Cuando nos estabamos besando, sentimos la puerta de abrirse y pisadas de tacón. Tania acababa de llegar.

Despegué mis labios de los labios de Clay y me tumbé en la cama. Se suponía que la que tendría que estar besándose con Clay era ella, no yo.

- Clay, quiero hablar a solas con Anne-. Dijo Tania para que Clay se fuera de la habitación, y lo hizo, me dejó a solas con ella.

Tania se acercó a mi cama, por el lado izquierdo de ésta. Se sentó en la cama y se quitó los tacones. Tania alivió suspirada, señal de que los tacones la estaban torturando. Luego se tubó en la cama mirando hacia el techo aún que algunas veces me miraba.

- Sé lo que estás pensando y no soy así-. Me miró-. Anne, me quedé porque él me lo pidió, podría haberle rehusado la invitación pero no podía dejarlo de la manera que él estaba. Le acababan de contar que su hermana pequeña tuvo una complicación, la buena noticia es que está estable.

Yo la escuchaba atentamente ya que me preocupaba por su hermana. Me alegraba que estubiera bien, no se merecía nada malo.

- Anne, solo quería que alguien lo escuchara...-. La interrumpí.

- Y tuviste que ser tú ya que llegas ahí con tu sonrisa de buena persona que hipnotiza a la gente y hacer que te quieras de por vida-. Dije incorporándome en la cama, mi tono de voz era agresiba, estaba muy enfadada.

- Anne, si piensas que tiene un mínimo de interes por mí, estás muy equivocada.

- Da igual si estoy o no equivocada, harás lo que quieras, siempre lo haces-. Dije con el mismo tono de voz.

- Anne, eres como mi hermana, ¿cómo puedes pensar que sería capaz de hacerte algo tan malo?- Sus ojos se llenaron de lágrimas. Verla así me hacía pensar que la mala de la película era yo, ya que se acababan de conocer y ya estaba montándome una película por mis inseguridades.

- Tania, yo...-. Intenté decirle algo lo más calmada posible pero me interrumpió.

- Será mejor que me vaya-. Se bajó de la cama, cogió sus zapatos y con éstos en la mano salió de mi habitación. Pude notar como algunas lágrimas caían por sus mejillas. Era una completa idiota.

Unos pocos minutos de su ida, alguién llamó a la puerta y entró de manera cautelosa, era Clay. Con un gesto con la mano le invité a entrar y él entró.

- ¿Tienes idea de donde ha ido Tania?- Pregunté con preocupación.

- No, sólo se sentó en el sofá, se puso los tacones y salió por la puerta-. Contestó mientras se tumbaba en la cama.

- ¿Con sus maletas?- Pregunté con temor.

- Con su bolso.

Cuando Clay contestó a mi pregunta suspiré aliviada.

- Hey, no sé lo que ha ocurrido cuando estaba ella aquí-, dijo mientras posaba sus manos en mis mejillas haciendo que lo mirara-, pero ella no se va a ir por algo así. La amistad puede contra todo.

- Ojalá estes en lo cierto.

- Lo estoy-. Y sin pedir permiso me besó y yo le correspondí.

Cuando nos separamos, puse mi cabeza en su pecho mientras él me acariciaba la espalda por debajo de mis camiseta. Caricias que hicieron que me durmiera lentamente mientras escuchaba los latidos de su corazón.