Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 33


RUBY

Justo después de que Scott había salido de forma abrupta, tal vez por la llamada que había recibido, al apartamento llegaron Nitty y Keanu. Fue tan inesperado que Lisa se les quedó mirando a ambos luego de abrir la puerta.

—Dylan nos envió un mensaje diciendo que debíamos estar aquí contigo en estos momentos —explicó Nitty, y mostró que traían unas cervezas para aligerar el momento.

Lisa aceptó, porque si eso había sido idea de Dylan debía ser bueno.

Pero al estar allí durante un rato, era muy obvio que el aire podría cortarse con un cuchillo. No fluían las conversaciones, tanto ella como su hermana parecían inquietas y había demasiados silencios que Ruby no quería llenar, porque estaba teniendo un dilema mental a causa de la pregunta que Scott le había hecho antes de irse. Menos mal eso había sucedido, porque ni siquiera habría sabido qué responder. Es decir, había recibido las instrucciones, pero, ¿cómo lo soltaba de su boca? ¿cómo terminaba con lo que por años la había mantenido viva?

Nitty fue la que decidió romper el hielo.

—¿Ha pasado algo?

Se hizo un solemne silencio. Nitty y Keanu se miraron entre sí.

—Dylan también dijo que nos tienen que contar algo —añadió Nitty.

—¿Algo de qué? —reaccionó Ruby, defensiva.

—Sobre Scott —Nitty se encogió de hombros, medio perdida—. Algo que está pasando...

—Sí hay algo... —murmuró Lisa, y de inmediato Ruby intentó detenerla:

—¡No! ¡Cállate!

Pero Lisa observó a Ruby con aflicción, como alguien que ya no soportaba el peso de la situación. Fue una mirada cansada que le hizo doler el pecho.

—Ya es suficiente, Ruby —le dijo ella con voz quebrada—. Tenemos que hablar. Tenemos que rendirnos. No podemos seguir guardando sus secretos... ni los nuestros.

Ruby tembló. No estaba muy de acuerdo, pero se quedó callada, mirando al suelo. Entonces, quien habló fue Lisa. No supo por dónde empezar a contarles lo que había ocurrido. A pesar de los nervios, logró hilar un par de frases. Sorprendentemente, omitió el engaño a Keanu, la cosa más horrible. A Ruby empezaba a dolerle y a parecerle injusto haber hecho algo así, y percibía que a Lisa también.

Al finalizar la historia, Keanu preguntó tímidamente:

—¿Entonces Scott está en camino?

—Llegará en cualquier momento —asintió Lisa.

Nitty abrió una cerveza. Lisa la miró con el ceño fruncido. A pesar de todo, su amiga estaba relajada, qué actitud más curiosa... y valiente. A Ruby le agradó.

—Que venga, entonces —resopló la chica—. Aquí estaremos esperándolo. A propósito, ¿dónde está Dylan?

—Lo mismo me pregunto yo —Lisa miró su teléfono. Hacía horas no le contestaba un mensaje, ni respondía sus llamadas.

Ruby se estrujó las manos. Sabía que estaba del lado correcto junto a Lisa, pero el miedo que le tenía a Scott era muchísimo más grande. Ahora que Nitty y Keanu supieran mucho, la ponía más nerviosa. Un centenar de pensamientos invadían su cabeza. No paraba de imaginar la cantidad de cosas que Scott podría hacer cuando se enterara de que le habían sacado todo el dinero y que habían revelado parte de sus secretos.

La idea de ese Scott iracundo era tan horrible que incluso ella estaba contemplando una opción B. Si lo de Dylan no funcionaba, le diría a Scott que tenía razón y acataría todas sus órdenes con tal de que no se violentara. Le daría el gusto, pondría nuevamente a salvo su propia vida y la de su hermana, porque Ruby temía, temía mucho a la furia de Scott. Tanto que estuvo a punto de salir corriendo en ese mismo instante.

Pero también sentía rabia... Una ira dolida.

Las cosas empezaron a suceder antes de lo esperado.

La puerta se abrió violentamente y Scott entró desacatado. Traía en la mano esa tarjeta con símbolos que Dylan, transformado en aquel tipo, le había dado a la chica del banco. Estaba desaforado, sus facciones desencajadas. Ruby jamás lo había visto así. Daba mucho miedo.

Todos se levantaron de sus asientos. Blandiendo la tarjeta, Scott avanzó directo y agarró a Ruby del cuello. Todos sus miedos parecían a punto de hacerse realidad. Nitty, Lisa y Keanu se interpusieron entre ellos y tuvo lugar un forcejeo entre todos. A los segundos, lograron quitárselo de encima. Ruby, casi asfixiada, estallaba en llantos, no respondía de sí misma.

—¿¡Pero qué demonios te pasa?! —le reclamó Nitty, alterada.

Scott respiraba entrecortadamente, todavía no había soltado la tarjeta. Lisa abrazó a Ruby, y Nitty y Keanu se pusieron como muros en medio de las gemelas y Scott.

—Nada de esto es asunto suyo, necesito hablar con Ruby, ¡ya mismo! —exigió Scott, enfadado.

—Resulta que vas a tener que hablar con todos nosotros —se negó Nitty, firme—. O retirarte. Así son las cosas, Scott.

—Soy capaz de sacarlos a patadas —amenazó él.

Pero ni Nitty ni Keanu le demostraron miedo.

—Y nosotros de responder —aseguró ella, para luego lanzarle—: porque ya sabemos lo que has hecho, y no te dejaremos salirte con la tuya otra vez.

Hubo un silencio en el que Scott lució a punto de explotar de ira.

—Ah, lo saben —repitió, contenido—. Bien, entonces necesito explicaciones y las necesito ya. Ruby fuiste con Dylan al banco y me robaste todo mi dinero, ¡lo sé! ¡Quiero que me lo devuelvas ahora mismo!

—¡No es tu dinero! —le gritó Lisa, aún sosteniendo a Ruby—. ¡Lo robaste, no te pertenece!

—¿No es mío? —se echó a reír Scott sarcásticamente—. ¿Es que no le dijeron todavía la verdad a Keanu? Que toda la platita que envió para su novia venezolana en realidad es nuestra, ¡mía! ¿O no tuvieron el valor? ¡Vamos! ¿Por qué no le cuentas la verdad al imbécil, que lo estuvimos engañando todo este tiempo? —Miró directo a Keanu con malicia—. ¿Acaso no te lo dijo, freak? Aria no existe, tonto. Aria somos nosotros.

Se produjo un silencio que solo se rompía por los ruidos de llantos de Ruby, quien estaba totalmente en un ataque de angustia.

Keanu miró alrededor, buscando alguna explicación.

—¿Qué? —salió de su boca, perplejo.

—Es verdad, pero todo fue plan suyo —Fue Lisa quien no lo contuvo más—. Nosotras después nos abrimos, en serio. Nunca quisimos lastimarte...

Keanu movió la cabeza, como despertando de una horrible pesadilla. Scott no tenía casi paciencia.

—Así que piensa bien si quieres ayudarlas —le soltó a Keanu, y luego volvió a exigir—: Ahora quiero mi dinero.

—¿El dinero que me robaste querrás decir? —dijo Keanu inesperadamente, sacando coraje de quién sabe dónde.

Solo en ese momento Ruby notó que a pesar de la bomba de la verdad, no se lo notaba nada tembloroso. El chico sudoroso y dubitativo que habían conocido se había esfumado. Ruby se preguntó por qué, ¿lo normal no habría sido explotar de rabia contra ella y su hermana?

Scott se sorprendió, ¿quién se creía hablándole así?

—Ya callate, a nadie le importas —le lanzó Scott a Keanu. Miró a Ruby con sus ojos llenos de furia—: ¡Ruby ya me estoy quedando sin paciencia! ¡Tú y yo debemos hablar a solas!

