Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 13


RUBY

Los inquilinos de los edificios de Knickweg llenaban las zonas del patio esa noche. Había música que salía de unos amplificadores instalados, mucho alcohol sobre una mesa, grupos, anécdotas contadas entre risas, un ambiente igual al de aquel día que Dylan había aparecido.

Día que ya Ruby odiaba.

Estaba parada junto a una mesa, sola, bebiendo de su vaso con inquieta necesidad, y no estaba disfrutando de la fiesta como hacía siempre. Solo pensaba con amargura en que si Dylan no hubiese alquilado el apartamento maldito ella no habría entrado allí y no habría visto lo que vio, y justo ahora no estaría cuestionándose su cordura.

Ya sabía que nada había sido real en lo absoluto, ni lo que vió en el espejo ni lo de la foto. Lo sabía porque Scott había visto algo distinto y al final ella también. Recordar eso la tenía sumida en nervios, dudas y respuestas que ella misma se daba para tratar de calmarse, aunque de todas formas siempre llegaba a un solo punto, y cada vez que lo admitía mentalmente el estómago se le revolvía de miedo: había confundido la realidad.

Lo peor, no podía hablarlo con un ridículo psicólogo porque podía llegar a descubrir lo que había desencadenado todo. Tampoco podía hablarlo con Scott ya que él no le había creído por obvias razones. Decírselo a Lisa ni siquiera era una opción porque había cosas que ella no sabía sobre aquella noche. Aunque tampoco era que quería contar nada. Lo que menos esperaba era que la vieran y la trataran como a una loca.

Justo como se sentía ahora.

¿Entonces qué? ¿Qué necesitaba? Porque necesitaba algo. Antes no se había sentido mal por nada, pero ahora parecía estar en constante alerta, bailando sobre un suelo de pánico. Esperaba ser descubierta y eso al mismo tiempo la asustaba. No entendía nada. No entendía de dónde había salido esa cobardía, por qué tan de pronto.

Tal vez en verdad tenía algún tipo de estrés por lo de la última vez...

Tal vez necesitaba medicamentos para calmarse, para no confundir la realidad...

O tal vez todo se arreglaría cuando Scott sacara del camino a Dylan, ya que, todo había empezado con él al llegar a sus vidas, ¿no? Sí, eso era. Se preguntó entonces cómo Scott lo haría. ¿Cómo apartaría a Dylan? ¿Ya tendría un plan? Las ideas de Scott solían ser... peligrosas. Ojalá esa no lo fuera, ojalá lo solucionara rápido.

De repente, alguien llegó por detrás de ella, le enganchó una mano al brazo e interrumpió sus pensamientos. Sintió que un cuerpo masculino y bien formado se le pegó a la espalda y la retuvo con mucha discreción. Como la mente de Ruby trabajaba caóticamente ella se sobresaltó de tal manera que el líquido de su vaso salpicó su camisa.

A Ruby se le salió el alma —Acabo de ver a Keanu en el vestíbulo del edificio besándose con Nitty —le susurró alguien contra la oreja.

A Ruby le volvió el alma al cuerpo al confirmar que era Scott. Se dio vuelta y lo miró con el entrecejo hundido en indiferencia.

—¿Y qué?

Él la observó como si fuera tonta y no tuviera paciencia para sus tonterías.

—¿Y qué? —le repitió, incrédulamente enfadado, y para decir lo siguiente con confidencialidad, dio un pequeño paso adelante y bajó la voz—: Si a ese estúpido le empiezan a temblar las piernas por esa chica, la novia virtual se irá al carajo y no podremos sacarle nada. ¿Entiendes o todavía no?

Claro, Aria. Con tantas cosas en la ya inestable cabeza de Ruby, la mentira de la novia virtual había sido una pequeñez que se le había olvidado. Pero sí era importante. Seguía siendo importante porque lo que la cantidad que le había pedido a Keanu era solo el principio.

—Anda a interrumpir y separarlos —le ordenó Scott, escaso de paciencia—. Luego envíale mensajes como Aria y le recuerdas de quién debe estar enamorado.

Disimuladamente, le dio un empujón a Ruby para que se pusiera en marcha. Nadie lo vio.

Algo imposible para Ruby: desobedecer a Scott, incluso en el peor de los estados. Él era su punto débil. Así que, maquinalmente, ella asintió y avanzó por el patio para cumplir su cometido. Intentó idear una forma inteligente de separarlos, algo que no fuera una interrupción muy obvia, pero con todos sus líos y sus nervios —que joder que no se iban— terminó por elegir la interrupción sin razón solo para atacar la urgencia. Ya después atraería la atención de Keanu con algunos mensajes de Aria.

Atravesó la puerta trasera del edificio y se encaminó al vestíbulo. Justo antes de dar otro paso, por su perspectiva, sus ojos se encontraron con el espejo colgado en una de las paredes, justo a un lado del ascensor. Vio todo a través de él.

Sí, Nitty se estaba besando con alguien. Un beso lento, un tanto superficial, con buen ritmo, bien controlado.

Pero ese alguien no era Keanu como había dicho Scott.

Ese alguien era Dylan.

Al primer segundo, Ruby tuvo una explosión mental, le siguió una confusión intensa y luego una perplejidad desconcertante. Pestañeó incluso, como si eso fuese a aclarar la realidad, pero desde el desenfadado cabello azabache hasta los rasgos del perfil extremadamente atractivos, ese chico con el que Nitty se besaba en ese preciso momento era Dylan.

El Dylan por el que Lisa estaba colada. El Dylan que ella detestaba.

Lo único que se le ocurrió a Ruby fue dar la vuelta, de nuevo hacia la puerta que daba hacia el patio, pero de repente se devolvió con una idea nueva.

¿Por qué no tener una prueba de ese beso? Le podría servir para demostrarle a Lisa que su Dylan no era tan perfecto como parecía. Con una pequeña y envenenada sonrisa curvando sus labios, sacó su celular, apuntó a Dylan y a Nitty que seguían muy sumidos en el beso y tomó un par de fotos.

Se fue al patio. Dos cosas la hicieron sentirse mejor: la confirmación de que Dylan se aburriría pronto de Lisa y el hecho de que Scott se había equivocado, tal y como le había sucedido a ella en el apartamento maldito y en el espejo. Por un segundo y en un arrebato de alegría sintió que todo podía volver a ser como antes. Tendrían a Lisa de nuevo con ellos. Tendría la confianza de Scott otra vez al haber terminado lo que él quería hacer: sacar a Dylan de sus vidas. Y todo con una simple foto.

Avanzó con cierta seguridad hasta que encontró a Scott entre la gente, recargado en una pared, hablando con una chica y destilando todo su rudo y tóxico encanto. Habría interrumpido con descaro, pero era tema serio, de modo que desde cierta distancia le hizo un gesto para que él fuera hacia ella.

Scott la vio, tal vez se disculpó con la chica y se reunió con Ruby cerca de una esquina.

—¿Por qué me haces ir hasta allá por nada? —le reclamó ella al instante.

El desconcierto surcó el atractivo rostro de Scott.

—¿No los separaste?

—No tuve que hacer nada. —Ruby giró los ojos—. Mira mejor luego.

Siguió en dirección a la mesa de las botellas para reponer su bebida, pero cuando pasó junto a Scott él se le plantó frente, como si no hubiese entendido lo que ella le había dicho.

—¿Qué dices?

Ruby soltó aire con hastío. Le encantaba Scott, pero necesitaba beber algo para tratar de disminuir el estrés y él se lo estaba impidiendo.

—Que fui, pero quienes estaban muy inspirados besándose eran Dylan y Nitty. —Hizo un ademán de poca importancia—. Mira, ya no nos preocupemos por ese asunto, es obvio que está jugando con Lisa y que se va a aburrir en...

—Ruby —le interrumpió él con ferocidad—. ¿Tienes un coágulo en el cerebro o es que en verdad estás loca cómo me estás pareciendo?

Ella pestañeó, algo asombrada. Intentó una vez más explicarlo:

—Vi a Dylan...

Pero Scott volvió a interrumpirla:

—Que Dylan ni qué mierda, ¡era Keanu!

—No...

—¿No? —resopló con una risa nada divertida—. ¿Te estás oyendo?

En los ojos de Scott destelló cierto desdén. Ruby sintió que la veía como si estuviera loca, que esa era una discusión igual a la que tuvieron por teléfono debido a la fotografía, y con enojo buscó la foto tomada en su celular. Después volteó el móvil y se lo puso a Scott justo frente al rostro.

—¿Te parece que son Keanu y Nitty? —le preguntó ella, desafiante.

Scott alzó la mano en un gesto descontrolado y muy impulsivo, pero tan rápido como lo hizo, como si hubiese recordado que estaban rodeados de mucha gente, formó un puño y lo bajó con disimulo. Si alguien lo hubiese notado habría pensado que su intención sería coger a Ruby por el cuello y estamparla contra una pared.

Se limitó a acercar el rostro a ella, tenso de furia contenida.

—Son Keanu y Nitty —le susurró con los dientes apretados—.Estás actuando como una niña, ¿sabías? Y me está molestando tanto como que empieces a sacar asuntos pasados que tienen que quedar en eso, en el pasado.

Ruby pensó: oh no, no otra vez. Por un instante no quiso ver la pantalla por temor, pero en cuanto volteó el celular y vio la foto, quedó helada en su sitio. Helada y atónita. Helada y asustada.

Sí eran Nitty y Keanu.

—Pero yo vi...

—¡Lo que viste está mal! —escupió Scott aún en susurros alterados, como si fuera el límite de lo absurdo—. Y ya para de una vez, que me estoy hartando. Primero lo del apartamento y ahora esto. ¿Acaso necesitas un jodido manicomio?

Dicho eso se alejó de ella dando a entender que iba a ocuparse de algunas cosas él mismo.

A Ruby, lo último le dio como una bala en el pecho, como si con la mirada tan despectiva y las palabras tan hartas de Scott, le hubiese arrojado la realidad a la cara. En ese momento sí lo consideró: ¿Y si él tenía razón? ¿y si había confundido la realidad otra vez? Entonces también consideró otra cosa: había visto todo a través del espejo y antes también había visto algo raro en el espejo del baño...

Muy pero muy confundida a un nivel estresante y agotador que no le permitía entender nada, se frotó la frente.

Bien, Scott acababa de hacerla sentir como una loca.

Pero podía jurar que definitivamente había visto a Dylan.

A nadie más. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro