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ⅩⅥ: Lágrimas de arrepentimiento

JungKook no lo comprendía, es más, se recrimino a sí mismo la certeza que en su interior se alojó cuando TaeHyung lo dejó la noche anterior esperando, allí ante la cascada idílica en Rea, que presenció cómo su amor se fue consolidando con el paso del tiempo, y como creencia ciega, cada cierto tiempo volvían a su primer refugio, para reforzar la conexión pura que los unió. Y que por primera vez contempló la desolación de un corazón que impregnó sus manos del rocío colorido proveniente del constante flujo del cauce, en el que el agua decidió consolarlo y distraer el nubarrón que el cielo forjó esa noche y que bañó el cuerpo del rubio para ocultar el llanto bajo su gélido manto.

Aún bajo el inclemente clima que lo sorprendió, JungKook ignoró el susurro que se adhirió a su corazón cuando llegó con la ilusión de verlo después de varios días separados, el viento erizo sus bellos y desplegó sus alas para refugiarse del frío que al parecer provenía de su interior, uno que se agudizó cuando la lluvia arreció contra su cuerpo y TaeHyung nunca apareció para darle respuesta a la decisión que los llevó a discutir hace una semana y que al parecer el pelirrojo tomó sin tenerlo en cuenta.

Cuando sus trémulos y agónicos pasos lo llevaron a la solitaria casa en donde, como era usual sus padres no estaban, y por obra del destino, su hermano esa noche estaba en medio de la entrada del hogar que ya le es ajeno, con una toalla enredada entre el abrazo en el que se fusionó; y que fue su mayor aliciente al día siguiente en el que descubrió la elección de D'Angelo y la deliberada omisión en comunicárselo.

No tienes de qué preocuparte JungKook, cuando sientas que no puedas más TaeHyung ya estará de vuelta.

Esta es una gran oportunidad para D'Angelo.

Felicítalo de mi parte Makris, no pensé que lo haría, pero ya ves, es una oportunidad única que ni yo rechazaría.

¿Oportunidad para quién? ¿Acaso están hablando del designio de TaeHyung? Porque de ser así ¿Con qué derecho lo hacen?, no cuando la mayoría de quienes lo animaron en su recorrido no son más que seres hipócritas que en secreto esperan un error, así sea el más mínimo, para sentenciar la caída de D'Angelo.

Aunque no comprendió de lo que hablaban y entre secretas miradas cargadas de fingida empatía, su boca se llenó de bilis producto del asco que se arremolino en su estómago y que trato de subir cuando los demás rebosantes en orgullo creyeron tener el poder de hablarle de una situación que no les debía importar.

Una bomba de asombro explotó tras el anuncio que en voces chismosas se propagó como el fuego que deshacía sus entrañas y lo encapsuló en un estado de conmoción en el que se negaba a aceptar lo que estaba sucediendo, no toleraba ni la más ínfima cuestión que incluso su hermano trataba de dirigirle para ayudarlo. YoonGi se mantuvo a su lado en silencio, viendo como seguía reteniendo los pedazos de una realidad que ya había sido degradada y que se tragó sintiendo como el nudo en su garganta perforaba sus paredes por el llanto que se negaba a vivir.

Una última oportunidad que su hermano fabrico con ayuda de NamJoon y apenas las indicaciones fueron dadas sus paralizadas emociones lo movilizaron después del aturdimiento en el que estuvo sumido durante esos días, la adrenalina se dispersó con velocidad en su torrente sanguíneo y fue a buscarlo preso del desespero por escuchar que todo era un malentendido.

Porque si TaeHyung no se lo dijo personalmente ¿Quiere decir que lo estaba dejando y que ya no había un después? Se negaba a aceptarlo y en cada paso se condenó a sí mismo por dudar de su más grande ilusión.

No deberías estar aquí pronunció TaeHyung víctima del desespero cuando vio llegar al ser amado que debió abandonar.

Tal vez si el pelirrojo hubiera previsto ese instante de haber elegido mejor sus palabras la mirada desconsolada de JungKook no se hubiese grabado en sus pesadillas hasta perseguirlo y no darle descanso. Porque los orbes de cielo clavaron estacas ardientes en su pecho cuando la conmoción de lo que dijo le arrebató el impulso con el que llegó.

JungKook sintió como su alma se estrujo cuando el anhelo por volver a verlo murió en la fingida templanza que TaeHyung personificó ante él como si fuera uno más, como si fuera alguien con el que debe convivir para aparentar. Por primera vez lo sintió como un extraño tan condenadamente conocido y mordió su labio inferior con tanta fuerza que el sabor ferroso lo alcanzó momentáneamente y le trajo la claridad de un corazón cegado por la traición.

¿Es lo único que vas a decir cuando todos al parecer saben que te vas, menos yo? exclamó empuñando sus manos para no ceder al llanto que ya desgarra su garganta logrando que el paso de la saliva arda en cada pasada.

Eres mi eternidad Kook, a quien tanto amo y debo proteger. Incluso si no tenerme a tu lado es lo que debo hacer, así será pronunció el de orbes plata ignorando la desesperación implícita en la respuesta que le negó a su novio, a su pareja, a quien sabe y va a perder después de lo que hará.

Porque romper el corazón de JungKook es la única variable que cree y puede tener éxito en la intersección entre el presente y el futuro de una muerte que va a evitar a toda costa, aunque él lo termine odiando, no le interesa, antes es lo que necesita para que la eternidad de su vida que está ligada a la de Makris no siga latiendo en su interior.

Necesita el rencor ajeno para que sus caminos no vuelvan a cruzarse.

¿Entonces cómo tuviste el valor para dejarme solo en medio de la lluvia hace dos noches TaeHyung? Porque no respondiste a mi llamado, porque ahora te estás yendo y tu maldita huida se está llevando parte de mi vida recrimino JungKook estático a unos pasos del pelirrojo, no queriendo acercarse más de lo prudente para no ceder. ¿Cómo dices amarme cuando ni siquiera me has dado una explicación? TaeHyung, te lo pido, dime que no es cierto, dime que el hecho de que no hayas ido es porque estabas tomando tu tiempo para decirme que me esperaras, así como yo lo haré ¿Acaso soy tan desechable? 

El dique que en su interior contuvo durante los últimos días las emociones que se negó a sentir, estalló finalmente y barrio con la seguridad que la mirada afligida de D'Angelo le enseñó como una disculpa. Pero reconoció y vio como el color plata que tanto ama, dudo, oh vaya que lo hizo, y comprendió que algo le oculta.

Puede ver el dolor en TaeHyung, reconoce sus cejas fruncidas y su mirada esquiva, además, de esa conexión susurrante que une a sus flamas ahora arde, solo que no entiende la causa de la perturbación que en el pelirrojo vive.

Debo cumplir con el deber que desde mi nacimiento se pactó y quiero seguir el camino que Neclum me ha mostrado, y para alcanzarlo debo irme durante un tiempo y no quiero atarte a mí y a la distancia JungKook, no lo mereces en verdad se esfuerza por alejarse en silencio y sabe que la falta de respuestas es aún más desquiciante, pero es la única y desesperada alternativa que encontró.

Sin importar el costo y a expensas de su integridad, va a saltar por el risco del precipicio por el que tránsito y que finalmente logró reconocer su reflejo en el lejano y oscuro fondo que le sonrió con codicia y vanagloria, proclamándose vencedor de la contienda que perdió antes de siquiera iniciar.

Por él lo hará, por él y en su nombre evitará que sufra y si su presencia debe ser erradicada de su vida para que no tenga que sufrir, al menos no de la forma en que ya lo vio. Está dispuesto a continuar cayendo así no tenga la plena seguridad en lo que hace y sin saber si es correcto o no. Lo que sea ya no importa, porque ya tomó una decisión.

Una mierda lo que estás diciendo JungKook sabe que hay algo más que el pelirrojo le está ocultando y no se trata de su esperanza ciega. De ser lo que TaeHyung le está diciendo, tiene la completa seguridad al reconocer que él no lo hubiera dejado plantado esa noche, porque D'Angelo nunca huye y por más dolorosa que sea la verdad él no se calla ante nadie ni por nada.

Pero ahora es diferente por el desespero ajeno de verle allí, está incómodo con su presencia, como si no quisiera hacerlo, y menos bajo la absurda excusa que le está diciendo.

JungKook, sabes que mi deber es importante repitió TaeHyung para tratar de autoconvencerse y darse el voto de aliento que necesita o de lo contrario sus fuerzas cederán hasta fundirse en los brazos impropios y condenarlo a arder en las llamas consigo mismo.

¿Entonces por qué no me lo dijiste? ¿Por qué no fuiste ni respondiste? Cómo es posible que tuve que escuchar y negarme a procesar lo que todos me decían, de que vas a ir a Elara por más de 600 días en los que deberás estar recluido en el paraje terrenal creado por Neclum; y yo quién se supone soy o era tu pareja, no tengo ninguna respuesta. O sea pretendías irte y no decirme nada inquirió JungKook sucumbiendo a la inquietud que brotó desde lo profundo de sus más oscuras pasiones. Afianzó con fuerza sus pies sobre el suelo cuando la mirada de TaeHyung se transformó y la desolación floreció en los iris grisáceos que adquirieron un color traslúcido y solo su oscura pupila existió en la agonía de la mirada perlada que contuvo las lágrimas.

¿Entonces si ambos están sufriendo de la misma forma, que es lo que movilizó a D'Angelo a huir sin excusarse al menos? Joder, que él no se va a ir a una demarcación cercana, él va a ir al plano tangible que preserva la inmaculada esencia del Elter de Lucem, en donde estará aislado hasta que sus habilidades alcancen el nivel máximo de poder que su flama ya ha manifestado y que debe regular para controlar las diversas dimensiones que su mente y cuerpo perciben.

No entiende porque no puede quedarse esperándolo si el amor todavía reverbera en sus miradas sollozantes por ver a la contraria hundida en la miseria ¿No se supone que su amor es inalterable e imperecedero hasta que la inmortalidad de sus vidas se extinga? JungKook lo sabe y lo reafirmó cuando TaeHyung desvío su mirada al cielo y pidió una respuesta que al parecer nunca llegó.

No cuando de una de sus manos vio emerger un pequeño brote de sangre que se filtró a través de sus dedos empuñados, atándose al dolor físico que rápidamente sanaba para mantenerlo cuerdo y recordarle lo que debía hacer.

Hay algo que dejé para ti Chiaro di luna, necesito que lo leas y comprendas el martirio que no puedo verbalizar. No puedo hacerlo porque es parte de mi sacrificio el dejarte ir pronunció el pelirrojo sintiendo como su corazón latía tan despacio que un sórdido escozor comenzó a irradiar desde allí hasta propagarse por sus venas, cambiando la sangre por hiel, lo que lo mareó un poco y tuvo que retroceder cuando su flama lo empujó hacia adelante, hacia JungKook y su nexo vital.

Una señal que para Makris no pasó desapercibida y mandando su orgullo a la mierda, avanzó con decisión y sujeto los hombros de TaeHyung para guiarlo de nuevo a su punto de gravedad.

Lo desquicia ver el daño que D'Angelo se está haciendo a sí mismo y sus confusas palabras lo hacen sentir tan perdido y abandonado porque sabe que no hay vuelta atrás. TaeHyung lo está dejando para elegir un destino que los va a condenar a la soledad.

Pero no le importo, en ese momento en que sus manos entraron en contacto con la piel cubierta por la camisa oscura que él usa, la calidez de su cuerpo penetró en su dermis y lo hizo vibrar con energía, porque todo de sí lo reconoce a él, al Celestial con el que se ha unido en cuerpo y esencia, y el ser del que se declara devoto porque le enseñó cada faceta y cara que el amor puede tener.

¿Por qué nos estás haciendo esto TaeHyung, por qué nos estás destrozando cuando juraste cuidar nuestro amor? aludió JungKook apoyando su frente sobre la contraria y las manos ajenas rodearon su cintura y apretaron con la fuerza justa que lo hizo suspirar.

D'Angelo ahora mismo se aborrece por lo que tuvo que hacer hasta casi desfallecer cuando su alma se agitó con furia ante el llamado contrario que se negó a ir, tanto que sus músculos se tensionaron por la rigidez con la que inmovilizó a su cuerpo para no moverse, gracias a la contención de su telequinesis, se mantuvo adherido en el suelo de su hogar hasta que todo cesó y allí acostado en la madera oscura del piso, las lágrimas blanquecinas cayeron por su rostro y los alaridos desgarraron su garganta hasta sentir la sangre llenar su boca, cuando sintió como su decisión terminó con la relación que cultivó por años y que si dependiera de él, la hubiera preservado hasta su inexistencia terrenal, todo si tenía a JungKook a su lado.

Solo que el camino fúnebre hacia el que va encaminado, requiere que lo transite en soledad para que su presencia no cause mayores estragos y sufrimiento lejano que a su mente arribó.

Ese es el motivo por el cual lo hago, es lo que me moviliza a dejarte, no de la mejor forma, porque la cobardía me impulsa a escapar y... TaeHyung se calló y sólo aspiro la esencia a lluvia que siempre encontró en la blanquecina piel que ya no volverá a sentir entre sus manos.

Está dejando ir a su mundo para que subsista lejos de lo que su presencia significaría de continuar a su lado. Es egoísta con JungKook porque si debe lastimarlo para protegerlo lo hará, porque de seguir con él manteniendo el secreto que en su mente se fusionó, sería una transgresión a la adoración que por él siente y que durante una noche en que ambas lunas unidas con la lluvia fueron el altar en donde juro amarlo eternamente.

Y lo sigue haciendo.

¿Entonces te vas a ir sin decirme la razón por la que me estas dejando TaeHyung? enunció con tanto dolor que sus lágrimas comenzaron a empapar su rostro y por consecuencia el ajeno que mantenía los párpados cerrados para no enfrentarse a la realidad de sus actos los apretó con más fuerza para fingir lastimeramente que puede hacerlo, que puede terminar con esto.

¿Así va a acabar una relación que empezó como una amistad que perduró durante 5 años, para transformarse en una sólida unión que solo llegó hasta los 3 años y que ahora sin ninguna explicación creíble de por medio finalizará?

Si permites que todo lo que te enseñe llegue a ti en lo que te escribí, lo comprenderás, o al menos, te dará la calma que yo no puedo darte ahora mismo pidió con pesar luchando contra la debilidad que aqueja su cuerpo y que aumentó por el quejido que brotó de los labios contrarios que respiran sobre los suyos.

‹‹Lo siento, vida de mi existencia, hoy debo dejarte e irme como un cobarde, para que tengas una vida plena sin que la muerte toque tu puerta›› repitió mentalmente un fragmento de lo que escribió en la carta que le pidió a SeokJin entregarle a su amado Celestial, para darse fuerza y no ceder.

El tiempo ya no corre en su favor.

Por lo que espera que su última intervención pueda aquietar el odio que JungKook siente y que expresó en la irónica sonrisa que le dedicó, cuando sus rostros recuperaron una mínima distancia, únicamente unidos por sus cuerpos que se niegan a separarse y aunque el enojo en el rubio afloro, como consuelo, tomo todo lo que pudo de ese instante anticipando el desconsuelo que lo va a atacar cuando su resentimiento emerja.

¿Aunque este sea nuestro último momento juntos, vas a negarme una respuesta que provenga de ti y no de un papel? interrogó apretando los anchos hombros de TaeHyung y respiro con pesadez cuando él miró hacia un abajo, evadiendo su escrutadora mirada. 

Al demonio una carta que ni leerá, porque la única explicación que aceptará son las palabras enunciadas por el pelirrojo. Por favor, es lo único que necesita, siente volverse loco si TaeHyung no llega para iluminar sus días que comienzan con su compañía y terminan con su presencia, él es su día a día, quien alegra su vida y compone parte de lo que es y ha sido a lo largo de los años, no se trata de una necesidad o un apoyo insano, todo trasciende lo tangible de un vínculo que nadie más que ellos poseen.

