Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

29. Te quiero tanto

POV: SANTI

Tomo el borde de su blusa y la saco sobre su cabeza dejando al descubierto su piel blanca y sus hermosos pechos cubiertos por un sujetador blanco. La observo desde mi posición y veo como sus mejillas toman un color rojo. Se que está muy nerviosa así que junto nuestros labios dando movimientos lentos.

Bajo mi rostro hasta su cuello repartiendo besos húmedos por el lugar. Sigo el recorrido por el valle de sus senos, busco su mirada y paso una de mis manos a su espalda. Con su ayuda suelto el broche y me deshago del sujetador.

Besos sus senos y veo como su piel se eriza por completo. Meto uno de sus pezones a mi boca succionándolo, mientras retuerzo con mis dedos el otro no dejándolo sin atención. Su espalda se arquea mientras pequeños gemidos abandonan sus labios entreabiertos.

Abandono estos y sigo el recorrido por su abdomen plano y al llegar al borde de su braga, su cuerpo se tensa. Busco su mirada de tormenta y esta al chocar con la mía se relaja. Bajo su ropa interior lentamente sin dejar de observarla, rozando su piel con mis manos. Al deducir mis intenciones se remueve un poco incómoda, pero mis manos sujetan sus piernas.

—Sshh, tranquila, no te haré daño. Solo déjate llevar pequeña —susurro y empiezo a dejar besos húmedos en el interior de sus muslos sacándole suspiros.

Al llegar a su feminidad, mi lengua recorre cada uno de sus pliegues provocando gemidos suaves de su parte, pero estos aumentan cuando empiezo a jugar con su clítoris. Una de sus manos llega a mi cabeza enredando sus dedos en mi cabello. Succiono este punto y su cuerpo se arquea pidiendo más.

Al notar que su orgasmo se avecina, introduzco uno de mis dedos dentro de ella empezando a moverlo a un ritmo constante y sus gemidos no hacen más que aumentar. No dejo de estimular su clítoris con mi boca y cuando siento su interior apretar mi dedo, un segundo entra en acción aumentando la velocidad.

Sus piernas comienzan a temblar y su mano se aferra con más fuerza a mi cabello. El orgasmo llega acompañado de un fuerte gemido arrasando con toda ella. Continúo acariciándola hasta que las oleadas de placer se detienen.

Gateo sobre su cuerpo hasta estar a la altura de su rostro y me encuentro con la mejor vista de todas. Su rostro sonrojado, sus labios rojos a causa de  sus dientes, su respiración agitada y sus cabellos esparcidos sobre las sábanas blancas, es hermosa.

Acerco mis labios a su mejilla dejando un tierno beso y siento como suelta el aire.

—¿Estás bien? —susurro sobre la misma y asiente.

—Si —responde y una de sus manos llega a mi mejilla guiando mi boca a la suya.

Nunca me cansaré de esto, Manuela es adictiva. Nuestros labios se mueven con movimientos coordinados y con mis dientes tiro de su labio inferior, provocando que ella haga lo mismo con el mío.

Siento sus manos traviesa tratar de bajar la cremallera de mi abrigo y me separo de sus labios, encontrando sus mejillas sonrojadas al chocar con mi mirada.

—¿Estás segura de esto pequeña? —muerde su labio inferior y con mis dedos lo saco de su prisión. —No quiero que te presiones a nada, esto lo hice porque quería hacerte sentir bien, no ti..

—Quiero hacerlo —dice deteniendo mis palabras. —Estoy segura de esto, estoy segura de lo que siento por ti —entre abro mis labios.  —Confío en ti.

No puedo contenerme más y pego mi boca a la suya. Sus manos acaban bajando la cremallera de mi abrigo y yo acabo de quitarlo por completo lanzándolo al suelo. Su mirada viaja por mi pecho y abdomen, al igual que sus manos algo temblorosas. Tomo una de estas y la llevo a mi boca dejando un beso en su palma.

Ataco su deliciosa boca introduciendo mi lengua en esta comenzando un baile exquisito. Al sentir sus manos con movimientos torpes en la hebilla del cinturón, suelto sus labios por un momento y ante su atenta mirada, me deshago lentamente del pantalón y el bóxer. Veo como pasa saliva y remoja sus labios al ver mi erección palpitante lista para ella.

Vuelvo a subir a la cama y me coloco entre sus piernas. Llevo mi rostro a su cuello y empiezo a dejar besos húmedos haciendo que todo su cuerpo se estremezca. Subo por su barbilla y llego a su boca devorándola nuevamente. Sus brazos se envuelven alrededor de mi cuello, mientras mis manos recorren la forma de su cuerpo y rozo nuestras caderas provocándonos jadeos que son opacados en la boca del otro.

Estiro una de mis manos a uno de los cajones de la mesa de noche y saco un preservativo. Separo nuestros rostros a una distancia que pueda ver sus hermosos ojos y le muestro el paquete plateado.

—¿Estas segura? —vuelvo a preguntar, quiero que se sienta bien con todo esto. —Si no estás lista para este paso, yo esperaré lo que sea necesario.

—Siempre estaré lista si es contigo —dice con una sonrisa provocando una en mi también.

Llevo el paquete a mi boca, lo abro con los dientes y unos segundos después busco su mirada. Entrelazo sus dedos con los míos y con mi mano libre sujeto su cadera. Empiezo a introducirme en ella lentamente causando un gemido de ambas partes y que sus ojos se cierren.

—Mírame hermosa —abre sus ojos y muerde su labio inferior.

Entro completamente y me quedo quieto esperando que se acostumbre. Atrapo su boca entre mis labios y unos segundos después siento como mueve su cadera contra mí, dándome la señal. Empiezo a mover las caderas en un ritmo suave, pero profundo sacándonos gemidos a ambos. Sus uñas se clavan en mi espalda cuando empiezo a subir la velocidad de mis embestidas y sus gemidos suben de volumen.

Siento su cálido interior apretar mi miembro ante el orgasmo que se avecina y luego de unas cuantas embestidas más, una corriente recorre mi cuerpo y el fuerte gemido de Manuela me confirma que sintió lo mismo al liberarnos al mismo tiempo.

Dejo mi cuerpo sobre el suyo sin apoyarme completamente para no aplastarla. Apoyo nuestras frentes y rozo mi nariz con la suya.

—Te quiero tanto —susurro sobre sus labios, abre sus ojos al oír mis palabras y sonríe.

—Yo también te quiero tanto Santi —dice luego de unos segundos perdida en mis ojos.

Al oír eso mi sonrisa se amplía y la vuelvo a besar, pero esta vez lento, solo deseando ese roce entre nuestros labios. Nos separamos, me pongo de costado y la abrazo apretándola contra mi cuerpo. Esconde su rostro en mi cuello y me dedico a acariciar su cabello, hasta que siento mis ojos pesados y me dejo vencer por el sueño.

POV: MANU

Mis ojos empiezan a abrirse de a poco y siento la calidez en mi cuerpo y un peso en mi cintura. La habitación está oscura, parece que ya anocheció. Cierro los ojos y una sonrisa aparece en mi rostro al recordar lo sucedido anteriormente en esta habitación.

No puedo creer que haya podido. Al principio estaba insegura, no lo voy a negar, pero al ver sus ojos verdes mirándome con tanta calidez y ternura, todas las dudas desaparecieron.

No quiero salir de entre sus brazos, pero tengo hambre. Me separo un poco de su cuerpo y veo su rostro dormido. Es hermoso y se ve tan tranquilo, mis dedos pican por tocar su piel suave y eso hago acariciando su rostro mientras trato de no despertarlo.

Se remueve un poco y aparto la mano con una sonrisa. Quito con cuidado su brazo de mi cintura y me siento en la cama. Todavía siento sus manos recorriendo mi cuerpo, lo que provoca que muerda mi labio inferior y cierre los ojos.

Un escalofrío recorre mi cuerpo cuando siento su mano deslizarse por mi columna y mis mejillas se enrojecen al saber que está despierto.

—¿Dónde vas? —pregunta con vos profunda haciendo que mi cuerpo reaccione.

—A ningún lado, solo… —mis palabras se quedan en el aire cuando siento su pecho pegado a mi espalda y entonces recuerdo que seguimos desnudos —solo.. tenía hambre —termino susurrando.

Su rostro va a dar a mi cuello y deja un beso en el lugar logrando que vuelva a estremecerme y siento su sonrisa en mi piel por mi reacción.

—¿Tienes hambre? —pregunta acariciando mi abdomen con una de sus manos y asiento. —Bien, vamos a comer algo —dice y deja un beso en mi mejilla.

Tomo su camiseta que está en el suelo y me la pongo al igual que mi braga. Al ponerme de pie, lo veo a él ya parado en la puerta con su bóxer como única prenda de ropa. Inconscientemente mi mirada recorre todo su cuerpo.

—Nena, si sigues mirándome de esa forma, puedes estar segura que no vas a salir de esta habitación ni para comer. —Mi boca se seca al escucharlo y mi rostro se calienta como nunca.

Con la mirada baja paso por su lado y escucho como ríe causándome una sonrisa. Llegamos a la cocina, que es bastante grande por cierto y hace que me siente en la isla mientras lo veo ir hacia la nevera. Saca unos envases de yogur de frutas y algunas ingredientes para preparar sándwich.

—Manu, esto es lo único que tengo aquí. Hace rato no venía y ayer le pedí a Ricardo que me comprara algo de comer y esto fue lo que trajo. Si no te gusta puedo..

—Está bien, si me gusta tranquilo —suelta el aire y empieza a preparar nuestra comida.

—¿Cuál prefieres, fresa, coco o naranja? —pregunta mostrándome los envases de yogurt.

—Fresa —me lo pasa junto a un plato con mi sándwich. Él elige uno de coco y se sienta junto a mí.

(…)

Estoy en el baño frente al espejo, acabo de darme una ducha. Santi me prestó uno de sus bóxer y otra camiseta, me coloco la ropa y salgo del baño secándome el cabello con la toalla.

Él está sentado en la cama recostado al espaldar de esta con su mirada puesta en su teléfono, pero está serio y su ceño fruncido me hace ladear el rostro. Voy hasta él y al sentir mi presencia busca mi mirada.

—¿Qué tienes? —pregunto pasando los dedos por su mejilla. Cierra los ojos con mi tacto y suspira.

—Tengo muchas llamadas y mensajes de mi madre —es lo único que dice.

—Está preocupada por ti, ¿por qué no la llamas? —nada más decirlo y ya está negando, tuerzo los labios y tomo una de sus manos. —Entonces hazle saber que estás bien por mensaje para que esté tranquila —esta vez no responde y suspiro.

Su teléfono vuelve a sonar y vuelve a fruncir el ceño. No digo nada, solo espero su decisión. La llamada vuelve a caerse y abre la bandeja de mensajes, no se lo que escribe, pero se que es para Clara. Cuando termina apaga el móvil, me da un beso en la frente y se para con dirección al baño.

No me da tiempo a decir nada cuando cierra la puerta de este. Me quedo unos segundos mirando en esa dirección y luego niego tomando mi teléfono. Son la nueve de la noche y yo tengo algunas llamadas de mi padre y de mis amigos. Le escribo a mi padre y dejo el móvil sobre la cama.

Salgo de la habitación y me pongo a curiosear por el departamento. Cuando entré en la tarde no me fijé mucho en las decoraciones. Llego al salón y veo varios retratos en las paredes y varias esculturas raras, pero lo que se lleva toda mi atención, son tres cuadros que conozco demasiado bien.

Me acerco y al estar frente a estos lo confirmo. Mi mirada va directo a la esquina de cada lienzo donde está plasmado mi sello y vuelvo a recorrer las pinturas de arriba abajo. ‹Son mis cuadros, los se mi exposición›, rozo el lienzo con mis dedos y sonrío.

Siento movimiento detrás de mí y al voltear, Santi está recostado a la pared mirándome con los brazos cruzados y una expresión relajada.

—Son mis cuadros —afirmo. Empieza a caminar en mi dirección y cuando está junto a mí pone sus manos en mi cintura.

—Si —dice y coloca un mechón de mi cabello aún húmedo detrás de mi oreja. —Soy fan de tus pinturas.. y de ti —dice esto último en un susurro cerca de mis labios y con su mano en mi nuca acaba con el espacio entre nuestras bocas.

Sus manos bajan a mis muslos y me carga haciendo que envuelva mis piernas alrededor de su cintura y los brazos en su cuello. Sin dejar de besarnos, comienza a moverse y nos perdemos tras la puerta de su habitación.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro