Capítulo VI

William

En estos momentos han de estar procesando demasiada información, se preguntarán ¿De qué altar esta hablando?, retrocedamos un poco al día del ritual...

...

—ME VOY A MORIR— llamenme exagerado pero me siento en un manicomio.

—tenemos un precio que pagar...— Gabby sonríe...

—¿Y cuál es ese?

—Aún no lo sé, pero todo rito tiene un precio

—Lo que intentas decir es... QUE AÚN NO ESTAMOS A SALVO

—Cálmate William, pronto tendremos ccnocimiento de eso, por ahora estamos seguros.

Mis manos sudorosas soltaron de quienes tomaban de la mia, Gabby y Abby arreglaron el salón tal cual como se encontraba, Karl con una copa de vino reposando sobre el sofá con la mirada perdida, Millie... ella simplemente regreso a dormir y Kylie, vi como ella salió de la cabaña, pero no la pude seguir, el terror del momento aún me invadía.

—¿Y si vas a acompañarla?— Abby con un susurro me despierta del trance.

Sin decir una palabra me levanto y camino con dirección a la puerta, al salir estaba sentada en el césped aún mojado por la lluvia, reposando sus brazos detrás y con la mirada hacia las estrellas, quizás quería un momento a solas, por esa razón salió de la cabaña, al darme media vuelta para volver a entrar su voz me detiene susurrando mi nombre, para luego decirme que me siente a su lado.

—Sé que es una pregunta realmente absurda en estos momentos pero, ¿estás bien?

—si... solo que últimamente los días se me han hecho pesados, soy cómplice de asesinato y acabamos de hacer un ritual satánico.

—¿y estas mal por eso?

—realmente no, hemos pasado tan pocos momentos juntos, no crees que necesitamos un tiempo ¿solo para ambos? Además de este claro esta, Will, te amo tanto pero, no tenemos momentos a solas.

—Te lo voy a recompensar, te lo prometo, te llevaré a un lugar único— En medio de tantos arboles no tenía ni la menor idea de a donde ir —a donde el destino nos lleve amada mía.

—¿Amada mía? ¿El espíritu de Shakespeare entro a tu cuerpo luego de ese ritual?— Sus carcajadas suaves eran musica para mis oídos, ahora que lo pienso... estoy muy poético.

—Ni me hables de ese ritual porfavor

—¿Tienes miedo?

—la pregunta es ¿tú no?

—Will! De seguro es un juego de las gemelas, sabes que yo no creo en los espíritus.

—pues deberías— mi mirada junto con un ceño fruncido hizo que Kylie riera —¿te estás burlando de mi?

—No... no... ¿o si?— rayos! Si se reía de mi, pero no me molestaba, al contrario, me hacía gracia, ambos terminamos riéndonos, acostados sobre el suelo y con la mirada sobre el cielo —nunca verás el cielo de esta manera en la ciudad.

—¿Y sabes que lo hace aún más especial? Estar contigo.

—Bueno poeta, estas muy romántico.

—¿Y no te gusta?

—Ohh... claro que si me gusta.

—entonces continuó mi dulce amapola— Mi mano tomo de su mejilla mientras que mos labios se acercaban poco a poco a los suyos.

—Eso te llevo a la perdida— Su inesperada acción me saco de mis casillas, quitando mi mano de su rostro y levantándose para irse no sin antes brindarme su típico guiño.

—¿Eh?

—Vamos a comer peluche de Shakespeare— ¡genial! Ahora un apodo compuesto, que sigue ¿un disfraz?

—¡Son las cuatro de la mañana! ¿Piensas en comer?

—considéralo como un desayuno adelantado.

Únicamente me limite a obedecer, yo también tenía hambre para ser sincero, al entrar la sala estaba completamente limpia y sin duda alguna más ligera, todos ya se habían ido a dormir, el silencio era intimidante, sin embargo Kylie rebuscando en los cajones fue suficiente para volver a la normalidad.

—DONDE ESTA EL MALDITO CEREAL DE MIER...

—Ey! Ey! Cálmate.

—Que carajos es ese ruido— Karl con su simpático vocabulario aparece entre los pasillos con su copa de vino en una mano y la botella en la otra.

—Perdón por levantarte, no encuentro el cereal.

—Kylie, esa es la estantería, la cocina detrás tuyo.

—Oh... enserio?— su mirada de niña pequeña y traviesa me hizo reír hasta levantar a todos.

—Espero que tengan una buena excusa para haberme levantado.

—Es que... Es que... Kylie... confundió la estantería con la cocina— mi risa aumento pero el notar a Kylie con un rostro confuso y a los demás series me hizo detener.

—En fin, ¿iban a comer y no invitarnos?

—Claro que los íbamos a llamar.

—¿A sí?— un golpe en mi cabeza por parte de Kylie ocasiono que lograse reaccionar —Ahhhhh siiiiiiii.

—Querido amigo... ¿por qué no intentas ser menos idiota? Solo digo.

—Yo no te digo como hacer tu trabajo, tú no me digas como hacer el mío, espera qué— mi mente hizo corto circuito al responder a Gabby.

Luego de algunas risas tomanos asiento en el comedor, sosteniendo nuestras copas de vino.

