Jugando con mis amigos comenzamos a hablar de las leyendas urbanas que envolvían nuestro pequeño barrio, a pesar de ser pocas, todas eran muy interesantes. Ese día a los 10 años de edad descubrí que el edificio donde vivía estaba construido encima de uno que colapsó hace 30 años.

Al caer la noche, todos mis amigos corrieron a sus casas y yo subí las escaleras, pues era el único de mis compañeros que se alojaba allí. Esa noche miraba a cada lado detallando cada rincón de mi edificio. Era solo de tres pisos, construcción antigua y las paredes pintadas de un color irreconocible, que para mí, era color suciedad. Me adentré en las escaleras en forma de caracol para llegar a mi casa. Mi madre me esperaba en el otro extremo con cara preocupada, era de entender, para ella era solo su pequeño niño delicado.

En el momento en que puse un pie fuera de la escalera me detuve a mirar con cautela todo a mi alrededor. Al no haber ningún piso por encima del nuestro, la escalera terminaba justo en nuestra casa por lo tanto tenía rejas a su alrededor simbolizando protección. Rodeada por cuatro paredes se situaba en el medio de la habitación, al mirar hacia abajo solo había oscuridad, simulando un agujero negro en medio del espacio.

La noche transcurrió tranquila a mi parecer. Me despertaron unos ruidos provinientes de la sala a mitad de la madrugada. La curiosidad no me dejó cerrar los ojos de nuevo así que me dirigí a serciorarme de qué se trataba.

Al llegar todo estaba tranquilo, di media vuelta y comenzó de nuevo, venía de las escaleras, las rejas que la protegían rechinaban, era como si alguien las estuviera moviendo desde abajo.

De pronto una mano salió y tomó uno de los barrotes  y comenzó a empujar. Sin saber que hacer tome unas tijeras de la encimera y traté de acertar un golpe pero cuando apunté empezó a moverse. La persona que se encontraba dejado comenzó a gritar para que le abriera y un pie salió desde la oscuridad, me avalance y le clavé las tijeras en la planta, podía ver como la sangre comenzó a caer.

Todo era un sin sentido así que corrí a la habitación de mis padres para despertarlos. Al ver mi cara de desesperación acudieron a mi encuentro y fueron conmigo hasta la habitación de los hechos. Cuando llegamos todo estaba en silencio, mis padres afirmaron que era solo una pesadilla y me llevaron a dormir con ellos.

Al día siguiente nos enteramos que nuestro vecino había aparecido desangrado y con graves contusiones en todo el cuerpo. La policía nunca descubrió cual fue la causa de muerte y yo nunca pude darle repuesta a mi interrogante, ¿esa noche quién era la persona que tanto quería entrar en nuestra casa?, ¿era el asesino?, ¿ o era mi vecino pidiendo ayuda?.