Es saber que el contrario posee el nexo opuesto a la esencia que les dio vida y que solo ambos fueron diseñados para corresponderse mutuamente. Y dejarlo ir, sin luchar, sería despedirse de quien es, porque solo para él forjó esa identidad que siempre llevará el nombre de TaeHyung D'Angelo grabado en su ser.

Por favor Kook, sé que no lo merezco, pero te suplico que te alejes de mí. Porque de tener que hacerlo yo, no voy a poder y por eso huí, por eso no fui a verte aunque sea una última vez dio un paso que frenó a tiempo cuando JungKook se alejó con molestia, como si una fuerza proveniente desde su espalda lo hubiera lanzado a alejarse de quien le hace mal.

A alejarse de él, de quien tomó su frágil corazón y lo pisoteó.

¿Eres plenamente consciente de que en el instante en que te marches, ya no me volverás a ver? Al menos no de una forma agradable preguntó JungKook con una acumulación de emociones contradictorias, luchando contra la esperanza y el resentimiento, que se agreden mutuamente ante el vaticinio final que va a terminar con más de diez años en los que conoció la mayor fuerza creadora del Cosmos.

El amor que hoy murió entre ambos y que terminó de sepultarlo cuando el silencio lo recibió como el abrazo mortal que no va a acabar con su inmortalidad, pero que va a cernir la agonía en sus días.

¿Eres consciente que a partir de este día voy a odiarte TaeHyung? ¿Eres consciente de lo cruel que estás siendo y más porque esto también te está destruyendo? para ese instante sus ojos se desbordaron en gruesas y cálidas lágrimas como el único consuelo del gélido frío que comenzó a cubrirlo cuando se alejó del pelirrojo. Un escozor helado ascendió hasta llegar a su pecho, donde se agolpó como un iceberg que explotó llenando su torrente sanguíneo de la escarchada esencia bermellón que se solidifico en su interior cuando el calor abandonó su cuerpo.

Y de paso parte de lo que es, yacio inerte bajo sus pies cuando el reflejo de TaeHyung lo movió para tratar de calmar el llanto que su pecho liberó y que se convirtió en un débil sollozo cuando esa misma mano que lo llevó a conocer los misterios de una vida Celestial, se quedó en el aire acariciando el viento que le arrojó la lejana caricia que su dermis nunca recibió.

Te suplico que no lo digas solicitó TaeHyung con las lágrimas venciendo su resistencia porque JungKook sabe que oculta algo y ese solo hecho hace que se cuestione la valía de lo que está ocasionando en su presente para evitar una muerte futura.

¿Sabes que en el momento en que me vaya de aquí nunca volveré a ti y solo repudiaré tu existencia? ¡Porque tú estás asesinando una parte de mí que tú ayudaste a construir! Y no hay nada más vil y asqueroso que jugar con algo tan puro que juraste mantener exclamó de forma airada la última frase llevando sus manos hasta su pecho y apretujo su camisa para demostrar el desespero que lo inunda y que en verdad parece cortarle la respiración, teniendo que respirar con mayor fuerza.

Es como si su cuerpo estuviera desprendiéndose de las sensaciones y sentidos que antes vibraban en sincronía, ahora solo lo marean porque su equilibrio acaba de abandonarlo en medio de la mirada deshecha de color plata que se cerró en el precioso instante que un potente trueno resonó y milésimas de segundos después las pesadas gotas de lluvia comenzaron a caer en medio de un evento poco común.

El cielo de Titán se arremolino en tonalidades oscuras y a parte de las gotas cristalinas, a su violento recorrido gotas de color rojizo se le unieron manchando sus rostros como lágrimas de sangre que pactó la muerte de un amor milenario.

Hazlo, solo cúlpame a mí, porque lo merezco pronunció viendo como la lluvia levemente bañada en rojo caía sobre sus cuerpos y unos metros más allá, tan solo para ellos en medio de su desafortunado rompimiento.

Sin más que decir y sin estar dispuesto a luchar en vano por quien lo dejó sin querer luchar a su lado contra lo que sea que lo atormente, se despidió con amargura y el rencor se sembró en sus entrañas.

TaeHyung D'Angelo, hoy para mí, no eres más que el cruel destino que por error elegí amar. Por lo que te pido que cumplas mi promesa y no vuelvas a acercarte cuando regreses, no me importa lo que hagas, solo trata de que nuestros caminos no se crucen demasiado el enojo es lo único que lo impulsó en el ciego deseo de herirlo de la misma forma en que el pelirrojo lo está haciendo.

La venganza es el almíbar que la lluvia magenta trajo con su arribo.

Y oh joder, TaeHyung se sintió desfallecer cuando la sangre de su boca fue lo unció que trago cuando mordió con tanta fuerza su mejilla interna, porque sabe lo que sigue y que JungKook lo esté mirando con tanto odio, revuelve su interior hasta casi provocarle náuseas por el irreparable destino que su decisión creo.

Así será. Prometo que de mí no sabrás, para que vivas en tranquilidad sabe que JungKook no confía en su palabra y muchos menos en sus juramentos, pero él no ha incumplido ninguno y si ahora está renunciando al rubio es porque para seguir protegiéndolo debe hacerlo.

Te odio TaeHyung D'Angelo escupió con un sentimiento que nunca creyó experimentar con tanta fuerza, y mucho menos siendo dirigida a él, el odio, ensombreció su cordura y el vínculo escindido en su flama lo hizo trastabillar cuando se volteó con tanta prisa que cada paso parecía darlo sobre lodo calcinante.

A partir de ese día, JungKook Makris no volvió a amar con la misma intensidad que la fuerza creadora del Universo y TaeHyung D'Angelo dejó de vivir por voluntad para responsabilizarse del futuro que lo condenó a la desdicha.

Día 555

La discrepante realidad se abrió paso en la consciencia de JungKook en el instante que los potentes rayos del sol se filtraron a través de la pequeña ranura de las espesas cortinas negras que decoran la habitación de TaeHyung, que fue el refugio de la pasión desbordada que se acumuló desde el primer día en el que se separaron y que finalmente los arrastró hasta luchar por fusionarse en el cuerpo contrario.

Entre jadeos y ruegos la noche se consumió en el reencuentro sucesivo de sus cuerpos, en el sudor que perló sus pieles y condenso el oxígeno que llenó toda la habitación de gemidos, en el sonido del golpeteo de sus anatomías marcado por el choque que con violencia y dulzura los hizo alcanzar el éxtasis a lo largo de las horas hasta que sus cuerpos buscaron el descanso en la compañía contraria.

Una potente nube de excitación que se deshizo cuando los orbes de cielo, finalmente despertaron de la ensoñación de la lujuria que apabulló su razón cuando giró su rostro y la espalda ancha y marcada con leves líneas rojizas hechas por sus uñas, cuando buscaba aferrarse a la unión que penetraba en su cuerpo con frenesí y deseo, ahora se exhibe en la piel canela que observa sin parpadear, no puede siquiera moverse, está completamente estático mientras las emociones y sentimientos que se aglomeraron en su mente apenas abrió los ojos por la irritante luz del sol, van aquietándose a medida que comprende lo que vivió la noche anterior y como en un acto de celos, es al que responsabiliza de ser el precursor de su decadencia.

‹‹En serio lo hice, yo lo hice y no hay forma de excusarme›› dijo mentalmente para no despertar a D'Angelo con sus susurros, porque ahora no está preparado para enfrentar la mirada platinada que lo devoró hasta hace unas horas atrás.

Además, siente como el vínculo entre sus flamas se afianzó con mayor brío y fortaleza, lo percibe como un nódulo que une ambos extremos y que le susurra la calma y la ensoñación en la que el pelirrojo se encuentra al estar profundamente dormido. Es como si ahora, ya no pudiera forzar la oclusión entre el canal de comunicación que TaeHyung siempre ha manipulado a su antojo, al escindir la conexión que ya no le obedece ahora mismo.

Cerró sus ojos y apretó los párpados para concentrarse en la vibración de su esencia interior, y le pidió cederle el control del enlace para bloquear la transmisión continua que como el agua cristalina ve del contrario, como si estuviera oculto bajo su piel, como si TaeHyung ahora le perteneciera a su ser y él al contrario, lo siente ramificado en su organismo y su flama goza de la unión reforzada, porque la única respuesta que obtuvo fue la imagen cósmica de la luz reverberante en sus entrañas que no le dio acceso a su pedido.

‹‹Por favor, no me hagas esto, no ahora›› pidió con un poco de desespero cuando su mana de vida le hizo saber que ya no es posible una nueva irrupción entre el nexo que forjaron en el pasado y que en el presente fue reforzado durante su unión carnal.

‹‹No podías aguantar las jodidas ganas JungKook Makris›› se regañó a sí mismo por caer en la tensión que lo hizo pecar después de rendirse en sus ruegos internos cuando su consciencia elemental negó sucesivamente el permiso, por lo que hallo otra forma de aislar su mente y mantener sus pensamientos para sí mismo, una contención que puede ser fácilmente vulnerada por D'Angelo, pero tiene plena seguridad en que él no llegaría a vulnerar ese débil velo que los separa para respetar su privacidad.

Por ello y como víctima del temor a que TaeHyung despierte, se levantó con cuidado y sin moverse demasiado, sintió el frío golpear su piel desnuda cuando sus pies tocaron el suelo de baldosa oscura igual que las cortinas y los pilares que madera ubicados en las cuatro esquinas de la cama, se puso de pie y tambaleó ante el primer paso cuando algo intangible en su interior trató de tirarlo hacia atrás.

‹‹No me ayudaste, así que ahora te jodes›› JungKook río en silencio por su absurda pelea con la conciencia ancestral que reside en su esencia vital.

Su desnudo cuerpo se paseó cautelosamente por la habitación en busca de su ropa, y en el recorrido detalló las diferencias que la noche anterior no captó por estar obnubilado y colmado de la presencia impropia. Vio el contraste entre el negro que recubre también las paredes y el verde de los pequeños terrarios que están suspendidos por medio de cadenas que caen desde el alto techo.

Se le hace gracioso ver como el color que abunda en la habitación no contrasta con la gama de colores blanquecinos que TaeHyung usa, el cual continúa observando en el recorrido que atraviesa al salir del lugar en el que el cuerpo del pelirrojo reposa, y que se negó a ver antes de ajustar la puerta. No puede verlo o caerá de nuevo y ahora no está listo para soportar más, ni siquiera puede con él mismo.

―Lo siento, mi vida, no soy tan valiente ―pronunció al salir ya con su ropa interior cubriendo su anatomía y la camisa que dejó abierta hasta que en el pasillo de paredes recubiertas por piedra negra con visos blancos deslumbró su avance mientras batallaba con su pantalón ajustado. Tuvo que apoyarse en la baranda central que delimita las escalares del segundo piso para no caer en su intento de vestirse.

―¿Por qué demonios me puse esto anoche? ―alegó subiendo con un poco de dificultad el pantalón, en especial en el área de sus caderas tuvo que aplicar un poco más de fuerza hasta que finalmente subió el cierre y ajustó los botones para ir por el resto de sus prendas.

Se encaminó hacia el extremo derecho de la escalera doble que terminó de bajar entre débiles pisadas por el alboroto en el que está sumido, aferrándose firmemente a lo que tiene que hacer. Cuando llegó al primer nivel se maravilló con la exquisitez de la decoración y los candelabros flotantes en el espacio ubicado en medio de ambas escaleras curvadas.

El extenso recibidor principal se abre en su dirección, adornado por columnas de piedra oscura que se curvan en la parte superior dándole vida a los arcos que dan entrada a las partes restantes de la inmensa casa que TaeHyung construyó.

Observó entre los espacios vacíos de los arcos diversas esculturas de yeso oscuro que dan forma a cuerpos desnudos que no poseen un rostro definido, además, de estar cubiertos o parte de sus extremidades ocultas bajo las estelas de las alas que son la única muestra de color refulgente en bermellón. Entre las inscripciones de oro que adornan la base de las figuras, el nombre de TaeHyung D'Angelo reclama la creación de las preciosas obras que recuerda vagamente haberle ayudado a hacer en el pasado.

―Hiciste de este lugar, un espacio precioso ―emitió detallando la variedad de flores que recubren los pilares de piedra, deteniéndose especialmente en la entrada de la sala que se llevó toda su atención por el gran ventanal que reemplaza toda la pared central, que está cubierto por enredaderas de flores celestes y corales que le da viveza al lugar.

Allí se respira la historia atemporal que está grabada en los inmensos libreros que ocupan las dos paredes restantes, que está dividido en dos niveles a los cuales se puede acceder a través de las escalares que están cerca de la puerta de entrada en la que está situado.

Hay un aura acogedora y elegante que se alza en lo alto del techo que está cubierto por una pintura al óleo en el que se exhibe la muestra del poder de los Celestiales y los Regnandi Magus, las figuras simulan movimientos gráciles con sus alas y la magia elemental que brota de sus manos hasta terminar en la exhibición central que reclama la imponencia de una lámpara colgante de cristal iridiscente que refleja haces de color debido a la luz del sol que ahora inunda la habitación.

―Y me peleaste el día que la escogí ―comentó recordando el tiempo en el que TaeHyung recién se embarcó en su más ambicioso proyecto de edificar su hogar de la forma en que él quisiera y bajo sus propios gustos y deseos, que le permitió a él escoger e intervenir mínimamente.

Pero vaya mentira, porque en el momento en que se inclinaba por una opción entre las que D'Angelo le presentaba y por medio de una coincidencia terminaba eligiendo la que al pelirrojo no le gustaba demasiado, rechazaba su elección y le decía que mejor lo seguía haciendo solo, todo con una deslumbrante sonrisa de corazón en el rostro para quitarle seriedad a sus palabras.

―¿No que no tenía buen gusto, desgraciado? ―recordó cuánto le pidió a D'Angelo que eligiera esa lámpara justo para la sala, y como era usual declinó de su pedido porque según bajo su concepto era demasiado opulenta. Por lo que verla allí deslumbrando y aportando color a la habitación llenó su corazón de un sentimiento foráneo que se encargó de pisotear en el pasado.

De la misma forma en que lo hizo con el cúmulo de emociones que ahora parecen estarse filtrando por medio de las grietas que aunque le costó reconocer, aparecieron después de volver a ver a TaeHyung luego de un largo de tiempo en el que no estaban tan cerca uno del otro en el mismo lugar, el día de la ceremonia Aeternum Vale, ese trágico evento que desencadenó toda una seguidilla de acciones irreparables que los volvieron a unir en una ensoñación que despertó en su interior.

Una parte que escondió de sí mismo hasta pensar que allí ya no estaba y que después de todo le dio la posibilidad de continuar su vida así como él lo hizo. Pero grande y vil fue el autoengaño en el que vivió que en insulsos acercamientos su realidad comenzó a tambalear hasta que tomó la decisión consciente de entregarse una vez más a él. Está claro que el encuentro de la noche anterior no solo fue un desenfreno hormonal como quiere creer, no puede compararse a un impulso sexual y nada más.

―Quería volver a sentirme amado por ti ―confesó la verdad que sacudió su estómago cuando la acidez lo atacó y una lágrima, tan solo una, cayó por su mejilla hasta aterrizar en el pulcro suelo negro.

Allí rodeado de la esencia de TaeHyung, sabe que la noche anterior acudió en un principio cegado por los celos hasta llegar al único refugio que conocía en Titán, y una vez que la consciencia le dio conocimiento, solo dejo que su amor se desbordara hasta fusionarse en la pasión que lo tuvo sollozando y pidiendo por más para volver al cuerpo y al Celestial que tanto sigue amando.

―¿Acaso nunca deje de hacerlo? ―cuestionó retrocediendo y tropezó con los zapatos que como pudo se colocó antes de que la melancolía lo llevará escaleras arriba de nuevo.

Mantuvo la mirada al frente sin reparar en nada más y avanzó por el extenso pasillo hasta la imponente puerta con grabado en oro negro. Su corazón palpitó con ardor a medida que se acercaba a la salida, no quería irse, porque en medio del enlace que compartieron con fervor, no solo sus emociones volvieron a ser tan claras e innegables, sino que sintió el palpitar contrario que le permitió conocer los sentimientos que atiborraron a TaeHyung durante su encuentro.

D'Angelo lo sostuvo entre su cuerpo y el amor se desbordó sobre ambos, susurrándole la única verdad a la que se aferró desde el primer momento en que se separaron, que él no ha dejado de amarlo y que nunca lo hizo, por ello, entre su rebosante calidez, nació la imperante necesidad de obtener más de lo que está dispuesto a volver a vivir, emergió el desesperante deseo de ser amado solo por él de la misma manera en que lo sintió vibrar en medio del vínculo de sus flamas.

Espacio atemporal en el que halló la certeza de sus sentimientos que son correspondidos, y ese hecho aniquilador fue lo que causó sus lágrimas mientras tocaba el cielo estelar cada que el clímax arribó.

Tal como en el pasado, ahora es él quien huye bajo el amparo del miedo, tal como en el pasado no está listo para afrontar otra ruptura que aún no sucede, pero que está en la obligación de anticipar. Aunque en el transcurso de las últimas horas vivió en el regocijo exorbitante que con devoción TaeHyung le profesó, su cuerpo ignoró lo que su mente trata de imponer, por lo que reaccionó y sostuvo la manilla de metal con excesiva fuerza y terminó lanzándose hacia la salida infernal del amor al que teme volver.

―Ya no hay un nosotros en el que crea ―murmuró conteniendo las lágrimas cuando el paraíso en el que está construido la casa del Saenon y Krono, le dio la bienvenida en la esplendidez del agua cristalina que se abre paso desde donde está y que corre de forma natural hasta caer en la pequeña cascada que sigue su camino para ser contenida en la desviación del cauce que atraviesa el bosque de árboles resplandecientes que solo brillan en la noche.

Sacudió su cabeza para reorganizar sus rubios mechones y desplegó la imponencia de sus alas grisáceas que brotaron en largos haces de energía pura que lo llevaron en milésimas de segundos a lo alto del cielo despejado de nubes y se refugió en la salvación del aire que se llevó con sus ráfagas de viento, las lágrimas que de sus orbes celestes cayeron.

Totalmente ignorante continuó su avance del desastre que dejó tras su huida, el cual fue rechazado por quienes los eligieron a ellos como sus salvadores.

―¿Dónde se supone que estabas, JungKook Makris? ―enunció JiMin a mitad del pasillo recubierto de cristal en dirección a la casa del rubio que lleva las mismas prendas de la noche anterior y que además como efecto de la lluvia que ha estado cayendo durante las últimas horas en Eukélade, están adheridas a su cuerpo empapado.

Oh por favor, que JungKook no se atreva a mentirle, porque las tenues marcas rojizas que ya están desapareciendo de la blanquecina piel en el cuello de su menor, es mucho más de lo que pensó que llegaría a suceder entre el par que salió huyendo de la cena.

Ese es el motivo inquietante que no le permitió seguir esperando en casa y montar guardia en el camino de entrada al cual Kook le dio acceso, en el que lleva esperando más de veinte minutos, después de comprobar que él todavía no había llegado, hasta que capto una señal y la expresión perturbada en el rostro contrario fue todo lo que necesito.

―¿No deberías estar aprovechando tu día junto a NamJoon? ―cuestionó JungKook sin estar realmente sorprendido de ver al Hechicero allí, debido a la forma en la que terminaron las cosas anoche.

Sabe que está rodeado y no tiene como escapar de la suspicaz mirada de orbes lila, que lo examinan de arriba a abajo con especial atención en su cuello. JungKook suspiró con fuerza cuando dedujo la razón particular de las marcas que lleva en su cuello y que al parecer están tardando un poco en sanar.

‹‹Maldito seas TaeHyung›› dijo para sí mismo, sonrió con incomodidad por la expresión coqueta de JiMin que lo hizo sentir más abochornado. Tanto que para salvaguardar un poco de la integridad que tinto sus mejillas de coral, siguió y rebasó el cuerpo contrario para dirigirse a su casa, que lo espera para enfrentar las preguntas excesivas de su mayor.

Quien no se detendrá hasta obtener lo que quiere, así que debe ser sincero en sus respuestas porque a JiMin nada se le pasó por alto y tiene una gran sensibilidad para ver lo que oculta.

No tiene de otra más que dejarlo pasar y esperarlo con calma en el amplio sofá oscuro sobre el que su cuerpo cayó exhausto, para ponerse de pie como un resorte cuando recordó que aún seguía húmedo. Por lo que, en grandes zancadas avanzó hasta su habitación para cambiarse y sentirse en mayor comodidad para las palabras que a duras penas hasta hace pocas horas admitió.

―Sería estúpido preguntar con quién estuviste anoche ¿Cierto? ―gritó JiMin desde la sala, de pie frente al ventanal que le permite ver la lluvia y el grisáceo de las nubes que no detendrán su erosión hasta unas horas más allá por lo que parece.

El estruendo de algún objeto que impactó contra el suelo desde la habitación de JungKook, lo hizo sonreír por el posible nerviosismo que ahora ataca al rubio.

Su pequeño Tenebrae aunque lo intente, es tan transparente con sus emociones y ellos pueden ver más de lo que JungKook pretende dejar ver.

―¿A quién tienes en mente? Así me das idea de con quién podría estar para una próxima y no tener que repetir ―dijo con exageración en su tono agitado de voz cuando la lámpara ubicada en su mesa de noche terminó de lleno contra el suelo luego del objetivo explícito en las palabras del Hechicero.

Ya comenzó a ponerse en evidencia el solito y lo que es peor ni siquiera está presente para que sus gestos lo delaten.

―Ya quieras tu Kook, los dos sabemos que el único desliz de tu vida fue EunWoo ―canturreo el azabache, exponiendo lo sucedido entre el recién fallecido y Makris, una fugaz relación que no trascendió a nada más que lo sexual. Y todo porque JungKook fue el primero en detener la una efímera satisfacción que en ocasiones encontró en él.

Siendo el Tenebrae uno de los pocos por no decir el único con el que el rubio estuvo después de terminar con TaeHyung, y eso que no duró más que unos pocos días. Y por lo que logró enterarse, para el pelirrojo sucedió igual con HyungSik, a quien deberá felicitar porque si no hubiera sido por la cena que planeó en conjunto con SeokJin, y la posterior mención de BoGum, no cree que ese par hubiera llegado hasta esta instancia sin intervención de los demás. 

Ahora ya solo depende de ellos dos y que establezcan lo que quieren y lo que van a estar dispuestos a hacer. Sin embargo, para que haya un sólido avance, debe ayudar a su menor para que no huya de nuevo a lo que siente.

―Condenada vida ―murmuró JungKook al ver que no hay forma de esconderse o de al menos hacer ver diferente una situación que asumió y que en cada momento le compartió a JiMin.

Después de terminar su relación con D'Angelo, cayó en un profundo pozo de soledad en el que naufragó y anduvo inerte con su corazón sangrante y su ser destruido por la realidad que se vino sobre su vida, cuando los planes que ideó en compañía se quedaron sin el complemento que juró mantenerlos. La vida se transformó en ardiente tormento y vivió de forma automática, por la inercia en la que su cuerpo se levantaba día a día.

Hasta que días después, Impulsado por su hermano, NamJoon y JiMin, sobrevivió a expensas de la renuncia que selló sobre sus emociones para disminuir la verdadera importancia de lo ocurrido y luego lo transformó en odio, uno puro y magnético que reverberaba en su interior cada que veía a TaeHyung a la distancia.

Uno que lo arrojó a los labios de corazón en los que se fundió por horas hasta que recobró la consciencia plena de sus facultades que de forma irónica le pidieron no dejarlo. Pero el miedo arraigado en su ser lo hizo huir, huir del pasado que no quiere volver a pisar.

―¿Cómo se supone que terminaron así? ―cuestionó JiMin un poco impaciente al ver que JungKook no terminaba de vestirse, pero sabe que solo está haciendo tiempo para evitar mirarlo frente a frente y que así no pueda leer sus emociones con facilidad.

―De la misma forma en que tú y Nam lo hacen, ya sabes, su miembro entró en mí... ―el grito de Dubois lo interrumpió y una gran risa explotó con energía por el bochorno que vio en el rostro de su mayor, cuando llegó con prisa a la sala para ver su expresión indignada totalmente amenazante. Él también puede aprovecharse de la situación―. Tú lo pediste JiMin, no me vengas a culpar a mí.

Como le divierte ver las abultadas mejillas sonrojadas y la forma en que su mirada lila rehúye al encuentro de la propia.

―¡Oh, mierda! ―JungKook no logró esquivar a tiempo la pequeña bola de fuego que le lanzó y que sorteó con su antebrazo con el que cubrió su rostro para sentir el ligero ardor de las llamas acariciando su piel superficialmente, porque después de todo es un elemento que su linaje controla y que no lo hiere en demasía.

―Eso te pasa por darme detalles que ahora me perturban ―añadió sentándose con tranquilidad en el amplio sillón, para ser acompañado segundos después por un berrinchudo rubio que lo ve con desconfianza.

―Eso te pasa por no saber preguntar ―devolvió Makris―. Además, nos enseñaron que nuestros elementos no deben ser un motivo de agresión hacia nuestros pares. Y baja esa llama JiMin, dile no a la guerra indiscriminada ―indicó con total calma cuando un orbe de fuego se alzó sobre la cabeza de cabello azabache que levito unos metros y fue deshecha por su cómica amenaza que los hizo sonreír.

Así son ambos, sus amenazas y juegos por lo general rozan las heridas leves que se pueden causar, aprovechándose de la magistral sanación que poseen.

―No te hagas el inocente en ninguno de los dos aspectos, porque si vamos a hablar de impulsividad en definitiva eres tú niño ―mencionó el Hechicero―. Y esas marcas lo dicen todo ―que JungKook no crea que se libró de su confrontación.

―Si quieres mayores detalles te puedo decir que... ―se calló voluntariamente por la mirada de párpados caídos y bastante amenazadores de JiMin, porque está extendiendo una respuesta tan simple pero que el solo hecho de revelarla va a iniciar con el temido efecto dominó que punza detrás de su cuello, que se asemeja a la incomodidad que se siente ante la inquisitiva mirada de un alguien que busca llamar la atención o hacer saber de su presencia.

Solo que en esta ocasión la entidad detrás de sí, no es nadie más que su consciencia que está harta de la evasión que ha sido su coraza. Ahora parece ser el momento idóneo para desprender las capas que construyó sobre su cuerpo, como una crisálida que lo contuvo y que entre piel falsa se adhirió a las pedazos vacíos y sangrantes que quedaron tras el flagelo del amor que una vez creyó conocer, y que fueron cubiertas por una regeneración de tejido artificial que no hizo más que crear grotescas cicatrices que siempre ardieron y que ahora poco a poco se derriten por la hiel de las mentiras de las que ya está cansado.

Su cuerpo débil se impone a través de la crisálida que está lista para dejarlo ir, contenedor y contenido, ambos saben que es el momento oportuno para revelar lo que las cicatrices nunca sanaron. Solo fueron un obstáculo para superar lo que no logró hacer.

No podía hacerlo, cuando el amor calcifico sus huesos y lo sostuvo incluso cuando sintió parte de su vida abandonarlo y lanzarlo al precipicio de la agonía.

―Kook, mi pequeño ―pronunció JiMin con voz melódica para apaciguar el conflicto que los orbes de cielo le mostraron cuando brillaron en demasía por la fina película de lágrimas que inundó su mirada. Y su corazón sufrió los mismos estragos que la potente lluvia que en lugar de aminorar, rugió con desesperación.

Esa destrozada y vacía mirada lo transportó al pasado en el que vio desde lejos como JungKook Makris perdió una parte de su ser que nunca volvió a recuperar. Una que para desgracia o fortuna del rubio, JiMin capta en la presencia de D'Angelo, ambos siguen respondiendo al contrario aunque traten de ocultarlo o disfrazarlo en odio o grises emociones que no se asemejan a lo que Dubois ve encenderse en ellos.

Una anomalía que descubrió y que ha mantenido solo para él. Aunque sabe que así como él lo ha captado, los Potestas Duces de ambos linajes, así como sus respectivos Elteres ya lo habrán notado, incluso desde el nacimiento de ambos.

―Es absurdo ¿No? Oh claro que lo es porque se supone que no debería sentirme celoso, pero fue lo que me hizo actuar y hasta excusarme cuando termine yendo hasta la casa de TaeHyung y por primera vez el odio no existió. Yo solo quise volver a sentir el amor que los dos algún día creamos ―confesó el Tenebrae abatido por las palabras que se abrieron paso sin pedirlo y ante las que se rindió. Después de lo que su piel y su alma consumieron, ya no hay excusas que dar porque ya no tiene la energía suficiente para combatir sus miedos que ahora están a flote.

En la mirada perlada, JiMin lo confirmó una vez, aquello que por omisión no llegó a aceptar.

Ellos dos poseen una singularidad, una peculiaridad que él como Regnandi Magus nunca ha observado ni siquiera en la magia ancestral que recorre sus venas, y el día en que lo comprendió fue el instante en el que los dos Celestiales se separaron y observó como el halo incorpóreo que allí existió y que atribuyó a la compatibilidad que sus esencias dispares lograron forjar mediante la relación de años que construyeron se debilitó.

Semejanza y armonía que fue deshecha, mostrándole la verdadera naturaleza del vínculo que hasta hace poco le dio una clara definición, sus flamas de poder, tienen parte de la responsabilidad de lo que percibió, pero aún hay más de lo que puede explicar, y que se debe a la magnánima fuerza que siempre buscaba corresponderse en la distancia cuando ellos dos se encontraban y que vibraba en cada discusión que se desataba. Una que en el tránsito de los días se ha fortalecido hasta superar lo que antes existió.

Una fuerza imperante que refulge con asombrosa potencia.

―No es absurdo lo que sientes y aunque pueda parecer incómodo, para ambos es así Kook, ustedes dos... ―no tiene sentido dar vueltas y evadir una situación que es tan clara como la mirada celeste de Makris que confirmó lo que dijo con una sutil mueca melancólica dibujada entre sus labios.

Si bien le duele verlo perdido tanto que está allí sentado manteniendo la calma ante un hecho que en el pasado sería impensable que reconociera sin protestar o reír de forma irónica. Reflejo que ya no existe y que solo evidencia la división que en su interior se desató posterior al reconocimiento de su nueva caída.

―Lo sé ―admitió sonriendo con sinceridad porque joder ha tenido que batallar demasiado contra sí mismo para estar en este momento admitiendo su mayor temor―. Vamos Jimin, tienes el permiso de reírte de mí y mis golpes de cabeza contra la pared cada que maldecía a D'Angelo ―en el trayecto de regreso a casa, se sintió como vivir una película protagonizada por una versión abstracta y fuera de sí que le mostró cuanto se empeñó en protestar contra cualquier indicativo que lo relacionara con el pelirrojo, y aún más cuando su sola presencia circundaba el mismo espacio en el que estaba.

Oh por favor, verse actuar de la forma tan funesta y arcaica en que lo hizo con TaeHyung, le dio la oportunidad de sentirse agobiado al ver que sus sentimientos siempre estuvieron allí presentes.

En medio del lento recorrido que emprendió desde Titán a Eukélade, presenció cada fragmento que su memoria guardo en palabras hirientes, en sentimientos contradictorios y acciones punibles como absurdas, pero sin lugar a dudas luego de reírse de su yo pasado y contener el llanto que quiso brotar, una afirmación se impuso.

Una epifanía que tradujo en lo que ahora está dispuesto a revelarle a JiMin. A ese incansable Hechicero, que ha estado allí presente en su vida para confrontarlo con lo que en un principio no quiere aceptar.

―Sé que para TaeHyung nuestro encuentro, no fue uno más, ni solo por desahogar la tensión ―reconoció el rubio apoyando su cuerpo contra el espaldar del sillón y su mentón sobre el brazo que estiró a lo largo del mismo para enfocar su atención en el ventanal que ahora está inundado de niebla y fuertes gotas de lluvia.

―Bueno como que uno diga encuentro, encuentro, fue más que eso ―bromeó Dubois.

―Y eres tú quien hace minutos atrás estaba chillando al imaginar cómo TaeHyung me empaló ―su carcajada resonó en toda la habitación, que solo aumentó cuando el azabache se ahogó con su propia saliva cuando al parecer imagino lo que le dijo.

JungKook apoyó su cuerpo en el reposabrazos, mientras su cabeza se inclinó hacia atrás y sus manos fueron a sus costillas por la presión de la risa que no cesó ni con los regaños contrarios.

Él lo provocó así que no es su culpa que le den la iniciativa de avergonzarlo un poco más.

―Y vaya que te gustó ―respondió JiMin carraspeando con la incomodidad que quedó en su garganta después del apurado paso de la saliva y tratando de no verse superado por el descaro del menor que ya había dejado de reír sin control.

―Que te puedo decir, él sabe muy bien lo que hace ―molesto de vuelta un poco cohibido cuando los recuerdos anteriores se filtraron en sus pensamientos y sus mejillas se encendieron suavemente en un tono rojizo, delatando lo que estaba pensando.

JiMin al ver su reacción, prefirió mantener el silencio para no escuchar algo más que le genere un pálpito en el ojo y salvaguardar su integridad emocional.

―Para ambos fue más que solo sexo, en especial para ti ―JiMin condujo la conversación al punto en el que se habían quedado, y aunque las bromas aligeran el ambiente, Kook suele aprovecharse del humor para restarle peso a lo que siente.

―Debería morderme lengua porque no imaginé verme pasando por esta situación y mucho menos ante lo que experimente. Ambos compartimos lo que sentimos y joder fue tan abrumador cuando desperté que solo coordine mi huida ―no sabe cómo gestionar el nudo que lo ahoga y sabe que hacerlo por su cuenta solo va a ser mucho más caótico.

De la misma forma en que lo hizo durante estos años en los que creyó haber gestionado sus emociones en el tránsito de la superación, pero vaya burla que el destino le arrojó cuando a la ecuación se le sumó la presencia de HyungSik, porque gracias a él una emoción primitiva resurgió como la abanderada del significado original de la incomodidad que comenzó a crecer en su interior. Los celos van unidos al amor que emergió del soporífero sueño al que lo recluyó voluntariamente.

―¿Lo que sentiste fue a través del enlace que hay entre sus flamas? ―indagó JiMin sosteniendo entre sus manos uno de los cojines del sillón, abrazándolo e imitó la postura que JungKook mantiene contra el otro extremo, totalmente encogido y vulnerable por lo que sabe que le cuesta expresar.

Porque Makris es un habido experto en disminuir la importancia que una situación amerita, sin embargo, la presencia ajena y lo que ahora ve que se reforzó entre ambos no puede ser tomado con simplicidad.

Oh no, no después de lo que comprobó en la esencia heterogénea que el cuerpo de JungKook está irradiando desde el momento en que llegó.

―Es curioso, porque es el vínculo al que más le he temido y es el que ahora me dio la seguridad de que él o al menos ese momento significó lo mismo para ambos ―sería irracional de su parte negar lo que sintió provenir de TaeHyung enlazado a lo que vivió.

Está agotado de correr incluso de sí mismo, por ello, está allí acostado con su cabeza mirando hacia la ventana mientras sus pies llegan hasta las piernas contrarias y JiMin las recibió bajo el refugio del cojín que colocó encima para darle calidez de forma simbólica. Porque el frío que penetra en su cuerpo proviene de la caverna que ha sido liberada de toda atadura y represión.

Ahora los demonios remembrantes del pasado han logrado llegar hasta sus recuerdos y mostrarle el panorama al que tanto se resistió.

―Kook, si a través de la seguridad que el vínculo te otorgó ¿Por qué tienes miedo, por qué te fuiste? ¿O es que te arrepientes? ―cuestionó atento el rostro de JungKook que ante su insinuación se giró a mirarlo con sus orbes totalmente abiertos mientras negaba.

―¡No! No es nada de eso, no me arrepiento ni lo considero un error, porque tuve la oportunidad de detenerme y no quise ―aclaró―. Es solo que confirmarlo por mí mismo, que mi flama me haya permitido sentir lo que Tae sintió y ha estado sintiendo por mí, lo hace real y ratifica lo que viví el día en que se fue ―al único ser que le reveló lo que percibió en D'Angelo cuando terminaron, fue a YoonGi, su hermano fue su soporte y quien descubrió que había algo más detrás de lo que su mirada callaba.

Y JiMin parece saber hacia dónde encaminarlo, porque de lo contrario no se hubiera quedado tanto tiempo a esperarlo y ahora estar en total disposición de escuchar y guiar sus conflictos. Teniendo conocimiento de la singularidad que D'Angelo y él siempre han compartido.

―¿Y eso es puntualmente qué? ―devolvió el azabache.

―Que el día cuando fui a buscarlo, para él dejarme de la forma en que lo hizo, también lo estaba destruyendo, yo viví su dolor hasta que lo dejé solo ―aclaró la semejanza que en el presente es tan similar a lo experimentado en el tiempo nefasto del que aún no se ha podido desprender.

―Si es así y si sabes que él es sincero ¿Qué es lo que esperas Kook? ¿Cuál es la preocupación que sientes después de comprobar que ambos se siguen amando? ―JiMin sabe la contradicción en la que está el rubio, sabe que en su interior hay una incesante lucha entre la decepción y el miedo, entre volver a confiar y el riesgo de salir lastimado―. ¿Lo sigues amando o no? ―si ambos lo hacen y si fue TaeHyung quien con dolor tomó la decisión de separarse bajo una excusa absurda, sumado a la confusas palabras que le dijo ese día, la verdadera incógnita radica en una conclusión de fuerza mayor que los separó. O al menos es que lo ha concluido luego de presenciar el anhelo que reside en sus dolientes miradas.

Cree firmemente en que D'Angelo no eligió dejarlo por carencia de amor hasta que volviera de su entrenamiento final, sino por un puro sentimiento que se antepuso al bienestar de JungKook. Pero he allí el conflicto ¿Cuál es la causa que el pelirrojo guarda en sus entrañas?

―Lo hago JiMin, lo sigo amando y es lo peor que puedo sentir ―confesó JungKook mirando el techo de su hogar totalmente perdido en las secciones que se avivaron en su mente, momentos dulces y desbordantes de felicidad diáfana que no volvió a experimentar de la misma forma. Una que solo podía ser causada por el Celestial que puede incluso seguir oliendo sobre su piel, ese sutil aroma a vainilla ni con la lluvia que bañó su cuerpo se desprendió de su dermis.

Él sigue allí y le aterra admitir que lo sigue amando.

―Me quieres decir porque ¿Por qué sigues luchando contra la verdad que siempre ha estado ahí? ―cuestionó Dubois sin querer mirarlo, porque joder sabe que esa mirada perdida en el techo es una distracción para que las lágrimas no caigan y si JungKook llora, él también lo hará y necesita devanar el conflicto en el que su menor está envuelto.

En un ciclo que lo ha mantenido cautivo durante años y que ahora finalmente su movimiento circular cambió el curso dándole la posibilidad al rubio de enunciar la más escabrosa verdad de la que tanto renegó.

―JiMin, porque qué diferencia tuvo el hecho de haber sentido ese día que TaeHyung también estaba sufriendo, si aun así se fue, si aun así, él nunca me dijo su verdadera razón, que según lo que me dijo en la carta que me dejó ahí iba a estar parte de la verdad ¿Pero adivina que encontré? Allí no había nada, solo fue un poema que ni siquiera redactó, uno tan corto y de solo cuatro líneas sin ningún significado ―relato la última esperanza con la que se marchó, cuando busco entre las pertenecías de TaeHyung en la casa que recién estaba terminando de construir y no halló nada.

No hasta días después que la mísera hoja apareció entre uno de los libros que D'Angelo le dio con una basta cantidad de poemas y sintaxis de flores que se convirtió en uno de sus más preciados tesoros cuando aún eran grandes amigos. En ese inmortal espacio encontró una hoja con un corto poema de escasas líneas elaborado con una máquina de escribir antigua. Ver que ni se tomó el tiempo de dejarle el recuerdo de su letra fue la más amarga e intoxicante emoción que terminó por derrumbar su cordura.

―¿Y ahora cual es la diferencia? ―preguntó el Regnandi Magus fijando su mirada lila sobre el rostro inclinado que fue perpetrado por la inmaculada lágrima que surcó su mejilla y siguió hasta caer por el filo de su mandíbula.

JiMin persiguió el ardiente recorrido que comenzó a agitar sus lagrimales en el dolor compartido que percibe en la esencia de JungKook, que tiene la misma variabilidad que enardece a causa de la presencia contraria. Solo que ahora vibra con mayor intensidad, lo ve allí latiendo, una composición mutua que le corresponde a Makris con una adhesión de la esencia del Lucem por el que ahora sufre.

Ambos han reforzado la conexión que siempre estuvo destinada a enlazarse.

―Que ahora por más que quiera enfrentarlo de nada va a servir, si el pasado sigue sin tener una respuesta ―mencionó JungKook tragando el nudo que dificulto sus palabras por el posible llanto que sigue perlando sus ojos―. Puedo ir ahora mismo o haberme quedado pero ¿Cuál iba a ser el resultado? El mismo silencio y la misma excusa de que hay mucho más de lo que yo logro ver. Estoy harto y tan cansado de que TaeHyung siga ocultando algo que me involucra a mí ―enunció la conclusión a la que llegó instantes antes de arribar a su hogar y ver la presencia de Dubois esperando por él.

¿Qué sentido tiene luchar por una causa que sigue extraviada? No se va a arriesgar a andar entre la bruma que sigue siendo su inconcluso pasado y ahondar en un oscuro camino que no sabe a dónde lo va a llevar, porque solo D'Angelo es quien puede deshacer el estigma que han cargado a lo largo del tiempo.

―No crees que ya va siendo hora de que los dos hablen, porque con lo que ha pasado no pueden pretender seguir de la misma forma en que vienen actuando, eso solo les traerá mayor dolor y más si tenemos en cuenta que por asuntos de seguridad interna todos vamos a seguir como grupo de investigación ―recordó JiMin con sus manos cruzadas sobre el cojín que sigue encima de los pies del rubio e imitó su acción de observar el techo y no ceder al suspiro lloroso que JungKook emitió después de sus palabras.

―No quiero volver a hacer lo que ya hice en el pasado JiMin. Él ya una vez me dejó sin dar una explicación y fui yo quien lo busco para obtener algo ―explicó cerrando sus ojos y sintiendo como las lágrimas se deslizaban por su rostro. Su pecho se comprimió en angustia cuando un mísero quejido brotó de su alma, un suspiro tortuoso lleno el espacio que fue eclipsado por el potente sonar del trueno que sosegó su dolor―. Así que por favor, para mi decir que lo amo ya es un gran sacrificio, como para ahora tener que enfrentarlo otra vez. Si él quiere tenerme a su lado de la forma en que me lo transmitió por el enlace, él sabe lo que debe hacer ―requirió de toda la fuerza restante de su cuerpo que comenzó a drenarse por cada palabra que decía, tanto que el llanto fue lo siguiente que lo movió.

JungKook presiono las palmas de sus manos sobre sus ojos y rápidamente su piel se humedeció por el tormento diluido que agitó pecho y sacudió su cuerpo por lo que contrajo sus piernas y apoyó la planta de sus pies sobre el abullonado sillón fuera del refugio de JiMin, para caer por la misma causa que sintió tan desabrida y molesta que se odio a sí mismo por estar en una situación tan condenadamente familiar que lo hizo reír irónicamente.

Sus sollozos bajos barrieron la fortaleza que contuvo por tanto años sus emociones reprimidas y un borbotón de pesares se escabulleron con vehemente fuerza y JungKook se sintió desfallecer de nuevo ante el desamor que lo persigue, porque su alma se estruja al saber que no puede estar a su lado, pero su corazón recuerda con exactitud la causa que sigue perpetrando sus pensamientos. TaeHyung D'Angelo ha crecido como espinas venenosas en su interior que ahora escuecen sobre su piel y que solo puede ser extraídas por el mismo Celestial que las sembró.

―Ven aquí mi pequeño ―animó JiMin con sus ojos abnegados en lágrimas y se sentó en el espacio sobrante al lado del rubio y sostuvo las manos contrarias para retirarlas de su rostro y empujarlo hacia su cuerpo para contenerlo en un reconfortante y fuerte abrazo que sujeto los pedazos de JungKook que van desprenden sin control.

―Duele... JiMin, no puedo, no puedo seguir viviendo así ―pronunció en medio de murmullos entrecortados por su refugio contra el pecho del Hechicero mientras sostiene sus manos sobre la tela de la camisa ajena, que le permite soportar la realidad en la que voluntariamente decidió ingresar la noche anterior.

En cierto momento intuyo que este sería el desenlace, pero aun así acallo las advertencias de su consciencia y profanó su cuerpo en el placer que en D'Angelo encontró, una y otra vez.

―Shh, tranquilo Kook ―consoló el azabache―. Mira lo lejos que has llegado, aun con miedo de lo que sientes, estás aquí deshaciéndote de ese peso que hasta hace un tiempo atrás ni admitías soportar.

―Pero no quiero seguir haciéndolo, no quiero seguir siento esto ―JungKook enfatizó con un suave golpe de su puño contra su pecho, en donde su corazón late equívocamente por una causa errónea.

Golpeó varias veces para deshacer el apabullante malestar sobre su pecho hasta que su mano fue apartada por JiMin, quien deshizo el abrazo y unió su frente con la propia.

―Reprimir lo que sientes solo hará que crezca más ―apremio con las manos contrarias refugiados entre las propias y las llevó hasta su pecho, aun manteniendo el contacto entre sus frentes.

―¿Entonces dime como hago para deshacerme de lo que siento? ¡Dime cómo me deshago de este calvario que llevo tan dentro de mí! ―gritó sin alejarse de la calidez de su mayor, porque ahora más que nunca necesita el apoyo de sus seres amados.

Ya no se va a ocultar, ya se ha hecho suficiente daño por querer hacerlo todo solo y siente que al menos por esta vez puede entregarles parte de su sufrimiento para que lo ayuden a gestionarlo.

―Kook, ni yo tengo una idea de qué decirte, no la hay. Solo hay un camino y lo tiene TaeHyung ―manifestó Dubois mordiendo su labio para no sucumbir al llanto y brindarle todo su apoyo a su pequeño lastimado por un futuro demandante que él desconoce y que ha tomado como tributo el puro e inmaculado amor de dos Celestiales que fueron arrastrados.

JiMin puede casi que palpar como la flama de JungKook se expande en la distancia hasta conectarse a la de D'Angelo. Aunque ellos no puedan verlo ahora, el cómo Hechicero continúa viendo el halo intangible que los rodea a ambos y que ahora sufre. Un dolor mutuo que se están transfiriendo, provocando que el dolor propio se magnifica aún más. 

―Haz que se detenga, por favor ―pidió Makris no a su mejor amigo, sino a la palpitación interna que lo está desesperando en demasía, como si algo ajeno estuviera escarbando poco a poco en su ser y él inerte no puede hacer más que intentar resistirse a la realidad que lo hace bramar en sufrimiento.

―Lo haré Kook, yo me encargaré ―alentó JiMin acariciando la espalda contraria que se sacude cada cierto tiempo producto de una nueva oleada de llanto.

Y allí entre la imperiosa tormenta que opacó los lamentos de JungKook, JiMin finalmente encontró la ventana que le va a permitir hacer algo entre los hilos que el destino planeó para ellos y definitivamente SeokJin s esa pieza elemental de su nueva misión de vida.

Autora:

¿El misterio de la carta? Será develado, porque Tae si la escribió...

Podemos ver el miedo y la contradicción en la que Kook ha vivido durante los últimos años, y es porque las situaciones inconclusas son dolorosas y es lo que retrate en él.

Ahora, nos adentramos a una etapa de la historia, en la que la guerra poco a poco se acerca 🖤

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