Perdón por desaparecer en la semana, me ha absorbido los pendientes escolares.

Pero ya estoy, de vuelta a las andadas.

Ahora sí, sin más les dejo el siguiente capítulo.

Disfrútenlo...

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Por Isabel

Más de dos horas y media de camino, latas de refresco y bolsas de botana fueron el resultado de que mi estómago estuviera haciendo de las suyas en el baño.

-Amiga... No debiste atascarte esa última bolsa de papas tú sola.

-Ahaha... Ahora lo se. Sólo vayan por la pastilla que les pedí.

-De acuerdo no tardamos.

...

Luego de dos horas de estar bajo los efectos del medicamento me sentí mucho mejor. Mis amigas ya habían bajado todo el equipaje y sólo me quedaba acomodarlo en los muebles. El lugar donde nos quedamos se encontraba a escasos metros de la playa. Al parecer un amigo de Linda era dueño de la casa y de vez en cuando la llegaba a ocupar.

Era muy bonita, algo grande para mí gusto pero podía soportarlo por una semana. Me impresionó la cantidad de fotografías que habían colgados en una de las paredes de los pasillos principales era como un gran mural que abarcaban una historia de muchas generaciones reunidas.

Después de hacer una exploración por todos los alrededores de la casa decidimos salir a la plaza para buscar algo que comer. Al menos mis amigas eran las hambrientas, yo seguía con la sensación de las papas atoradas en la garganta.

Decidí darle una vuelta a toda la plaza y ver algunas cosas que podría comprar más adelante. No demore mucho cuando regrese con mis amigas que ya estaban más que dispuestas de irse después de comer.

Una de ellas sugirió pasar la tarde en la playa,   todas estuvimos de acuerdo y regresamos para cambiar nuestros atuendo a unos más frescos. Yo opte por un shorts de mezclilla y una blusa blanca de tirantes acompañado de mi traje de baño.

Salimos para caminar unos metros frente al imponente mar que teníamos adelante.

-Me siento tan bien. Hacía tiempo que no me sentía así.

-Esto nos faltaba.

-Si, por suerte mi amigo accedió a prestarme su casa para este descanso.

-Mandale las gracias de nuestra parte a él.

-Lo haré.

Regresamos cerca de las 9 de la noche a la casa. Todas estábamos muy animadas y decidimos salir a bailar a algún sitio cercano. Bajamos del taxi en la avenida frente a un lugar que según el chófer era muy visitado por los turistas jóvenes.

El cadenero al ver a tres bellezas buscar entrar decidió abrirnos paso y fácilmente pudimos ingresar bajo la mirada de aquellos que aún esperaban.

Entre risas y una que otra broma por lo sucedido buscamos el mejor sitio para quedarnos. Cerca de la media noche el lugar estaba muy prendido, mis niveles de alcohol estaban por las nubes y eso me dió valor para hacer lo que tenía que hacer. Como pude marque un teléfono, esperando con esperanzas que me respondieran.

-¿Si...?

-Cariño ¿eres tú? Gracias por responder la llamada, sólo... Sólo quiero escuchar tú voz... Por favor hablame.

-Isabel, eres tú?

-Si soy yo. Espera tú no eres Jimena.

-No lo soy, habla Joel. Vaya... persivo un cierto grado de alcohol.

-Oh... Bueno creo que me equivoqué.

-Si eso parece. Pero ¿no deberías de marcarle mejor a ella? luego de salir del hospital ella no la ha pasado nada bien.

-Espera, ¿Qué? ¿Hospital? -De qué rayos hablaba.

-Si, Lo siento Isabel hablamos luego ya no tengo batería. -Y sin más, se cortó la llamada.

...

Al día siguiente desperté en mi habitación.   Tenía un fuerte dolor de cabeza y al parecer una terrible sed.

Entré al baño en búsqueda del botiquín para unas pastillas. De repente me llegó un leve recuerdo de lo que  pasó a noche. Haciendo memoria había hecho una llamada busque en mi celular y encontré registrado el número de Joel. -¿Dijo algo de un Hospital y Jimena? No lo recordaba muy bien. -Marque otra vez a su número pero me fue imposible contactarlo.

Deje de insistir después de cinco intentos fallidos. Sólo opte por dejar un mensaje para que me regresará la llamada. Era eso o en el peor de los casos debía marcar a Jimena.

Eso último hizo que mi alma brincara de emoción pero tenía miedo de su reacción.

...

Después de una tarde de películas y un sentimiento de angustia, decidí contarle a mis amigas acerca de lo que había acontecido estos días en el que había estado más deprimida que otra cosa.

Linda me regaño un poco por la mentira que le había arrojado a Jimena acerca del supuesto romance que tenía con Alexa.

-Pero... ¡ustedes estaban bien!, me da tristeza que todo haya acabado en eso y no hayan hablado para poder intentar solucionarlo.

