AÑO 1: LUAN
AÑO 1: LUAN
Después de eso todo se volvió borroso, recuerdo despertar en la calle junto a Ruth y Jorge, desde ese día no pudimos regresar a la casa Loud, cada vez que intentábamos entrar éramos atacados por disparos de goma, y aunque no eran letales, realmente llegaban a lastimarnos, ya no volvimos reuníamos para ensayar, solo nos encontrábamos por un motivo y solo uno... rescatar a Lincoln Loud.
Y aunque lo intentábamos todo, siempre había algo que nos lo impedía, si no eran los golpes que recibíamos al entrar en la propiedad, eran las hermanas, y las pocas veces que logramos alcanzarlo, el simplemente negaba con la cabeza mientras ponía toda su fuerza en evitar escapar.
Al principio no logramos entender por qué hacía eso, hasta que lo vimos retorcerse en el suelo frente de nosotros, no sabíamos que sucedía, pero al recibir una potente descarga con tan solo tocarlo, logramos entenderlo, él no podría huir sin terminar mal herido, por lo que con todo el dolor de nuestros corazones lo regresamos como pudimos a aquel lugar.
Pero algo era seguro, de una u otra forma encontraríamos como sacar a Lincoln Loud de ese infierno.
pasaron varias semanas desde que Luna se separó de su banda, y el joven peliblanco pagaba con dolor la ira de su hermana, pues desde ese día, no había un solo momento en el que la hermana rockera, no se desquitase con una tubería vieja y oxidada.
Al pasar de los días, la chica peli castaña trato de hablar con sus antiguos amigos, con la intención de explicarles la condición de su hermano, y tal vez tratar de convencerlos de que se unan a ella, para así traer suerte a su ahora extinta banda, y a pesar de sus inútiles intentos, lo único que realmente la lastimaba, era el rechazo de su amada peli rubia.
Desde el primer día luna noto el rechazo de su antigua banda, pero lo que no espero fue el repudio por parte de algunos de sus compañeros de la escuela, al igual que el resto de hermanas Loud, pues desde el día que se descubrió el verdadero paradero del peliblanco, el trio que buscaba su libertad comenzó a divulgar lo que realmente le hacían sus hermanas al pobre chico de cabello blanco.
Pero a pesar de eso, su vida social realmente no se vio afectada, pues, aunque había muchos que miraban con gran asco a las hermanas, había muchos más que estaban a favor de ellas, pues creían firmemente que solo era un simple rumor, y que ellas realmente solo estaban siendo víctimas de una asquerosa mentira.
Como puede ser el caso de la segunda hermana mayor, que se creía que a causa de su inocencia, ella jamás podría tratar de tal manera a su propio hermano, por lo que la idea de creer que ella era participe de aquel maltrato, era simplemente impensable, sin saber que era la que más hacia sufrir a la pobre y desdichada alma.
Desde que Lincoln comenzó a usar el nuevo traje, trato de todas las maneras posibles el quitárselo, fallando dolorosamente en el intento, pues el material del que este estaba hecho era sumamente resistente, las uniones estaban herméticamente selladas y el sistema del mismo estaba diseñado para lastimar al usuario en caso de intentar quitárselo, o si alguien del exterior lo intentaba, ver como la anterior banda de Luna se lastimaba por ayudarlo, lo hizo desistir de sus intentos por ser libre.
Lo que ninguna hermana había logrado prever, ni siquiera la creadora de aquel sistema de aprisionamiento, y mucho menos el peliblanco, es que los constantes golpes que recibía de parte de la dolida castaña, lograrían darle la llave a su libertad.
En forma una pequeña abertura, cerca del cuello y casi completamente invisible, del tamaño de un simple dedo, que se encontraba directamente con el collar, justo en la parte que monitoreaba su estado de salud, causado por los insistentes golpes de su hermana rockera.
Desde que comenzó a usar su nuevo traje, la mayoría de sus hermanas comenzaron a sacar provecho de él, y la que más lo disfrutaba era su hermana de humor retorcido, pues cada fin de semana sin falta, lo usaba como mascota para su servicio de fiestas, permitiendo que los niños lo golpearan, se burlaran y humillaran tanto como quisieran, mientras que ella simplemente se burlaba de su agonía y sufrimiento.
Esto comenzó a golpear fuertemente en la mente del peliblanco, que comenzaba a dejar de desear poder vivir libre, a ser libre sin importar el precio, por lo que lentamente la idea de acabar con su propia vida para librase de su dolor comenzó a formarse en su mente.
Pero él sabía que no sería fácil, pues incluso cuando sus hermanas se disponían a acabar con su vida, una señal alertaba a la hermana genio, que llegaba rápidamente a intervenir, impidiéndole así realizar su cometido de liberarse, o incluso por mucho menos, pues cuando había posibilidad de fracturas, o lesiones que necesitarían de la intervención de un médico, las hermanas eran rápidamente detenidas.
Pero en este punto de su vida, el peliblanco ya estaba harto, no le permitían vivir libre, ni tampoco morir por su libertad, pero definitivamente, el encontraría una forma de realizar su cometido, y sin darse cuenta, en ese momento, los engranes del destino, comenzaron a moverse a su favor.
Se suponía que hoy sería un día como cualquier otro, simplemente acompañar a su estúpida hermana de humor retorcido a una estúpida fiesta, y dejar que los niños lo empujaran, golpearan e insultaran tanto como quisieran hasta cansarse.
Ser el objeto de burlas de niños y adultos, que se rían a todo pulmón de la agonizante vida que ahora llevaba, a causa de chistes estúpidos de parte de la castaña, pero hoy... hoy fue muy diferente.
Pues no lograba recordar, en qué momento termino colgado de cabeza, mientras que los niños simplemente lo golpeaban como a una piñata, mientras le aventaban restos de comida, y se reían incesantemente de los erráticos movimientos causados por dolor que estos le provocaban, pues para ellos, su dolor y sufrimiento, no era más que un simple juego.
Un grito de horror de parte de los niños alerto a los adultos, quienes salieron histéricamente de la casa junto a la joven castaña, solo para ver como un hilo de sangre brotaba de la botarga, mientras que el joven peliblanco recordaba todo lo que había pasado antes de perder el conocimiento.
El día comenzó extrañamente tranquilo, como la calma que anuncia la tormenta, luna no lo había golpeado en todo el día, por lo que sabía que alguna de sus hermanas tenía planes con él, ya que necesitaban que estuviera en buen estado, ya sea su cuerpo o el traje.
Por lo que simplemente espero a que la hermana que lo usaría como mula de carga hiciera acto de presencia, mientras que disfrutaba de la sombra bajo el árbol del patio trasero, y sin darse cuenta, aquella calma comenzaba a arrullarlo, pues el agotamiento y la paz, comenzaban a penetrar fuertemente en su cuerpo, por lo que cerro los parpados, y decidió dormir un momento.
Pero su cuerpo apenas y comenzaba a descansar, cuando una poderosa descarga eléctrica lo atravesó, y después de eso, una maniática risa inundo sus oídos.
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Luan: ¿Qué pasa hermanito? Solo te di un pequeño toque para despertar, ¿entiendes?
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Frente a él ya hacia la más despiadada de sus hermanas, burlándose con una risa enloquecida, mientras que en su mano ya hacia su única llave a la libertad.
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Luan: -balanceando el control- ¿Qué sucede? ¿te comió la lengua la ardilla? ¿entiendes?
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Simplemente no hubo reacción de parte del peliblanco, y eso la molestaba, lentamente su risa comenzó a disminuir hasta desaparecer, y molesta con el control en mano, le provoco tanto dolor al chico como le fuera posible, para así reírse del cómo se retorcía en agonía.
Así pasaron varios minutos en los que la maniática carcajada inundo la casa, hasta que la peli castaña cansada de tanto reír, decidió dejar a su hermano recuperarse, solo para empezar de nuevo.
Esto se repitió un par de veces, hasta que la chica de los frenillos lloro de la risa, deteniéndose finalmente para así recuperar la compostura, pues hoy tenía una fiesta y sabía que no podría usar a su fiel mascota si no le permitía recuperarse.
Por lo que dejo a su hermano recuperar el aliento antes de hablarle.
−
Luan: hoy tengo una fiesta, solicitaron un show de magia, -sonriendo con malicia- y que lleve a la mascota, ya sabes niños pequeños que no queremos que interrumpan el espectáculo.
Lincoln: muérete.
Luan: -cruzándose de brazos- así que más te vale no arruinarlo, no queremos que algo malo le pase a squipy y deje de aparecer en las fiestas ¿o sí?
Lincoln: -riéndose- ¿Qué esperas? Hazlo...
Luan: -confundida- los niños estarían muy tristes si dejan de ver a su juguete favorito.
Lincoln: -recargándose en el árbol- como si me importaran un carajo esos malditos.
Luan: -molesta- así que ponte de pie y anda, que mis cosas no se mueven solas.
Lincoln: -negando con la cabeza- no voy a hacer lo que te de la maldita gana...
Luan: -dándole la espalda- y quien sabe, tal vez... después de hoy... convenza a las chicas de darte un día libre.
Lincoln: -apretando los puños- eres la mayor mentirosa que he conocido.
Luan: -sonríe con malicia- ya sabes, 24 horas sin nosotras jodiéndote la vida... 24 horas sin el traje por supuesto.
Lincoln: sé que mientes... pero esa oferta es muy tentadora como para ignorarla.
−
Después de eso el chico se puso de pie, siguió a su hermana hacia el patio delantero, y tomo las cosas que ya hacían en el cobertizo, cargo todo entre sus brazos como ya estaba acostumbrado y camino hacia la calle, pero al poner un en la banqueta, una poderosa descarga recorrió su cuerpo, él se retorcía del dolor mientras que su hermana solo se reía de aquel aberrante espectáculo.
Tras caer casi inconsciente, su hermana apago el sistema que le impedía salir, y comenzó a patearlo para forzarlo a levantarse, el hermano con el cuerpo aun adolorido, se forzó a ponerse de pie, tomo las cosas para el espectáculo de su hermana y comenzó a seguirla, mientras que en su mente la maldecía de todas las formas posibles.
Llegaron a la fiesta, como siempre lo primero que paso al siquiera tocar el patio fue recibir los golpes de los niños, mientras que su hermana solo se burlaba de los golpes que recibía, y estaba seguro de si no fuera por la intervención de uno de los padres, ella no habría movido un solo dedo para ayudarlo.
Con una estúpida preocupación fingida, su hermana lo ayudo a levantarse, y a cargar las cosas hacia el patio trasero, donde comenzó a armar el escenario, mientras que los pequeños imbéciles seguían golpeándolo, y su hermana como siempre conversando con los padres para distraerlos y que así no notasen la agonía que su familia le hacía pasar.
Una vez terminado de armar el escenario, el joven se acerco a la casa, donde se recostó para así recuperarse un poco mientras que su hermana daba su estúpido espectáculo, los padres y los niños mayores disfrutaban de la comedia absurda de la castaña, mientras que los niños más jóvenes iban con el peliblanco para así seguir "jugando" con él, aunque lo único que realmente hacían era aventarle trozos de comida, mientras le exigían que se levantase para así seguir golpeándolo.
Durante varios minutos el peliblanco solo pudo soportar la tortura por la que pasaba, pues con los padres distraídos por los malos chistes, no había esperanza alguna de que controlaran a sus hijos.
El espectáculo termino, y todos los niños se reunieron para poder recibir un trozo de pastel, el peliblanco creyó que al fin podría descansar, solo para que su hermana le llamase y le dijera que él lo tendría que repartir mientras que hablaba con los padres.
El peliblanco como pudo se puso de pie, por lo menos no le pidió que fuera la piñata, se acercó a la mesa y comenzó a repartir las rebanadas lo mejor que pudo, sin esperar que uno de los niños tomaría su pastel y se lo arrojaría a la cabeza, solo para que inmediatamente, como un efecto domino, todos los niños hicieran lo mismo.
Los trozos de pastel en la cabeza de la botarga rápidamente cubrieron su campo de visión, y aunque trato de limpiar los cristales del traje, solo termino empeorándolo, comenzó a caminar en búsqueda de algún adulto que le ayudase, pero los niños no paraban de empujarlo y golpearlo, mientras que una sustancia pegajosa comenzaba a filtrarse en el traje por el agujero cercano al cuello.
Sin darse cuenta el collar del peliblanco comenzó a hacer corto circuito, provocando que el sistema que alertaba a su hermana genio de su estado de salud fallase, los golpes de los niños eran molestos sin duda alguna, pero, realmente no eran un problema, eran muy débiles para lastimarlo severamente... hasta que uno de los mayores, tomo un bat de baseball y comenzó a golpearlo con más fuerza.
Como pudo trato de huir de su tortura, sin saber que se dirigía directo a su trampa, comenzó a correr sin un rumbo fijo, y esto ocasionó que terminase estrellándose contra un árbol, por la fuerza del impacto termino cayendo, y esto fue aprovechado por los niños, quienes lo ataron de una pierna y lo colgaron del árbol.
Con una sonrisa siniestra los niños comenzaron a tomar todo lo que tuvieran a la mano para golpearlo, y como si se tratase de una piñata, comenzaron a descargar toda su energía en él, aunque trato de cubrirse, al tener su campo de visión bloqueado, no pudo evitar recibir los golpes, y los niños solo se reían.
Al final dejo de luchar, tal vez, y solo tal vez... esta era su oportunidad de ser libre, el mayor de los niños, al ver que la botarga colgante había dejado de moverse, ensancho su sonrisa, tomo el bate con fuerza, y le propino el golpe mas fuerte que pudo en la cabeza, logrando que el cristal del ojo se rompiera, provocando que un fragmento hiciese una herida de la que no tardo en brotar sangre.
Con la nueva apertura en el traje, su sistema de seguridad no tardo en liberar una potente descarga eléctrica, que hizo retorcer del dolor al peliblanco, mientras que la sangre comenzaba a salir por el vidrio roto.
Sus gritos ahogados, acompañados de la sangre y los movimientos erráticos asustaron a los niños, quienes comenzaron a llorar del miedo, y los mas pequeños, quienes quedaron traumados por ver tan aterradora escena, clamaron entre llantos por sus padres.
Los adultos preocupados por los gritos de sus hijos, salieron histéricamente para saber lo que sucedía, acompañados por una molesta castaña, quien creía que su hermano había arruinado todo, y su suposición no podría ser más acertada.
Pues ella y los adultos miraron con horror como la botarga hacia un burdo intento por gritar, retorciéndose erráticamente, mientras la sangre continuaba brotando, llegando a salpicar a algunos niños y adultos.
Completamente horrorizada la peli castaña busco el control remoto con desesperación, pues debía desactivar el sistema del traje para bajar a su hermano y huir de allí antes de que alguien descubriera lo que ella y su familia le hacían a la desdichada alma.
Frenéticamente busco entre sus cosas, pero el control no aparecía, uno de los padres intento acercarse al chico para bajarlo, pero apenas lo toco una potente corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo, logrando derribarlo de golpe.
Los padres comenzaron a alejarse junto a sus hijos para evitar salir lastimados, una de las madres observo a su alrededor en búsqueda de algo que pudiera ayudarle, encontrándose el cuchillo con el que partieron el pastel, tomo el objeto punzo cortante con su mano, y se acercó al árbol, para así cortar la cuerda que mantenía elevado al niño, con cuidado de no ser tocada por él y recibir algún daño.
Con fuerza tomo la cuerda y la corto de un tajo, provocando la caída del chico, quien solo continúo retorciéndose en el suelo, hasta que después de unos segundos se quedó completamente estático, uno de los padres trato de acercarse a el para comprobar su estado, pero antes de tocarlo si quiera, la chica peli castaña lo tomo y salió corriendo.
Sin explicación alguna de lo que había sucedido de parte de la maestra de ceremonias, los padres se quedaron confundidos, no sabían que había pasado, no sabían que hacer, que sentir o pensar, no sabían que pasaría con el chico dentro de la botarga, pero tampoco había algo que pudieran hacer, los padres tomaron a sus hijos y se retiraron a sus hogares, si había algo que sabían, es que este era un día que preferían olvidar.
La chica castaña llego con respiración agitada a su hogar, boto a su hermano en el patio trasero, y con la manguera del patio trato de limpiarlo lo mejor que pudo, hablaría con su hermana genio sobre el cristal dañado, y mantendría oculto del resto de sus hermanas sobre lo que había pasado, pues no quería ser la culpable en caso de que lo peor ocurriera, y alguien externo de la familia descubriese lo que realmente le hacían a su hermano.
Una vez terminado de quitar los restos de pastel del traje, la chica castaña reviso a su hermano, para comprobar que ya no le brotara sangre, y para su alivio la herida ya estaba limpia, por lo que simplemente dio un suspiro de alivio, y entro a la casa.
Sin saber que un pequeño corto en el collar... era el boleto de salida del peliblanco, y más importante aún, sin saber, que en la casa de al lado, la cual debería estar deshabitada, una chica de cabello rubio con mechón azul tomaba fotos de lo que había hecho.
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