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Proteger-Capitulo 10

Y Aquino comprendió que como todo lo consiguió por un segundo, en el mismo segundo lo perdió.

El corazón sin parar de bombear, la respiración agitada, la escasa conciencia, los murmullos de la gente al rededor y las lágrimas que inundaban sus cachetes, cayendo al suelo durante un tiempo prolongado.

Y tal como hace 12 años, las ambulancias y la policía parada en la puerta de su casa.
Apenas podía tomar consciencia de todo lo que pasaba, apenas había llegado corriendo hacia su hogar y era lo primero con lo que se encontraba. La fractura de su corazón no era algo que los médicos pudieran analizar y deducir, mucho menos ahora que se acaba de romper en pedazos.

Ese grito. Aquel grito tan abrumante y desgarrador que se guardo cuando pasó lo que ocurrió hace 12 años aún seguía guardado entre su garganta. Haciéndose dentro de la garganta de Aquino más fuerte, llegando a retorcer más de lo común aquel grito guardado en lo profundo de sus secretos y sentimientos.
Y ahora.
Ese grito, aquel grito que escondió durante 12 años. Salió.
Liberando en el proceso toda aquella carga que estuvo cargando durante años. Se sintió placentero liberar ese dolor acumulado. Sin embargo, no lo suficiente para calmar el dolor interno de Aquino.

Las personas que se asomaban para ver el escándalo que se formaba por todo el lugar era sorprendente. Parecía que toda la ciudad había llegado al lugar solo para ver lo que pasaba, aún si no tuviesen vecinos, claramente su casa es una zona reconocida por donde pasa la mayoría de las personas.
Pronto los reporteros llegaron, estos mismo se encargaron de rodear a Aquino, interfiriendo poder ver entre tantos reporteros a su omega que ahora salía en camilla de la casa. Ahora la pregunta que abunda en su cabeza es en lo que fue que pasó.

No había tanto tiempo para pensar. Sus impulsos lo hicieron empujar a todos los reporteros he ir hacia su omega aún con lágrimas rebalsando de sus ojos..
Su rostro estaba más pálido de lo normal, aquellos ojos que tanto suele mirar están cerrados. Su respiración lenta que parecía que se quedaba sin aire, y una gran sonrisa en sus labios. Aquino por primera vez en su vida estaba empezando a sobre-pensar ¿Porqué sonríe?¿De verdad es capaz de dejarme de está manera? ¿Porqué?
Y se dio cuenta como en el lugar que debería estar el enlace, no había más que sangre y aparentemente una acuchillada que es el causante del destino de muerte o vida de su omega.

Odia sentirse de esta manera. Saber que no lo pudo proteger y que estuvo en otros caminos le daba decepción así mismo.
El compromiso ahora se debía aplazar, aún recuerda esos días en los cuales comparten un almuerzo juntos, del como jugaban entre ellos con la comida. Recuerda como se reían cuando iban a la casa de sus padres y su mamá trataba de adaptarse a sus caricias con rostro de semi incomodidad cuando se daban cariños de más, del cuando tuvieron hace unos años su último comparte de intimidad, cuando se tomaban de las manos debajo de las carpetas en las que se sentaban.

Todo aquello había acabado. Quizás lo único que quiso el destino fue herirlo más con el sentimiento que lo hacía más débil, aunque ante todo no se arrepentía de haberlo conocido, nunca lo haría. Fue, es y será el amor con el que pasará el resto de su vida, no habrán más amores después de él, nunca lo haría, jamás. Eso sería un insulto a todo lo que vivió con él.

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Aquino: Hey!! Tierra llamando a chico raro!

Duxo: Duxo para tu información,¿Y por qué tardaste demasiado, no encontrabas tus calcetines o que?

Aquino:¿¡De que hablas!? ¡si termine con mi novia por culpa tuya!

Duxo: Celos de chicas?

Aquino: Celos que cualquier beta o omega tendría

Duxo: Y que los alfas no?

Aquino: Te estás comparando omega debilucho?

Duxo: Debilucho son tus sentimientos, Pendejo!

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Era un recuerdo de hace tantos años que lo hizo que más que llorar, por dentro esa herida en su corazón se expande, si llega a tocar un punto más débil del que ya, Aquino podría terminar muriendo en vida, ya no habría rescate para su corazón, no habría doctor milagroso quien cure esa herida.
¿Aquellos momentos de intimidad que tuvo con su pareja esos años terminarían siendo los últimos?
Aquino tenía tanto que probar aún de Duxo, y si se le decían que eso ha acabado, el simplemente por falta agua morirá. Nunca se imagina su vida sin Duxo, siempre pensó que estaría allí para él, que no pasaría nada, que toco ocurriría tal y como lo planeo, tal y como siempre lo pensó.

En un cambio de escena. Aquino ahora se encuentra preocupado dando vueltas por la sala de espera del hospital. Todas sus esperanzas iban directamente hacía el doctor, si el doctor no le daba buenas noticias, probablemente deberían llamar a la policía por un posible asesinato. Pero hasta eso, debía esperar pacientemente en su lugar, algo que Aquino aparentemente no conocía, porque cada que pasaba un doctor preguntaba por Duxo. Sinceramente casi llaman a seguridad para sacarlo del lugar, aunque, afortunadamente no sucedió gracias al doctor encargado de Duxo que dio a conocer la situación de Aquino.

Las horas pasan, y Aquino no obtiene respuestas hasta ahora. Son las 4 de la mañana pero Aquino no siente tener inicios de querer dormir o descansar en la silla de la sala de espera, le parecía innecesario usarla porque por sus nervios no se podía quedar quieto en un solo lugar.
Vio como un doctor se dirigía hacia él, sus ojos palpitaron y sus lagrimas quisieron salir de por fin después de tanto tiempo tendría una respuesta, su emoción se notaba y prácticamente no podía respirar bien.

El doctor se le acercó, se puso delante de él y sacándose el cubrebocas vio un rostro que no le gustaba.

Aquino: Doctor.. Mi-, Duxo está...?

Doctor: Él...

El doctor dio un suspiro que hacía que el mundo de Aquino se derrumbara.

Aquino: D-Doctor, él está..?

No quería que le dijera que el amor de su vida había muerto, en cambio quería escuchar un...

Doctor: Él está bien..

Aquino no pudo evitar sonreír ampliamente mientras el doctor se acomodaba su bata con aún esa expresión es su rostro

Doctor. Verá, joven Aquino.. Duxo, él apenas pudo sobrevivir. Ahora está vivo y su corazón late pero con pereza, no puede pasar a verlo ahora, pero tampoco le puedo asegurar que después de unas horas permanezca vivo. Porque él está caminando entre la cuerda floja de vida o muerte. Será mejor que venga mañana para poder verlo, si lo ve ahora podría causar un gran impacto en él y podría morir

Aquino se volvió a sentir vacío, y con mucho dolor en su corazón se dirigió a casa.
Cuando llegó no pudo sentir más que el frio viento que lo recorrió solo, abrazando con esa brisa tan.. helada, sintiendo su soledad, que podría ser habitual.

Al final, no lo pudo proteger.

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1200 palabras

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Hasta nuevo aviso!

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