-Si, bueno... La que no quiso oír excusas fui yo. Ella me busco para hablar y fue ahí cuando le dije de mi supuesto romance.

-Amiga entendemos tu enojo pero solo te quedaste con lo que te dijo esa tal Tatiana. ¿Qué pasa si no hubiera sido de esa forma?

-¿Qué quieren decir?

-Que si a mí me gustará Jimena (cosa que no podría ser) buscaría la manera de separarte de ella.

-Esa mujer buscaba eso, ¿No es así?

-Se que ella tenía un cierto interés en Jimena, pero de eso a planear algo grande, no creo que alguien fuera capaz de tanto.

-Dejame decirte que hay personas así Isabel. Y tal vez Tatiana no sea una dulce palomita como piensas.

-No pienso que sea así, más bien digo que no creo que llegara a tanto, además no les eh dicho lo otro. Tengo un leve recuerdo de que hable con Joel y el mencionó algo de Jimena que estaba o estuvo en el hospital.

-Cuando paso eso.

-Ayer.

-¿Has hablado con él otra vez?

-No, por desgracia no contesta él celular.

-¿Y a Jimena?

-No, no lo sé. No..  creo tener el valor de hablar con ella después de todo lo que ha pasado.

-Amiga, creo que debes hacerlo.

-Si, por el bien de tú salud mental debes hacerlo.

-Que pasa si no quiere saber nada de mí.

-No lo sabrás hasta averiguarlo.

-Bueno no te presionaremos pero deberías hacerlo.

-Solo espero no sea demasiado tarde.

-...

...

Pase la noche pensando en que hacer. Por un lado quería hablar con Jimena y arreglar todo, pero por el otro estaban mis inseguridades y los recuerdos de Tatiana con Jimena.

Deje pasar los días para meditar más acerca de mi. Además de querer disfrutar por lo menos el tiempo que quedaba, del mar y la compañía de mis amigas.

Luego de casi una semana intensa de diversión y aventuras decidimos salir a recorrer la plaza para comprar algunos recuerditos a la familia.

Estando en un local recibí una llamada de Joel, deje lo que estaba viendo y me apresure a contestar la llamada.

-Isabel disculpa, no pude regresar antes la llamada por qué no estaba en la ciudad. Pero dime ¿qué necesitas?

-Joel yo... Quisiera hablar de lo que me dijiste la última vez que nos comunicamos. No lo recuerdo bien, pero sé que era algo malo.

-Bueno... Ciertamente estabas tomada es probable que por eso no lo recuerdes. Mira sé que Jimena y tú terminaron, aún no se bien las causas o cuáles fueron los motivos, pero ella no se ha encontrado bien desde entonces.

-A que te refieres. Ella ¿Está enferma?

-Tanto así no, pero digamos que a tomado decisiones equivocadas después de haber salido del hospital y lue...

-Espera, ¿Dijiste hospital? ¿Cuando sucedió eso?

-Bueno hace unas semanas tuvo un accidente automovilístico que la dejo en coma por un corto tiempo. Pero... ¿Eso tú ya no sabías no?, acaso ¿no hablo contigo Tatiana?

-No, no lo sabía. Ella no me dijo nada.

-Oh, bueno creo que aquí hay algo raro. Ella marco tú número frente a mi y te hablo. De no ser eso... Entonces ¿Lo fingió?

-Te juro que no lo supe hasta que tú me acabaste de decir. ¡Ella nos mintió!

-Vaya, ahora entiendo todo.

-¿Entiendes qué?

-Por que Jimena acepto ser su novia. A todos nos tomo por sorpresa cuando hablo de eso.

-Ellas... ¿Son ahora novias?

-Si, lo lamento. Pero, tienes que saber que ella no la ama, en el fondo pienso que lo hizo por despecho.

-...

- Tienes que hablar con ella, en persona.

- Si, pero que pasa si ella no quiere saber nada de mí.

-Pues esfuérzate. Te lo digo como amigo, ella aún te ama.

-Gracias por contarmelo. Y... Una cosa más. Tú sabes... ¿Qué es lo que pasó con ellas realmente en su viaje?

-Mira, creo que eso a mí no me me corresponde decirlo, lo único que si te podrías mencionar es que nunca la había visto tan enamorada de alguien desde que la conocí en este caso hablo de ti Isabel.

-Gracias... por todo.

-No te preocupes cualquier cosa no dudes en dirigirte a mi.

-Si.

La rabia que sentía en ese momento era difícil de describir. Estuve segada en no ver las posibilidades de que algo estuviera mal que le di muy poco valor a la palabra de quién debía ser mi mayor prioridad.

De una cosa si estaba segura. Tatiana hiba a pagar por todo el daño que nos había hecho.

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Vaya ya era el momento de que Isabel abriera los ojos ¿no?

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Por cierto no sé olviden de pasar en la otra historia que estoy elaborando:

*La amante perfecta* que ya de encuentra en su octavo capítulo.

Nos leemos luego.

😉