II. Y la prensa se entera de la nueva aparición.
—Así que... —murmuró —Tenemos a posibles aficionados a la mitología en este caso, comento Cesar; volviendo a introducir unos cuantos fideos más a su boca.
—Ambas hablan de los viajes a otros mundos, lo que debe ser observado y el rencuentro con otras personas. Primero veamos lo observarse...
—Observarse —interrumpió el de ojos color arándano al encargado del caso. —La señora del desaparecido del bar dijo que su marido había estado actuando sospechoso y que lo había escuchado murmurar entre sueños que no lo persiguieran —agrego.
—Entonces lo primero es encontrar las identidades verdaderas de las víctimas, para después comenzar a buscar entre las personas allegadas a ellas —enuncio el comandante Magallanes.
—Bueno, les deseo suerte, porque yo termine y tengo otras cosas que hacer. Con su permiso —y sin esperar respuesta tomo unos papeles, tiro el taro a la basura y desapareció por la entrada a la habitación.
—Bien, creo que —y el sonido del celular de César interrumpió a Alán.
Los dos contrarios esperaron al que el dueño del aparato terminara de contestar la llamada. Joseph por su lado volví su vista al pizarrón, con la chica de puntas azules a su lado, intentado ambos encontrar algo que les dé indicio de algo.
—Espera un momento... —murmuro —otro lado, otro lado. ¡Eso es! —grito y tapo su boca de manera rápida, hasta que se dio cuenta que no era oída, por lo que suspiro. —Ese otro lado debe ser al lugar que llegue, por eso no eran iguales las cosas que veía —tras decir eso, quedo en silencio, intentando conectar más indicios de sus hallazgos. —Tengo que ir hoy, pero ser más resistente —aseguro.
—Era Pilar —hablo Cesar, llamado la atención de los contrarios. —La conferencia es en media hora, se dará en la entrada de la estación, me pidió que si vamos a mostrar las imágenes de los fallecidos; que las lleváramos con los reporteros para que les sacaron foto y las envían al canal que representan —les informo lo que la muchacha le había dicho.
—Bien, será mejor ver lo que diremos y...
—Dirás —interrumpió el de ojos ámbar y Magallanes rodeo los ojos ante esto.
—Bien lo que diré, para así bajar con las imágenes y dejar todo en orden.
—Bien, yo ya tengo algo —le informo el de cabellos rubios.
Así los tres, con unas pocas diferencias, armaron de manera rápida lo que el encargado diría en la conferencia de prensa. Siendo mayormente acomodado que el menor de los tres y luego, una vez que tomaron las fotografías de las víctimas y bajaron a la entrada de la estación, fue revisado por Pilar, quien con un bolígrafo acomodo unas pocas palabras para así entregarle el papel al de ojos color marrón.
Los minutos pasaban y la prensa comenzaba a amontonarse en la entrada de la estación, Magallanes con su semblante serio estaba parado en el primer escalón de la estación, con algo de nervios que no sabía de donde habían salido, porque estaba tan acostumbrado a hacer conferencias que era algo natural para él.
Pero no era él el nervioso, sino ella, la chica fantasmal que estaba a su lado y le estaba transmitiendo de alguna manera su nerviosismo por el resultado de la conferencia; dado que seguía sin saber sobre sus a sañas anteriores a su llegada al mundo "fantasmal", porque ni ella sabía en donde se encontraba exactamente, sólo sabía que sabia sobre los responsables y que había otro lugar; pero no recordaba con llegar su último lugar con vida y mucho menos sabia como llegar al nuevo mundo que había descubierto.
—Está todo listo, cuando te de la señal puedes comenzar —le aviso la mujer de orbes verdes.
—Gracias Pilar —le susurro, aclaro su voz y miró hacia la pequeña multitud de reporteros que había frente a él. De reojo diviso la seña mencionada por la contraria y tomo aire para comenzar a difundir su el mensaje. —Buenas tardes a todos, en esta ocasión la estación los ha reunido para pedir la ayuda de la población para identificar las fotos que estarán apareciendo en pantalla; si alguien reconoce a alguna de estas personas les pedimos que se comuniquen al 0028 3798. Es de suma importancia su cooperación en esta investigación. Desde ya, la estación de policía agradece su cooperación en la investigación.
—¿De qué trata la investigación?
—¿Por qué hay tantas personas desaparecidas?
—¿Son en realidad desaparecidos o están relacionados a algún caso de asesinato? De ser así, ¿estarían buscando a un posible asesino en serie?
Eran esas y más las múltiples preguntas que escuchaba venir de los reporteros y con su mejor sonrisa de relaciones públicas, contesto:
—Por el momento es trata de casos de desaparición, tenemos el indicio de que mayoritariamente no han sido reportados como tal, por lo que pedimos ayuda a la población para reconocer y, además, pedimos que cuando nos notifiquen sobre la confirmación de alguno de los desaparecidos tengan pruebas de que de ello. Prueba de paternidad, partida de nacimiento, o algún registro de algo. Incluso si tiene algo como un cepillo que contenga cabellos o cepillo de dientes; seria de mucha ayuda también.
—Eso sería todo, las demás preguntas serán contestadas en su momento, por favor le pedimos que se retiren y cuando sea el momento serán llamados para seguir con el reporte. Muchas gracias y que tengan lindo día —aclaro Pilar Flores, quien era la encargada de relaciones públicas de la estación de policía y la de los detectives junto con Brando Milián, quien se encontraba trabajando en la oficina en ese momento.
Mientras la muchacha resolvía la dispersión de los reporteros, Alán, Cesar y Joseph se encaminaron de manera rápida hasta su oficina; encontrando a un oficial respondiendo el teléfono y tomando anotación. Por respeto lo saludaron con un asentimiento de cabeza y fueron a sus lugares, al momento que el contrario cortaba la llamada.
—Acaban de reconocer a una de sus víctimas, aquí les dejo lo que más importante de la conversación y me informo que vendría en el correr de la tarde con las pruebas.
—Gracias oficial Arrow —respondió rápidamente el menor de los tres.
—Sí, sí, como digas. Solo asegúrense de estar cuando suene este teléfono, que se escucha desde mi oficina.
—Sí, señor —respondieron al unisonó. Y así, el contrario abandono la habitación, dejando a Cesar con las notas de la llamada.
—Bien, aquí dice que la persona que llamo es Delfina Lesly, reconoció a una de las victimas con el nombre de Elena Nikon, dice que la víctima tiene 39 años y que es madre de una pequeña de ocho años.
—Eso nos cambia los parámetros —soltó Alán.
—Ahora tenesmos que seguir atentos al bendito teléfono y, si traen algo que contenga ADN, pedirle al laboratorio que lo compare con el de las víctimas.
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