Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 24. Cambio Sutíl

Ambos hombres hicieron una doble toma ante la pregunta con atónitas expresiones, y Altaïr fue el primero en mirar hacia otro lado, con una mirada prácticamente sin palabras. Mientras que Desmond parecía hacer esa expresión de "pez fuera del agua", abriendo y cerrando la boca un par de veces antes de morderse el labio inferior con nerviosismo.

—Bueno... como que quiero irme—. Bajando el tenedor, el miembro de la banda frotó su palma contra sus nudillos de una manera insegura. —Entonces, de nuevo... ya sabes... por lo general no sucede, o... — Bajando su atención a sus manos, Desmond hizo que detuvieran sus movimientos nerviosos. —...tener una cita.


Esta información pareció complacer al más delgado de los jugadores de fútbol, ​​riéndose y volteándose para mirar al marginado con una mirada expectante. Estaba tratando de ayudar a su amigo, pero no se dio cuenta de que estaba causando más problemas de los previstos.

Los ojos color miel de Desmond también se volvieron para mirar al adolescente con sudadera y capucha, quien simplemente estaba sentado allí y sus dedos jugueteaban con un pequeño hilo que sobresalía de la manga de su chaqueta. Al darse cuenta del silencio después de un minuto o dos, Altaïr volvió la cabeza para mirar a los otros tres.

—... Realmente no tengo buenos recuerdos de bailes—. Fue todo lo que pudo lograr decir, antes de sentir sus mejillas enrojecidas por la vergüenza, por lo que apartó la vista una vez más, y sus dedos continuaron jugando con la cuerda.


Al notar la vergüenza de Altaïr, Ezio golpeó levemente a su compañero de equipo en la cabeza. —A veces puedes hacer las cosas más estúpidas.

A pesar de la refutación, Ugo sonrió ampliamente. —Bueno, solo estaba pensando...

—¿Podrías sólo comer y ya? — Ezio puso los ojos en blanco y volvió a trabajar en su comida.

Eso no era algo que Ugo pudiera hacer.

—Altaïr, ¿Qué pasó con tus otros bailes?

Deteniendo los movimientos de su mano, el muchacho dejó caer sus hombros. —Lo de siempre: Vas, la selección de música apesta, la persona con la que vas te deja plantado solo... — Ante esto se encogió de hombros y tomó su tenedor para rellenarlo de arroz. Un momento después, levantando la mano con el utensilio, lo giró en círculos. —La escancia.


Suspirando, Desmond cerró los ojos y llevó su mano libre a su frente para frotarla ligeramente. —¿Conoces a Maria Thrope, verdad?

Esta mención de María llamó la atención de Ugo y asintió con la cabeza de una manera melancólica. Él frunció el ceño. —Ah, sí. ¿Fuiste con ella? No hay sorpresa allí.

—No la conozco. ¿Quién es ella? — Ezio se volvió para mirar a Altaïr y luego a Ugo. Él no solía estar seguro y enterarse de lo que pasaban con los demás, los chismes que la gente discutía a su alrededor pasaban por oídos sordos.

—No la conocerías—. Ugo le dio un codazo a Ezio con el codo.

—Es más tipo como que no te gustaría—. Suministró Desmond. Levantando su mano, hizo un gesto al marginado comiendo. —Ella y Altaïr estuvieron juntos, en cierto sentido... solo para mantener a un imbécil-...

—Roberto—. Después de dar el nombre, Altaïr volvió a ocuparse de la comida, masticándola.

—Sí, ese tipo. Altaïr no la dejaría sola, así que intervino y fue, y sí, creo que entiendes. Rompieron en una fiesta... — Girando la cabeza para mirar a su amigo. El muchacho de ojos dorados ahora cerrados, movió su mano para frotar la mitad inferior de su rostro. —...una fiesta...

—Hace unos seis meses. Me sorprende que lo recuerdes, teniendo en cuenta que estabas demasiado ocupado charlando con el Velocillo de aquí—. Altaïr luego clavó su índice en dirección a Ugo, lo que hizo que las mejillas de Desmond ardieran de color carmesí.


La mención de la fiesta, hizo que los oídos de Ezio prácticamente se activaran, casi como orejas de animal se alzándose, y pestañeó, esperando poder encontrar un punto de partida sobre la conversación. No tenía mucho sentido para él, pero entendió que Desmond y Ugo se habían conocido de antes.

—No estaba "charlando", fue una conversación normal y civilizada. Eso, y oí la bofetada. Amigo, todo el mundo guardó silencio.

—... estás mintiendo en la cuenta de la conversación.

—No es cierto. De todos modos, ¿En dónde me quedé? Oh, sí. Así que se separaron y lo siguiente que sé... — Levantando las manos, las agitó entre Ezio y el aturdido Altaïr. —Altair y Ezio sentados en un árbol-...

—Cállate, Desmond—. Alzando los hombros, Altaïr se movió para ponerse la capucha sobre su cabeza y tiró de ella un poco.

Ezio se rió entre dientes, sacudiendo la cabeza. —Déjenlo chicos, está todo rojo ahora—. El novio le ofreció a Altaïr una sonrisa y lo golpeó suavemente con el pie. —Bueno... me alegro de que ya no estés con ella—. Y dijo esto, porque la conversación había llevado a un par de chicas a acercarse para espiarlos.

Con una risa, Ugo negó con la cabeza y deliberadamente miró a las chicas con una sonrisa de "diablo atrevido". —¿Algo interesante, chicas?

Se sonrojaron, se rieron y todas se pusieron a cotillear sobre lo que acababa de pasar, como si ninguna de ellas hubiera estado allí.


Me pregunto si incluso me lo pedirá. Ir con él. No es como si pudiera ignorar la fiesta. Si no voy, todos sospecharán... Pero sólo quiero pasar tiempo con Altaïr... Ezio no parecía muy complacido cuando se apartó de las chicas a su propio lugar, pensativo.


—¡De acuerdo, todos! Salgan de aquí—. La campana sonó arriba y la maestra pareció bastante disgustada. Tal vez porque habían algunas ollas y sartenes quemados que se quedarían sin limpiar.


Moviéndose para agarrar sus cosas, Desmond cogió los cuatro platos y arrojó la poca comida que le quedaba. En realidad, no había suficiente como para llevar a almorzar o algo así. Deslizando la correa de su bolso por sobre su hombro, se abrió paso hacia la puerta.

Mientras que, por otro lado, Altaïr finalmente pudo levantar su capucha después de la vergüenza de su amigo le había hecho pasar, casi cantando "esa" canción. "K-I-S-S-I-N-G" o como se llamase. Aunque había extendido la mano para agarrarse a la parte posterior de la camisa de Ezio una vez que salieron del salón.


No fue de una manera exigente, solo el pequeño agarre de "Necesito hablar contigo". Donde si fuera cepillado no molestaría a ninguna de las partes en lo más mínimo.*

Ezio estuvo a punto de irse con el resto de la clase, pero se quedó atrás con una mirada curiosa.


Esperaron a que el resto de los estudiantes desaparecieran por el pasillo, Ugo puso una mano sobre el hombro de Desmond y se alejaron, perdiéndose de vista.


Se giró para mirar a Altaïr y luego miró a su alrededor brevemente para ver si había alguien quien fuera a escuchar. —¿Sucede algo?

Soltando la camisa de Ezio, el muchacho más bajo levantó su mirada para mirar la cara del otro, y luego deslizó sus manos a los bolsillos de su sudadera con capucha. Bajando la cabeza, deslizó el talón de su zapato en el linóleo. —Uhm... — mordiéndose el interior de la mejilla, Altaïr desvió la mirada. —No. No, en realidad no. Estaba simplemente... algo sorprendido de que no hubieras recordado la fiesta de la que Desmond habló.

Ladeó la cabeza hacia un lado en sus pensamientos, y luego frunció el ceño. —¿De qué hablas?

Altaïr luego miró directamente a la cara de Ezio con una sonrisa fingida e incómoda. —Ya sabes... cuando viste a mi ex con uno de tus compañeros de equipo... y tú estabas allí, así que...

—No es... no es eso a lo que me refiero. ¿Cómo podría olvidarme de esa fiesta? — Ezio sonrió poniendo su mano sobre el hombro de Altaïr. —Nunca olvidaré esa noche. La forma en que me ayudaste a salir de ese embarazoso "discurso" y... cómo pasamos el resto del tiempo en aquel parque.

Quitándose las manos de la chaqueta, se encogió de hombros. —De todos modos... sí, eso es todo. De verdad—. Caminando alrededor del atleta para dirigirse al pasillo, Altaïr se detuvo después de estar a un pie o dos de distancia y se volvió para mirar a Ezio una vez más. —...¿Podemos vernos después de que termine la escuela?


En cada película y cada programa de televisión que Ezio había visto alguna vez con su hermana, eso nunca fue una buena señal. ¿Algo que Altaïr no podría decir ahora? ¿Qué podría ser eso?

Se frotó la parte posterior de su cuello y parpadeó, forzando una sonrisa. —Uh... claro. ¿Dónde?


Al ver esto como una reacción, Altaïr bajó la mirada hacia la expresión feliz y forzada que el otro mostraba. —El estacionamiento... E-En tu auto—. Él se movió, sintiéndose incómodo en su propia piel por una vez. —Tengo... algo que decirte. No quiero que nadie más lo escuche—. Girando su vista hacia el pasillo donde estaba su destino, Altaïr luego miró a Ezio. —¿Te parece?

—Sí... nos encontraremos allí. Está en el lado sur hoy, no pude conseguir el lugar de estacionamiento habitual esta mañana—. Miró a su alrededor y vio que todos parecían haber ido a sus próximas clases, por lo que Ezio dio un paso adelante y besó a Altaïr. —Lo siento, solo... quería hacerlo.

El beso era algo que el muchacho más bajo no había esperado en lo más mínimo, su aliento se enganchó justo cuando el contacto se había hecho, y miró al otro con los ojos muy abiertos. Parpadeando en su estado de shock en miniatura, (sí, conmoción, viendo a ese Ezio quien sólo lo besó en el medio del pasillo) Altaïr negó con la cabeza para que su mente volviera a funcionar. —N-No, está bien.


Extendiendo una mano, se aferró a la camisa de su novio. Altaïr se sintió muy fuera de su zona de confort en ese momento y se inclinó hacia arriba mientras cerraba los ojos para luego presionar un beso casto en los labios del atleta. Soltando la camisa lentamente, Altaïr se apartó del beso de la misma manera, abriendo los ojos y sintiendo sus dientes capturar su labio inferior para morderlo mientras daba un paso atrás.

—Te... veré más tarde—. Girando sobre sus talones, se dirigió hacia donde se suponía que debía estar, con esa felicidad escondida por las sombras producidas por su capucha cual le cubrían la mitad de la cara por más de una vez desde que todo había comenzado.

Y con eso, todos los temores de Ezio se habían ido.







NOTA:

Para los amantes de esta pareja(?) He publicado primer cap el nuevo libro de retos de 28 días con la OTP, esta vez, con Ezialt;)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro