El viento sopla fiero, sin remordimiento, levantando a su paso una capa de polvo que se eleva al cabalgar de un semental azabache que lleva en la silla atada a su lomo un jinete alfa, un humilde mozo criado en el campo que ha cabalgado largas horas para llegar a ver el último suspiro del hombre que le dio la vida.

El líder de la casa Ganan del norte, Lee Jaebum, un arrogante alfa puro dedicado a producir dinero únicamente para su satisfacción, su hijo único de nombre Minho es el desafortunado bastardo de su abuso a un joven omega, sirviente de su casa.

Aquel jinete por fin llegó a su destino, bajo del caballo y caminó entre los campesinos hasta que por fin llegó a la puerta de la gran casa, las sirvientas le abrieron las puertas y le guiaron hasta la habitación de su padre, quien ya se encuentra en su lecho de muerte.

El cura del pueblo, un beta muy respetado, le extiende al deteriorado alfa un escrito notificado por las autoridades del reino, Minho deslizó su mirada fría y calculadora sobre el hombre postrado en la cama, sus mismos ojos desconfiados miraron al cura y después al escrito, Jaebum tomaba en su temblorosa mano la pluma para finalmente firmar el escrito que oficializa a Minho como su único hijo, ya no será solo Minho, un alfa sin familia, ahora será Lee Minho, el hijo del señor del territorio de Ganan.

—Ahora puedes marchar en paz, Jaebum, has entregado a tu hijo lo que le corresponde, Dios será piadoso con tu alma y tal vez te ofrezca el perdón, —el cura miró al joven alfa, ahora de apellido Lee, y dijo, —puedes hablar con tu hijo, dile lo mucho que te arrepientes por todo el daño que le has hecho.

Entonces un recuerdo vago sobre el moribundo hombre que se dice su padre llegó a la memoria de Minho, el tipo blandía su látigo, orgulloso y riendo mientras Minho sufría el ardor insoportable mezclado con punzante dolor en la piel joven de su espalda, sus lágrimas caigan en grandes gotas al suelo, Jaebum azotaba su espalda una y otra vez gritándole que era un bastardo inservible. Su recuerdo terminó.

Minho desvió la mirada cuando Jaebum le llamó en un susurro, es su padre, pero que cruel padre le ha tocado, sin embargo, su corazón no es rencoroso así que con pasos cautelosos se acercó poco a poco, temiendo que en cualquier momento el hombre levantara su látigo para golpearlo incluso en su lecho de muerte, pero no fue así.

Jaebum le llamó de nuevo, Minho podía ver la suplica en sus ojos, pero antes de que pudiera pedirle perdón por todo el daño que le causo a lo largo de su vida el hombre exhaló su último aliento y abandono la tierra de los vivos.

—Debes saber, Minho, que tu padre estaba muy arrepentido de to-

—Lo sé padre, —interrumpió Minho con rapidez no queriendo escuchar más, —sé bien que este hombre necesitaba mi perdón para morir en paz y lo tiene, a pesar de todo era mi padre.

...

Un joven oficial militar acelera el paso a través de la oscuridad de la noche, a su lado camina con sigilo su leal amigo y compinche de fechorías, ambos alfas llevan el corazón latiendo tan fuerte y rápido que temen que en cualquier momento se escapen de sus pechos, el oficial Choi Yeonjun y su fiel camarada el teniente Hwang Hyunjin, ambos valerosos soldados, valientes y audaces.

Giran a la izquierda y se ayudan para saltar un muro de ladrillos rojos cubiertos de preciosas enredaderas con flores, una vez al otro lado del muro, ambos amigos corren entre las plantas del gran jardín para llegar a la ventana especial, la ventana donde esperan sus grandes amores, Han Ryujin y Han Jisung.

—Shh... —se escuchó la voz de Jisung, Hyunjin sonrió de oreja a oreja al escuchar la dulce voz de su amado omega. —Ryujin no te desesperes, ellos deben estar por llegar, —volvió a escucharse esa misma voz, Yeonjun y Hyunjin se miraron cómplices y listos para mostrarse antes sus amores, primero fue Yeonjun quien tocó la ventana, Jisung abrió cauteloso y el joven militar se metió en la habitación moviendo dos de los barrotes desoldados de la reja que cubre la ventana, el joven militar, una vez dentro, corrió a los brazos de su omega y Jisung solo pudo sonreír feliz al ver a su hermana menor tan llena de vida.

—Disculpe, joven mozo, —dijo Hyunjin al otro lado de los barrotes.

—Si, mi teniente, —respondió Jisung con su mirada coqueta.

—¿Me permitiría usted entrar en su habitación para llenarle de besos el cuerpo entero? —preguntó Hyunjin con su sonrisa juguetona y sus ojos oscuros como la noche.

Jisung soltó una risa silenciosa y dijo, —que atrevida propuesta, señor teniente, muy atrevida, pero más tentadora, por favor pase usted y cumpla su propuesta.

Finalmente, Hyunjin movió los barrotes sueltos de la reja para adentrarse en la habitación de Jisung, cuando por fin estuvo dentro, Hyunjin abrazó a su lindo omega castaño, la suavidad de sus pieles se rozaron perfectamente, listos para unirse en un prohibido beso, Jisung se levantó sobre la punta de sus pies y finalmente llegó a los labios del militar, Hyunjin le tomó del cabello y se besaron como si hubieran pasado siglos desde que se vieron y no dos días.

Ambos hermanos estuvieron felices, hablando tan cauteloso como podían, si los descubren sería la deshonra de su familia.

Pasadas las dos de la mañana, los alfas abandonaron la habitación del omega mayor y regresaron al cuartel para descansar lo que resta de la madrugada.

Jisung y Ryujin también se despidieron en silencio, la omega menor regresó a su habitación desbordando felicidad y ese clásico olor a tierra fina del bosque y algo de almendras, el olor de su alfa.

En cambio, Jisung respiro el afrodisiaco cítrico mezclado con algo de miel, no es un olor común para un alfa, sin embargo, es el olor perfecto para Jisung, Hyunjin es perfecto para él.

...

—Alguien tiene que darme explicaciones de porque había dos alfas rondando la casa, —gritó Han Sohyun, —y por que casualmente el olor que los guardias dijeron que pertenecía a uno de esos alfas está impregnado en tu bata de dormir, ¡Han Ryujin.!

La menor bajo la mirada totalmente intimidad, su madre es una beta de carácter fuerte y por su manera firme de ser, podría confundirse con una alfa.

—Madre, por favor deja que te expliquemos, —trató de suavizar Jisung, pero la mujer estaba furiosa.

—Les he criado a ambos para que sean omegas firmes y correctos, no puedo creer que se atrevan a denigrar el apellido Han como si fuera nada, estaba tan feliz de que ambos fuera omegas, pensé que podía criar a dos perfectos prospectos de omegas elegantes, refinados y así se case por lo menos uno de ustedes con un líder de alguno de los territorios de reino, —la mujer suspiró dolida, sus embarazos no fueron nada fáciles al ser una beta, primero fue difícil que quedara embarazada y la labor de parto demasiado dolorosa —¿Quién podría querer a un omega usado ahora?

—Madre le aseguro que seguimos siendo vírgenes. —Replicó Jisung de nuevo.

—Pues más les vale, porque el Rey Wang hará un banquete especial para nombrar a los sucesores de los territorios del reino, y este año no voy a dejar que su padre intervenga, este año deben seducir a uno de los nuevo líderes para casarse, —la mujer les miraba con desprecio, —Dios, niños, los cultivos de las tierras de la familia necesitan una alta cantidad de fertilizante para que por fin logremos vender la cosecha, necesitamos dinero, así que les recomiendo que se vayan olvidando de esos alfas de clase baja que no tienen ni la mitad de lo que uno de los líderes.

—Madre, ya estoy en casa, —habló Jinyoung, el hijo mayor de la familia Han, —hermanitos, hola.

—Oh, hijo dime por favor que lograste investigar quienes serán los nuevos líderes, necesitamos casar a uno de tus hermanos con un líder pronto o lo perderemos todo.

Jinyoung y Sohyun se perdieron entre los pasillos de la mansión Han.

—Jisung, no quiero casarme, —dijo Ryujin con lágrimas en sus ojos, —no quiero dejar a Yeonjun, el no tiene dinero y mamá solo quiere que nos casemos con alguien que nos salve de la ruina.

