46. La hora del final
Disfruten el capítulo.
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-Enfermera, anoté la hora de muerte.
-Si doctor.
Finalmente los doctores habían desconectado los aparatos que mantenían con vida a Jimena.
El silencio inundó la habitación cuando la manta cubrió el rostro de una Jimena dormida sin retorno a despertar. A un costado del cuarto tras el enorme vidrio se hallaba Isabel al lado de Joel.
La decisión que habían tomado fue difícil de aceptar pero era la mejor. Jimena merecía descansar al lado de sus padres y de Natalia.
El corazón se le había hecho añicos a Isabel eh iba ser difícil de reponerse. La mujer de su vida, la dueña de su corazón quién prometió proteger y sobre todo llenarla de amor, se había ido.
Como es que su amor no pudo tener un final feliz, ¿Quién era el encargado de decidir el tiempo de vida de las personas? ¿Porqué todo tuvo que terminar así?
Maldita sea el destinó.
La muerte de Jimena le había terminado de apagar todo espíritu de fortaleza que por mucho tiempo intento mantener.
-No lo acepto Jimena, que ya no estés conmigo. -lloraba Isabel. -Por favor, despierta.
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Todo lucia distinto a como lo conocía, no sentía el ajetreo de las personas, los problemas los había dejado a un lado y prácticamente en el olvido, se sentía una paz que... era difícil de aceptar estuviera latente.
-¿Donde estoy? -me pregunte. Cuando por más que caminará no llegaba a ningún sitio conocido.
-Jimena -alguien me habló por detrás. Esa voz, yo la conocía, era suave, dulce y llena de armonía.
Pero ¿De dónde?
-Jimena... aquí -volvio la voz pero ahora era una distinta, más rasposa, gruesa me recordaba mucho a la de ¿Papá?
-¡Papá! ¡Mamá! -comence a gritar no veía a nadie pero eran ellos, lo sabía.
Camine hacia donde el sonido me dirigía, no veía nada que me ayudara a localizarlos, hasta que una luz magestuosa se hizo presente.
-¿Mamá? ¿Papá? -pregunte, me costaba trabajo visualizar pero algo en mí decía que eran ellos.
-Mi pequeña. -respondio la voz del hombre. -Estas hermosa hija.
-Cariño. -Hablo la voz de la mujer. -¿Por qué estás aquí?
-Mamá, Papá, están aquí. -casi en sollozo. -Los extrañe tanto. Yo... no lo sé, pero estoy feliz de tenerlos en frente.
-Nosotros a ti cariño. Pero tú no perteneces aquí... aún no es tú momento.
-Mamá, eh cometido muchos errores y no tome las mejores decisiones
-¿Te arrepientes de eso?
-Me arrepiento pero las aceptó.
-Entonces aprendiste de eso hija y esos errores te dieron experiencia para tu camino por la vida.
-Aceptalas y sigue adelante. -menciono el hombre.
-Papa quiero quedarme con ustedes.
-No hija, aún no. Ya habrá tiempo para eso.
-Pero...
-Hay gente que aún espera por tí.
La luz se hizo más intensa, poco a poco comenzó a disminuir, había otra voz que me llamaba. Era tierna, y angelical.
Por el sonido comprendía que estaba sufriendo.
-Jimena, amor, por favor despierta. -se hacía más marcada.
¿Isabel? -Me pregunté.
...
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Isabel estaba sentada llorando a un lado del cuerpo de Jimena, muy pronto los doctores se la llevarían para prepararla y poder entregar el cuerpo.
Retiró la manta del rostro dormido y se acercó a darle un último beso en los labios.
-Te amo Jimena, nunca lo olvides. -volvio a colocar la manta para salir de la habitación. Cuando tomó su bolsa creyó haber visto que algo se movió.
Estoy demasiada cansada. -penso. Pero lo que había ocurrido momentos antes se volvió a repetir ahora con el otro pie.
No era una ilusión.
Tiró su bolso y se acercó de inmediato a Jimena quién comenzó a mover en pequeños lapsos los dedos de las manos.
-¡Jimena, cariño! -pronunciaba tratando de que logrará responder.
Quizá las oraciones, las súplicas que arrojó al cielo habían servido. Era imposible que alguien que fue declarado muerto despertara.
Isabel comenzó a llorar de la felicidad cuando por primera vez después de dos años, Jimena la veía a los ojos.
-Amor... ¡Estás viva!. -la beso en las mejillas. -¡Enfermera, enfermera! -salió gritando de la habitación.
...
Todos en la vida guardan un misterio, algunos tienen la fortuna de descubrirlo, para otros basta con observar la firmeza de los ojos, esa mirada expresiva e iluminada que a veces llega a perderse por las circunstancias de la vida.
-Puedo pasar. -se escucho decir del otro lado del cuarto.
-Adelante. -respondió la enfermera.
Isabel entró a la habitación de la sala de recuperación, había pasado una semana luego de que milagrosamente Jimena despertara. Desde entonces no le habían permitido verla.
Se sintió insegura de estar frente a Jimena. ¿Y si no la reconocía? Había escuchado casos de personas que lograron despertar, pero después tenían la mente en blanco, prácticamente habían vuelto a nacer.
Rogaba por qué no fuera así.
El semblante de Jimena era neutro, no mostró ninguna expresión cuando vió llegar a Isabel. Ella la miró casi al borde de las lágrimas. Sentía felicidad de verla despierta después de dos años ausente.
-Jimena. -apenas pronunció.
-Lo siento te conozco.
Tan solo escuchar eso sintió un golpe en el corazón.
Sus sospechas eran ciertas, oh... al menos eso creyó cuando de pronto Jimena esbozo una enorme sonrisa a Isabel.
-Es broma, amor. -se burló con inocencia.
Isabel se acercó y le pellizco el brazo haciendo que la chica chillara por el dolor.
-No es gracioso Jimena. -la tomo en un abrazo que mantuvo por unos cuantos minutos.
-Perdoname Isabel. -Le acarició el cabello. -Te extrañe tanto.
-Tambien yo, amor.
Ambas chicas se separaron. Jimena no pudo evitar mirar los labios de Isabel a tanta cercanía y después del tiempo anhelaba tanto poder hacerlo.
Isabel también miraba los labios de ella, quería besarle.
Cerro sus ojos y posó sus labios por sobre los de Jimena, no había palabras para lo que ambas sintieron al verse. Saborear los labios, nunca antes habían experimentado tanta satisfacción y deseo juntos.
A pesar del tiempo.
...
Un mes después
-¿Estas segura que quieres ir sola? -pregunto Isabel
-Si, no te preocupes estaré bien. -menciono cuando bajo del auto para dirigirse al cementerio de la ciudad. Después de su alta en el hospital, quizo ir a ver después de mucho tiempo a Natalia.
Caminó un tiempo buscando el sitio donde la habían sepultado hasta dar con el lugar.
Limpió un poco la lápida de las hojas de los árboles y dejó un par de rosas blancas sobre ella.
-Hola Amor. -hablo mientras se arrodillaba para estar más cerca del lugar. -Eh tenido mucho miedo en venir a verte y no poder soportar que tú, te has ido. Aún recuerdo el último día que nos vimos antes de que fuera a buscar a Tatiana. Sentí que algo se rompía en mi con ese beso, fue una sensación extraña y que ahora me doy cuenta que significó que ya no estarías más aquí. Te pido perdón por el daño que te ocasione, se que es muy tarde para lamentarse pero si tan solo no te hubiera involucrado en mis problemas tú seguirías con vida. Ahora te tengo que dejar libre, es difícil aceptar que ya no estés aquí y me duele no haberme despedido de ti... Gracias por todo Natalia, amor. Fuiste y serás el amor de mi vida.
Camino de vuelta al auto donde Isabel la esperaba afuera, al igual que ella se le veía triste.
Jimena supo que todo esté tiempo nunca se apartó de su lado y lucho para que no la desconectarán. Entonces recordó las palabras que dijo Natalia antes de morir.
-... Hazla feliz. -un viento frío envolvió el ambiente, había algo extraño que se sentía familiar y entonces pensó que tenía que volver a ser feliz.
...
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Seis meses después.
-Amor apresurate o llegaremos tarde a la reunión.
-Ya voy. -venia bajando las escaleras terminando de colocarse los aretes.
Lucia un vestido acampanado color azul marino, los tacones la dejaban ver más alta, en su cuello usaba el collar que Jimena le había regalado hace tiempo cuando apenas iniciaban su relación.
-¿Te he dicho que estás hermosa hoy amor?
-mmm... si prácticamente toda la mañana.
-Pues no me canso de decírtelo, eres muy hermosa.
-No sigas que me haces sonrojar.
-Me encanta verte así. -le dió un beso corto en los labios, que fue dirigiendolo a su cuello.
-Amor, tenemos que irnos.
-Y... ¿Si mejor nos quedamos?
-jajaja... no cariño tenemos que ir, no quiero que nos vuelvan a recriminar que faltamos, ya que la última vez también fue por qué me tumbaste en el sillón antes de salir y decidiste hacerme el amor prácticamente todo el día.
-Fue el mejor sexo salvaje que tuvimos.
-¡Deja de decir eso!
-¿Decir que, sexo?
-¡¡¡si!!!
-Sexo, sexo, sexoo... a mi novia le gusta el ¡Sexo salvaje!
-¡¡¡Jimena!!!
-jajaja... está bien cariño, salgamos de aquí antes de que te arranque ese vestido.
-...
Todos se encontraban presentes en casa de Joel, después de haber despertado del coma habían decidido organizar una reunión con los amigos cercanos a ellos.
Además Jimena tenía planeado algo especial para Isabel.
-Jimena deja de moverte.
-Estoy muy nerviosa, y si me dice que no.
-¡Qué! ¿De verdad Jimena? Isabel de ama con locura, es tonto creer que te diga que no.
-Okay okay, tienes razón.
-Como sea, ya es hora amiga.
-Si.
-Y... Jimena. Estoy muy feliz por tí, eres como una hermana para mi y nada me pone más contento que verte con la mujer de tus sueños.
-Gracias Joel. -lo abrazo. -Hermano.
...
Linda se encontraba platicando animadamente con Joel, Sofía venía saliendo de la cocina al jardín para colocar el pollo asado que todos degustarian. Alexa estaba pasando unos datos a la "amiga" de Joel que aunque lo negara se notaba a leguas que esos dos estaban enamorados. Finalmente Isabel se encontraba sentada a un costado de Jimena quién no paraba de decirle lo hermosa que se veía el día de hoy.
-¡Amigos, escuchen! -se levantó Jimena de su asiento para llamar la atención de todos. -Quiero decir unas palabras o... un anuncio más bien.
-Haber, dinos preciosa. -grito Joel del otro lado de la mesa.
-Antes que nada, quiero darles las gracias a todos, sé que lo eh hecho por separado pero de verdad estoy muy agradecida por lo que hicieron hacía nosotros, sin su ayuda tal vez hoy no estaríamos celebración esto juntos.
Todos asintieron.
-Ahora bien, también quiero decir que este tiempo me ha servido de mucho para pensar en mí futuro. ¡Realmente donde quiero estar para entonces! Pues bien, la respuesta es... que no lo sé. Es difícil imaginar un futuro sóla, no saber el rumbo de nuestro camino. Pero lo cierto es que de lo que sí estoy verdaderamente segura es con quién quiero pasarlo. -Volteo a ver a Isabel. -Y es contigo amor. Nada me haría más feliz que saber que te tengo a mi lado, tener una familia, ver crecer a nuestros hijos y envejecer juntas. Por eso hoy te pido. -se arrodilló ante Isabel, sacando una cajita del bolsillo. -que te cases conmigo.
Cuando abrió la cajita todos quedaron asombrados para luego tornarse confundidos.
-Jimena, creo que olvidaste el anillo.
-Nop, no lo hice. -aguantando su sonrisa ante una Isabel muda y feliz por la propuesta. Se levantó y paso ambas manos al cuello de su novia para dejar a la vista el collar que tenía Isabel. -Este collar te lo di hace ya un buen tiempo, en aquel entonces quería mantenerlo como un símbolo de promesa de nuestro amor joven, hoy te digo que... -Rompio el cristalito que cubría la superficie. -es un símbolo de promesa de nuestro amor para toda la vida. -Abriendo la tapita para sacar su contenido, un anillo.
Los aplausos y gritos se hicieron notar. Jimena colocó el anillo en el dedo de Isabel y le dió un tierno beso en la mano y otro más en los labios.
...
Cuatro años después.
-¡Mama despierta es hora de ir a la escuela!
-Ya voy cariño. -Isabel se trató de levantar de la cama pero Jimena la jalo nuevamente hacia esta.
-¿A donde vas?
-Ya es tarde amor, Minerva debe de ir a su primer día de escuela. ¡Ah mi princesa ya creció!
-Tengo miedo y ¿si no se acopla?
-Ella lo hará después de todo, es tan valiente como sus madres.
-Lo es.
-Ahora levántate también que tenemos que ir a trabajar.
-Me quiero quedar otro rato a tu lado. -la tumbo a la cama y comienzo a darle besos de pico.
-¡Jimena, basta! -comenzo a reírse. Minerva abrió la puerta de la habitación y subió hasta donde sus madres estaban.
-¡Mamás arriba, arriba! ¡Vamos a llegar tarde!
-Haz caso a nuestra princesa, ¡Vamos a prepararnos! -menciono Isabel.
-Okay ustedes ganan. -hablo Jimena.
-Yo estoy lista. -hablo la pequeña habiéndose puesto el uniforme de una forma algo extraña. La camisa la había abotonado mal, además del suéter y los zapatos los tenía puesto al revés. Eso causo la risa de ambas mujeres haciendo contagiar a la pequeña niña.
...
-No se preocupen Señoras su hija está en muy buenas manos.
-Gracias maestra.
-No te preocupes amor, la niña sabrá que hacer, no en balde ha aprendido de tus enseñanzas.
-Esta bien vamos.
Afuera del estacionamiento las mujeres subían al auto para marchar a sus trabajos. Jimena había logrado un ascenso en la constructora y ahora era jefe/líder del área de proyectos y planeación. Mientras que Isabel se había vuelto directora del Jardín Botánico más importante de la ciudad gracias a un proyecto de implementación siendo el mismo que había realizado con Alexa en su taller y que la hizo destacar en el concurso que había organizado la dirección.
-Amor, antes de que vayas a tu oficina quiero que me acompañes a un lugar.
-¡Ahora que hiciste Jimena!
-jajaja... tranquila cariño no es nada que pueda preocupar.
Salíeron en dirección hacia el lugar que Jimena había pedido, no demoró tanto el viaje. Cuando bajaron Isabel vio el lugar tratando de recordar el sitio.
Al entrar notó un escenario y algo en él le trajo un recuerdo.
-Aqui es...
-Donde te pedí que fueras mi novia.
Isabel recordó aquel día donde Jimena había subido a cantar.
-Lo recuerdo.
-Ven acompáñame.
Ambas se acercaron al pequeño escenario cubierto por un telón. Jimena pidió que se sentara mientras ella hiba un momento al baño. Desde la mañana ella estaba un poco extraña pero prefirió hacerle cuestionamientos más tarde.
El mesero le llevo una copa de vino de cortesía mientras esperaba a su esposa. Bebió de ella dejando en claro que ese vino era uno de sus favoritos, pero ¿Cómo lo sabían?
De pronto una melodía empezó a sonar del otro lado del telón en cual comenzó a ser removido dejando en visto un enorme piano blanco y con ello la sorpresa de su vida.
Jimena vestía un traje blanco, su mirada mostraba un semblante de paz, disfrutaba cada nota que tocaba y le dió gusto saber que aún se sentía inspirada para tocar.
Historia de amor - Beethoven es lo que ella tocaba. Se sentía como si estuviera contando su historia en una sola melodía, desde el día en que se conocieron, se hicieron novias y todo lo que tuvieron que pasar para conseguir estar juntas.
Apartó un momento la vista de las partituras para mirar el público, más específico a Isabel. Le regalo una sonrisa que esbozo con un te amo silencioso para los demás pero lo suficientemente intenso para derretir su corazón.
-Te amo. -respondio.
No cabía duda que era el principio de algo mejor y nada sería difícil si la tenía a su lado.
Mi Jimena.
...
Mi Isabel.
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Fin
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Quiero agradecer a todos mis lectores que hicieron posible la culminación de esta historia. Esta es la primera en realizar y sé que no fue perfecta, sin en cambio a medida que iba desarrollandola yo también crecía a su lado.
Me dió mucha inspiración y descubrí a su paso un amor por las letras que creí fuera irreal.
¡¡¡Gracias!!!
También eh INICIADO una nueva historia:
*[Te habré olvidado]*
Ya está disponible en mi perfil.
Espero que disfruten su lectura y también quisiera oír sus recomendaciones para seguir siendo cada vez mejor.
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Nos leemos luego.
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