Todavía sentía ardor en la cintura. El sol calentaba su figura, a la paz que mantenía el ritmo, acelerando con precisión.

Trataba de concentrarse en el ruido de sus pisadas. No daba crédito a lo que había sucedido. Con la pistola en la mano, recorría las callejuelas más antiguas del pueblo. Creyó que la verdadera víctima era Laura, pues acabaron con su vida desesperadamente en el lugar más inusual.

Sabía que había estado a punto de perder a Irene, aunque en esos momentos pensó que no había nada que solucionar, nada por lo que luchar.

<< Estábamos asustadas, las dos. Sólo quería ponerla a salvo. Necesita saberlo todo, ésto no me gusta nada >>

Se percató de que la mejor opción era regresar con su madre. Ahora no tenía el control.

Tampoco supo cómo analizar la situación.

Alzó la mirada al cielo. Las nubes, bien estructuradas, parecían guiarle por el camino, dejando a la vista un trozo libre de recta. El ambiente estaba desierto, mostrando una vaciedad de sensaciones ilimitadas. Y el viento rugía con fluidez, en dirección al Este.

De pronto, la chica rubia presenció un soplo de aire cálido sobre la nuca. El airle le acariciaba el rostro y su cabello rubio, despeinado, le hacía cosquillas en los hombros. Por un instante creyó que le venía grande lo que estaba pasando; sumando la incertidumbre del entorno, que parecía no huir.

Se dejaba mostrar, como una fría capa de hielo; idéntico al miedo.

Giró la cabeza hacia la derecha.

Pretende encontrarse con su oponente.

Tras dar media vuelta, bajó el arma. La misma sombra se había agrandado en forma de un manto oscuro, con un destello en el centro negrura.

Emma parpadeó, incrédula. La figura no procuraba elevarse al cielo, no ejercía el movimiento de ataque. La atmósfera permanecía sin daños y el viento no dio señal de peligro.

Retrocedió torpemente. Las grietas de algunas piedras le hacían perder el equilibrio. A su espalda se encontraba con la fortaleza. Debía avisar a su madre, a Pedro, Javi, Rosario...

Había algo que se les escapaba. Estaban llegando demasiado lejos, muy cerca de la verdad.

La sombra, levitada en el aire, imitó el gesto y echó marcha atrás.

No obstante, ella se arrodilló de manera involuntaria. Sentía que podía ponerse en pie, pero los nervios del cerebro no respondían a la petición.

-No puede ser real -consiguió decir gentilmente.

Apartó la vista de la figura y sus ojos comenzaron a cerrarse, pronunciando el nombre de Jorunn Tanberg.

Hola, no me lo creo ni yo 😂
Poco a poco wey, sin prisas, que todo sale a la luz :')
Mil gracias ✨♥