—¿Pastel de qué?
—Lo que sea...
—Tu adicción te llevará a la tumba, Belova—Ruedo mis ojos hacia Jeremiah.
—Jamás he cuestionado tu adicción por el café, Greythorne, por favor, no quieres hacer esto—Lo señalo con mi dedo índice.
—Pensaba hacer uno de almendras antes de ir al baile ¿te interesa ese, Sasha? —Vuelvo a mirar a Sasha quitando una chispa de color de mi dona antes de morderla.
—¿Tendrá chocolate?
—Seguro—Sonrío ampliamente alzando las cejas triunfante hacia Jeremiah quien rueda sus ojos.
—Perfecto.
***
Paseo mis manos por la suave tela de mi vestido rojo, hago lo mismo con las mangas, aunque se encuentran en perfecto estado ahora, acomodo los bordes del escote no tan pronunciado, pero que definitivamente no puede esconder mis pechos, nunca he sido plana de allí así que casi puedo entender eso. La abertura en mi pierna izquierda me resulta una mala idea, pero no voy a cambiar el vestido porque los demás no son tan largos ni tan sueltos como para que pueda bailar cómodamente.
—¿Y si no voy? —Me dejo caer sentada al borde de la cama y Jeremiah resopla frente al espejo, acomodando la pajarita de su traje que lo hace lucir perfectamente ardiente. Muerdo mi labio inferior observando la manera en que el pantalón se ciñe a sus piernas y trasero.
—Belova, por favor—musita exasperado, he estado haciendo esto al menos media hora, pero yo de verdad no quiero salir, con este vestido y el frio que está haciendo yo podría regresar siendo un tempano de hielo.
—Prometo no hacer desorden en la casa, pero hace frio, Greythorne— Él suspira volteando a verme, evalúo atentamente como luce de frente y relamo mis labios; ahora eso es una vista interesante y que no vaya nadie de su brazo al baile parece una invitación para las demás.
—¿De verdad no vas a ir, Belova?
—¿Qué tienes a tu favor para convencerme? —cuestiono mirando mis uñas con fingido desinterés, se acerca, inclinándose deja sus manos a cada lado de mis caderas dejando su rostro a la altura del mío, me observa arqueando una de sus cejas y yo suspiro ante su perfume envolviéndome.
—¿Qué quieres que te dé? —Muerdo el interior de mi mejilla mientras él me observa expectante, no tengo ni idea porque el hecho de que esté tan cerca me aturde y podría terminar pidiéndole algo que tenga que ver con nosotros muy sudados y no de una manera inocente.
—Lo pensaré
—¿Ahora?
—Tengo frio, Greythorne—Extiendo mis brazos hasta rodear su cuello y dejarme caer de espaldas en la cama, él maldice porque lo he llevado conmigo y envuelvo mis piernas en sus caderas, alejo el rostro para verlo—. ¿Vas a calentarme?
—¿Es una pregunta trampa? —Me rio presionando un beso en la comisura de sus labios antes de dejarlo ir.
—Tal vez, igual y si voy a ir, se supone que para eso estoy aquí, pero ya me ofreciste darme algo, me lo debes—Lo señalo con mi dedo índice, poniéndome de pies me acerco al sofá tomando las zapatillas para ponérmelas.
—Eso es muy tramposo de tu parte, Belova—Me encojo de hombros acomodando los tirantes de mis zapatillas mientras resoplo porque se vuelve una odisea.
—Muy poco inteligente de tu parte, Greythorne, no es mi culpa que no puedas pensar con claridad cuando estoy cerca.
—Tienes razón—Chasquea la lengua y yo alzo la cabeza sintiendo las múltiples mariposas en mi estomago ante su afirmación, lo veo acercarse, se inclina delante de mi tomando la otra zapatilla y poniéndomela, le toma unos segundos acomodar los tirantes antes de alzar la cabeza hasta la altura de la mía—. ¿Nos vamos?
—Seguro—musito presionando mis labios en los suyos y él gruñe.
Si, puede prácticamente romper mis casillas seguras cuando hace una afirmación como esa, pero soy completamente consciente de que tengo el mismo poder o tal vez más.
Tomo el abrigo negro pasando mis brazos por él antes de acercarme a la puerta de la habitación donde él me espera, evalúa mi vestimenta y yo echo mi cabello detrás de mis hombros antes de darle mi mano cuando me extiende la suya.
En cuanto bajamos las escaleras noto a las gemelas o al menos a Astrid junto a Melody, Ashley aparece segundos después desde la cocina comiendo del pastel que hizo en la tarde, el cual por cierto estuvo muy bueno. En la sala de estar alcanzo a ver a Sebastián y su esposa, ella llegó hace dos días porque todavía estuvo trabajando.
Ashley se acerca ignorando deliberadamente a su gemela cuando pasa a su lado y casi quiero reír, ella realmente ha estado evitándola, pero estoy a su favor, realmente Astrid no se ha alejado de Melody lo que me parece muy desleal de su parte siendo que esta es su hermana.
—¿Puedo irme con ustedes? Olvídenlo no era una pregunta, tienen espacio de sobra.
—¿Por qué no te vas con papá? —cuestiona Jeremiah al tiempo que ella come otra cucharada del pastel de almendras, se encoge de hombros arrugando su nariz con disgusto, hace un gesto por sobre su hombro—. ¿Eso no es muy infantil de tu parte, Ash?
—Es muy traicionero de su parte cambiarme por ella estos días, pero luego volverá, arrastrándose cuando ella se vaya y no voy...
—No vas a hacer nada porque no puedes despegarte de ella y solo estás dolida porque te abandonó—La interrumpe Jeremiah y yo ahogo una risa divertida mordiendo mi labio inferior.
—Cállate—Golpea el brazo de Jeremiah antes de dejar el plato en una mesa auxiliar—. Voy a lavarme los dientes, no se atrevan a dejarme ir con ellas—Corre por las escaleras acomodando su abrigo rosa pálido, este cubriendo un vestido color cobre con detalles blancos que llega casi hasta sus tobillos.
—Es realmente descortés que ella la haya hecho a un lado así—murmuro bajando la vista a mis zapatillas, luego miro hacia el ventanal con las cortinas abiertas, no está nevando, aun así, es notable que hace bastante frio afuera, espero que el lugar del baile no se sienta de esta manera.
—Lo es, pero Astrid siempre ha sido desapegada, apenas va a notar lo que está sucediendo con Ashley ante esto—suspiro y veo a los señores Greythorne aparecer por las escaleras.
Tatiana tiene un vestido negro ceñido, hasta los pies de tela brillante, un escote discreto y las mangas largas, en su brazo cuelga un abrigo del mismo color y lleva el cabello recogido en un elegante moño al final de su cabeza. Thomas por su parte tiene un traje azul, con camisa blanca y corbata a juego con su chaqueta.
Ashley viene corriendo detrás, engancha su brazo en el lado libre de Jeremiah incitándonos a caminar a la salida, el camino no es muy largo pues Keaton city tampoco es un lugar tan grande, así que en pocos minutos estamos en el lugar, hay mucho autos estacionados, pero en cuanto encontramos un lugar y llegamos a la entrada me encuentro ensimismada con la decoración, por algo la navidad es mi época favorita.
Hay un enorme árbol de navidad de piso a techo, mis dedos alrededor del brazo de Jeremiah se ciñen a la tela de su traje mientras en muerdo mi labio inferior una sonrisa emocionada, las decoraciones rojas, doradas y plateadas, el pino es blanco por lo que luce elegantemente hermoso.
Dejo mi abrigo en algún lado todavía algo ensimismada por la decoración, vuelvo a enganchar mi brazo en el de Jeremiah notando que Ashley ya se ha ido de nuestro lado, agradezco internamente que el lugar esté lo suficientemente cálido porque no creo poder soportar el frio del exterior toda la noche.
—¿Emocionada, Belova?
—Por el baile no, pero me gusta esto, creo que lo sabes—musito echando mi cabello detrás de mis hombros, hay un pasillo no muy largo antes de entrar al salón de baile, las paredes son reemplazadas con lo que lucen como rejas donde han enganchado guirnaldas y luces de colores que se reflejan en el blanco mármol del suelo y el espejo del techo, casi jadeo ante eso.
—Si, es tu época favorita porque amas los colores llamativos—Lo miro arqueando una de mis cejas, pero él no me está viendo, aun así, alcanzo a ver la sonrisa ladeada en sus labios.
—Parece que realmente prestas atención a todo lo que digo.
—Lo hago, escucho y recuerdo cada cosa que has dicho, Belova—Muerdo mi labio inferior cuando una puerta de cristal oscuro se abre y muchas personas aparecen en mi campo de visión, no tengo problema en lidiar con esto, el problema yace en las preguntas que pueden implicar hablar de mi relación con Jeremiah.
—Sé honesto conmigo—susurro alzando la barbilla—. ¿Has salido con alguna de estas mujeres?
—Ninguna—Arqueo una de mis cejas hacia él y me mira, lo observo atentamente entrecerrando los ojos—. No lo hice, no intentes presionarme.
—Buenas noches, bienvenidos—Desvío la vista al frente hacia la mujer de ojos grises, alta de ondulada melena rojiza nos observa, a mi con curiosidad a Jeremiah como si fuera una paleta de chocolate. Bueno puedo entenderla, el traje le queda de muerte.
Ella habla con nosotros, le respondo, pero estoy completamente curiosa por toda la decoración del lugar, rojo, dorado, verde y plateado, obviamente me encuentro ensimismada por ello, camino del brazo de Jeremiah minutos después saludando incontables personas que jamás volveré a ver así que tampoco me preocupo por recordar sus nombres.
Al final del salón hay una mesa, medianamente grande donde hay al menos veinte niños y niñas de diferentes edades, las niñas usan vestidos negros de mangas largas, mientras los niños usan camisas blancas y pantalones azules.
—Oye, Greythorne...—Hablo por encima de la música que resuena para ambientar el lugar, mientras nos dirigimos a la que se supone que es nuestra mesa que se encuentran dispersas alrededor de la pista para el baile.
—¿Sí?
—¿Son los niños del orfanato? —Señalo con mi cabeza hacia donde los niños parecen nerviosos, Jeremiah los mira, se encoge de hombros.
—Seguro—Arrastra una silla y me indica que tome asiento, pero estoy algo curiosa sobre los niños, aun así, ocupo mi lugar y él se sienta a mi lado, del otro lado se sienta Ashley, a su lado un chico que no reconozco, pero debe ser amigo suyo pues hablan muy animados, más allá Melody junto a Astrid, a mi lado Constantine y más allá Layla. En la mesa de al lado, Tatiana y Thomas junto a Sebastián, su esposa y el hermano de Layla que llegó hace unos días, pero no ha estado quedándose en la casa, tres personas mas ocupan los lugares vacíos, pero tampoco los reconozco.
—¿Podemos saludarlos?
—¿A quién?
—A los niños, Greythorne—Jeremiah me mira y parpadeo varias veces sonriendo—. Por favor.
—Más tarde, Belova—resoplo y él se inclina presionando un beso en mi mejilla.
Hay múltiples conversaciones a mi alrededor, pero a ninguna presto demasiada atención, lo siguiente que sé es que Jeremiah está dándome su mano para un baile ya que hay múltiples parejas en la pista incluidos los señores Greythorne, alcanzo a ver a Elleonor en algún lado del salón, pero no vuelvo a verla en casi toda la noche.
Rodeo los hombros de Jeremiah con uno de mis brazos, nuestras manos entrelazadas en el aire y su otra mano se presiona en mi espalda baja mientras nos balanceamos al ritmo de la música que suena, de vez en cuando observo a los niños.
En la adolescencia tenía planeado estudiar para ser trabajadora social, así que durante un tiempo asistí a un orfanato de la ciudad, me molestaba lo triste que era ese lugar, pero tampoco era algo que yo realmente pudiera cambiar, intenté mejorarlo con los niños, recolectaba cosas, pinté las paredes, les llevaba juguetes cuando podía e intentaba que las personas que mis padres conocían también donaran, pero nada nunca fue fácil allí.
—¿Te gustan los niños, Belova?
—Si, por eso vas a hacerme tres, Greythorne—Suelto una risita cuando me hace girar atrayéndome nuevamente hasta él, me estrello contra su pecho todavía riendo.
—Seguro, hasta cuatro que quieras.
—¿Ves? También los quieres—Sonrío alzando el rostro hacia él.
—Tal vez—Ladea la cabeza vacilante y yo abro mucho los ojos.
—No me digas que serás tan cruel para no dejar descendencia así de atractiva, Greythorne, estás condenando a los otras generaciones a mujeres y hombres feos—Su pecho tiembla por una risa baja que no alcanza a salir de sus labios y casi quiero replicar por eso.
—Voy a preocuparme por la siguiente generación, no te preocupes tú, Belova—resoplo dejando descansar mi mejilla en su pecho cuando la música cambia a una más lenta, hay un beso suave en mi sien mientras nos balanceamos y siento las mariposas hacer presencia en mi estómago—. ¿Vas a preocuparte por la siguiente generación, Belova?
—¿Te refieres a tener hijos? Seguro y les daré un padre atractivo para que no puedan culparme de ser feos luego ¿te anotas, Greythorne? —Alzo las cejas varias veces y él sonríe cuando alejo mi rostro para verlo.
—Parece que no sé decirte que no, Belova—Sonrío, inclina su rostro hasta que sus labios rozan los míos y presiono un casto beso sobre su labio inferior.
—Bien, ahora di que te gusto—Alzo la barbilla retándolo, sacude la cabeza rodando los ojos y yo rio ante su respuesta:
—No soy tu marioneta, Belova.
——— ❄ ———
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