Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7 - Matar al carcelero.


María llegó a casa después de haber pasado una de sus mejores noches de su vida. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba en el sexo, desde hacía un año, desde que se casó con el cabrón que la violaba violentamente cada noche.

Pensó que Max no habría vuelto a casa, pero lamentablemente se equivocaba. La estaba esperando en el salón con una botella de ginebra en la mano, muy borracho.

El miedo se reflejó en sus ojos ante la sola idea de que él pudiese hacerle daño una vez más, y eso creó gran satisfacción en su esposo.

Metió las manos en los bolsillos de su chaqueta, tratando de reconfortarse a sí misma, y encontró en uno de ellos el accesorio del pelo con forma de cuerno que solía usar para sujetar su cabello en un moño. Se aferró a él con todas sus fuerzas mientras su marido le hacía una señal para que se acercase. Y lo hizo, porque sabía que no obedecer sería mucho peor.

–¿Dónde has estado? – se encogió de hombros y desvió la mirada al instante. Él se puso en pie y le cruzó la cara de un tortazo, antes de agarrarla del cuello y atraerla hasta él. – Eres de mi propiedad. ¡Eres mía! ¿Me oyes?

–Soy tuya – contestó, pues sabía que sólo de esa manera él la dejaría tranquila.

–Eres una zorra mentirosa, María. Nick os vio a ti y a ese policía juntos en un coche. – Tragó saliva al verse descubierta. – He tratado durante todo el año hacer salir tu verdadera naturaleza, pero la sigues escondiendo de mí. ¿Crees que me creo esta pose tuya de mujer lastimada? La pobre María a la que su familia abandonó en España. – Su cuerpo empezó a temblar debido a la rabia acumulada que llevaba dentro y eso satisfizo a Max. – Podrás engañarlos a todos, incluso a ese policía. Pero a mí no. – Apretó su agarre haciendo que la joven empezase a ahogarse. Intentó soltarse, pero él no se detuvo. – ¿Cuánto más tendré que hacerte daño antes de que saques a esa fiera que llevas dentro? – La soltó, empujándola, haciendo que ella se tambalease y cayese al suelo, sujetándose el cuello con las dos manos. Había estado a punto de morir asfixiada por ese cabrón. – ¿Cuánto más? – La agarró del pelo y tiró de su cabeza hacia atrás, haciéndole daño.

Sus lágrimas se morían por abandonar sus ojos, pero ella jamás iba a darle el gusto de que la viese tan débil.

–Quiero quebrarte, María. Lo deseo con todo mi ser – ella negó con la cabeza, tratando de soltarse. – Necesito que recuerdes quién es tu amo.

–No, Max, por favor... – suplicó, ganándose un puñetazo en la mandíbula que la hizo caer hacia atrás.

El hombre se quitó el cinturón y empezó a golpear a su mujer con él, con todas sus fuerzas. María gritó de dolor, revolcándose por el suelo, tratando de escapar, sintiendo el escozor que dejaría marca en su piel.

Con cada golpe se iba volviendo cada vez más fuerte, una gota de rabia iba desbordando el vaso que estaba lleno de tanto dolor, que de un momento a otro culminaría.

–¡Basta! ¡Basta! – gritaba sin querer soportarlo por más tiempo, porque ninguna mujer se merece algo así y menos por el hombre con el que se ha desposado.

Algo cayó de su bolsillo haciendo que ella mirase hacia el cuerno de madera con el que solía sujetarse el cabello, y antes de haber siquiera pensado en las consecuencias de sus actos lo agarró con todas sus fuerzas antes de clavárselo en la pierna a Max.

Este gritó de dolor y cayó al suelo. Pero lejos de estar enfadado con ella parecía feliz.

–Al fin sacas tus garras, zorra – premió, mientras ella sacaba el cuerno de su piel y punzaba su cuello. Él sonrió como si le encantase lo que estaba consiguiendo con aquella paliza.

–Te mataré la próxima vez que me pongas una mano encima – amenazó mientras sus lágrimas rabiosas empezaban a caer. Todo su ser temblaba, pero tenía muy claro que quería destruir al hombre que tanto daño le había hecho. – Vas a dejar que me escape ahora.

–¿Y dónde irás? – Preguntó con tranquilidad. –¿Vas a correr a refugiarte como un animal asustado a los brazos de ese policía enclenque? Ese tipo te convierte en alguien débil, ¿acaso no te das cuenta? Eres una persona fuerte ahora, has dejado caer tu careta y ... – Ella presionó la afilada punta del artilugio contra su cuello y él se detuvo. – Vete con él si quieres, pero ten clara una cosa. No importa lo lejos que huyas, te encontraré y cuando lo haga... el infierno te parecerá una tontería comparado con lo que te haré.

–No vas a ir a buscarme – contestó ella, sabiendo que la única forma en la que podría escapar sería si conseguía matar al monstruo. Pero ... era un alto precio a pagar por la libertad.

Cerró los ojos tratando de pensar en lo que haría y antes de haberse decidido recordó la oportunidad que Mike le ofrecía. Escapar juntos, una vida a su lado, su protección. ¿Por qué era tan terca como para aceptar algo tan bueno? ¿por qué no podía aferrarse a él pese a no amarle? Quizás conseguiría amarle con el tiempo.

Actuó sin pensar cuandole clavó el cuerno y le desgarró el cuello. Max se sujetó la herida con temor amorir desangrado como un cochino, mientras ella se miraba las manos cubiertasde sangre antes de salir corriendo, sin mirar atrás, sabiendo que sólo había unlugar en el que estaría a salvo.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro