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Después de pasar a la chica, notamos que no era tan mala, pues fue amable y al ver la mirada de Astrid se disculpó.
No me lo esperaba normalmente esas chicas se ponen más coquetas.
En fin, estuvieron pasando varias personas que se nos hacían amigables, después llego un niño, literalmente era un niño creo que de 9 10 años.
- ¿Qué se te ofrece? - pregunto Astrid
- quiero trabajar - dijo el niño muy decidido y con firmeza
- pero... ¿Cuántos años tienes? - pregunté
- 10 1/2 - contestó el niño firmemente
- Este... ¿Tus padres están de acuerdo? - pregunto Astrid
Claro que no queríamos problemas, así que era mejor saber si sus padres estaban de acuerdo.
- mi padre falleció hace 2 años y mi mamá está enferma - dijo con voz apagada
El rostro del niño cambió, de un niño firme y decidido a un niño triste y dolido
- ¿Tu mamá está de acuerdo? - pregunto Astrid
- ¡Necesito hacer lo!, Mi mamá solo cuenta conmigo
Astrid me miro algo triste, me dolía ver al niño de ese modo, debe ser muy duro vivir lo de este pequeño.
- oye... - dijo Astrid y se arrodilló a la altura del niño - puedes trabajar con nosotros, harás cosas sencillas para que no sea tanto trabajo y te cuidaremos también, te pagaremos lo mismo que a los demás - dijo dulcemente
- ¿De verdad? - pregunto el niño con voz temblorosa
Astrid formó una sonrisa y asintió con la cabeza
- si, eres un guerrero, te mereces la oportunidad
- ¡MUCHAS GRACIAS! - grito el niño y la abrazo
Me gustó ver esa escena.
Narra Astrid
Este niño me recordaba a mi, pude ver en sus ojos tristeza y dolor, solo quiere una oportunidad para ayudar y no sentir se un inútil.
Tal vez no es la mejor manera pero lo voy a ayudar.
Continuamos contratando a las personas.
Hasta que llegó un chico muy fuerte.
- mi nombre es Carlos - dijo
- un gusto - dijo Hipo
- ¿Porque quieres trabajar aquí? - pregunté
El chico nos examinó con la mirada, créanme que me puse muy nerviosa
- vengo porque mi padre me dijo que sería una buena idea
- ¿solo por eso? - pregunto Hipo
- la verdad es que me siento un inútil, quiero demostrar le a mi familia que también puedo hacer grandes cosas
Y yo creyendo que sería como los otros.
- tranquilo no eres un inútil, si quieres te podemos dar una semana de prueba - dije contenta
- ¿De veras? - pregunto el chico alegre y casi sin creer lo
- si - dijo Hipo
- muchas gracias - dijo el chico más confiado
- te veremos mañana por la mañana
- si
El chico se fue muy contento.
Wow no me imaginé encontrar me con personas así.
Y bueno no pudimos terminar el mismo día ya que algunos se tardaban al dar su respuesta a las preguntas que les hacíamos.
La verdad es que durante esas preguntas iba aprendiendo luego de esas personas, algunas solo querían el trabajo porque les gustaba, otros porque realmente lo necesitaban y otros por obligación de sus familias.
Ya no faltaban muchos así que les dijimos o más bien les pedimos de favor que regresarán mañana algunos lo tomaron a bien, otros les dió igual y otros de plano se molestaron soltando comentarios como "perdí mi tiempo en esto" "no hice mis demás deberes por estar aquí" comentarios que a Hipo y a mi nos molesto.
No tienen porque poner se así ya que no tuvimos la culpa.
- fue un gran día - dijo el señor Díaz
- ¿Cree? - pregunté
- por supuesto
- ¿Cree que regresen? - pregunto Hipo
- regresarán los que en verdad están interesados - respondió el señor Díaz - me recuerdan a mi cuando también estaba buscando empleo
- ¿De que? - pregunté interesada
- vera señorita Hofferson, yo comencé a trabajar de contador en un banco
- ¿Consiguió trabajo? - pregunto Hipo
- no a la primera
- ¿A la segunda? - pregunté
- tampoco, me costó conseguir trabajo, pues no había lugar para mí - comento el señor Díaz un poco triste - fui encontrando trabajo 1 años y 7 meses después, cuando me llamaron y me comunicaron que tenían un lugar para mí me puse tan contento, aún recuerdo cuando salí de mi casa hasta bailando
Hipo y yo formamos una sonrisa
- mi familia me dijo que nunca me habían visto tan feliz, mi primer día fue muy tranquilo, con el paso de los días fui haciendo amigos y también... Conocí al amor de mi vida
- no pensé que fuera casado - dijo Hipo
- ¿Cómo es su esposa? - pregunté
- es la mujer más hermosa que e visto - dijo el señor Díaz - Minerva... El nombre más hermoso que e oído, nuestra historia si fue una novela de amor
- ¿Hubo celos? - pregunté
- muchos, también malos entendidos pero nuestro amor fue más grande que cualquier cosa, nos casamos a pesar de todo y ahora vivimos felices
- ¿Tiene hijos?
- claro que sí, 2 hermosas hijas, la mayor tiene su edad
- ¿19 años?
- 20 - me corrigió - se llama Eliana, mi hija menor de 16 años se llama Gabriela
- que bueno que logró estar con el amor de su vida - dijo Hipo
- mi consejo para ustedes es que, si en verdad aman a alguien demuestren lo con todo su corazón, sean fuertes y sabios en todo momento
- gracias por el consejo
- los celos son buenos pero no hay que exagerar - soltó una risa el señor Díaz - bueno los veo mañana temprano
- si
- buenas tardes
- igualmente - dijo Hipo
Hipo y yo nos miramos y de inmediato miramos a otro lado, creo que a él también se le vino a la mente lo de hace rato
- Hipo...
- olvidemos el tema - dijo rápidamente
Hipo ya no me miro
- adiós - dijo con rapidez y salió casi volando del lugar
Me sentí muy incómoda por tal situación.
Ya no le tome importancia y regrese a mi casa
- ¡Ya llegué! - grite al abrir la puerta
- hola Astrid - dijo mi padre
- ¿Cómo te fue cariño?
- bien - contesté
- bueno, descansa, debes estar cansada
- solo un poco - dije con una sonrisa
- ya casi es noche - dijo mi padre - que bueno que regresaste a esta hora, la noche ya no es muy segura
- si padre
Subí a mi cuarto y me encontré con tormenta
- tormenta, el me beso - dije muy contenta - aún no lo puedo creer... Me beso - dije tocando mis labios
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