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¿Fin del Juego?

Abrí los ojos, estaba en cama, mi mirada se quedó estancada en la puerta de mi cuarto, el cruel sonido del celular, mis piernas débiles, mi frente con sudor, mi pecho aun angustiado y mi cerebro recién procesando el lugar donde estaba. 

Realmente no podía recordar que había soñado ni como había  llegado hasta mi casa. Mi vista parecía borrosa por las legañas pegadas en mis parpados y lagrimales. Trate de limpiarmelos pero seguía viendo todo nubloso. Mire el celular y muchos mensajes perdidos, trate de abrirlos pero no se podía, como si hubiera olvidado la contraseña para desbloquear el móvil. 

<<Contraseña Errónea>>

Me levante de la cama, era de día, el cielo no tenia nubes y el calor me ayudaba a recobrarme. Salí al patio y me detuve a ver el cielo y la calle, a lo mejor todo lo ocurrido habría sido un juego de mi mente, una pesadilla ultra realista. Bajé las escaleras al comedor pero no había persona alguna, la casa estaba desierta y las calles extrañamente silenciosas, como si los carros hubieran desaparecido, como si aquel día me hubiera levantado mas temprano de lo normal. Salí de casa, quería caminar, hacer algo diferente, despejarme aquella pesadilla, respirar. 

Caminé, caminé mucho, camine demasiado, tanto que mi respiración ya estaba agitada y mis muslos escaldados de tanto caminar bajo el sol. Extrañamente ya no sentía calor solo sudaba sin control y el dolor de la irritación. Paré cerca de una tienda vacía y me senté cerca de la vereda, levanté la mirada y nuevamente estaba aquella casa, ahora no se veía tan intimidante, pero sabia que nunca volvería a pisarla. mee derrumbe en la berma  a dormir.

Ya no hacia calor, mis parpados ya no sentían el sol, abrí los ojos; y todo estaba oscuro y silencioso, nuevamente las legañas obstruían mi visión.

 ¿Cuanto tiempo habrá pasado desde que me dormí?. Me limpie los lagrimales y algo se veia en lo alto, no era el cielo, era un techo, el suelo era de madera, me apoye en los antebrazos y efectivamente había una puerta delante. Nuevamente me encontraba dentro de aquella  casa.

Ya no grité por mis amigos, al fin y al cabo la ultima vez que estuve fuera no había nadie alrededor mio. Comencé a temblar instintivamente, no sabia que hacer, mi respiración comenzó a ser irregular, la impresión de estar encarcelado en algún tipo de jaula, me tubo conmocionado por un largo rato. Tal vez algún secuestrador alojado en esa casa trataba de tenerme cautivo allí. De pronto el tibio respirar al lado de mi oído y aquel susurro:

-¿Ya te diste cuenta?-

No sabia que hacer me di la vuelta, trate de ubicar de donde venia la voz, di vueltas, pero no encontraba nada, constantemente pasaba mis manos por detras de mi cabeza para al menos palpar a aquel acosador, pero nada.

-¿Aun intentas saber quien soy, quieres que te lo diga?-

Me frote los oídos fuertemente, sacudía la cabeza, me movía de un lado a otro, soltaba uno que otro sonido con la boca para probar mis oídos, definitivamente no quería escuchar nada, nada de esto debería estar pasando, no quería estar aquí para comenzar, era realmente extraño dormir y al segundo siguiente aparecer aquí como si la noche no hubiera terminado nunca, como si el juego aun continuara.

-Si te digo, vas a saber que buscarme es en vano, ¿jugaremos una vez mas?-

Resignado comencé a correr hacia la puerta, pero cada vez que trataba de alcanzarla se hacía mas lejana: -QUE DEMONIOS ERES..-

-Exacto primera respuesta correcta-

-MALDITA SEA DÉJAME SALIR-

-Déjame alimentarme primero-

-¿QUE?-

-Déjame alimentarme, necesito tragarte...-

-Esto no puede estar pasando, tu no existes, no hay nadie aquí-

-¿Estas seguro?

-Solo es mi mente, solo es mi mente, solo es mi mente..-

-Si tal vez solo sea tu mente pero mi hambre es mi naturaleza, tengo hambre, estoy aburrido, necesito jugar y comer-

-!Basta¡- Entonces, aun con mis manos tapando mis orejas, comencé a recordar como había comenzado todo esto.

Aquella noche estaba con mis amigos, les había dicho que no creía en tonterías paranormales y constantemente retaba a los espíritus, gritando frente a ellos en las iglesias, entierros, museos y hasta en mi propia casa cuando nos reuníamos de noche. Quería demostrarles y dejar en claro que no existían nada mas que lo que podía ser explicado por la ciencia, que el miedo a la oscuridad, a los fantasmas, a los aparecidos era una mentira gigante.  

Aquel día habíamos encontrado por Internet un juego,  uno de aquellos correos que uno ve y siente que son pura publicidad o estupideces de gente loca, era claro que era una mentira para captar lectores. Entonces fueron mis amigos los que decidieron que aquel seria el juego que probaríamos para demostrarme que los fantasmas existen.

<<Ya recordaste, me admira tu memoria, desgraciadamente pronto no existirá, tengo hambre>>

No podía dejar que aquella voz me distraiga, algo había sucedido en aquella ocacion que me ayudaría a salir de este lugar.

Recordé que aquel correo electrónico decía algo sobre jugar a las escondidas en una casa abandonada, que los jugadores tenían que soltar una gota de su propia sangre en cada escondite que usaran y que constantemente tenian que cambiarlo. 

También mencionaba que no tenia que gritar o hacer ruidos fuertes porque si alguno gritaba algo muy malo sucedería. Por otro lado, el que contaba estaba obligado a dejar una marca de sangre en el sitio donde comenzaba el juego y luego, en cada escondite que bucaba , soplar. Especificaba también que la manera de ganar puntos era encontrando uno por uno a los escondidos, sin embargo, detallaba  que cada vez que encontraba a alguien, este no debia ver al que contaba, solo escuchar el susurro: "seras su ofrenda"  y luego tirar tierra de cementerio en la marca de sagre. 

Recuerdo también que conseguimos todos los materiales y seguimos paso a paso aquel juego, tal cual se escibrió. Lo jugamos por lo menos dos veces antes de dejar encontrar a mis compañeros de juego,  pero como era de esperarse no habia pasado absolutamente nada, ni un fenomeno sobrenatural, ni siquiera el viento habia movido alguna cosa dentro de aquella sala y supuestamente, si seguiamos las instrucciones al pie de la letra, un ente espiritual se debería haber aparecido como espectro de luz, el cual nos consederia un deseo por cada jugador encontrado. Tenia 6 amigos y para hacer el juego mas dramático, cada vez que encontraba a uno le agregaba "Seras la ofrenda del demonio". Vaya que fue un juego divertido pero la tercera vez deje de escuchar ruido alguno además de no encontrar a nadie.

-Estas por buen camino, te puedo leer la mente-

-CÁLLATE MALDITO, REGRESA AL INFIERNO-

Entonces  una risa incontrolable comenzó a sonar por todos los rincones de aquella casa.

-Tu no crees, pero yo te hablo, tu no me vez, pero yo si te veo, tu buscas pero yo ya te encontré... .. recuerda tengo hambre-

Ya no sabia que hacer, lo único que se me ocurría era salir de aquel lugar rápidamente, tenía que liberarme de aquel espíritu.

-¿Quieres tu deseo?-

-DESEO SALIR DE ACÁ MALDITA SEA-

-Ese deseo ya se cumplió... entonces no te debo nada, tu me debes comida-

-Sigo encerrado, como que ya se cumplió-

-JA JA JA , estas fuera de todo lo que pueda mantenerte encerrado incluso fuera de tu cuerpo, no sabes mirar aún -

Entonces baje la mirada hacia mi mismo, revisé cada una de mis extremidades, pero cuando llegué al torso sentí una mano gigante acariciando mi nuca suavemente y repentinamente, esta mano, apretó con fuerza mi cabello, tanto que me hizo bajar la cabeza con los parpados cerrados. A penas me acostumbré al tirón abrí los ojos y y me vi a mi mismo, echado en el mismo sitio donde había comenzado a contar, tirado y con muchas marcas de sangre en la piel.

-Mis amigos y los tuyos te hicieron eso, siento pena por ti-

-¿Estoy muerto?-

-Estas muerto, es difícil ¿no?-

Las manos se me paralizaron, no podía hacer nada estaba muerto. Entonces, solo con la mirada, volví a explorar toda la casa. Mis amigos estaban también acostados en las esquinas de aquella sala, cada uno con un cuchillo en las manos y también con marcas de sangre.

-Ellos fueron buenos sirvientes- La voz que susurraba se iba haciendo mucho mas nítida y fuerte

-Ellos fueron muy buenos envases, pero ahora vuelvo a tener hambre y ya no me estas divirtiendo-

Di la vuelta y vi una luz muy brillante, de allí salia una figura muy luminosa y la voz de mi hombro desapareció. Levanté la mano para alcanzarla y en ella cuchillo estaba clavado, de pronto la voz volvió a aparecer:

-Esta vez eres mio-

A lo lejos, vi como la oscuridad volvía a apoderarse de todo lo existente alrededor y vi como mis brazos se desprendieron de mi cuerpo, todo sin dolor, no podía aceptarlo aún, estaba muerto y ahora sin brazos. Luego unos ojos brillaron muy tenues y mi voz comenzó a repetirse en mi cabeza todo lo que ahora estoy narrando,  una y otra y otra vez. La verdad mi sentido del tiempo había desaparecido y no sabia cuantas veces ya había contado lo mismo que estoy diciendo en estos momentos.

De la nada, comenzó un desgarrador dolor en los huecos donde estaban mis extremidades, dolor que poco a poco se iba generalizando por todo mi cuerpo, sentí que mi cabeza comenzaba a doler, mis piernas no respondían simplemente cayeron de mi torso y esta vez, el dolor de aquel desmembramiento había opacado todo lo que podía sentir o pensar. Entonces fue cuando la piel de mi cara comenzó a derretirse, más dolor y más oscuridad. 

Desperté nuevamente, ya sin algún dolor, mis ojos aun estaban legañosos y tratar de ver alrededor note que estaba dentro de aquella casa abandonada, era un día nubloso y no tenia brazos ni piernas, algo extraño sucedía conmigo, mi desesperación me llevó al grito, un grito sin significado alguno, un grito agónico y desesperado de no saber que diablos estaba pasando entonces sentí un susurrar en mi hombro:

-¡¿QUIERES JUGAR DE NUEVO?!, TENGO MAS HAMBRE- Cerré los ojos.

Eran las 10 de la noche no se podía ver bien, es muy difícil tratar de buscar en un lugar así, la verdad, no se si por negación o por inocencia, no sabia el como había llegado aquí y peor aun estar jugando a algún tipo de juego. Me sentía manipulado.

  -¡Eh! ¿Alguien? ... ¡Ya los vi!- Grité para ver si alguno caía en mi trampa y sacaba la cabeza, pero nadie respondía, sólo risas y objetos moviéndose en el silencio. .... 


-FIN-



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