3. Decisión
Continuación, disfruten.
___________________
Por Jimena
Las chicas siempre me han gustado. Ellas son un manjar que los dioses han dejado en la Tierra.
Si he de ser sincera, no hay mujer que se me resista a estar conmigo. Y por supuesto, yo no soy quien para negarles ese deseo.
Todas las noches salgo a buscar a mis Dulcineas. Me gusta ir a "The Mapolo Club" tomar unos tragos y si alguien se acerca, pasar una noche de diversión.
Y si se preguntan por el amor, bueno... les puedo decir, que en mi diccionario eso no existe.
Deje de creer en eso hace muchos años...
Tal vez piensen que un corazón herido solo necesita tiempo para sanar, pero el mío dejo una cicatriz tan profunda que decidí cerrarlo.
Ahora, sólo disfruto de los placeres más exquisitos que la mujer posee.
...
Miré a lo lejos la parada y me di cuenta que Isabel se encontraba ahí, intenté hacerle señales pero ella no me veía.
De pronto, el bus llegó, decidí correr, sabía que si ella subía posiblemente no la volvería a ver.
Antes de que pisará el escalón, sin pensarlo la tomé de la mano impulsándola hacia mi.
Ambas permanecimos sin decir palabras.
Esa cercanía se volvió muy peligrosa, el deseo por besarla se volvía cada vez mayor, que mi sangre ardía por dentro. ¿Porqué provocaba eso en mi?
Ella comienzó a acercarse aún más, ¿Qué sucedía? ¿Intentaba besarme? Me congelé viendo sus lindos ojos. Bajé la mirada a sus labios que brillaban y se veían tentadores.
El deseo por besarla se hizo más grande, hasta que...
Sonó mi celular, lo que provocó que rompiera ese ambiente, alejara de su tentadora presencia y sobre todo saliera de ese hechizo del que me tenía atrapada.
Al fin mi amigo había llegado con el auto para luego emprender el viaje y dejarla en su casa. Donde por suerte, no estaba tan lejos.
Al llegar a su casa y bajar, permanecemos calladas esperando la reacción de alguna de las dos.
Sorpresivamente ella me tomó desprevenida al plantarme un beso en la mejilla. Ese beso, por muy simple que pareciera dejó una sensación que tenía tiempo no sentía, me dejó con una sonrisa que no podía evitar quitarla cuando sentí la nota en mi bolsillo. ¿Era su número? Sí, muy probable lo era.
La observé por última vez, hasta que entró a casa.
...
Como ya era tarde para regresar a casa, decidí irme directo al trabajo.
La tarde fue muy agotadora, entre reuniones y demás, se lograron firmar algunos acuerdos para trabajar en nuevos proyectos.
Eso era bueno, implicaba más trabajo y deseaba hacerlo para no tener en nada que pensar.
Por la noche, estando en casa tomé una ducha con la intención de relajarme.
Había sido un buen día después de todo.
Tenía la intención se salir hoy al Club nocturno y digo tenía, porque antes de meter la ropa del día a la lavadora, cayo algo de mi bolsa de la camisa. Era el papel que me había dado Isabel. Lo había olvidado.
"Gracias por la ayuda de hoy"
-Isabel-
Al reverso del papel tenía escrito un número telefónico.
Esto llamo mi atención porque eso significaba que ella quería seguir teniendo contacto conmigo, a lo que mi rostro reaccionó con una sonrisa de satisfacción.
De inmediato, fui a mi habitación por el celular, anotar el número y enviarle un breve mensaje.
Después de dos minutos recibí una respuesta a lo que me incito a enviar otro de vuelta.
Jimena: Bonita noche. Descansa.
Este último mensaje hizo que una pequeña sonrisa saliera. Trayendo en mi pequeños recuerdos del día, todo parecía perfecto, pero después inesperadamente vino a mi mente recuerdos del pasado y de como hicieron pedazos mi corazón.
La respuesta inmediata que tuve fue rechazar todo.
¡No Jimena! ¿Que estas haciendo? Deja de hacer estupideces y si tanto la deseas hazla tuya y sigue con tu vida —escuché mi voz interna decir.
Esa noche no pude dormir...
Estaba decidida... Isabel, tenía que ser mía.
***
Por Isabel
La semana transcurrió sin novedad, entre clases y trabajos los días pasaron volando.
Con respecto a Jimena, no había sabido nada desde ese día. Los deseos de escucharla eran muchos y aunque tenía su número tenía cierto repelús en ser yo la que la buscara.
Desde que la conocí, no hacía más que pensarla. El sólo recuerdo de su presencia, ponía mi cuerpo estremecido.
...
Este jueves, mis amigas más cercanas; Linda y Sofia, me invitaron a un antro que inaugurarían esa misma noche. Tenía ganas de salir y distraerme un rato, por lo que accedí a ir.
Al término de las clases, fuimos a casa de Sofia para vestirnos y maquillarnos.
Opté por un vestido negro, la parte de la espalda era abierta y el largo estaba arriba de las rodillas, aunque tenía tiempo en no usar este vestido, mi cuerpo se amoldaba bien. Me gusta cuidarme pues desde pequeña practicaba algún deporte, aunque actualmente sólo hacía natación.
...
Cerca de las nueve de la noche, amigos de Sofia pasaron por nosotras de los cuales sólo conocía a uno siendo el novio de ella, los otros dos eran amigos suyos.
Ya en la camioneta nos dirigimos al antro. Los chicos eran agradables, aunque un poco encimosos, aun así trataba de ignorarlos.
Decidí que está noche la pasaría bien. El lugar era lindo, el ambiente y espectáculo, excelentes.
Casi siendo media noche, la cosa estaba más prendida, y yo ya tenía unas copas encima.
Sofía se encontraba bailando muy cariñosa con su novio. Mientras, Linda y yo compartíamos pista con sus amigos. No bailaban mal, pero no eran mi tipo.
Por momentos, divagaba en pensar a Jimena, su cuerpo bailando cerca del mío en este lugar era tan emocionante que me dejaba envolver en mi fantasía.
A la media noche, la zona estaba a reventar, todos estábamos emocionados. A estas alturas, ya estaba muy mareada. Decidí ir al baño y quedarme un rato ahí en lo que se me bajaba el alcohol.
Pero dada la condición en la que estaba mi valor aumento. Saqué el celular y envié un mensaje con una foto mía en este lugar, a la chica que no dejaba salir de mi mente, Jimena.
Pasaron cinco minutos y no recibí respuesta, eso me hizo sentirme triste.
Linda me pregunto si quería que me acompañara al baño, me negué al observar que se encontraba en plan de ligue con uno de los dos amigos de Sofia.
No tarde mucho en el baño, dado que había mucha gente aquí también. Lo único que pude hacer fue arreglar mi maquillaje.
Afuera del baño, pude observar a Tomas, uno de los amigos del novio de Sofia, él, al igual que yo, tenía copas encima.
Se acercó a mí, algo que me tomó por sorpresa, apresandome por la cintura, a lo que de inmediato intenté safarme de él.
—¿Qué rayos haces Tomás? —dije temblorosa.
—¡Oh, vamos cariño! Se también que tú lo deseas tanto como yo. Así que no te resistas —respondió decidido.
No sabía que hacer, ni que decir, el miedo me estaba consumiendo y ni siquiera podía salir de ahí, me tenía sometida a su merced.
—Por favor, ¡No quiero! —pronuncie al borde de las lágrimas.
_____________
Actualizando ando.
Comenten
Nos leemos luego. \[^}/
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro