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Consuelo-Capitulo 12

Una oleada de calor recorría su cuerpo, sus ojos permanecieron cerrados mientras suspira jadeando entre respiros ahogados y pesados. El color amatista de sus ojos lucen palpitados y ahora lo único que quiere es tener a su alfa con él, pero el no está, pues fue el mismo quien lo botó. Mentiría, si dijera que no lo quería pese a todo, por que él sabía que le pertenece a él y solo a ese alfa, era doloroso, pero lastimosamente su lobo ya se había retractado a tener contacto con otros alfas del lugar, sabe que irse a lugares como esos no era la mejor idea que digamos.

Lo único que quiso desde que llegó entonces solo era volver a su casa, pero ahí estaba Aquino, ¿como podría al menos mirarlo a los ojos después de todo lo que pasó?, mucho peor si está en ciclo de celo y hace que el lobo interior del otro se descontrole. Hacia ya hace rato que otros alfas se le han acercado, pero Duxo al rechazarlos por capricho de su lobo y la marca aún permanente en su cuello fue impedimento de proseguir con el omega. Duxo sabe que tipo de alfa es Aquino, se había sacado el premio gordo pero al mismo tiempo no. Todos  a pesar de que esté en celo no se atrevían a tocarlo, mirarlo oh siquiera pegarle sus feromonas, todos tenían un miedo irremediable a tan solo la mordida que yacía en su cuello con unas cuantas cicatrices contorneando el lugar de pertenencia.

Duxo solo estaba ahí en busca de algo que lo calme mínimo hasta la mañana siguiente, pero al no entrar nada lo que le quedó fue irse.
Es raro para él, puesto que no ha tenido relaciones con su alfa desde hace mucho tiempo aún teniéndolo a su alcance, y ahora sin su alcance lo hacía sentirse peor, nunca sintió que le dolió más. Caminar por la calle mientras te tambaleas en pleno celo y que alfas estén abundando por doquier y no te quieran tocar era algo nuevo de ver para algunos espectadores terciarios, qué notaban el crecimiento de feromonas en el omega mientras lo único que hacía el resto de jerarquías era alejarse, Duxo ya no sabía si era bueno oh malo.

Estaba dudoso, no quiere ir hacía su casa pero ir a la casa de uno de sus amigos tampoco era mucha opción a causa de sus ya respectivas parejas, pero, ¿acaso tenía una opción más?, nadie lo quiere calmar y no quiere verle a Aquino, lo que le queda es ir hacia la casa de Soarinng oh la de Locochon.
Soarinng y Loco son deltas, no les afectará nada a ninguno. Pronto su cabeza dio por ir a la casa de Soarinng, pues en su camino sin rumbo se dio cuenta de que estaba cerca de ello.

En el camino se encontró con una farmacia, ingresó al lugar, observó lo que el lugar ofrecía y se llevó un paquete entero de supresores, ya no quiere sentirse así y llegar a la casa de Soarinng apestando de manera abrumadora, su alfa de Soarinng podría ponerse de pelos con su aroma y causarle problemas a Soarinng. Lo que menos quiere es causar problemas a sus amigos.

Ya pagando sus supresores se dirigió al baño del local y tomó 3 pastillas con algo de agua del grifo, cayendo unas gotas de agua por su barbilla y labios, se frotó la cabeza y parpadeo seguidamente, su vista nublada parecía empeorar en vez de mejorar, quizá la idea de tomar 3 pastillas al mismo tiempo no era la mejor idea. Con sus manos tomó más agua del grifo se lavó la cara para bajarse la temperatura de alguna manera, otra vez, su cuerpo haciéndole una mala jugada en el momento equivocado. De pronto, se detuvo su dolor, ya no dolió nada y de la nada se sintió mejor, mucho mejor, cómo si hubiera vuelto a nacer.

Salió del baño y del local, pudo ver con más claridad el lugar donde se encontraba y se asombro por haber estado caminando tanto. La armonía de su cuerpo volvió.

Se puso a pensar en lo que quería hacer en la mañana y se cuestionó el por qué de sus acciones, quizá ya no estaba atado a Aquino entre comillas pero estaban tomándose su tiempo, no podía hacer lo que quería tras haber pasado una semana apenas de la decisión que tomó para él y Aquino.

