Capítulo VII

William

—¡LEVANTENSEEEE!

—CIERRA LA MALDITA BOCA— una almohada cae contra mi cara, la grandiosa lanzadora, mi queridísima Gabby.

—Que son esos humores tan temprano— la mirada asesina por parte de ella fue suficiente para detenerme y reírme en silencio.

—Bien! ¿Vamos a arreglar el lugar?

—Si Kylie querida, para eso nos levanto el estupido de tu novio.

—Gabby, ¿Algunas vez eres amable?

—He vivido toda mi vida con ella, los únicos que soporta son los animales.

—No todos, las cucarachas me dan asco.

Sin más que decir y estando listos comenzamos nuestra caminata hacia el castillo.

—¿Alguno de ustedes se a preguntado lo que a vivido ese castillo? Es decir, imaginen que las paredes hablaran— Millie curiosa sobre el pasado nos contagia su duda, a excepción de Gabby.

—De seguro cosas formales y aburridas.

—¿Y cómo estás tan segura?

—¿Leíste los nombres? Pfff

¿De verdad será una historia aburrida? ¿Algo formal y sin mucho que contar? Posiblemente esa historia quedara únicamente en nuestras mentes, una duda sin resolver.

~1650~

—Oh... ¡Querido! ¿Donde estás?— mencionó Lady Marcus de Goldklant, o para omitir mucha formalidad, simplemente Lizzi.

—En el salón de musica, ¿necesitas algo?

—¡Oh!, ¡Claro que necesito algo! ¿Dónde esta en el engreído de tu hijo?— la furia antes disimulada se hizo presente.

—Yo que sé— Sir. Anthony de Bolding pone sus ojos en blanco al escuchar lo que el llamaba "quejas".

—De seguro ha de estar con sus amigos en algún bar, presumiendo que es el príncipe e intentando conquistar chicas, es decir, niñerias absurdas.

—Deberías de buscar pareja en lugar de... tocar la cosa esa— Anthony señalo el violín que su hija Margot tenía en brazos.

—¡Papá! Ya hablamos de esto, es mi vida, es mi decisión, si tomo la decisión de no tener pareja el resto de mi vida, es asunto mío, no necesito de nadie para sobrevivir ni mucho menos para que piensen bien de mi.

—Ya lo sé hija, pero quizás...

—Anthony, es suficiente querido, deja a nuestra hija con ese tema.

—Está bien, solo decía— sus manos se alzan en señal de rendición.

El golpe de la puerta principal hace que abandonen la conversación y se dirijan hacia esta.

—Hasta que el hijo prodigo decide regresar, Aleluya.

—Quieres callarte hermanita— el olor sofocante de alcohol proveniente de Markus ambienta todo el lugar.

—Apestas a cerveza, ¿dónde has estado?— Lizzi hace un gesto de repulsión mientras abre las ventanas.

—Estudiando.

—¿La calidad del alcohol? De seguro.

—ñiñiñi— una voz de burla hace que peleen como infantes de cinco años.

—¡Basta! Parecen bebes, ¡Anthony! ¿No piensas decirle nada a tu hijo?.

—No le respondas a tu madre.

—¡¿Es una broma?! Agh, tengo que hacer todo, Markus vete a dar un baño— este obedece sin reprochar nada.

—¿Cómo es posible que apañes las estupideces de tu hijo?.

—Déjalo que disfrute su juventud querida.

—Tiene 26 años, no es un niño.

—No quiero seguir discutiendo, tengo dolor de cabeza, vamos a cenar.

—¿Quieres cenar? Sírvete tu solo, tienes manos y la capacidad de hacerlo.

—¡No me provoques Lizzet!

—haré lo que yo quiera, algo que no hice desde hace mucho.

Lizzi caminó dejando atrás a Anthony, como notaron, la relación de amor era casi inexistente en esta familia, a pesar de ser realeza y estar rodeada de lujos, nos ha demostrado que el dinero no siempre hace la felicidad, claro, depende mucho de para que lo uses, si los gastas en libros, claramente te dará felicidad, regresando a la época y al momento, Markus siempre fue alguien con una vida desordenada, rodeado se caprichos, alcohol, en pocas palabras, lo que quería papi se lo daba, mientras que su hermana gemela, Margot, era todo lo contrario, ella de supero a si misma, adora leer y adora la musica, tanto así que a los 8 años decidió aprender a tocar violín.

Lizzi siempre fue una mujer centrada y decidida, pero desde el momento en el que decidió casarse con Anthony, su vida cambio de rumbo, se le había olvidado quien era y que le gustaba.

Unos ligeros toques en la puerta de la habitación de Lizzi hace que esta despierte.

—Adelante.

—Mamá, ¿estás bien? Se que mi hermano es un idiota pero...

—Olvídalo ¿si? Estoy bien, no te preocupes.

—¿Segura?

—Si hija, no tienes de que preocuparte.

—Esta bien, solo recuerda algo ¿si?

—¿Qué cosa?

