D O C E
Ethan habla por teléfono con Nathan y su abogado, suena molesto, demasiado. Lleva quizás más de dos horas con ellos, sin embargo cada minuto parace generar más molestia que el anterior.
Me da una sonrisa tensa, con sus labios pronuncia en voz baja "Creo que tendremos que cancelar la reservación, o puedes ir tu e invitar a alguien."
Sinceramente, la cena es una idea perfecta para que la noticia de que Ethan y yo estamos juntos llegue a su familia, principalmente a Esther y Frida.
Niego mientras aviso, cuando termino volteo a verlo noto que esta sentado en una pequeña mesita y apunta algo en una hoja, recarga el papel sobre su rodilla facilitando su acción.
Me acuesto en la cama, estoy en la habitación de Ethan vestida con un entubado vestido verde de escote recto con finos tirantes, zapatillas plateadas y el cabello en ondas.
Jugueteo con las puntas de mi cabello negro, se vería muy bonito con algún color pero hasta ahora no pienso en el ideal.
—Nathan, dime que me estás haciendo una broma—Su voz furiosa resuena en la habitación.
¿Ven a lo que me refiero? Uy, si hubieran escuchado lo demás.
—No, no voy a hacer eso.
Escucho atenta, apreciando cada detalle que discute y en un par de minutos más antes de revolverse el cabello y colgar.
Se sienta cerca de mi y me levanto para llegar a él, luce desanimado y estoy tentada a consolarlo pero me quedo a unos centímetros de distancia.
—¿Todo bien?
—Si, descuida —dice pero suena distraído, distante y evita mirarme.
Puede fingir pero no mentir, o al menos hasta ahora.
Ethan por lo general se le puede encontrar divertido o serio, de otra manera resulta raro verlo.
Dejo de lado mi paranoia, él realmente necesita al menos un par de palabras motivadoras.
—Lamento que te arreglarás para nada, Sel —agrega poco después.
Me río un poco por su preocupación a eso, aún cuando es lo de menor importancia.
—Descuida —gateo un poco para abrazarlo y me recibe, su agarre se vuelve fuerte y suspira, me tenso bajo su tacto pero tomo aire tratando de evitar que lo note.
—Esto es un desastre.
—¿Qué te dijo Nathan y el abogado?
—Se trato de hacer un acuerdo pero no es tan fácil y tampoco aceptaron —murmura abrazándome con fuerza, mis rodillas empiezan a doler un poco, establezco un poco de distancia para poder sentarme viéndolo —Será una demanda y puede que sea un proceso largo.
—¿Y...? —le presionó un poco, dudo que solo eso no pusiera así.
—Un par de tonterías más —añade.
Su mano juguetea con un hilo de la cobija, sutilmente tomo su mano, y ahora soy yo jugando con sus dedos.
—¿Lo vale para ti?
—No es solo yo, también están un par de casos más —argumenta.
—No has respondido.
Suelto su mano y con la misma lo obligó a mirarme, sus ojos conectan con los mío y siento el aire atascarse en mi pecho, abro la boca dispuesta a decir algo pero me toma más de lo esperado.
Esto es demasiado íntimo, muevo su cara un poco para así evitar su mirada.
—¿Entonces Ethan, lo vale?
—Si.
—Lucha por lo que quieres, que sea difícil no debe ser un impedimento.
Sonríe de manera cansada, algo me dice que quiere hablar pero se mantiene en silencio.
Prendo mi celular, noto lo tarde que es, debo de regresar a la habitación porque Sebas me hará videollamada para que lo ayude con una tarea.
—Debo irme —le digo mientras me levanto, tomo mis cosas y las guardo en mi bolsa mientras las voy encontrando —Llamame si ocupas algo.
No es que me gusta la idea de dejarlo solo pero tampoco voy a cancelar, además, estará bien.
Mis pies tocan la suavidad que tiene la alfombra, piso toda la superficie alfombrada buscando mis zapatos y cuando los visualizo, los tomo de las correas junto a mi bolsa ya avanzo hasta el marco de la puerta.
Siento su mano sostener mi brazo, bajo la mirada a la unión y luego, a él, no aprieta pero si es firme como para llamar mi atención
—Podemos bajar al restaurante. —murmura —O pedir algo, te debo una cena.
La luz de la luna entra por la ventana alumbrando su cara, siempre supe porque me había enamorado de él. No es que físicamente no sea atractivo y sus sentimientos resultan reales, sino que cuando lo veo puedo notar algo que me atrapa, no es misterio pero es algo que nunca encontré descripción perfecta.
Y estos pensamientos no deberían de volver.
—¿Sel?
Sel, Giselle es lindo pero la gente tiene algo con recortar mi nombre, no es que suene mal pero hay uno que si aborrezco que me digan, Elle y para mi desgracia o fortuna de él, Sel es de mis favoritos.
Carraspeo quitando esa sensación rara que empieza a instalarse en mi, suelto el pomo de la puerta y asiento, jala de mi lo suficiente para adentrarme en la habitación y dejo en el suelo los zapatos, no es como si mi habitación esté muy lejos pero la idea era ir descalza.
—Pero primero tengo que hablar con Sebastián.
Señala su laptop que está en el buró, me acerco mientras él toma el teléfono y empieza a marcar.
—¿Tienes ganas de romper la dieta hoy? —pregunta.
Sonrio un poco tímida y asiento.
—Siempre tengo ganas, eso ni se pregunta.
Lo escucho ordenar mientras yo entro a mi cuenta de Skype, aun no está conectado pero seguro no tardará.
—Hola —dice alargando la "a".
Lleva el cabello despeinado y húmedo, también veo el desastre de su habitación.
—Hola, ¿Te acabas de bañar? —cuestiono, la luz del sol se filtra un poco y lo veo caminar antes de sentarse frente a la pantalla.
Hace una mueca.
—Si, tuvimos entrenamiento tarde. Estas muy arreglada —Observa, curiosea tratando de ver más de lo que la pantalla le permite.
—Ouch —digo divertida y desviando el tema —Eso fue un golpe bajo.
Sonríe ante mis palabras pero me da una mirada perspicaz.
—Solo que es de noche, estas muy arreglada y no parece que estés en un evento —puntua.
Volteo los ojos divertida.
—Calmate, sherlock.
El sonido de una puerta siendo golpeada llama mi atención, no solo mía ya que de reojo puedo ver que Sebastián también está atento, Ethan pasa detrás de mi dejándose ver y abre la puerta, un señor entra con varias bandejas plateadas, retomo la videollamada y chasqueo los dedos buscando su atención.
—Hey, tu vista aquí.
Sonríe de lado, sus ojos brillan con diversión.
—Si, aquí estoy.
—Hablame de esa tarea.
—¿Por qué tienen una cita en una habitación? —pregunta ahora con confusión, ignorando mi pregunta.
—No es una cita —aclaro.
Ethan se acerca detrás de mi, se saludan y cruzan un par de palabras antes de que su celular vuelva a sonar y se aleje rumbo al balcón.
—Es una cita.
—Solo vamos a cenar.
—Es una cita —canturrea.
—Cenar
—Al mismo tiempo.
—Ajá.
—En el mismo lugar.
—Si, a eso se le llama una cena.
—Es una cita.
—Lo sabrás cuando tengas una —digo y al darme cuenta de mis palabras lo miro frunciendo los labios —O quizás ya la tuviste.
—Boba.
—¡No seas grosero!
Rie divertido con la situación.
—¿Me ayudaras? —dice mostrando su libreta.
Suspiro dramáticamente y asiento, me dice que han estado viendo un nuevo tema en álgebra en el cual no alcanza a comprender porque su profesor según sus palabras "tiene conocimiento pero no sabe expresarlo" además de que se la pasa diciendo chistes malos. Parece entender el tema después de 20 minutos y colgamos cuando termina su primer ejercicio el solo.
Me levanto con cuidado, me dirijo al balcón donde el aire enchina mi piel en cuanto hacen contacto, su espalda está tensa debido a todo y su mirada esta en el paisaje, me acerco sigilosa y coloco mi mano en su hombro.
Parece más tranquilo.
—Hablamos de esto luego, nos vemos. —se despide y cuelga, sus manos van a mis brazos, frota sus manos generando calor y suelto un pequeño suspiro —Estas helada.
—Vamos a dentro —sugiero —seguro tienes hambre.
Un flash nos ciega, luego, más de ellos y clicks de cámaras en pocos segundos.
Jalo de él tomando su mano, entramos a la habitación y cierro el ventanal.
—Creo que acaban de descubrir donde estamos —murmuro viendo atraves de un orificio de la ventana.
—Eso parece. Voy a cambiarme, ¿quieres quitarte el vestido?
—No creo que tengas algo para mí. —digo volteando a verlo, se desanuda la corbata y sonríe.
—No, probablemente no —toma un pantalón de franela y una camisa blanca de tirantes —pero quizás una camiseta te quede larga.
—Creo que puedo buscar una, te espero.
Asiente, entra al baño perdiéndose en el.
Busco en su maleta, tiene un desastre en ella y dudo que lo arregle pronto.
Encuentro un par demasiado formales, otras que si me las pongo estaré más expuesta que con el vestido.
Me gustan las camisas de hombre, resultan ser cómodas pero al encontrar una sudadera la tomo, el clima aquí es horrible, solo a mi se me ocurre ponerme vestido que para el caso quede como novia de rancho: vestida y alborota.
Estoy aprovechando que aún no sale para cambiarme, no tengo short porque el vestido me dejaría en evidencia y tampoco brasier por lo mismo, lo bueno es que la tela es gruesa, cálida y larga, lo suficiente para taparme.
Cursioseo viendo que ordeno mientras pongo la bandeja en la cama y quito la primera tapa.
—Oh, huele delicioso —murmuro.
Desconozco lo que es pero nadie puede negar que su olor es exquisito.
Escucho la risa Ethan y meto un dedo en la salsa cremosa para probarla.
—Por tu cara deduzco que elegí bien.
Asiento maravillada.
—No tengo ni idea de que sea pero esta delicioso —comento y destapo otra charola, veo frutos rojos y tres tipos de pasteles.
Se siente frente a mi aún divertido.
Comemos en silencio pero no significa problema para mi, eso me deja disfrutar la comida.
De: Nathan
Para: Giselle
Necesito hablarte de algo, nadie puede saber.
Releo el mensaje otra vez.
Nathan y yo somos más conocidos que amigos ya que no coincidimos mucho para mantener una amistad, nos tuteamos y así, pero nada demasiado íntimo.
De: Giselle
Para: Nathan
Claro, ¿cuando vuelva?
Su respuesta es rápida.
De: Nathan
Para: Giselle
Necesito que sea antes, te marcaré a las 9:00pm
Tras terminar la sesión fotográfica estamos libres así que en un descuido de todos me voy a mi habitación con la escusa de que me siento mal.
Parece creíble, quizás debí ser actriz.
El ambiente en que estamos constantemente ya no me gusta, tiene algo que me hace casi repelerlo y me frustra, hay muchas cosas que me gustan pero otras muchas más que ya no.
Tengo 23 años, de esos, cinco son los que me la he pasado en el modelaje, estoy un poco hastiada de esto, quizás solo sea que no estoy cerca de mi familia justo ahora.
Contesto enseguida de que suena mi celular. Ni siquiera veo el nombre, solo una persona puede ser.
—Hola, Nathan.
—Hola, Giselle, ¿qué tal todo?
—Bien, lo de siempre. Ya sabes, sesiones, reuniones, comidas y más.
—Pero ya mañana es el evento y regresarán, ¿no?
—Si, ese es el plan. Yo... solo quisiera saber que es eso de lo que quieres hablar.
Escucho sus pasos alejarse de las voces a su alrededor.
—Supongo qu Ethan ya te contó un poco de la demanda. ¿Qué tanto sabes?
¿Además de nada? Nada.
—Lo que sucedió el día que se público la foto saliendo de la casa, un par de difamaciones anteriores, que no son los únicos pero no parece ser suficiente.
Lo escucho maldecir y el sonido de que mueve algo.
—Ayer le propuse algo pero se negó, dijo que no lo haría y que ni lo intentara. Ah, por cierto, lamento interrumpir su cita de ayer.
—Era una cena
—Una cena, claro.
¿Ven? No es tan difícil de entender. Aunque por su tono deja claro que solo me dice lo que quiero escuchar.
—El punto es que necesito su relación se venda.
¿Qué?
—No estoy entendiendo.
Puede que si lo estoy entendiendo pero necesito una explicación de lo que quiere.
—Si, entiendo. Parece más un término que me acabo de inventar. Necesito que te expongas, que hagas cosas que pueden tomarse en varios sentidos por ejemplo: vas a visitar a una de tus amigas pero nadie sabe y piensan que escondes algo, hablar de la relación en los medios pero diciendo de más entre líneas, principalmente que involucre a Ethan, más allá del trato que tienen, vas a fingir ya no solo por el trato. ¿Me explico?
—Así hablaran más y tendrán más pruebas.
—Exacto.
—¿Es de lo que estaban hablando ayer?
—Si, te voy a ser claro —hace una pausa —no quiere esto pero es una manera para tener control sobre las pruebas. Peleamos porque eso te afecta y dice que es su problema.
Niego, si él me lo pide lo haría pero no lo hizo ¿por qué me negaría después de lo mucho que en su momento me apoyo?
—Necesito hablar con Crista, si ella dice que si, cuenta conmigo.
Escucho un suspiro de su parte.
—Gracias.
—Descuida, ella te avisará de cualquier cosa.
—Bien, nos vemos luego.
—Si, suerte.
—Ah, ¿Giselle?
—¿Si?
—Ethan no debe saberlo.—dice antes de colgar.
Estoy totalmente de acuerdo con él.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro