Gracias a que vi a mi niña, hoy quien es mi hija mayor, he conseguido superar esa oscuridad que tenía en mi interior.

Soy Caleb, un hombre muy afortunado, con la mejor mujer quien lleva en su vientre a nuestro bebé, y quien celebra todos los años la hermosa Navidad, con la misma ilusión de cuando era adolescente.

Mi padre Anthony ya está rehabilitado y Ava ha insistido en que viva con nosotros, somos una familia sumamente feliz y agradezco a mi Ángel, quien me ayudó desde el cielo.

Mi padre es feliz por ser abuelo por partida doble, también trabaja en la empresa, ayudándome en recursos humanos, y nos llevamos muy bien. Él adora a mis dos mujeres, Ava y Sarah. Si fuera por él se las tatuaría, aunque se lo he prohibido, ya que la idea se pasó por su mente.

Un día apareció en casa con nuestra ex vecina Margaret, quien lo cuidó mientras yo estaba en la Universidad. Y una gran sorpresa nos llevamos cuando nos la presentó como su novia, realmente me hizo muy feliz, ya que se lo merece.

El tiempo ha transcurrido y tengo en mis brazos a mi pequeña Nicol, realmente tengo miedo de sostenerla, es tan pequeña, delicada, frágil, pero Ava, Sarah y Margaret nos enseñan a mi padre y a mí como darle el biberón, cambiar pañales, cantar canciones para que se duerma, y mucho más.

Esto es lo que aprendí al estar con mi familia, si hay algo bonito de la vida, es querer todo con el corazón, a todas las personas que nos aman. Devolver el cariño que nos han brindado, es puro, tierno y lo mejor que me paso en mi vida.

Hoy es Navidad, estay estamos festejando y dando gracias por tener esta maravillosa familia, mi padre y su novia Margaret, mis tres amores, Ava, Sarah y Nicol, a quienes amo con todo mi corazón. Y dentro de un año me gustaría buscar con mi tierna esposa a un pequeño varón.

La vida ha sido muy generosa conmigo, y lo agradezco con todo el corazón.