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Capítulo 22. Sadie Hawkin's [UgoDes - Extra]

(Sadie Hawkin's Dance pega muy bien con este puto fic, joder).
Este es un extra que va dentro de la historia, también escrito por la autora. Si lo desean, se lo pueden saltar.




Habían pasado unas pocas semanas desde el desastre en aquella parte posterior de la escuela. Los rumores sobre la pelea se habían reducido considerablemente, y fue reemplazado a un tema completamente diferente.

El Sadie Hawkin's Dance estaba a solo dos semanas de distancia.


Las niñas de toda la escuela tomaron la oportunidad de invitar a muchos de los muchachos populares y, en última instancia, muchas serían rechazadas, y justo antes del baile se tendrían que conformar con chicos "menos interesantes". Obviamente, Ugo y Ezio eran la primera opción para muchas chicas, pero también había habido un constante y persistente chisme en los grupos de chicas en la escuela.

Los deportistas de fútbol obviamente se habían enterado de la interacción entre Ugo y Ezio en el patio durante el almuerzo, cual había sido demasiado buena como para dejarlo pasar.

Ahora, cuando cada chica era rechazada (aún tratando de obtener los afectos de cada niño), simplemente decían algo como: "Ah, probablemente estén saliendo juntos".

Ugo había dejado en paz Ezio desde después de la pelea. De vez en cuando hablaba con él como si nada hubiera pasado, volviendo a su relación anterior de "mejor amigo". Ezio estaba muy feliz de dejar que las cosas volvieran a ser lo que solían, hablando con él cada vez que surgía la oportunidad, con agradables conversaciones que podían tener ambos, sin el incómodo coqueteo que Ugo solía incorporar en ellas.


Esa mañana, los dos ingresaron a la escuela con simpleza, y tres o cuatro chicas les pidieron salir, cada una preguntaba a uno y al otro, y cada una era rechazada.

El popular mariscal de campo tenía una buena razón para rechazar a todas las chicas, aunque no estaba del todo claro para los demás el por qué. Bueno, era Altaïr.


El anteceder era más difícil de determinar del por qué estaba rechazando a todas las chicas que se acercaban a él. Tal vez era porque no había superado a Ezio, y no abandonaría la esperanza de que hubiera una jodida ruptura entre los dos y así él saltaría directamente a tomar su "lugar legítimo". También podría deberse a que no había superado su rechazo tan fácilmente o, y esto era mucho más plausible, había encontrado interés en una persona en particular.


Su segundo período del día fue Ciencias 101. Una clase aburrida y sin incidentes, llena de términos y disecciones sin sentido. No era ciencia si una niña no gritaba "¡Ew!" o se desmayaba al ver los órganos de un animal.


Él entró, con su mochila colgado sobre un hombro. Habían asignado asientos para los jóvenes, lo que apestaba, porque Ugo probablemente se habría sentado más cerca de la ventana o en la parte posterior de la sala de clases.

El Sr. Vidic, su maestro, se mantuvo sentado en su escritorio la mayor parte del tiempo, lo que la mayoría consideraría amor por la materia. Ugo estaba seguro de que la razón era que él podría decidir a quién le joderse ese día.


Había alrededor de seis mesas en el salón, con fregaderos y quemadores instalados en los extremos.

El asiento de Ugo estaba de los segundos. Más cerca de lo que él jamás quiso de algún profesor. Caminó hacia su asiento, se sentó y se apoyó en el respaldo, levantando las patas traseras de la silla. Un suave bostezo rompió su desagradable aspecto exterior, extendió los brazos y los apoyó en la parte posterior de la cabeza, aburrido.


Los jóvenes ya habían ingresado, llenando los asientos uno a uno.


Su compañero de laboratorio, habitualmente molesto, sudoroso, antisocial y lleno de gérmenes, había sido transferido a otra escuela donde podría molestar a otro tipo que no quisiera cargar con su mierda.


—Enderézate, Moriatie.

Obedeciendo, Ugo se mordió el labio inferior y dejó caer las patas de su silla al suelo, mirando con enojo mientras Vidic se daba vuelta y se movía hacia el frente del salón.


Desmond corría, tratando de entrar antes de que sonara la campana, deslizándose desde un lado y yendo a la tercera mesa. Se dejó caer, con la cara en sus brazos que descansaban sobre la mesa, relajándose. Al parecer, ayudar a Rebecca a encontrar su iPod negro en último momento había sido una mala idea.

Bueno, al menos pudo mirar hacia arriba y ver a Ugo, incluso si era la parte de atrás de la cabeza del tipo.

La campana sonó casi el segundo que Vidic llegó al frente del salón de clases. Como un verdadero asustador.

—Hoy vamos a disecar almejas.


Estupendo. Malditos mejillones.

—Moriatie, ya que no tienes pareja, creo que necesitarás a alguien para ayudarte a pasar esta clase. Ya que tus notas ya están a punto de echarte de tu equipo.

Maldición, bastardo, hijo de puta.


—Yo puedo ayudar— Se ofreció Desmond, levantando su mano, para luego obtener miradas extrañas del resto de la clase. Quienes simplemente se quedaron mirando al chico que lentamente dejaba caer la mano para tratar de quitar la atención que tenía de ellos sobre él. —... uh...— Lentamente giró la cabeza y colocó la palma de su mano una vez levantada sobre su cabeza y alborotó un poco su cabello. Su rostro se había tornado a un rojo brillante, como si estuviera quemado por el sol debido a las miradas que continuaban perdurando.


Después de un momento, el viejo tosió en su mano y tomó su portapapeles para revisar las notas. —Bien, Sr. Miles... —, dijo arrastrando los pies, con los ojos fijos en cierta sección del papel. —... viendo que nadie más se ha ofrecido, parece que en verdad estarás ayudando a Moriatie con sus laboratorios.

Si no fuera por la multitud, Desmond habría levantado los brazos gritando un alegre: "'¡Wooh! ¡Sí!", pero viendo que ese no era el caso, simplemente obtuvo una miniatura de él mismo en su cabeza en la que hacía un "Yes Dance" animado.

Al menos ya no necesitaría lidiar con Shaun.


El sonido de la voz de Desmond hizo que una sonrisa maliciosa cruzara las facciones de Ugo, quien se inclinó hacia atrás otra vez y no dijo nada en respuesta.

—Ahora, como todos sabemos: No se juega con los implementos, no se rocía el uno al otro con el agua y no se toca absortamente nada de estas cosas con las manos sin guantos. Ahora, a trabajar.

Con eso, todos se levantaron y se dirigieron a sus estaciones de laboratorio. Desmond se levantó de la silla y se dirigió a la mesa del laboratorio tres con un cuaderno y un lápiz en la mano.

—¡Hola, Des! — Ugo giró su cuerpo para mirarlo, y movió su brazo izquierdo a su lado, apoyándolo en el escritorio del laboratorio. Miró a Desmond de manera interesada y luego bajó la mirada hacia las repugnantes almejas que tenía delante. —Supongo que estarás sentado conmigo de ahora en adelante, ¿eh?

—Oh... — Echando un vistazo con una sonrisa nerviosa, el moreno levantó una mano, sosteniendo el lápiz, y se frotó la parte posterior del cuello con nerviosismo, para luego la dejar el objeto caer. —Probablemente—. Levantó la mano y señaló los implementos en el carro frente al salón. —¿Podrías conseguir las cosas y un par de guantes?

Ladeó la cabeza hacia un lado y miró hacia el carro que señalaba al frente. A decir verdad, nunca había ido al carro para conseguir implementos. Siempre era ese mocoso quien inmediatamente se ponía de pie y lo hacía, pero no se quejó en cuanto asintió y se puso de pie, caminando hacia el frente. Cuando llegó al carro, alzó la vista y miró a Desmond desde lejos, pensando para sí mismo, antes de obligarse a concentrarse en el tema que tenía entre manos. No quería meter la pata y descubrir que tendría que cortarle la mano o algo así de estúpido.


Mientras esperaba que el otro recogiera las cosas, Desmond dejó caer su cola sobre un taburete, golpeando el borrador contra su libreta, para luego mirar la almeja. Pronto abriendo dicha libreta, comenzó a esbozar la versión primaria, intacta, de la almeja.


No tan bien como Altaïr lo hacía... pero Desmond no tomó múltiples clases de arte como su amigo.


Luego pinchó el objeto con la punta del lápiz, con las cejas inclinadas. Su pierna derecha rebotaba de manera ansiosa y la punta de su pie estaba en uno de los barrotes de la silla. Ábrelo, despacio... luego básate de la guía y sácalo para nivelar las piezas... Las esferas de color acaramelado miraron hacia la hoja y luego parpadearon en una mirada confusa. No sabía que esta cosa tenía corazón... maldición, ahora me siento mal por lo que estoy a punto de hacerlo.

Su compañero regresó a la mesa con todos los artículos designados, mirando sin interés a la almeja y colocando las cosas que había agarrado sobre la mesa frente a ellos. Volvió a apoyarse en su silla de nuevo, enfocando su atención en Desmond.

Las cosas establecidas allí, no lo obligaron a apartar la mirada del papel, al menos no aún. Está bien... sólo ábrelo... luego escríbelo, y mételo en una bolsa una vez que estemos familiarizados con él...


La forma en que su cara parecía joderse cuando pensaba era... linda. Aunque negó ante este hecho, Ugo encontró mucho del otro muchacho para resumir todo en esa sola palabra. —Entonces, ¿Cómo vas a cortarlo?

Parpadeando, él levantó la vista de la guía hacia donde estaba sentado el otro estudiante. —¿Huh? — ¿Había escuchado bien? ¿Acaso Ugo no iba a ayudar? —Espera... ¿No vas a ayudar? —. Ahora eso no tenía sentido, si es que era cierto. Haciendo tal cosa una persona, cuando se suponía que era en parejas, no se lograba nada, sólo lograría a la persona que lo hiciera solo, un dolor de cabeza, y una gran probabilidad de echar a perder todo debido al límite de tiempo. —¿Te quedarás allí y me obligarás a hacer todo el trabajo?

El estudiante de cabello oscuro parpadeó, pensando en cómo había dicho eso y sólo negó con la cabeza con una sonrisa ligera. —Lo siento, fuerza de la costumbre—. Ugo se rió entre dientes. —Luces muy tierno cuando estás enojado.


Esto causó un suave tinte de color rojo en la superficie de las mejillas de Desmond, antes de deslizar su libreta a un lado y hacer un gesto para que el otro se levantara. —Sí, bueno, esa pequeña "fuerza de la costumbre" está a punto de morir a partir de hoy. Ahora ponte unos guantes—. Incluso mientras decía esto, el hombre más pequeño se colocaba ya dicho material en sus manos y luego cogía la "aguja de disección". —Toma eso—, el adolescente señaló el bisturí, —Y abre la boca, lentamente.

El sonido de realmente hacer algo en la clase de ciencias hizo que Ugo se sintiera incómodo. No quería meterle todo a Desmond, pero su antiguo compañero usualmente hacía todo tan rápido y bien, que ni siquiera tenía que molestarse. La mayoría de las veces leía una revista o algo así. Incluso había traído un libro, disfrazado como un libro de texto de química, para leer.

A regañadientes, hizo lo que se le ordenó, poniéndose de pie y recogiendo dicho artículo. —Ahí... — Lo colocó entre la abertura y tiró hacia arriba, era mucho más difícil de lo que parecía. —¿Ahora qué?

Con la fuerza que el otro opuso sobre el molusco, Desmond casi creyó oír al pobre, muriendo, gritando de agonía. —Dije... dije "lentamente'".

Se mordió el labio en respuesta, con los ojos un poco inclinados. —Lo hice, "lentamente".


No era así. Pero Desmond decidió mantener su boca cerrada ante eso.

El chico incluso podía jurar haber escuchado un "crack", y Vidic moviéndose para levantarse.

Cogiendo rápidamente la guía, señaló dónde estaba el corazón. "E-Está bien, toma un cuaderno o... algo y escribe lo que te digo para que pueda copiarlos cuando hayas terminado—. Miró el reverso de la hoja, y luego la almeja. —... este es el corazón.


La repentina sensación de apresuramiento en el otro se transfirió a Ugo, quien era más una persona relajada a la que no le gustaba eso de desesperarse. Entonces, sacó lentamente su cuaderno de su bolso y lo abrió en una hoja de papel en blanco. Garabateó su nombre y apellido en la parte superior y luego comenzó a escribir lo que Desmond le señaló.

—Está bien... veamos... — Desmond luego colocó la aguja de disección contra la zona donde deberían estar las branquias, era la última parte que necesitaban antes de que Desmond volviera ver las notas y copiar del otro. —... las branquias. Mierda, pensé que esta cosa estaba de verdad muerta, acaba de hacer perlas... — Dijo gruñendo nervioso, retirando el equipo y lo bajarlo, antes de quitarse los guantes.

Dejando las cosas de lado luego de meter la almeja en la bolsa de plástico, Desmond luego dirigió su atención a Ugo.

—Ahora necesito ver tus apuntes—. Levantando su mano derecha, se frotó la parte posterior de su cuello mientras miraba hacia un lado de una manera tímida.

Esto es incómodo...


A su compañero le resultó extremadamente difícil no sonreír ante los murmullos de Desmond sobre la almeja, pero terminó los apuntes que Desmond le pidió que escribiera. Se tomó un momento para garabatear el nombre de Desmond al pie de sus apuntes, y comenzó a agregarle algunas cosas. Ugo se rió entre dientes mientras empujaba su cuaderno hacia Desmond.

Extendiendo la mano para tomar su propio cuaderno. El joven Miles miró hacia la almeja para rápidamente garabatear un dibujo razonable de la parte exterior e interior. Eso fue hasta que notó que el otro le estaba entregando su libreta, pero parpadeó cuando algo llamó su atención.


En la esquina inferior del cuaderno estaba el nombre —Desy— rodeado de pequeños corazones.

Ugo levantó una ceja hacia él, como para preguntarse por qué se había detenido. —Continúa, Desy. Anoté lo que me pediste.

—... eh, — Los ojos color marrón miel del chico siguieron mirándolo antes de sentir un suave tinte de color rojo en sus mejillas, —V-Vale, gracias—. Alzando su mano para tomarla, la colocó cerca del suyo, con los ojos saltando de un lado a otro, anotando lo que le había dicho al otro que garabateara en su propio papel.


Sin embargo, siguió echando un vistazo a esos pequeños corazones alrededor del nombre —Desy.

Podría... podría ser cualquier persona, seguramente. Quiero decir... "Desiderio" se puede acortar a "Desy", cruzó por su mente, obligándose a concentrarse y no ponerse rojo. ... pero él me llama "Des" o "Desy"... e incluso... Una imagen de Ugo besando su mejilla tanto en el patio como después de que la lucha resurgió en su cabeza, y luego sus mejillas se volvieron de color carmesí sin poder evitarlo.

No ayudaba a su situación en absoluto.

Estoy tan contento de no tener que entregar estos documentos. Finalmente, descifrando la palabra "branquias" Desmond le devolvió el cuaderno de Ugo con un "Gracias de nuevo" antes de pasar a recoger el equipo de disección y asegurándose de que todo estuviera en su lugar. Pronto sacó un sharpie y anotó "Lab 3, período 2" en la cinta adhesiva colocada en la bolsa. De acuerdo, eso es todo.


Recogiendo todas las cosas y colocando la bolsa Zip-Lock entre sus dientes, el estudiante de la banda verde y gorro de lana fue a llevar las cosas al frente.


Lamentablemente, Miles se olvidó de un pequeño detalle que tenían que hacer antes de entregar la almeja al profesor, así que regresó con dicha almeja y la dejó sobre la mesa del laboratorio con un suspiro derrotado. De acuerdo... no todo. Agarrando los lados del contenedor Zip-Lock, lo abrió y lentamente sacudió el mejillón muerto.

—... Olvidé que teníamos que estudiar lo real—. Le ofreció con una sonrisa nerviosa al italiano contrario.


El trabajo estaba hecho y Ugo se dejó caer en su asiento con un suave golpe, observando los movimientos de su compañero con la almeja. Apoyó el codo sobre el escritorio del laboratorio y se llevó la cabeza a la palma de la mano. Ladeó la cabeza hacia un lado y dejó que sus ojos recorrieran el cuerpo del joven muchacho.

El buen punto de Desmond estaba en la mira de Ugo, y este apenas pudo evitar poner una sonrisa maliciosa, alargando la mano para pellizcar ligeramente ese trasero perfecto.

Con toda honestidad: La víctima no había estado esperando aquel pellizco y dejó escapar un pequeño, apenas escuchado por alguien más que no estaba en su área, pío. Se volteó a su compañero de laboratorio con una expresión confusa y avergonzada, frotándose con una mano el sitio pellizcado. —¿Y-Y eso por qué?

—Mira, Des— Ugo se inclinó hacia adelante, cerrando el espacio entre Desmond y él mismo. —¿Qué tal si tú y yo vamos por una hamburguesa uno de estos días? — Sonrió, haciendo un gesto con la mano como si ayudara a hacer su punto.

—Uh... — Desmond parpadeó, algo sorprendido por esto. Realmente sorprendido. Eso y, que estaba terriblemente confundido. Robando un taburete de otro laboratorio, se sentó y buscó su cuaderno y su lápiz. —C-Claro.

Alzó una ceja en respuesta, luciendo bastante intrigado por su reacción. Ugo parecía que estaba bromeando. Su mente reflexionó sobre las posibilidades.

No lo entiendo, Presionó la parte superior del lápiz mecánico para sacar un poco de mina, para así dibujar cualquier cosa si notaba algo. ¿Primero le gusta Ezio y yo ... No sé, parece algo fuera de sí. Dejó un pequeño tip sobre papel y miró hacia la almeja. ...Me preocuparé más tarde.


—Quizá quieras estudiar tus apuntes—, señaló el moreno antes de trabajar en agregar más a su libreta.

Ugo le ofreció una sonrisa, desgarrando sus ojos de Desmond y pensando en la suavidad de eso. —Supongo que podría estudiarlos...


A pesar de que Desmond estuvo de acuerdo con la fecha, realmente no parecía que el otro iba a tomarla en serio, como había querido que fuera.


Se mordió el labio inferior, pensando en este otro chico, y pasándose los dedos por el pelo que se asomaba a los bordes de su gorro, y lentamente comenzó a garabatear en su cuaderno otra vez. Le molestaba que Ezio estuviera con ese maldito imbécil, pero no se sentía como antes. Después de la pelea, había pensado una y otra vez sobre lo sucedido y cómo Ezio se sentía.

Ezio nunca había estado tan feliz.

Y lo último que Ugo quería, era usar a alguien como un rebote, pero mentiría si dijera que el chico a su lado no le había llamado la atención. Sin embargo, había fingido olvidar el nombre de Desmond, siempre había habido una sensación persistente en el fondo de su mente. Sabía quién era Desmond y quería hacer que las cosas se movieran en la dirección correcta.


Después de un momento, Desmond miró a Ugo y luego a lo que él estaba haciendo. Bosquejos. Simples y pequeños bosquejos. —Oye, eh... podríamos, ya sabes, estudiar esto juntos... — Dijo volteando el lápiz en su mano y empujándolo contra su goma de borrar.

También puede intentar salir de la situación incómoda.


Actuando como si estuviera reflexionando sobre la idea, Ugo inclinó la cabeza hacia un lado antes de sonreírle. —¿Seguro? — Sus bosquejos y garabateos resultaron ser un intento de dibujar la cara de Desmond, pero descubrió que no le gustaba su intento arte. No había forma de que pudiera capturar la belleza como podría hacerlo el marginado ese con su libro de bocetos.

Por un momento, Desmond estuvo mirando los intentos de dibujo, y le pareció bastante lindo que el otro al menos lo intentara. Dejando que sus ojos marrones se alzaran para encontrarse con la mirada del otro, sintió que su propia sonrisa se dibujaba en sus labios. —Sí, no es gran cosa.


Bajando una mano, agarró su taburete "prestado" y se deslizó más cerca del otro muchacho, para así luego acercar el mejillón.

—Está bien, entonces... primero señalemos lo que podamos sin mirar nuestros apuntes. Y si nos quedamos atrapados, miramos, ¿Vale?

—Me parece bien—. Aprovechó la distancia que los separaba y se acercó más, inclinándose para ver qué había añadido Desmond a sus apuntes. —¿Qué quieres hacer primero?


Sintiéndose un poco más caluroso y nervioso debido a la cercanía, Desmond levantó la vista hacia las dos mitades, y luego levantó el lápiz para señalar las partes que necesitaba recordar. Miró hacia abajo para ver que la mayoría de ellas estaban en el área del musculo ductor mayor.

—...corazón, branquias, palpos, pie... — Su lápiz se balanceó en cada punto y luego se detuvo después de enumerar algunos más antes de mirar a Ugo. —¿Vas a intentarlo o no?


Ojos, orejas, labios, cara, nariz, manos, caderas, culo, po-....

—¿Quién dice que no? — Ugo rió entre dientes. —Puedo estudiarlo silenciosamente, ¿no? Además, estás señalando algunas de las cosas que no sé. Es más fácil de recordar para mí.

—Bueno... puedes, yo solo... quiero decir... — Aquí venía la cara roja de nuevo. —Solo pensé que lo estudiarías al decir las palabras—. Volviendo su atención a la almeja, el moreno se frotó la parte posterior de su cuello antes de dejar escapar una suave exhalación. Volviendo a su posición de señalar y decir lo que sabía de improviso. —... ligamento, estómago, boca...

Y luego murmuró la palabra "ano".

—Manto...— y así sucesivamente hasta que se quedó atascado en un punto, y miró hacia abajo a sus apuntes, garabateando de alguna manera para recordarlos e incluso tratando de agregar más detalles en el dibujo.


—Espera, espera. ¿Esta cosa tiene ano?— Su compañero, que acababa de comenzar a prestar atención, se centró en lo más extraño del mejillón. —¿Dónde demonios está? — No lo había visto antes y luego comenzó a revisar sus apuntes.

—... sí, tiene ano—. Oh, si solo el Sr. Vidic no estuviera tan interesado en "no insultar". Al escuchar la pregunta sobre dónde estaba, Desmond puso el lápiz un poco más cerca de dicha ubicación. —Justo aquí. Sólo hay que recordar que está cerca de la boca.


Ugo, a pesar de que estaba concentrado en este pequeño detalle, no pudo evitarlo, pero miró hacia abajo, al genial trasero de Desmond. Fue solo por un momento.

Bajando el lápiz y reclinándose en su asiento, el más bajo de los dos miró hacia el reloj. Pocos minutos más para que luego llegara la tortura en la clase de cocina, que la gente tomaba en ciertos días después de una semana o dos. No estoy deseando que llegue el momento...

Incluso si fuera necesario, Desmond simplemente odiaba esa clase.


Ahora completamente interesado en la almeja, Ugo estudiaba para averiguar qué demonios le pasaba a esa criatura que tenía un culo y no era visible. Apenas sí había pensado en el reloj que marcaba la pared.

RING, RING, RING.

La campana sonó por encima de ellos, rompiendo a los pensamientos críticos de Ugo y obligándolo a guardar sus cosas. —Nos vemos en la próxima clase, Desy—. Puso una mano en el hombro del otro y lo presionó con suavidad. Con eso, se alejó y salió de la clase con su mochila en la mano.




PD:

Hice unos pequeños doodles chantas y apresurados de Ugo versión este AU. Me he ido acostumbrando de a poco a él(??)

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