—Te amo, y a tu hermano igual, los amo de la misma manera, y a pesar de todo siempre lo haré, ahora déjame sola porfavor, ¿qué te parece si vas a pasear un rato al patio?.

—Esta bien, aprovecharé a pintar, te amo mamá.

—Te amo hija.

Luego de que Margot saliera del cuarto, Lizzi espero a que su hija salga del castillo para realizar decidida lo que tenía en mente, tomó en su poder una pequeña pero filosa daga, con las manos temblorosas y los ojos llenos de lagrimas esperó a que Anthony ingrese al cuarto.

Al llegar este notó un extraño comportamiento en su esposa.

—¿Todo bien?

—Si querido, mejor que nunca— su voz temblorosa fue suficiente para llamar aún más la atención de su esposo, acercándose lentamente y con pasos dudosos de seguir adelante.

—No te veo bien, ¿qué tienes atrás de ti?.

—¿No me ves bien? ¿Y recién te das cuenta? ¿Es una broma? Todos los malditos años de mi vida la pasé infeliz, gracias a tu poco respeto que tienes, ¿y sabes qué? Ya me cansé, estoy totalmente cansada de seguir con esto.

Lizzi levanta la daga para luego llevarla con dirección al corazón de Anthony, sin embargo este logra sujetar de su muñeca haciendo que se detenga, Lizzi lucha con todas sus fuerzas pero era en vano.

—¡ESTAS DEMENTE!.

—Si demente es el significado de buscar mi libertad, si que lo estoy.

—Puedes callarte de una mald...

El silencio se hizo presente de una manera tan abrupta que hizo que todo se deteniera, tal y como si se hubiese congelado el tiempo, ni las moscas o el ruido del aire eran perceptibles ante tan horrorosa situación.

Markus, el hijo prodigo había aparecido, con un trozo de vidrio y sus manos ensangrentadas, literalmente había apuñalado a su padre por la espalda, Lizzi sin dudarlo corre a abrazar a Markus, ocasionando que segundos después el cuerpo se Anthony cayera rendido en el piso.

—¿Pero qué has hecho?

—No voy a dejar que te manches las manos madre, aunque me odies.

—Yo no te odio hijo mío, yo te amo, perdóname.

Markus se desvanece cayendo al suelo, Lizzi al notar los cortes de sus muñecas lo abraza como si no hubiese un mañana, y en realidad no lo había, no para ellos.

—Todo va a estar bien hijo.

—Claro que lo estará, pero nos iremos como familia— Lizzi extrañada de las palabras de su hijo decide alejarse unos cuantos centímetros de él.

—¿De qué estas hablando?.

—Te amo— con esas palabras incrustó el trozo de vidrio en el vientre de su madre, al sentir el pinchazo se pone de pie retrocediendo con pasos débiles, abandonando la habitación para luego bajar las escaleras, con una mano en su vientre, mientras que en ese la sangre se deslizaba recorría los pasillos para llegar hasta su hija, al lograrlo y que esta note su presencia y situación en la que se encontraba, se acerca con pasos veloces, Lizzi susurra un simple pero honesto "te amo" antes de dejarse caer, las lagrimas de Margot llegaron de inmediato, tomando a su madre entre sus brazos, insistiendo en que esta despertara y dolo haya sido un susto pero no fue así, y lo sabía, solo que no quería aceptarlo, los gritos de desesperación altero a las aves que se encontraban en los alrededores.

Podría seguir contándoles la historia, por supuesto que lo haría, pero no sé cual es la continuación, nadie lo sabe, si Margot continuo con su vida o no es un misterio, así como el que le paso a los cuerpos, pero aveces es suficiente no contar más de lo que debes, ¿no es así?.

~de regreso al tiempo en el que se marra~

—Ya está, es hermoso— mencionó Gabby dando los últimos detalles al altar, uno simple y sencillo pero realmente tenebroso.

—Es... terrorífico— no pude evitar que mi voz temblará, fue como un acto de defensa.

—El osito Will esta de regreso—fruncí el ceño ante la risa de los demás.

—Dejando de lado al osito, ¿qué les parece si nos mudamos de una vez?— Kylie me salva de la incomodidad para transformarlo al terror.

—Quieres decir... vivir, ¿acá? ¿En el castillo?

—Si Will, en el castillo.

—A mi me parece buena idea— todos estuvieron de acuerdo ante la propuesta, todos excepto yo, pero claro, cinco contra uno, ¿qué más era de esperar?.

~~~~~~~~~~~~

Perdón la ausencia, el retorno a clases desconfiguró un poco mis horarios, pero aquí estamos, con historias en nuestras mentes e ilusiones en nuestros corazones, este capitulo tuvo ciertos toques a la realidad, lo cual me apena que sea esa, pero tengan en cuenta que es ficción y trato de hacer lo posible para que la historia sea de su agrado.

El siguiente capítulo estará lleno de risas, pero también de sustos...

Pueden buscarme en instagram como @Santy.m8_dsny

Besitos, se les quiere criaturitas viciosas a los libros.