Capítulo 16.

Cada vez que Tom aparecía sentía como mis nervios subían dentro de mi, y todo por esa escena, así que evitaba estar en una habitación a solas con él.

Desde que había pasado eso, me di cuenta que Lucas no era el mismo tampoco. Sospechaba de algo y lo sabía.

No se de que me estoy preocupando, porque se que yo, no siento nada por Tom.

- Jenn, ¿Jenn? - alguien me llamo y baje mi mirada. La pequeña Lilly estaba al lado mío con un libro en su mano - ya lo he terminado, lo he leído todo yo solita.

- que bien, Lilly. Que orgullosa que estoy. - le di una pequeña sonrisa y me dirigí con ella para guardarlo.

Mi día de trabajo termino y me dirigí hacia el departamento sin antes despedirme de todos.

Al llegar me tire en el sofá al lado de mi hermano, quien me miró confundido.

- ¿estas bien?

- si, estoy algo cansada no más. De la rutina. - me encogí de hombros.

- ¿sabes lo que necesitas? - lo mire y éste me sonrió - un día en la playa.

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- Haz, no puedo creer que me hayas convencido de venir a la playa a las ocho de la noche.

- vamos, no es tan malo. Las estrellas, la luna.

- la oscuridad... creo que escuche algo por allá - dije señalando hacia atrás juntándome más a Haz.

Mientras comía una manzana que Haz había traído, algo me tocó los hombros y solté y gritó agudo.

Haz se empezó a reír y miré hacia atrás con una mano en el pecho por el susto.

- ¡Tom! - lo golpee levemente en la rodilla ya que estaba parado al lado mío.

- perdón, la tentación me gano - se echo a reír junto con Harrison.

- ¿en algún momento se ponen a pensar en dos se ven en diez años? - pregunto Haz de la nada.

Yo me encogí de hombros - lo he pensando varias veces, espero ser feliz con lo que termine haciendo.

- yo también, - siguió Tom - espero poder haber protagonizado una película.

- yo no se donde me veo en diez años, mierda, ni se donde me veo en unas semanas - dijo Haz con cara de preocupación. Yo me reí ante su cara.

- mucha gente no sabe ni lo que quiere hacer y tiene 50 años. Lo importante es que sigas el camino de lo que te haga feliz - dije sonriendo y Tom asintió.

- espero que tengas razón, porque si no, no quiero ser un señor de 50 años que sigue viviendo con su hermana.

- ¡Ey! - Tom se rio junto a Harrison - eres un idiota, ¿lo sabes verdad?

- está bueno ser llamado idiota de una vez en cuando.

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Narra Tom.

- hoy les toca hacer la cena a ustedes dos - dijo Harrison una vez que entramos al departamento.

- ¿Eh? Yo la hice hace dos días.

- y yo la hice estos dos días.

Jenn entrecerró sus ojos y me miró a mi.

- estamos condenados.

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- ¿estará bien ésta cantidad de fideos para los tres? - dijo Jenn mirando la cacerola en el fuego.

- creo que si - dije acercándome a ella y colocando por detrás - si no pon el paquete entero, sobrará para mañana - Jenn asintió y dejó caer los fideos que sobraban del paquete.

Al prepara la salsa, no podía dejar de ver con Jenn miraba atentamente los fideos como se revolvían. Tenía su boca levemente abierta y su mano estaba apoyada en la mesada, dejando caer el peso en ésta.

Volví mi mirada hacia la salsa casi obligándome. Había algo en Jenn que no me dejaba parar de mirarla.

Desde la situación de Romeo y Julieta, habíamos evitado el contacto el uno con el otro. Obviamente, nos seguíamos hablando. Pero al estar solos en una habitación era súper incomodo, y terminaba alguno de los dos yéndose dejando al otro solo.

- ¿quieres que corte unas cebollas para la salsa mientras vos mezclas? - Jenn me saco de mis pensamientos.

- claro - dije mirando la salsa mientras se mezclaba.

Jenn empezó a contar las cebollas y note como algunas lágrimas caían por su rostro.

- ¡malditas cebollas! - dijo riendo mientras se limpiaba las lágrimas de sus mejillas.

- ¡no llores! - dije dramáticamente y reí.

Jenn rió y termino de costar las cebolla - Ay, si que son fuertes estas cebollas. No puedo parar - decía mientras alejaba el plato de las cebollas cortadas.

- si que son unas malditos esas cebollas - dije siguiendo con mi dramatismo - dígame, doncella, que podré hacer para que se sienta mejor - Jenn rió y negó con la cabeza.

- Por favor, termine la salsa que se está por pasar y los fideos se van a enfriar - dijo Jenn imitando mi tono y rió. Baje mi mirada hacia la salsa y era verdad. Ya estaba lista y si seguía mezclando se iba a pasar.

- ¡ya está la cena! - gritó Jenn desde el comedor para arriba.

A los segundos Harrison bajo y se sentó en la mesa.

Jenn se inclinó para poner los platos y mi visto se bajo por sus pantalones.

¡Maldita sea Tom! ¡Contrólate!

Necesitas de alguna manera u otra, sacar esto de tu sistema.