Jisung abrazó con fuerza a su hermana, podía sentir la tristeza en su olor, ya no era el suave olor a lindas rosas de primavera, ahora era un aroma agrío, —lo sé bonita, yo tampoco quiero dejar a Hyunjin.

...

—¿Investigaste quienes son los alfas que vienen a visitar a tu hermanos, —Jinyoung le sonrió a su madre.

—Por supuesto madre, son dos militares, un oficial y un teniente del cuartel veintidós, muertos de hambre que no tiene ni para mantenerse solos, viven en el cuartel, no son peligrosos, con un par de llamadas podemos hacer que se vayan.

—No tenemos dinero.

—Entonces, déjame pensar en algo para mantenerlos a raya.

—Tú también deberías casarte, que seas alfa no quiere decir que puedas hacer lo que te dé la gana. —replicó la mujer con cansancio.

—No te preocupes madre, lo haré, algún día.

...

—Mi señor Lee Minho, es un placer conocerlo, bienvenido a su casa, —recibió uno de los sirvientes en la puerta principal de la mansión Lee ubicada en la capital, Minho sonrió al hombre y se adentró en la casa.

—Vaya, ahora serás un líder, quien lo diría, —se burlo un alfa dos años mayor que Minho, aura imponente un aroma sencillo pero fuerte, cabello rubio, Bang Chan.

Minho se giró hacia su amigo y le sonrió con algo de tristeza en sus ojos.

—Sabes que no me gusta la atención y eso de los títulos que ofrece el reino, pero mi padre me reconoció como su hijo y ya que el era el líder, es mi deber tomar el mando, —el pelinegro suspiró con cansancio, su padre era un hombre muy controlador que mantenía atemorizado al pueblo de Ganan, Minho desea cambiar eso.

—Serás un buen líder, el territorio de Ganan no podría tener mejor líder que tú, Jebum era un completo tirano, —los alfas se sentaron en la sala de la enorme casa.

Minho viajó a la capital del reino, el Rey Wang le envió una carta solicitando su presencia en el palacio para hacer oficial su nombramiento como líder de Ganan, uno de los dos territorios de las tierras del norte.

Al joven alfa no le gustan los bailes ni nada por el estilo, prefería que se le nombrara a través de un escrito, pero aprovecharía el viaje a la capital para arreglar algunos asuntos con los proveedores que le venden ciertas cosas a su pueblo, mirando los libros de contabilidad de su padre encontró cosas que no le agradaron.

—¿Sabes que deberías hacer en este viaje también? —comentó Chan con una mirada coqueta.

—¿Buscar pareja? —Minho respondió lo obvio, Chan asintió, —no lo sé, no creo que me guste algunos de estos omegas arrogantes criados por familias ricas, prefiero a alguien como... Felix, es el hijo de la mano derecha de mi padre, nos conocemos desde niños.

Chan frunció el ceño, —Felix no te gusta para nada, tú mismo lo has dicho.

—Es que crecimos juntos, lo veo como un hermano...

Chan sonrió en respuesta.

—Mi señor, —llamó una sirvienta, —los señores proveedores están aquí, —Minho asintió y se levantó junto a Chan para hablar con los invitados.

...

—Sonrían, —gesticulaba Sohyun con fastidio a sus hijos menores, —me costó mucho trabajo darlos a luz como para que no me traigan ningún beneficio, recuerden que hoy deben seducir a uno de los nuevos líderes.

Gente de los cinco territorios del Reino de Corea llegaban al gran salón, alfas, omegas y betas de todas las edades, esta noche se nombrarían a tres nuevos líderes debido a diferentes circunstancias.

Entre el bullicio también se encuentra una unidad especial como protección para el rey, los rebeldes siempre se mantienen alerta, podrían atacar en cualquier momento.

Jisung y Ryujin se forzaban a sonreír ante los integrantes de la alta sociedad, las reuniones del rey siempre son algo extravagantes y excesivamente grandes, con gente de todos lados, la mezcla de olores era algo entre abrumador y exquisito.

Sohyun les obligo a tomar un par de pastillas que intensifican el olor omega, la mujer está urgida por hacer que sus hijos atrapen a un nuevo líder.

Los hermanos se sentía incómodos, deseando ir y acurrucarse contra el cuello de sus alfas, Hyunjin y Yeonjun se mantenía a varios metros de distancia, los alfas agradecían haber sido seleccionados para la unidad que se encargaría de la protección del baile.

