13. Mi nueva novia
Disfruten el capítulo.
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Era la segunda vez que Isabel dormía al lado de Jimena. A ciencia cierta desconocia de la primera ocasión donde estuvo en su habitación. Según Jimena, había descansado en la sala dejando el cuarto para ella, pero no estaba segura de que fuera así, pese a eso, está vez era real.
Despertó con el sonido de la regadera en la habitación, el reloj de la mesita marcaba seis y media de la mañana. Una hora temprana en su caso pues sus actividades darían comienzo cerca de las nueve.
Intentó no cerrar los ojos y esperar a que Jimena saliera de la ducha, tenía entendido que debía regresar a su hotel para salir a trabajar como lo estuvo haciendo todo ese tiempo.
Era una chica muy responsable y le agradaba eso.
Escuchó que cerraron el grifo de la regadera y en lo que salían dió una vista rápida a la cama, habían algunas prendas encima de esta que suponía una a usar, le restó importancia y buscó a su lado la almohada desocupada, seguía guardando el perfume de ella a lo que decidió abrazarlo para aspirar mejor su aroma. Cerró los ojos un momento recordando la maravillosa tarde que tuvieron.
Todo fue extraordinario, nunca había experimentado tanta felicidad en un solo día y eso ya era un decir.
Estaba enamorada y su amor era correspondido.
La puerta del baño se abrió, Jimena salió envuelta en una toalla mientras que con otra retiraba el exceso de agua de su cabellera negra.
Fue directo a la cama y observó a Isabel abrazando una almohada, le pareció la imagen más tierna en ese momento.
-Buenos días -captó su atención-. ¿Qué tal dormiste?
Soltó la almohada, apenada.
-Eh... eso debería de preguntarte a tí, tú eres mi invitada. Pero, dormí bien. Estabas a mi lado después de todo -se sonrojó con lo dicho.
-Descanse muy bien, fue la primera vez que duermo eh... con alguien -comenzó a desatar la toalla de su cuerpo a lo que Isabel reaccionó tapándose por completo con el cobertor, aquella acción pareció divertida en Jimena y a la vez muy bella, Isabel no era como las demás chicas que no perdían oportunidad con cada vez que la veían desnuda, era distinta por mucho y se sentía bien con eso.
Terminó de ponerse la última prenda, volvió a la cama al lado de Isabel que seguía esperando a que Jimena terminara de vestirse.
-¿La primera? -preguntó Isabel al sentir el cuerpo de ella a su lado.
-Si, y me gustó mucho -dejó salir una sincera sonrisa-. Disculpa que me haya bañado sin siquiera preguntar si podía.
-No, no te preocupes. ¿Tienes que regresar a tú hotel en este momento?
-Si, tengo que estar en la convención a las nueve o Tatiana me mata.
-Entiendo.
Jimena se acercó a su rostro a lo que creyó que sus intenciones serían besarla, por lo que de ser así, sería el primer beso que se darían.
Pero no lo fue, desvió el rumbo a su frente, plantandole un tierno beso que se sintió aún más especial y bello.
-Ya espero con ansias nuestra cita -susurró de cerca, para luego levantarse y tomar sus cosas.
Isabel se levantó de la cama y la acompañó hasta la puerta para despedirla.
-Siento no poder desayunar contigo, pero...
-Descuida, entiendo que debes ir a trabajar -sonrió-. Te estaré esperando.
Jimena iba a agregar algo más pero prefirió no hacerlo, en su lugar beso su mejilla por un tiempo más de lo previsto.
Se sentía bien ese contacto, que aunque no fueran sus labios los que tocaba algo en todo lo que hacía era especial, genuino.
-Cuidate, Jimena.
La chica asintió. Siguieron mirándose un tiempo más en medio del pasillo, hasta que un carraspeó a un extremo del corredor captó la atención de ambas.
Eran Sofía y Linda quienes veían cruzadas de brazos la escena, esperando curiosas una buena respuesta del porque Jimena se encontraba saliendo de su habitación.
-Te veo luego -susurró sonriente, para luego irse del hotel.
Isabel intentó regresar de vuelta a su habitación para esconderse de las posibles preguntas que harían sus amigas ante la persona que salió del cuarto, pero no contaba con que fueran más rápidas y entraron a su lado, inspeccionando cada rincón de este.
Dejó que terminaran de... buscar lo que sea que estuvieran queriendo buscando. Lo que parecía sumamente cómico.
-Aquí no hay nada -mencionó Linda al salir del baño.
