Por Jimena

Tatiana paso a dejarme a la casa llegando del viaje ya algo noche. Durante el camino ambas hablamos de lo más normal, realmente no sabía que pasaba, la actitud de ella era otra. Desde que le dije que salía con alguien se ha comportado amable y debo admitir que no me molesta hasta cierto punto.

Al día siguiente fui a la empresa dispuesta a renunciar pero una llamada del director a su oficina lo retraso.

-Pasa Jimena toma asiento.

-Gracias, ¿sucede algo?

-Despreocúpate lo que tengo que tratar es referente al proyecto que llevaron al congreso. Sucede que he recibido algunas propuestas para implementar los prototipos, esta tarde me reuniré con los interesados si todo sale bien necesitaré a gente para estar al frente de ello. -En eso alguien toca la puerta respondiendo en aprobación para que ingresará la persona.

-Me mando a llamar Señor.

-Pasa Tatiana y toma asiento.

-Bueno como te decía si todo sale bien en la reunión, ustedes quedarán al frente del proyecto. Ambas han mostrado gran profesionalismo en su trabajo, este proyecto requiere de gente como ustedes y no dudo que lo harán bien.

Ambas nos dimos una leve mirada, no me esperaba esa responsabilidad. Sabía que esto me traería un prestigió importante por lo que debería de pensar más a fondo mi renuncia.

Siendo ya la hora de la comida fui a un restaurante cercano, me tomaron la orden y me quede viendo un rato la calle, ni siquiera me había percatado que alguien se encontraba sentado en mi mesa, pero un carraspeo me hizo salir de mis pensamiento y voltear a verlo.

-Te encuentras bien Jimena?

-Si... Descuida estoy bien Tatiana.

-Te digo una cosa, yo creo que no. Toda la mañana has estado algo distraída. ¿Paso algo con tú novia?

-¡Qué... No! No pasa nada con ella. Es sólo que me tomo por sorpresa lo que dijo el jefe.
Ella me observo por un momento para luego hablar.

-Bueno creó que es una gran oportunidad para crecer profesionalmente a tú corta edad.

Seguí pensando pero decidí contarle aquello que quería hacer hoy con lujo de detalle.

-Mmm... No entiendo el porque querrías renunciar, tú trabajo es muy bueno tienes disponibilidad de horario para andar fuera. Si es por mi, te he dicho que pierdas cuidado, se respetar. Entonces aún asi ¿Es lo que quieres o alguien más te lo pidió? (eso último refiriéndose a Isabel).

...

Llegue ya tarde a casa el trabajo fue muy agotador además si tenía planeado llegar a dormir no podía, tenía mucha tarea rezagada por los días que falte.
Decidí enviarle un mensaje a Isabel de buenas noches. Tal vez sea mejor decirle lo del trabajo hasta que llegue, sólo espero que lo sepa comprender, si bien algo que me dijo Tatiana era verdad y es el hecho que yo luche mucho para tener y conseguir lo que ahora me ofrecen así que no podría rechazarlo... Jamás me lo perdonaría.

...

Hoy regresaría Isabel de su viaje, así que en la tarde pasaría a su casa para ir a cenar juntas.

Llegamos al restaurante y ordenamos la cena.

-Amor ¿cómo te fue los últimos días de viaje?

-Super bien el lugar que visitamos fue de lo más lindo. Tal vez algún día te invite allá.

-Oh, me encantaría.

-Y tú amor, ¿Cómo te fue en el trabajo?, ¿Renunciaste? -tornando una cara de preocupación por mi posible respuesta.

-Bueno no realmente, de eso te quiero hablar.

Le platiqué todo lo que había ocurrido es esos dias, lo del proyecto, de Tatiana y algunas otras cosas. Su rostro no mostraba ninguna expresión por lo que era difícil saber que pensaba, luego de terminar de contarle se tomo un tiempo para asimilarlo y decir algo.

-Amor, lo único que yo deseo es que tú sea muy feliz. Se a la perfección que amas tu trabajo y desde un principio estuve en contra de que renunciaras. Eh de admitir que no me gusta el hecho de que convivirás con Tatiana pero confiaré en ti y ten por seguro que siempre te apoyaré en todas las decisiones que tomes. -Dicho eso mi rostro se torno muy feliz respondiendo con agradecimiento con un beso que de no ser por el lugar me la comía a besos.

Saliendo del restaurante caminamos un rato aunque nuestra travesía duro poco por que se soltó una fuerte lluvia que nos dejo empapadas.

Ahora mismo me encontraba en casa de Isabel, me invitó a pasar para cambiar mi ropa húmeda.

-Pasa -abriendo la puerta a la que supongo era su habitación.

-Gracias, y tus padres?

-Dijeron que irían a cenar con sus amigos, probablemente regresen mañana.

-Oh.

Al momento saco una toalla del mueble y un cambio de ropa que posterior me la entrego.

-Amor puedes bañarte aquí, mientras pondré tu ropa en la secadora.

-Y que hay de ti, ¿Dónde te bañaras?

-No te preocupes hay otro baño en la parte de abajo.

-Bueno no tardaré, gracias (Aunque prefería que se bañará conmigo).

Pasando media hora salí del baño vestida con la muda de ropa limpia. Tome la secadora de su tocador y luego de diez minutos ya estaba lista, justo al momento Isabel entro al cuarto con dos tazas de chocolate caliente y su pijama, este conformado por un pans y una blusa holgada.

-¡Te vez sexi! -A modo de burla, aunque eh de decir que si se veía sexi.

-mmm... ¿Gracias? - tratando de descifrar si lo que decía era broma.

-Te traje esto, tu ropa estará lista en un rato.

-Gracias amor. -tomando la taza mientras me siento en el sillón que da vista a la avenida al mismo tiempo que Isabel se sienta a mi lado. Paso mi brazo sobre sus hombros para abrazarla y ella se hunde un poco en mi cuello.

-(suspiro) Me gusta tu aroma -plantandome un beso en mi cuello. Dejo la taza en la mesita y volteo a verla.

-¡Ah si! -me acerco un poco más y la miro de frente. -¿Qué más te gusta de mi?

-mmm... Me gustan tus lindos ojos verdes - cortando la distancia con besos castos.

-¿Qué más?- le pregunto mientras ahora comienzo a besar su cuello. Le cuesta articular palabras pues notó que comienza a titubear. Vuelvo a mirarla atrapando sus ojos, esos ojos color miel que me hipnotizan, y me hipnotizaron desde la primera vez que la conocí. Cierro la casi palabra que quería pronunciar con un beso cargado de tanto sentimiento guardado para ella.

...

Nos Leemos luego
( ･ิω･ิ人･ิω･ิ)