A solas porque sabía que así podría manipularla.

A solas porque podía amenazarla.

A solas porque solamente de esa forma podía ganar.

Esa furia de Ruby que había sentido al enterarse del engaño del dinero, volvió a dominarla.

—Scott, vete —se atrevió a decirle, tragándose el llano.

—¿Qué dices? —la invitó él a repetirlo, más como una oportunidad a arrepentirse.

Pero no lo hizo.

—Si no te vas llamaremos a la policía. —Scott la miró, esperando que se retractara. Ruby se secó las lágrimas y, aunque todavía estaba algo convulsionada por el ataque de llanto, se quiso mantener firme—. Hablo en serio.

—Te denunciaremos por haber fingido ser Aria —Apuntó Nitty, agarrándole la mano a Keanu en modo de consuelo.

Scott volvió a dirigir su mirada asesina a las gemelas. Keanu avanzó un paso adelante y le señaló a Scott la puerta con la mirada.

—Ustedes son unas traidoras —escupió Scott, al borde de la rabia—. Se vendieron por el imbécil de Dylan, pero yo sé que están detrás de todo esto. Esto recién empieza, verán. Yo tengo en claro quién es el culpable de todo esto, y me las van a pagar.

Caminó hacia la puerta con la carta de los símbolos en la mano. Antes de irse, rompió la tarjeta en mil pedacitos. Luego salió dando pasos firmes del lugar. El sitio volvió a quedarse en silencio, y esta vez fue Keanu quien habló, tembloroso como de costumbre.

—Creo que nunca podremos salir del apartamento... —Hizo un sonido que emuló una risa pero nadie más se rió. Nitty lo miró con compasión.

—Lisa, tenemos que ir a buscar a Dylan, no va a parar hasta matarlo —dijo Ruby, frotándose el cuello en el lugar donde antes la había agarrado Scott, y como despertándose de un mal sueño.

Lisa agarró frenéticamente su teléfono, buscando señales de Dylan. Otra vez: nada. Pero ahora tenían otra preocupación: Keanu. Lisa lo miró, aguantando el llanto.

—Keanu. —El chico evitó su mirada, todavía no se había soltado de la mano de Nitty, quien parecía haberse decidido a protegerlo para siempre—. Te prometo que te devolveremos el dinero. En serio. Buscaremos la forma. Nosotras... — Lisa comenzó a llorar desenfrenadamente. Ruby la miró, atónita, porque no se lo esperaba. Hace mucho no veía a Lisa llorar—. Nosotras no quisimos... No te conocíamos realmente... estábamos tan pero tan cegadas por Scott... ¡por favor, Keanu, perdónanos!

Keanu se soltó del agarre de Nitty y la miró a los ojos a Lisa, sonriéndole.

—Yo sé que tú eres diferente, Lisa. El verdadero culpable de todo esto es Scott, tú no tienes de qué disculparte. Además... la ilusión de tener una novia fue linda.

Ruby se acercó también a Keanu, en señal de arrepentimiento. No pudo decir nada, pero le puso la mano en el brazo para demostrar que estaba de su lado.

—Tenemos que encontrar a Dylan antes de que Scott arrase con él —dijo Lisa, muy preocupada.

—Entonces, vamos, busquémoslo —asintió Nitty, mientras agarraba su sudadera de la silla—. La cerveza puede esperar.

—Chicos —dijo Ruby de repente, provocando que todos giraran la cabeza hacia donde ella estaba—. Les agradezco mucho por haberme defendido.

Lisa sonrió a Ruby, nuevamente con los ojos llenos de lágrimas. Nitty y Keanu también se conmovieron.

—Es que así funcionan los amigos —dijo Nitty.

Los amigos...

¿Tal vez ellos podían ser los suyos?

Todos se prepararon para salir. El problema era que, ahora, no sabían a dónde. Y realmente Scott era más rápido que todos ellos.

Más rápido, y sin dudas muchísimo más peligroso.  

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro