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23. Obscuridad


Por Jimena

Salí muy temprano del trabajo por lo que me apresure a manejar rumbo a la universidad.

Isabel me había comentado que suelen ir llenos los buses a esa hora por lo que pasar por la novia después de la escuela era buena escusa para verla un rato.

Creo que no se lo esperaba estaba algo sorprendida pero muy feliz de verme. (Era obvio cualquiera se pondría feliz con mi presencia.)

-Cuanto ego logro percibir eh... -dandome un codazo provocando mi risa.

-Sólo mi dosis diaria. -guiñando mi ojo. -Dime amor te gustaría ir al cine.

-¿Ahora?

-Si, vamos... -poniendo mi cara de cachorrito.

-No te puedo decir que no. -cubriendo mi cara para no seguir viéndome.

Durante el camino me hiba platicando acerca del taller todo lo que ha aprendido y lo mucho que le ha gustado.

-¿Y todo bien con el profesor? ¿Es bueno?

-eh... Si todo bien, es mujer y bueno... Sabe mucho.

-Que bien amor. -Voltee a verla y pude notar que trataba de decirme algo. No se, se sentía que tenía que escucharla así que me estacione por un momento para hablar con ella. -¿Sucede algo cariño?

-No nada importante es sólo que siento que tengo que decírtelo.

-Dime... ¿Qué pasa?

-La vez pasada para ser específicos el primer día del taller como no pasaba ningún bus vacío, la Profesora Alexa que da el taller se ofreció a llevarme entonces espero no te molestes.

-¡¡¡Me has engañado acaso!!! - sonando lo más seria posible, de inmediato nego eso subiendole los colores a la cara, no pude más y me solté a reír. -Amor no soy celosa, agradezco tú sinceridad y ten por seguro que confió plenamente en ti. Así que quita esa ideas de culpa de tú cabeza y dame un beso. -jalandola hacia mi asiento mientras la besaba. Moría de ganas por besarla sus labios sabían dulce tal vez... ¿manzana? Quizá se vuelva mi fruta favorita.

Nos separamos por falta de aire, ella estaba tan radiante, ese vestido floreado le asentaba muy bien las piernas decidí apartar la vista de estas dado que me estaba calentando y eso no estaba bien... No por el momento.

...

Entramos a la sala, algo vacía si acaso seis personas en total. Nos dirigimos hasta la parte alta de la sala para un poco de privacidad.

Isabel no dejaba de jugar con las palomitas, no tardo en que apagaran las luces para dar inicio la película. Esta iba de acción interesante para mi gusto, estuve atenta los primeros diez minutos, hasta que algo o más bien alguien hablo a mi oído.

-¿Quieres seguir viendo la película? -me pregunto mientras subía atrevidamente un poco la falda. No lo soporte más y pase la bandeja de dulces al asiento de a lado.

-No me retes o lo pagaras caro. -susurre a su oido, eso le estremeció tomándolo como un desafío, volvió a dirigir la vista a la pantalla.

Era obvio que estaba jugando conmigo así que me aventure a tomar su juego. Pase una mano por sus hombros mientras que con la otra tomaba sus mejillas girándola en dirección mía, nos besamos por un buen rato. Me separe un momento, se veía un poco ruborizada y eso la hacia ver aún mas tierna.

Volví a girar a su dirección pero esta vez la tome por sorpresa dado que coloque mi mano en su pierna subiendo levemente hasta estar al tope de su falda. Mientras en la parte superior me mantenía ocupada besándola hasta ir descendiendo por el cuello, en el momento introduje mi mano hasta sentir la linea de su ropa interior, voltee a ver a Isabel la cual se encontraba demasiado calurosa, en sus ojos podía notar que me pedía a gritos que continuará aún sin importar el lugar en el que estábamos. Decidí continuar esta vez torturándola al mantenerme frotando por sobre la prenda interior su entrada y en algunas ocasiones pellizcando su clitoris. Evitaba a toda costa no gemir alto pero con cada roce hiba aumentando la águdez de su habla.

-Hazlo ya Jimena... Me estas matando de la agonía.

-Te dije que el que juega conmigo pierde. - hablándole al oído al mientras tiraba de su oreja con mis dientes. Sin previo aviso introduje un dedo en su entrada, ella separo un poco más sus piernas dándome paso a introducir otro más. Me encontraba un poco incómoda en el asiento así que me monte sobre ella sin sacar los dedos, inicie dándole lentas penetraciones para calentarla aún más. Sus gritos eran un poco mas intensos pero trate de ahogarlos con la mano libre colocándolo en su boca. -Baja la voz amor o nos atraparán. - Así lo hizo aunque no por mucho tiempo porque aumente la intensidad de mis embestidas haciendo más agitadas nuestras respiraciones. Estaba a punto de llegar al climax, lo sabía así que frene abruptamente notando un leve enojo de su parte, le brinde un beso rápido en los labios mientras me bajaba de su rezago e incaba frente a ella, abrí sus piernas lo más que pude y tire de ella para que se reclinará un poco, subí su falda y baje un poco la ropa interior. No le di tiempo de respirar porque rápidamente introduje mi lengua en ella, con la nariz rozaba su clitoris, mientras empezaba a moverse al ritmo, la estaba matando del placer y eso me gustaba, me apiade esta vez de ella y deje que se viniera en mi boca probando su dulce sabor. No reprimi mis deseos y con la lengua limpie toda su entrada hasta dejarla limpia. Me dio un poco de risa cuando ella gimió muy fuerte justo al momento que el sonido de la película era bajo. Tal vez más de uno habrá volteado a nuestra dirección pero por la obscuridad no alcanzaron a ver de quien se trataba.

Subí a darle un último beso, hasta que un ruido nos hizo volver en incorporarnos a nuestros asientos.

-Hay que irnos amor. -mencione tomando de su mano, obvio no queríamos pasar el oso de que nos vieran la cara y sobre todo que se dieran cuenta que dejamos el asiento manchado.

Ambas salimos del cine riéndonos a más no poder de lo que habíamos hecho que a pesar de la incómodidad de los asientos, fue demasiado excitante estar al borde de que te atrapen y querer reprimir tus ganas de explotar del placer.

Subimos al auto y a pesar de aquella sesión de sexo seguía viéndose radiante.

-Sabes que te vez hermosa cariño.

-Dices que me veo hermosa después de tener sexo.

-Así es... -respondí divertida, la notaba algo roja quizá aún no se incorporaba del todo oh... Quería un poco más.

Vamos a mi casa amor...! -hable sin pensarlo dos veces.

-¿Quieres hacerlo otra vez?. - preguntó sorprendida.

-No como crees... - mentí - no creo que resistas otro round" - hablando mi ego.

-Vamos a tú casa. -Evadiendo mi último comentario.

Entramos a la sala y arroje mi mochila al sofá me dirigí a la cocina para preparar café y algunos bocadillos. Por un momento la perdí de vista pero luego regreso a donde me encontraba con una foto que se había encontrado.

-Así que esta eres tú amor, de pequeña. -mostrando a una Jimena de aproximadamente siete años, súper enana y con dos dientes faltantes asomándose en la sonrisa que expresaba mientras tomaba con ambas manos una pelota.

-¿Oye de donde sacaste eso? - pregunte curiosa porque no recordaba tenerla colocada en algún sitio.

-Oh, lo siento amor. Fui al baño aquí abajo y abri la puerta de un cuarto que estaba llena de cajas, mientras salia note abierta una y sobre ella una pequeña foto. Disculpa por entrometerme pero en verdad te vez linda.

-¿Lo dices en serio? Estaba muy enana y flaca es por ello que mi padre me obligo a hacer deporte de joven para evitar el bullying.

-Comprendo, vaya que valió la pena.

-Pero siendo sincera desde que murieron mis padres y me mude aquí no eh abierto ninguna caja de las pertenencias de ellos. Tal vez haya más fotos en la caja que viste. ¿Te gustaría verlas?

-Me encantaría amor, pero tú... ¿Estarás bien? -pregunto con cierto miedo.

-Descuida creo que ya es tiempo de ver que hay ahí. Aunque siendo sincera no podría hacerlo sola, por eso... ¿Podrías acompañarme?

-Será todo un honor ver a la Jimena infante. -Respondio tratando de amenar la plática.

Términe de preparar el café, ambas fuimos al cuarto para revisar las cajas.

Tenía tiempo en no entrar a esas habitaciones, era probable que revisar las cajas me traería fuertes recuerdos pero si quería continuar con mi vida, más valía dejar de reprimir mis sentimientos.

Isabel me indicó cual caja era la de la foto asi que la llevamos a la sala para mayor comodidad.

Vacíe todo sobre la mesa de centro dejando caer muchas carpetas, algunas con documentos adentro y otras más con fotos adheridas estas últimas siendo de nuestro interés. En total encontramos seis álbumes de fotos, no evite recordar a mi madre y la fascinación por  fotografíarnos en todo momento.

Antes de ponerme sentimental, le brinde a Isabel un álbum para que la revisará, mientras yo miraba los demás. No tardo mucho en mostrarme algunas fotos mías de bebé a lo que accedí a regalarle una.

Así nos la pasamos las siguientes dos horas. Ya era tarde por lo que deje los álbumes a medias y lleve a Isabel a su casa, nos despedimos al estar frente a su puerta para ir de regreso a la mía.

Tenía que terminar de recoger las carpetas de la sala, si algo odiaba era el desorden asi que no demore mucho, solo me faltaba uno, no me di cuenta que este tenía las hojas sueltas y al levantarlo todo se me termino por caer, rápido levante cada una hasta detenerme con miedo frente a una en específico. -¡Creí que me había desecho de todas!. -me dije, no pude evitar abrir el sobre y sacar la tarjeta dentro.

Los lazos tan fuertes de amor son difícil de romper. 

Jimena y Natalia

[Invitación boda]

Luego de leerla me levante rápido y fui directo al cuarto, prácticamente vacíe todas las cajas para encontrar más cosas similares a esta.

En efecto no era lo único que había, sentí como si alguien me hubiera vaciado un balde de agua fría al ver de nuevo aquel vestido blanco que pretendía usar en la boda con Natalia, el ramo y por desgracia unas fotografías de aniversarios de noviazgo.

El estómago se me había revuelto, esta vez ninguna lágrima cayo no obstante un nudo en la garganta se había formado, suficientes lágrimas ya había derramado como para volver a caer en lo mismo.

Tomé todas las cosas referentes a ella y salí al patio trasero, coloqué todo en el piso. Traje conmigo una botella de tequila y di un gran sorbo, hacía tiempo que no tomaba, probablemente hoy lo haría pero no sin antes terminar de vaciar toda la botella sobre el vestido y las demás cosas.

-¿Porque tuviste que cruzarte en mi camino? -soyosando - Hubiera sido más fácil haber muerto y así evitar haberte conocido, porque... no es eso exactamente lo mismo. -pensé, tome el encendedor y prendi fuego a todo, ya no quería volver a sufrir, ya no más, si quería volver a ser feliz tenía que enterrar los recuerdos que me regresan a ese trago amargo de verla engañándome frente a mi cara. Nunca le importo lo nuestro, fui la única en querer algo bien y bonito pero en una relación se necesita de dos personas.

Hasta nunca Natalia! - arrojando al fuego la última foto de ambas juntas.

...

<<En otro lado de la Ciudad>>

-¿Señorita qué le sirvo?

-Un Americano por favor.

-Claro que si, ¿A nombre de quien?

-A... sólo Natalia.

____________________________

Ojalá que las salidas al cine sean más frecuentes.

( ・∀・)b OK

Nos leemos luego.

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