—Quiero hacer un brindis, así que se callan— la agradable amabilidad de Gabby hizo que obedecieramos para escuchar lo que tenía que decir —saben que no soy muy cariñosa...

—Si no me dices no me doy cuenta— Su mirada asesina guardo silencio por mi de inmediato.

—Como decía antes de que el pejelagarto me interrumpiera, mi cariño a las personas es nulo, y para serles sincera ustedes no eran de mi agrado, pero estos momentos por los cuales estamos pasando significan mucho para mi, tuvimos una noche pesada pero divertida a mi parecer, ¡por más noches así!

—No gracias.

—Me refiero a estar unidos tarado.

—No hace falta la agresividad.

Levantando nuestras copas y con sonrisas dibujadas, brindamos.

...

Gabby

—Descansa hermana.

—Tu igual.

La hora de dormir es mi favorita, son las seis de la mañana pero literalmente no dormimos nada, así que me da igual, por fin iba a poder descansar, demás de ese ritual, absorbió todas mis energías.

—Hola?— estar en un maldito túnel oscuro no era algo que quisiera, sin momento de pensar mi toma de decisiones ya me encontraba caminando hacia adelante, ¿Qué era lo que iba a encontrar? No lo sé.

Una tenue luz y niebla invaden el lugar de un momento a otro, un bosque era el nuevo escenario de esta aventura tan extraña, la silueta de lo que parecían ser personas hacen presencia, al irme acercarndo puedo notar cachos como si se tratace de una especie de cabra humana, no lograba distinguir su rostro ni su vestimenta, eran especies de sombras, tomé la decisión de correr hacia ellas, con todas mis fuerzas cierro los ojos y a toda velocidad sin detenerme caigo a una especie de agujero, con gran humedad, parecía unos calabozos, una débil luz iba apareciendo de a poco, revelando un altar, el ver a alguien corriendo hacía mi soltaron mis gritos.

Al punto de levantarme de tan atemorizante sueño, con sudor y el corazón palpitando a mil por hora voy a por agua a la cocina, eran las tres de la tarde y todos aún seguían durmiendo.

...

—Bien... ¿de que querías hablarnos?

—¿Recuerdan que les dije que todo ritual tiene un precio?

Todos asintieron y con sus almas en la mirada oyeron.

—Tuve un sueño... me mostraron cual era el precio a pagar.

—¿Y ese es?

—Espérate William, a eso voy, tenemos que construir un altar.

—Pero no es como que podamos hacerlo en medio del bosque así nada más— Karl interrumpe sirviéndose vino —¿quieren?

—No gracias, pues, ese es el punto, ¿ideas?

—¿Y si lo hacemos oculto?

—Esa es la idea principal ¡Genia!— refutando a mi hermana se me ocurre algo, y a juzgar por la mirada de Kylie, ella pensaba en lo mismo.

—un centro de ayuda— y así era, Kylie me robo las palabras de la boca.

—¿Con ayuda se refieren a qué?

—Un centro de ayuda infantil, así ocultamos un altar sin sospechas y de paso nos sirve para apoyar a niños y niñas.

—No es algo muy satánico— Will voltea a mirar a todos esperando que alguien lo apoye.

—voy a repasar el plan principal para ti William, A-l-t-a-r S-a-t-á-n-i-c-o.

—Me refiero a que se encuentre a un lugar con niños.

—Es un lugar de menos sospecha, ahora solo tenemos que ir a obtener permiso del gobierno.

Todos aceptaron y acordamos que Abby junto a mi iríamos a obtener el permiso mañana en la mañana.

...

Como siempre, una de las que amanecía primera, todos se encontraban durmiendo, tomé un vaso de jugo del refrigerador y salí de la cabaña para tomar un momento a solas, sentándome en el suelo las ardilla se acercaban, siempre estaba preparada, con nueces en mis bolsillos y maní para las aves, odio a las personas pero amo a los animales, eran mi zona segura.

Pasaron alrededor de treinta minutos para ver salir a Abby de la cabaña.

—Te estaba buscando.

—Pues... ya me encontraste.

—¿Nos vamos?

—Si, ¿ya se levantó el resto?

—Si, Kylie y Will van a salir, Millie está buscando su violín y Karl su libro que estaba leyendo ayer en la noche.

—Solo te pregunte si se levantaron.

—¡Agh! ¡Que pesada mujer!

—Si Si, pero soy tu hermana, no hay de otra, ahora vayamos antes de que se nos haga tarde.

Pasamos un largo rato en la ciudad cercana a la cabaña, brindando razones de porque tenían que aceptar nuestro centro de ayuda infantil, para nuestra fortuna no vieron motivos del porque no, digo, además de nuestra falta de capacitación, Karl fue nuestra salvación, estudió medicina en su juventud, luego de muchos papeleos terminaron aceptando la petición, era hora de volver a casa, y contarles la noticia.

Nota: Perón por la larga pausa, pero retome la escritura de este libro, pronto tendrán en claro las fechas de publicación, además tengan en cuenta que este capítulo es como un recuerdo, continuando lo que pasó 2 capítulos atrás en "el ritual", el siguiente capítulo continuara el anterior, digo esto para que tengan en claro el orden, gracias por apoyar esto.