-Aquí tampoco -mientras revolvía Sofia la cama.
-Bueno, podemos descartar cualquier indicio de posible sexo. Nuestra Isabel sigue siendo virgen.
Eso último provoco que se le escapara una risa, lo que sus amigas de inmediato fijaron la mirada a ella.
-¿Sigues siendo virgen, Isabel?
-No chicas, la verdad que no.
Se observaron sorprendidas ante la pequeña broma de Isabel, decidió después de un rato decirles que fue una pequeña mentira.
-Maldita, casi me da un infarto -habló Sofia.
-Tranquilas, tampoco es como si fuera a quedar embarazada.
-No Isa, no es eso. Simplemente es porque tú primera vez tiene que ser especial al lado de alguien realmente especial -respondió Linda.
-Aunque... dejando eso de lado, la verdadera pregunta aquí es ¿Qué paso ayer? -preguntaron con cierta intriga.
Era obvio que no dejarían de insistir hasta obtener respuestas, así que no le veía caso esconderlo por más tiempo.
Una vez bajar a desayunar, les contó con lujo de detalle la maravillosa velada que tuvo al lado de Jimena y de la cita que tenían planeado para su día de descanso.
-Que te puedo decir, Isa. Nos has dejado sorprendidas, mirá que después de todo lo que paso, resultará algo con ella -mencionó Sofía.
-Lo único que nos queda es apoyarte, si ella es tú felicidad entonces que asi sea. Sólo que no la tendrá fácil, primero le dejaremos en claro que no queremos que juegue contigo ¿De acuerdo? -completó Linda.
Sonrió -Esta bien chicas.
Al término del desayuno todas fueron a alistarse para la siguiente visita. La temperatura del lugar se prestaba para prendas frescas, por lo que un short y una blusa sonaba buena opción.
Salieron del hotel rumbo al acuario donde estarían la mayor parte del día. El profesor asignado dividió q todos en pequeños grupos para el recorrido, por fortuna para Isabel sus amigas conformaron su mismo equipo. No hubo problema en eso.
Para la tarde ya muchos se encontraban en el área de descanso, las personas que compartieron grupo con Isabel resultaron divertidas y les propusieron salir a bailar esa misma noche.
De regreso al hotel, todos se preparaban para salir a cenar y después de un rato a bailar.
Una vez terminado de arreglarse, Isabel bajo a esperar a sus amigas y los demás para salir a la playa. En eso, una llamada interrumpió su espera.
Se trataba de Jimena.
-Hola, ¿Cómo estás?
-Hola, muy bien. Me da gusto que me marcarás.
-Quería saber cómo fue tú día. Y de cierta manera... Extrañé saber de ti -mencionó y sintió sus mejillas arder.
-¡Qué dulce! También... estuve pensando en ti. Sabés, mis amigas se dieron cuenta de lo que hay entre nosotros y tuve que contarles.
-jejeje... descuida, está bien. Son tus amigas después de todo -se escuchó un bostezo por parte de Jimena a lo que supo que se encontraba cansada.
-Te escucho cansada ¿Quieres que dejemos de hablar para que descanses?
-No, no, no disculpa, fue un día pesado. Mi jefa me estuvo trayendo a todas partes y luego asistimos a una reunión con algunos empresarios que les interesó el proyecto.
-Suena genial.
-Si.
-Y... cansado, ella te explota mucho. Alguien debería hablar con ella.
-jejeje... Un poco, pero es mi trabajo y mi jefa. No tengo de otra.
-Bueno, sólo espero que se modere.
-Tranquila y gracias por preocuparte por mí -mencionó feliz-. ¿Y qué harás esta noche?
-Ah... Saldremos a cenar cerca de la playa ¿No quieres venir? -preguntó por inercia.
-Si me invitas claro que sí. Además muero de hambre, recién llegué al hotel y no quería trabajar con el estómago vacío.
-Oh, ¿Aún tienes cosas por hacer?
-Sólo reportes, nada del otro mundo. Pero si quiero comer contigo.
-Entonces te espero, no tardes.
-Claro, ahí estaré.
-Fin de la llamada.
Luego de diez minutos todos bajaron a recepción, sus amigas; Linda y Sofía, en compañía de los chicos que estuvieron en su grupo del acuario.
Les comento que Jimena los acompañaría a comer más tarde, envío un mensaje diciendo que ya se encontraba en el estacionamiento del hotel por lo que todos se fueron allá.
-Se te va a caer la baba, chica -habló Sofía muy de cerca a Isabel que no dejaba de ver lo hermosa que se veía.
Ignoró el comentario de su amiga y a prisa, se acercó hasta Jimena para saludarla.
-Te ves hermosa -dejó un casto beso en la mejilla a Isabel.
-Tú también luces linda -sonrió hacía ella.
Ambas permanecieron embelesadas por un tiempo hasta que Linda mencionó que debían irse ya.
Luego de ello, salieron todos rumbo a algún restaurante cercano, se tomaron un tiempo para elegir algún sitio que fuera del gusto de la mayoría.
Estuvieron cenando aproximadamente hora y media entre risas y bullicios en el grupo. Jimena un poco apartada del resto, se entretuvo platicando con su novia sobre el día de ambas, así que no prestaban tanta atención a los comentarios de los demás.
Una vez afuera, se dispusieron a ir a la playa que estaba a escasos metros del sitio. La mayoría animados por el momento se metieron al mar a jugar un rato.
-Tengo que irme -mencionó Jimena.
-Comprendo, descuida.
-Aún así, me dió gusto verte aunque sea un rato, está noche.
-A mí también.
Se quedaron viéndo una a la otra, hasta que en un gesto casi inocente ambas fueron acercando sus rostros poco a poco, magnetizados por el sentimiento que iba creciendo.
Así sería, hasta que...
-Hey, chicas. Vamos, hay que regresar para buscar un sitio donde bailar -gritó efusiva Sofía.
Ambas sonrieron cómplices, ante lo que pudo ser su primer beso.
...
Luego de despedirse de Jimena salieron a alguna discoteca donde pasar la noche. No fue difícil encontrarlo y de inmediato ya se encontraban bailando
Regresaron al hotel de madrugada, era una suerte que la zona fuera segura aunque pese a eso, los chicos iban cuidando en todo momento al grupo.
Apenas llegar se acostaron a dormir. Fue difícil conciliar el sueño dado que al parecer en las calles la música de algunos bares seguían a tope con el ambiente de fiesta.
Probablemente desvelarse provocó que se haya perdido alguno recorrido en la mañana. Se despertó cerca de la una de la tarde y sólo porque su estómago pedía alimentos.
Tomó una ducha rápida y luego, ya más repuesta, fue a tocar las habitaciones de sus amigas quienes también se encontraban durmiendo.
Bajó al restaurante del hotel y mientras esperaba su pedido revisó el celular. Encontró un par de mensajes sin contestar de Jimena.
Jimena 6:50 am: Buenos días, fiestera.
Jimena 7:10 am: Okay, creo que sigues dormida.
Jimena 9:36 am: Ya levántate...
Jimena 11:50 am: De verdad, ¿Sigues dormida?
Jimena 12:35 pm: Hey, ¿Aún estas viva?
Sonrió por el último comentario, decidió responderle para que dejara de preocuparse antes de que le diera un infarto.
Isabel: Ya estoy aquí. :)
Jimena: Mujer, si que duermes.
Isabel: Lo siento, estaba muy cansada. Llegamos al hotel cerca de las tres y luego mis amigas quisieron seguir platicando.
Jimena: Al menos dormiste bien.
Isabel: Lo hice, si. ¿Terminaste a tiempo tú trabajo?
Jimena: Si, no dormí toda la noche pero valió la pena, ahora recién eh salido de una reunión y estoy por empezar otra ponencia.
Isabel: Cielos, haces que me vea como una perezosa.
Jimena: Para nada, disfruta tu día libre. Recuerda que te veré mañana a primera hora.
Isabel: ¿Estas segura?
Jimena: ¿Qué quieres decir? ¿No quieres que salgamos?
Isabel: No, no es eso. Me refiero a que tú deberías de tomar ese día de descanso para eso, descansar. Tú más que nadie lo merece.
Isabel: No sé me hace justo robar tiempo tuyo.
Jimena: Isabel, para nada robas mi tiempo. Te prometí que mañana sería un día destinado a nuestra cita y así me gustaría que fuera. Gracias por preocuparte pero no es necesario que pienses en ello.
Jimena: Me gustas y quiero estar contigo.
Isabel: Esta bien.
Se sonrojo ante la confesión de Jimena por lo que ya no supo que decir.
Jimena: Disculpa si ya no contesto, estoy por iniciar con el trabajo.
Isabel: Descuida, mucha suerte.
Ya no hubo respuesta.
La tarde se fue muy rápido y para pronto sus amigas y ella se encontraban disfrutando de una pijamada en su habitación.
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