Era una pena que el hospital no lo haya querido tener más de 5 días para recuperarse.
Acercándose a la puerta de la entrada de la casa de su amigo encontró a un chico pelinegro entrar justos, hacia ya un buen tiempo que no los veía y sabía que Soarinng y Locochon no habían ido a visitarlos por que jamás quizo decirles, al menos no ha ellos, sabía que podían armar un conflicto grande echándole la culpa a Aquino de sus acciones, escupiendoles las crudas verdades en la cara.

Toco suavemente la puerta esperando que sea abierta por el pelicastaño, sin embargo, se encontró con un pelinegro de ojos monocromáticos en negro y celeste, saludó nervioso con las piernas tambaleando. Notó unas manos asomarse por los hombros del chico y de ello se distinguió los ojos amarillo y azul del pelicastaño. Duxo respiró más aliviado y saludó a Soarinng.

Soarinng: Déjalo, es un amigo.

.. : Si tú lo dices..

El alfa imponente se hizo a un lado y lo dejó pasar. Soarinng al estar más cerca de su amigo pudo olfatear un poco al chico y darse cuenta de casi la mitad de lo que le pasó. Horrorizado, tomó su muñeca y lo guió con pasos rápidos hacia su recamara, quizá las feromonas podían estar afectándole un poco pero no era motivo para escuchar oh, tener en cuenta de qué era lo que pasó con ambos chicos durante todo el tiempo que no los había visitado. Solo esperaba que no fuera nada lo suficientemente grave u difícil de solucionar.

Apenas llegaron, Soarinng cerró la puerta con tranca y miró a Duxo preocupado.

Soarinng: ¿Qué fue lo que pasó?

Duxo sorprendido por el hallazgo de su amigo no pudo evitar sentirse aún peor, sus lágrimas se acumularon en sus ojos, sus párpados pesaron y sus labios querían deformarse para llorar.

Duxo: No sé, realmente pasó muy rápido y no sé que puedo hacer cuando fui yo el que tomó la decisión.

Soarinng aún confundido y intentando calmar el ambiente dio un pequeño toque a la cabeza del omega, llamando su atención. Su expresión desastrosa hizo poner a Soarinng un rostro comprensivo y maternal con una ligera sonrisa, ahora mismo quisiera poder transmitir feromonas para calmarlo, pero no podía.

Soarinng: Aver, velocista, no te adelantes tanto que no sé mucho del tema.

La sonrisa cálida de Soarinng hizo sentir a Duxo seguro, se arropo en su pecho y comenzó a narrar lo sucedido desde su perspectiva de lo sucedido.

Soarinng pensó muchas cosas, pero nunca pensó que esas muchas cosas que pensó se quedarán chicas por lo que Duxo le narro.
Soarinng no sabía muy bien wue recomendarle, pero lo principal del problema era que Duxo no tenía ls suficiente valentía y ir seguir viviendo con Aquino después de todo lo que pasó entre ellos. Así que, le propuso que se quede con ellos, que le darían la habitación de invitados. Duxo no dudo en contestar con un fuerte, gracias!

Siguieron conversando para llegar a una solución con el conflicto creado qué podría ser el que marque el nuevo inicio o fin de la relación entre Aquino y Duxo. Y eso para Soarinng, no era una opción, no iba a dejar que sus papis se divorcien.

Despertó sudando frío, su corazón latía a millones aún dormido. Fue hacia el baño y remojo su cara en el agua fría intentando despertar su rostro dormido y algo...pegajoso. Su mirada se enfocó en el espejo que tiene al frente del lavabo, su vista dejo de estar empañada y se fijó en el horrible monstruo que estaba frente suyo.
Se asustó
Se escondió 
Y por poco casi se mea
Sin darse cuenta que el monstruo del que huye es él.

Su cara no parecía la suya y estaba llena, aún después de haberse lavado el rostro, de lagrimas. Al darse cuenta lo único que hizo fue seguir llorando, de seguro pronto sus ojos estarían tan hinchados y sus labios tan maltratados que necesitaría una operación para cambiarse el rostro. Supongo que era la culpa, la culpa de haber sido el causante de que todo esto pasara, que según él, seria incapaz de dañar su vida junto a él.

Ahora era cuando se daba cuenta, por fin se daba cuenta de lo que le había causado al omega que según él "tanto quiere". ¿Acaso podría decir ahora eso?, le daba pena hasta saber que el chico era su prometido, deseaba que se quedara en el hospital, no podía verlo a la cara, no podría.. Pero quería mínimo disculparse con él, era lo mínimo que se merecía.

Su rostro siguió tomando ese tono amargado por sus cejas y se sobo fuerte la cara para 'intentar' arreglar el feo ceño que tiene ya grabado el rostro. Suspiró fuerte.
Su celo jamás llegó, puesto que empezaba a generar un tipo de adicción a los supresores y las tomaba todos los días, si quería mejorar, quizás debería ver a un psicólogo. Era una opción para mejorar, sin embargo, no estaba completamente seguro de que un psicólogo lo vaya a ayudar. No los consideraba lo suficientemente buenos, si preguntas.
¿Wtf, acaso estoy describiendo la opinión de mi jefa sobre los psicólogos? Quizás si.

Supuso, qué debería de darle una oportunidad a lo que ya estaba seguro de que fallaría u estaba perdido, después de todo, tienes que darte una nueva oportunidad a las cosas que no entiendes, puedes dar una nueva oportunidad a lo que crees perdido, pues podrías morir sin imaginarte que esa posible opción podría salir bien. Después de todo, siempre fallas. No puedes darte por vencido de las cosas que ya crees perdidas, nadie sabe cuando pueden volver a ti y hacerte más feliz de lo que ya eres. Mucho menos renunciar a todo por que uno no halla funcionado..
....
Excepto a los ex que te trataron de la patada, esas personas no valen la pena.

Fue a la sala y se sentó en el sofá, miró a su alrededor: Vacío, la casa completamente vacía, ningún tipo de ruido y mucho peor a la persona que solía molestarlo intentando captar un poco de atención cuando descansaba. Ahora añoraba esos fastidios, soñaba con un fuerte abrazo suyo por la espalda, que aunque lo mate del susto, estaría encantado de recibirlo, que le diga que están bien. Por que sinceramente, Aquino jamás podrá aceptar su universo sin él.

Cansado miro al vacío, buscando respuestas. Se fijó en el calendario colgado en la pared, sus energías empeoraron en un santiamen, pues recordaba haberlo puesto con Duxo. Se fijó en el día, ya hacia tiempo que dejaba de contar los días, es martes. Su cabeza bago un rato y cuando por fin sus neuronas se conectaron, se dio cuenta de que hoy sale Duxo del hospital. Estuvo corriendo por toda la casa con un excesivo nerviosismo, luego cerró sus ojos fuertes y se calmó con respiros muy agitados.

De pronto, sintió su lobo arder, su piel se quemaba y su temperatura aumentó de forma drástica, parecía que estaba al lado del sol. Su respiración aumentó más como si se pudiera y se quitó el polo tenía puesto, buscando una alternativa de solución. ¿Cómo podía estarle esto sucediendo?, literalmente casi todos los días tomaba supresores.

Corrió hacia su cuarto vacío y agarró el envase, y tomó 2 supresores para aliviarse, sin agua, pues se ha acostumbrado. Espero en su cama retorciendose de dolor a que el efecto diese, pero no parecía calmarse. Pensó en lo que es suyo, pensó en Duxo, ahora mismo desearía que llegara. Tenía tanto que decirle pero también para hacerle. Su consciencia se nubló y antes de perder la cordura se tranco en su cuarto por si es que el chico llegaba.

Sus feromonas se exparcieron con rapidez, inundada casi toda la casa con su olor. Meneo su cabeza de un lado a otro esperando liberarse de ese dolor y calor, pero no parecía cesar, parecía aumentar.
Cerró los ojos, observó a su omega preguntar en su oído lo que le pasaba con una voz seductora. Su mirada volteo hacia donde la voz, pero no había nadie. Pestañeo con dureza, su ceño se frunció y al abrir los ojos lo vio a él recostado en las almohadas de la cama, corrió ferozmente hacia el chico, como si fuera su presa, pero al momento de querer tomarlo, desaprecio.

Le dolía todo, lo quiere tener a él. Ya nada parecía estar de su lado, hasta su propia cabeza parecía hacerle una mala jugada en los peores momentos. Lo escuchaba, podía oirlo reir pequeño, oirlo gemir y jadear también, pero no lo ve, ya no está con él.
Lloró mientras su cuerpo dolía, restregando su rostro en las almohadas cuyas lágrimas ya conocían y reciben. Las mantas eran las únicas que sabían lo que era tapar su vergüenza, y las paredes eran las que se encargaban de hacer menos audible su lamento.

Necesita del otro, su hambre de poseerlo esta incrementando y esa llama parecía recibir solo gasolina para expandirse más, su corazón bombea la sangre como puede, sus colmillos salen y sus garras con ellas. Todo su cuerpo totalmente necesitado después de tanto tiempo del omega que ya ha de tener marcado.

Sentía a Duxo sentir lo mismo, quizá por eso su lobo interior se ha descontrolado, porque reconocía desde lo lejos la necesidad del otro que lo reclamaba a gritos desesperados. Aquino con tan solamente imaginarse tener a Duxo debajo suyo hizo que 'mordiera' la almohada, que ante los feroces colmillos, se rompió, dejando ver la suaves plumas exparcidas por el ataque.

Suplico por que se detuviera, dolía y demasiado, ahora que los supresores no funcionen con él era un problema, pues aparte de la forma para calmarse que es mediante los supresores estaba la otra opción, pero lamentablemente esa no podría ser una opción, al menos no para él.
Si antes calmaba a Duxo con supresores para no tener relaciones con él por lo cansado que se encontraba la mayoría de tiempo, pues ahora quería tenerlo allí para aparearse como conejo con él.

Maldiciones, sudor y lágrimas. Aquino se deshizo de sus pantalones, sus garras arañan las mantas, destrozando todo del lugar, volviéndose completamente loco.
Sus ojos tomaron un color más claro y supo que había perdido contra su lobo, intentó recuperar el control, pero ya era tarde. Ahora dolo deseaba que Duxo no llegara a casa y que se consiguiera un lugar donde estar la semana entera, de lo contrario podría enloquecer y empeorar la situación. 

Duxo sintió doles su cabeza, de la nada comenzó a negerar lubricante en exceso y mordió su brazo intentado calmarse, no era buena idea tomar muchos supresores a la vez, podría resultar más rápido pero a la vez no podría funcionar luego de un rato. Era un arma de doble cara.
Soarinng al sentir sus feromonas desde el otro lado de la habitación fue donde Duxo para ver si se encontraba bien.
Lo que menos se esperaba era que el celo de Duxo volviera de forma inesperada y muy excesiva.
Aquino no era el único que reaccionaba de manera violenta ante el celo del otro.

Pero el de Duxo luego de un rato si se calmó, sus ojos amatista brillaban por las lágrimas, ahora Duxo también sabía la condición del otro. Era de esta manera en la que ambos se sentían por el lazo, de esta manera sabían como estaba el otro, que hace ya un tiempo, había dejado de pasar.
Duxo pensó en Aquino, pensó en su necesitad y como lo podría estar pasando, no quería hacerlo, pero no podía evitar pensar en otro omega ya ocupando su lugar, lo llenaba de rabia y de celos incontrolables.

No era mucho de sobrepensar la situación, pero cuando el efecto del celo se le pasó, se refugio en los brazos de Soarinng con sollozos desesperados, estaba seguro de que Aquino podría reemplazarlo, era duro hasta de pensar, pero sabía que era lo más probable. Siendo su omega, ni siquiera eso podía hacer por su alfa. Pero no todo era su culpa, y en estas situaciones no podía estar pensando en lo que hubiera hecho y lo que no, no era tiempo para culparse así mismo y mucho menos buscar culpables por lo que sucedió, debía buscar una solución, rápido.

Duxo permaneció hablando con Soarinng toda la noche, si Duxo no podía dormir, Soarinng tampoco lo haría, mucho menos si se trataba de ellos. Soarinng era realmente muy fan de su noviazgo, y ver como la relación a la cual tanto admira se va desmoronando de a pocos en frente suya, era algo difícil de presenciar. Así que, lo que podía hacer por ahora era ayudar a Duxo en como solucionar lo sucedido con Aquino. Estaría allí para ayudarlo en todo, cómo el estuvo cuando más lo necesito.

Duxo no quiere ser una carga, odia verse tan débil, tan pequeño. Que de por si ya era. Pero no es el caso.
Lo que sucedía en la cabeza del omega solo hacia sentirlo peor. Quizás Aquino no haya estado cuando él lo esperaba, pero de alguna manera era lo que menos le importaba, pues deseaba estar con su alfa a pesar de todo. Eso era malo, depender de alguien emocionalmente no era la mejor opción, mucho menos en una relación que los sostiene un alfiler del precipicio del acantilado.
Sus llantos eran calmados por su amigo, sabía que podía ser débil con él. Soarinng, la persona que podía cargar su consuelo.

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3000 palabras
Hasta nuevo aviso!

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