CAPITULO 01- Perdida
Quiero que tengan esto por ahora, es algo que trato de escribir pero no me llega mucho las palabras adecuadas.
Capitulo por tiempo Limitado
CAPITULO 01— Perdida
El retumbar de las campanas era el sonido que se oía a los lares de aquel parque, indicando solo dos cosa; ya es medio día o hay un evento religioso, en este caso eran ambos. Un día perfecto de lo que resultaría ser el mejor día para una chica que esperaba ansiosa dar la palabra final en esa ceremonia: el acepto.
Pero no todo era color de rosas como ella creía, dado que solo veía el rostro feliz de lo que eran familiares, amigos, conocidos, colados, pero sobre todo a su mejor amigo, Jake.
Jake para ella fue alguien que desde que lo conoció en una fiesta hace ya ocho años atrás, le cayó bien hasta llegar a donde están hoy. Tras haber mirado a todo su público, se concentró en el hombre el cual tenía a su frente, aquel que gracias a Jake conoció y lleno su vida para siempre.
Con una sonrisa pegada en su rostro, Jake, miraba a sus mejores amigos parados en el altar, mirándose fijamente el uno en el otro, susurrándose algunas palabras y sacando pequeñas —carcajadas. Pero, ¿Qué sentía en realidad? ¿Era eso lo que él quería?... ¡NO!
La verdadera intención desde el primer día que conoció a Mery no era para ser solo su amigo por largos ochos años, sino al contrario, él deseaba estar en el lugar que ocupaba su amigo, Joshep.
Por fuera, un alma solidaria que siempre mostro su lado alegre para siempre quedar bien en los lugares donde estaba ella, ser alguien que no era, talvez es fue su error. Pero algo si estaba seguro, su mayor error fue no ser directo, ser tímido, no tener valor.
El padre había llegado al final de todo ese discurso, pronuncio las ultimas frases solo para oír lo que mayormente eran la respuesta, el: si, acepto.
Todos hicieron la ovación de pie, mientras que la pareja recién casada terminaba el beso que los unía eternamente, anunciando que ya eran, uno solo.
La recién pareja casada, salía de la iglesia rumbo a su transporte que los llevaría su luna de miel, pero antes, Mery corrió y salto a los brazos de Jake, agradeció por estar con ella en el día más importante de su vida. Al momento de subirse, agarro su ramo de flores y lo lanzo atrás, se dio media vuelta para ver a la siguiente afortunada. Las flores habían llegado a su amiga Carla, la chica neutral. Todas las chicas miraron a la poseedora de aquel ramo, preocupadas ya que algunas conocen como suele ser ella en temas de amor y romance, para su fortuna no fue el caso. Carla solo sonrió levemente y se despidió con la mano de su amiga, ella devolvió el gesto y se alejó del lugar en su calabaza mágica.
Lo que para muchos eso sería el sueño de toda mujer, para Carla no era nada. Una vez terminado todo, ella volvió a su cara neutra y algo amargada, tiro el ramo y se dirigió dónde Jake.
—Ya termino, vámonos —dijo ella mientras agarraba a su amigo de su traje—. ¿Quieres ir a tomar algo? —pregunto ella dándole sacudidas—.
—Sí, claro... sería bueno cambiar de aire —respondió Jake—.
Carla sabia de los verdaderos sentimientos de su amigo, pero no quería entrometerse, además de que no le importa. Ella lo llevo a un Bar cercano, un ambiente que ya era conocido por ambos: Su escape de la realidad.
Los dos pidieron una cerveza, algo típico entre ellos. ¿Cómo llegaron a eso? Sencillo; los dos tienen una vida que detestan pero a su modo, un trabajo que detestan los llevo a donde están.
—Antes de que digas algo, espera que este mucho más ebria, no quiero oír tus lloriqueos por ella y fingir empatía — terminado lo que decía, agarro su vaso y lo tomo todo en uno—.
Pasado ya unas horas, estando ya cerca del anochecer, ambos estaban ya algo tomados de copas, más Jake que Carla. Como ella esperaba, Jake si comenzó a contar sus cosas de todo lo que lamentaba no haber hecho, de haber cometido el error de presentar a su amigo por un ataque de nervios en aquella fiesta de la Universidad.
—¡Maldición Jake! Ya me tienes cansada con la misma historia de siempre, de cómo no logras lo que quieres. Pues déjame decirte algo... es la vida real. Ya reacciona y deja de llorar, ¡lo has estado haciendo durante cuatro años, ya me canse! —ella se levantó de su banco, y estaba a punto de irse: pero no lo hizo—. Levántate, vámonos a casa.
Carla ayudo a su amigo a levantarse, salieron hasta afuera en donde ella paro un taxi. El viaje fue tranquilo, Jake se había quedado dormido, después de todo era débil a la hora de tomar, pero lo hacía de todos modos.
Una vez estado en cama, Jake solo puedo quedarse ahí y dejar que sus sueños fluyan atreves de él, como una hoja en una corriente: se deja llevar.
Este sueño en particular era algo que a menudo pasaba, era el sueño en donde él recreaba la primera vez que conoció a Mery, en donde todo salía perfecto para él, todo a su favor sin contras.
Como era su rutina de sueños, todo empezaba desde el punto en que entra a la fiesta.
El anfitrión tenia casa sola, no mejor oportunidad para hacer una fiesta de tal magnitud. Había gente de todos los grados diferentes de la Universidad, la música y el alcohol eran indispensables.
Jake llegaba junto a su amigo, era su primer fiesta por lo cual no sabía qué hacer y qué no hacer.
—Joshep, ¿Qué hago ahora? —pregunto tímido—.
—Relájate, solo hay una regla la cual necesitas saber —dijo mientras lo agarraba de los hombros— ¡No hay Reglas! —anuncio mientras habría paso a la casa y se hacían paso entre la gente—.
La primera vez, aquella primera vez en donde alguien experimenta algo ya sea de forma voluntaria o no. Este era el caso de Jake, estaba bebiendo su primer trago de cerveza, y digo trago de forma literal. Como bienvenida a la fiesta tras el anuncio de que era nuevo en estas cosas, le hicieron beber de la manguera.
El momento que su sueño añoraba era poder verla como si fuera la primera vez, pero por ahora, solo revivía ese día.
Después de algunos tragos y charla con chicos que recién conoció, Jaque se sintió algo mareado, dejo al resto del grupo muy deprisa, indicando que tenía alguna urgencia. A pasos apresurados se dirigió hasta estar en la puerta en donde indicaba el baño, solo para toparse con que ya estaba ocupada.
En las afueras de la casa, un grupo de chicas llegaba recientemente, entre ellas Carla y Mery. Las muchachas estaban por ingresar a la fiesta, pero, al momento de querer abrir el cerrojo, un chico salió todo apresurado haciendo caer a las chicas con su torpeza.
—¡Hey! ¿Qué te pasa? Mira por dónde vas.
El joven solo detuvo donde iba, se quedó mirando a la chica la cual se levantaba y se sacudía su ropa.
—Gracias, estamos bien—dijo en tono sarcástico Carla—.
—¿Eh?... ¡lo siento! No fue mi intención yo solo estaba yendo para —fue interrumpido—.
—Jake, ¿Por qué te fuiste tan de repente? — pregunto Joseph—.
Jake miraba a su amigo y a la vez miraba a la chica, hasta se podría decir que se hizo bizco por unos momentos. Una vez más, su necesidad volvió y no sabía qué hacer, así que solo hizo lo que se le viniera a la mente.
Una idea muy estúpida.
—Oye, te presento a mi amigo —una vez lo dijo, salió disparado hasta alejarse del lugar—.
Un acto demasiado tonto, no solo por el hecho de tener que botar algo, si no el hecho de siquiera conocer a la chica. Ya había perdido una oportunidad, su primera impresión.
Tras haber llegado a un árbol cerca, solo fue cuestión de segundos para que botara lo que había con sumido en su día. Estuvo unos momentos recuperándose de lo que paso, no notando la presencia de alguien en ese lugar.
—Ten, debes limpiarte.
—¡AAAHHH! —grito asustado—.
Jake con un susto en el corazón, miro a la chica y era uno de las de hace un momento.
—Soy Carla, no agradezcas —le dio un pañuelo para que se limpie y después volvió con su amiga—.
Tratando de reincorporarse nuevamente, Jake llegó justo en el momento en donde su amigo la agarraba y la metía a la fiesta. Un poco frustrado solo decidió volver y tratar de olvidar lo sucedido.
Estando ya dentro, busco con su mirada donde podría estar su amigo, caminando por los lugares y tratar de dar con él.
Antes de que pudiera hallar a su amigo, el tiempo se detuvo. Cada persona presente en aquella fiesta se encontraba completamente paralizada sin ninguna señal de movimientos bruscos o leves, pero Jake, estaba consiente, un poco asustado miro a su alrededor pero sin mover más que sus ojos.
Se quedó más congelado de lo que estaba al contemplar como en el suelo en el que estaba parado se comenzó a abrir una grieta que pasó a ser un agujero. Miro el negro abismo que se habría frente a él y de repente cayo en el. Al momento de entrar, pudo gritar y sentir todo el miedo que podía expresar. Como si se tratara de un reproductor, fragmentos de su vida comenzaron a reproducirse, como mariposas de colores en el manto negro por el que caía.
Sus citas, su juventud con ella, sus errores y hasta sus alegrías, todo referente a lo más importante para él: Mery.
Una pequeña luz emergió, dejando así de lado a la oscuridad y dando paso al futuro. Jake contemplo aquella luz que mientras más caía, sentía que su velocidad disminuía y comenzaba a oír algunas voces que mientras mas se acercaba, aumentaba su intensidad y volumen.
<<¿Si cambias el pasado, cambias el futuro?>> fue lo último que escucho antes de entrar en aquella luz. Despertó.
Con sudor en su frente que escurría sobre su rostro, Jake se levantó de su cama exaltado, asustado, miro a su alrededor y solo se preguntaba cómo había llegado a casa. Puso sus manos en su cara y los bajos lentamente hasta tenerlas en su mentón, estuvo unos minutos en esa posición pensando en que había pasado. Solo suspiro algo cansado, agarro su celular mirando la hora en donde indicaba que era poco más de la media noche. Entro a sus redes y lo primero que le salió fue una foto de Joseph y Mery juntos con una copa de vino en manos, una descripción en la foto que decía: Felizmente Casados.
Con enojo, Jake arrojo su celular contra la pared, logran do que este se rompiera en el proceso, de lo que era un dispositivo móvil, ahora eran simples piezas inservibles.
—La perdí, no pude hacerlo —volvió a recostarse; sin necesidad de hacer ruidos, lloro en silencio y dejo que aquellas pequeñas gotas fluyan de sus ojos—. Te perdí para siempre.
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