El Rey Wang apareció por fin entre las largas cortinas negras para caminar fuerte e imponente hasta su dorado trono, la corona de diamantes color negro en su cabeza le hacía lucir como el poderoso alfa que es.

—Sean todos bienvenidos al nombramiento de mis nuevos líderes, —el bullicio de alegría se oyó por todo el lugar, más Jackson hizo ademán de silencio y el ruido abandonó el salón, —pero no todo es felicidad, quiero dar mi más sentido pésame a los alfas, Lee Minho y Seo Changbin por la repentina muerte de sus padres, ambos hombres cuidaban el norte como si fuera incluso más importante que sus familias, —el murmuro de la gente no se hizo esperar, algunos comentaban que era una pena perder tan buenos líderes, pero otros solo decían cosas como que Lee Jebum jamás había presentado a su hijo. —Demos inicio a la ceremonia, —oficializó el rey, Minho, Changbin y Soobin se acercaron al trono, el rey comenzó con el juramento para nombrarlos nuevos líderes y al terminar la celebración dio inicio.

—Comienzo a creer que debí traer a Felix conmigo, —dijo Minho después de un largo rato sentado en su mesa junto a Chan, no había mucha gente de su pueblo, uno que otro alfa o beta de buena posición, pero nadie que él conociera.

—Lo que deberías hacer es ir e invitar a bailar a algún omega, por allá hay unos que no te quitan la mirada de encima.

Minho le sonrió a Chan, —Lo sé, es que soy tan guapo.

—No, eres un líder joven y soltero, eres como un conejo frente a una manda de leones, muchas de estas familias ricas te querrán como alfa de sus hijos omegas.

Minho lo sabía, estos bailes no eran más que una farsa para que las familias ricas atraparan a algún líder y obtener todos los beneficios para su familia.

Una beta de rostro amable se acercó a la mesa, —mi señor, soy Han Sohyun—saludo con una reverencia, Minho asintió por el gesto, —disculpe el atrevimiento, pero lo he notado tan solo aquí sentado que me pereció prudente ofrecerle la compañía de uno de mis hijos.

Chan miró a otro lado tratando de contener su risa ante la expresión de desagrado de Minho.

—Lo siento señora Han, pero debo negarme, no quisiera que obligara a uno de sus hijos a hacerme compañía, —dijo sincero notando como la beta palidecía.

Sohyun se recuperó en segundos y mostrando una nueva sonrisa negó con cuidado, —le aseguro que mis hijos estarán felices de complacerlo.

—En ese caso, —se metió Chan, —está bien que venga uno de ellos, igual y estás algo aburrido, Minho.

Minho le miró con desagrado.

La beta asintió y dio la vuelta para buscar a Ryujin.

—Eres un idiota.

—Te mereces algo de buena compañía.

...

—¿A dónde vamos? —preguntó Jisung a Ryujin, la chica lo arrastro fuera del salón en cuanto su madre se encaminó a hablar con el líder de Ganan.

—Jisung... yo... —Ryujin se detuvo entre un par de cerezos, —hermano voy a escapar con Yeonjun.

—¡¿Te volviste loca?! Mamá te buscará hasta debajo de las pierdas. —replicó Jisung.

—No, Jisung, sabes que papá está muy enfermo y mamá ya no tiene tantos recursos como para gastarlos buscándome, es el momento perfecto.

—Porque papá está enfermo es que debes quedarte, —Jisung ya estaba llorando, Ryujin le acompañaba.

—Jisung no quiero que me obliguen a casarme con un o una alfa que no amo, —lloró la omega, Jisung podía entenderlo, pero no quería dejar ir a su hermana.

Un Yeonjun agitado y con dos maletas en sus manos llegó hasta ellos.

—¿Lista? —preguntó el alfa a su omega.

Jisung lo miró incrédulo, —¡Lo tenías planeado! —Ryujin asintió sin palabras.

—Lo siento, —lloró ella, —lucha por lo que amas Jisung, yo estoy haciendo lo mismo, —y sin esperar respuesta de su hermano, la omega corrió junto a su alfa, una carreta con dos caballos ya los esperaba en la calle, Jisung se tiró sobre el verde pasto del jardín real, su hermana se fue como si nada.