18 - {II}
Canción en multimedia: Insecure - Shane 🎵 🎶
[...]
Jungkook cerró la puerta detrás de sí y se extrañó al ver la casa a oscuras.
—¿Hyung? —Solo el resplandor del televisor iluminaba la sala, lo cual no hizo más que confundirlo un poco más.
Después de dejar sus zapatos en la entrada caminó hacia la luz como una pequeña polilla y buscó a tientas el interruptor, entrecerrando los ojos en la oscuridad hasta ver algún rostro.
—Hyung, pensé que estarías en entrenamiento. —Dos cabezas giraron a verle después de pausar la película. El menor sintió una ola de molestia llenarle al ver que uno de ellos era Seokjin. Con su odiosa mirada amable no podía engañarlo y sus exagerados modales eran un grano en el culo.
—No fui, Jungkookie. Me sentía cansado —respondió su hermano con una sonrisa serena.
—Pero le dijiste a Ji Eun noona que no podías verla por el entrenamiento —replicó Jungkook en una voz aguda y, por qué no, indignada. De inmediato, él miró a Seokjin con dagas en los ojos y sus puños apretados—. Increíble. ¿Qué basura le dices a mi hermano, idiota? —exclamó molesto hacia el mayor. Seokjin frunció el ceño y abrió la boca, pero las palabras le fueron arrebatadas por Junghyun.
—Ji Eun esto, Ji Eun lo otro. ¿Qué pasa? Si tanto te gusta mi novia solo dilo —bramó sin ningún cuidado. Jungkook sintió una patada en los huevos, una lenta y dolorosa. No pudo evitar mirar a su hermano, inmerso en la incredulidad total. ¿Realmente lo estaba atacando?
—Junghyun —murmuró Seokjin, tirando de su chaqueta.
—Ji Eun es como mi hermana. ¿Cómo puedes decir eso? —rebatió tercamente el menor—. Hyung, no seas tonto. ¿Acaso no te das cuenta? Has estado saltándote los entrenamientos muy seguido y siempre que preguntamos estás con Seokjin. ¿Ahora también mientes para no ver a Ji Eun? Tú... —Y él de repente calló, notando que el único estúpido era él mismo, por no haber notado lo obvio—. No puede ser. ¿Te estás liando con este imbécil?
—¿Qué? ¡No! —aclaró Seokjin en un grito ahogado.
—Oh —Jungkook sonrió al ver la cara de su hermano, que distaba mucho de estar de acuerdo con lo que Seokjin acababa de decir.
—Jungkook... —empezó su hermano con el tono que utilizarías con un perro que está gruñendo a dos metros frente a ti.
—No, no. Ya entiendo —le interrumpió el menor, alzándose de hombros—. Conquistando al chico hetero. Buena suerte con eso.
[...]
—¡¿Por qué mierda hiciste eso?!
Jimin sabía que ese día sería un poco extraño desde que vio a dos palomas copulando en su ventana cuando despertó.
Los pasillos de la universidad eran ruidosos. Todos estaban hablando del partido, lo que harían después de este, del posible resultado y también se escapaban algunos comentarios acerca del mariscal y su brillante actuación en el partido anterior. El chico ya tenía un pequeño club de fans y todos esperaban verlo en la fiesta de la tarde, aunque Jimin dudaba que el chico asistiera.
Ya saben, asuntos importantes con... Taehyung.
Pese a ser vilmente reemplazado, Jimin estaba de buen humor.
—¡Dime por qué mierda hiciste eso!
Pero Jimin no podía decir lo mismo de sus compañeros de la gaceta. Primero que nada, ¿por qué Jungkook sostenía por el cuello de la camisa a Seokjin?
Y además, ¿por qué Namjoon quería interponerse entre Seokjin y el mariscal? ¿Es que no le había visto los brazos al chico? Jimin no estaba seguro de sobrevivir si se cruzaba en el camino de un puñetazo de Jungkook y, sin embargo, allí estaba el moreno, tratando de que dicho puñetazo no llegara a la cara de Seokjin.
—Woah, ¿qué está pasando? —Hoseok, que venía del pasillo contrario, trotó los pasos restantes hasta ellos y obligó a Jungkook a retroceder. Jimin bebió su té de boba sin mucho afán por acercarse y morir en el intento. No es lo que esperaba de la segunda reunión de la gaceta, pero estaba entretenido.
—¡¿Por qué subiste un video de Junghyun?! —bramó Jungkook con molestia.
—¿De qué hablas? —murmuró el mayor, saliendo de su shock inicial. Para variar, a Jimin le gustaría saber lo mismo. No era un experto en policías y ladrones, pero la cara de Seokjin era de viva confusión, no de alguien culpable.
—¿Subiste un corto de Junghyun en mi video a propósito? —espetó el mariscal—. ¿Qué quieres de mí, Seokjin? ¿Por qué no me dejas en paz?
Oh, sí, cierto. Hoseok ya había subido su primera entrada a la gaceta; todos los jugadores tenían un corto video acerca de ellos, como un tráiler promocional o algo así.
—Yo, uh... ¿Lo hice? —Seokjin frunció el ceño y luego sacudió la cabeza—. Lo lamento. Tenía muchos videos y no estaban organizados. Supongo que los confundí. Yo...
—Ah, nos confundiste —repitió Jungkook en un tono airado. Seokjin cerró los ojos con un suspiro y al abrirlos, Jungkook encontró una de las tantas razones por las que no podía confiar en ese chico. Un minuto estaba actuando como un temeroso y conejo y luego había algo bestial en sus ojos.
—Para mí son un montón de idiotas tumbándose entre sí mientras uno corre con un balón —espetó Seokjin, hastiado—. Juegan con un maldito casco en la cabeza y juegas con el mismo maldito número de camiseta que tu hermano. Lamento si los confundí. Bajaré el video.
—Yah, espera, espera —intervino Hoseok. Estaban frente a la puerta del salón de la gaceta, en medio del pasillo, haciendo un pequeño escándalo, y Jimin no podía con la vergüenza ajena—. No puedes bajar el video de la gaceta. ¡Fue un éxito!
—Lo harás. De hecho, ¿por qué mierda tienes esos videos de Busan? —Jungkook ignoró a Hoseok—. Quiero que los borres.
—Maldición, lo haré —bufó Seokjin—. Te los enviaré antes si quieres. Después de todo el obsesionado no soy yo.
—Jungkook —Namjoon puso su mano en el hombro del menor, reteniéndolo en su lugar cuando lo vio inclinarse con potenciales intenciones de atentar contra la seguridad física de Seokjin. Jimin sorbió ruidosamente su té de boba y la incomodidad se disipó con el odioso sonido. Los cuatro miraron a Jimin, que se había mantenido a unos pasos de distancia, y el rubio se alzó de hombros.
—Oh, sigan, no se detengan por mí.
Pero el asunto murió allí, en un par de miradas venenosas y el chasqueo de sus lenguas. Unos minutos después, Yoonji y Taehyung se acercaron por el pasillo con las llaves para abrir el salón. La tensión aún estaba allí y Hoseok, junto a Namjoon, hicieron su mejor intento por disiparla con un par de bromas, pero Taehyung no podía simplemente ignorar el armario empotrado en el que se había convertido Jungkook, así, con sus brazos cruzados y aquella mirada desinteresada.
—Noona, ¿viste la entrada? La viste, ¿verdad? A que está genial. ¿No? —Hoseok codeó a Yoonji varias veces, sonriendo con emoción. La chica ni siquiera podía bajarlo de la nube de ego en la que estaba. Sí, la entrada en la gaceta acerca del equipo había tenido un buen recibimiento y quizá, solo quizá, la idea que Hoseok había planteado el día anterior podría resultar bastante... buena.
—No seas engreído —farfulló Jimin rayando una hoja cualquiera. No le miraba. No, él no estaba celoso de Hoseok o su sorprendente éxito, pero sí, estaba celoso. Mientras su cabeza no podía pensar en una increíble primera entrada, Hoseok se estaba haciendo sus quince minutos de fama.
—No estoy siendo engreído, estoy exponiendo hechos —declaró el pelirrojo. Estaba orgulloso de su trabajo y todo aquel que se cruzara en su camino tendría que escucharlo regodearse, aunque Jimin ahora sabía que la mitad era autoría de Seokjin. El chico había conseguido los videos, los había organizado, editado y subido, posiblemente en un tiempo récord, pero no estaba reclamando los créditos correspondientes. Para Jimin era frustrante verlo en su asiente solo... existiendo, con una mirada muerta hacia sus manos.
Como todos. Ahora Namjoon trataba de llenar los silencios hablando sobre sus ideas con Yoonji. Hoseok parecía haberse rendido y Seokjin y Jungkook ni siquiera iban a intentarlo. Solo quedaba Taehyung, mirando de un lado a otro como un cachorro perdido y confundido.
—Muy bien, ¿qué está pasando? —preguntó Taehyung cuando la curiosidad fue más. Jimin silbó. ¿Pues qué iba a pasar? Al parecer Jungkook tenía un par de teorías conspiratorias en su cabeza y por poco hace papilla a Seokjin, pero nada de qué preocuparse.
—No tengo tiempo para esta mierda —farfulló Jungkook levantándose de su silla. Con un partido en menos de cinco horas seguramente no, pero sus palabras y el tono ácido de su voz pusieron una mueca de disgusto en la cara de Yoonji y una de sorpresa en la de Taehyung. El mariscal solo abandonó el salón y los dejó allí con caras incrédulas.
—Hablaré con él —murmuró Hoseok de inmediato. Fue tras el mariscal y lo alcanzó en medio del pasillo. Notó sus hombros tensos cuando pasó su brazo sobre estos—. Dios, Kook, ¿qué ocurre contigo hoy?
—Nada —respondió Jungkook en respuesta. O tal vez era todo. Estaba cansado e irritado y Seokjin solo era una de las muchas cerezas del pastel.
—¿Qué fue eso con Seokjin hace unos segundos? ¿Querías meterte en problemas y no jugar el partido de hoy? —Y ahora Hoseok regañándolo como si fuera su padre. No quería darle la razón a Seokjin. ¿Cómo podía confundirlos a su hermano y a él? Podía haber mirado las fechas de los videos o alguna mierda así. No había necesidad de tocarle los cojones de esa manera.
—¿Qué más da? Jugaré. Es lo que importa —dijo entre dientes. Hoseok tiró un mechón de su cabello sin delicadeza.
—Si juegas con la cabeza como una papa caliente, todo saldrá mal —declaró su ex capitán—. Vamos, relájate. Podrás ir a la fiesta luego del partido y divertirte con rato. Tal vez por fin conozcas a una chica que te dé una patada en los huevos cuando actúes como lo hiciste con Seokjin.
Esas palabras hicieron que gruñera con fastidio. Tres cosas. Una: él no asistiría a esa estúpida fiesta. Su mánager tenía planes para él después del partido. Dos: él no necesitaba conocer a ninguna chica y no necesitaba que lo adiestraran como a un perro diciéndole cómo actuar y cómo no. Tres: de todas formas, ya conocía a alguien y ese era Taehyung.
Oh, por Dios.
Él había actuado como un idiota frente al fosforito.
Y maldición, se verían después del partido. Era el trato. ¡Y ahora tenía planes con su mánager!
—Iré al gimnasio —declaró después de un grito interno. El estrés en su cuerpo estaba rozando niveles que no podría manejar si no hacía un maratón en la trotadora en ese mismo instante.
—Ve —Hoseok le dio dos palmadas en la espalda—. No te esfuerces tanto; debes estar bien para el partido. Les avisaré a los demás para que no te saquen a patadas de la gaceta.
Ahora con una asfixiante sensación de culpa en su pecho, Jungkook asintió.
[♥]
—No puedo culparlo.
—Es porque tú no lo viste —replicó Jimin con voz aguda y Taehyung hizo una mueca, algo preocupado.
—Está bien, pero todos tenemos malos días, Jiminie.
—Lo dices porque no puedes ver la maldad en las personas hasta que vas a doscientos kilómetros por hora en un carro, pero quién soy yo para juzgar —suspiró su amigo rubio—. O lo dices porque te gusta demasiado, pero te lo digo, el bicho que lo picó esta mañana tenía el virus de la rabia o no sé. Pregúntale a Namjoon; podría no haber sobrevivido.
—Ahora tú estás exagerando —resopló él, rodando los ojos. Namjoon estaba en una pieza y, bueno, Seokjin también. Definitivamente no podía imaginar a Jungkook utilizando como saco de boxeo a todo el mundo, pero, de nuevo, podía estar equivocándose. Ya no estaba seguro de poder confiar ni en sí mismo—. Él no me gusta... —Jimin lo miró con una ceja arriba—, demasiado —terminó—. Uhm, lo normal.
—¿Entonces por qué estamos caminando hacia el gimnasio como si él fuera un perrito que necesita tu constante supervisión?
—Porque estoy preocupado —contestó Taehyung levantando su dedo índice—. Y haría lo mismo por ti. ¿Sabes qué? Iré solo. Veo la maldad en tus ojos ahora mismo.
—Huh, sí, me picó la víbora del desamor y la desilusión.
—Jimin, el mundo es un océano; hay miles de peces, sobrevivirás al veneno. Nos vemos luego. —Sin esperar respuesta alguna, se movió por los pasillos hacia el —nunca visitado por él— gimnasio de la universidad. Cuando existía la cafetería, ¿cómo podía preferir ir al gimnasio?
Encontró a Jungkook en una de las bancas que deberían utilizarse para las pesas, pero en vista de la hora, no había nadie utilizándola. Estaba sudado, con el cabello húmedo y sus mejillas sonrojadas; su respiración era tranquila, lo que significaba que había terminado con lo que sea que estuviera haciendo.
—Hey —saludó casualmente. Había varias personas allí, chicas y chicos a los que, escuchen bien, Taehyung ni siquiera pudo mirar. No con Jungkook al frente. No era culpa de nadie ser opacado por Jungkook; es que, bueno, era Jungkook.
—Fosforito —El mariscal suspiró y sus ojos oscuros y enormes brillaron con culpa—. Mierda, lo siento. Estaba a punto de llamarte.
—¿Por lo de hace un rato? No te preocupes. Yo...
—No. Bueno, sí, también —lo interrumpió Jungkook, sacudiendo la cabeza—. No puedo verte después del partido. Mi mánager me necesita.
Ah. Así que así se sentía la mordida de esa víbora que acababa de mencionar Jimin. Como un hueco en tu estómago. Uno de los síntomas tenía que ser debilidad de los músculos de la cara porque Taehyung nunca tuvo tantos problemas para fingir una sonrisa.
—Está bien, no te preocupes. —Y dicha sonrisa debió verse muy fea porque Jungkook de inmediato arrugó sus cejas, luciendo martirizado.
—¿Qué tal si vas a esa fiesta que hacen después del partido y te diviertes? Podemos vernos mañana —intentó el mariscal y Taehyung realmente premió su insistencia, pero había quedado con Seokjin ya; antes tenía que revisar el lugar de la fiesta, también.
—Nope, mañana no es buena idea. Escucha...
—Pasaré por ti a la fiesta, entonces.
—¿Uh?
—Sí. En cuanto termine mis compromisos, podría buscarte. ¿Suena muy desesperado? —Jungkook rio un poco—. Solo no quiero que cambies de opinión. Solo para confirmar, todavía planeas ir al partido, ¿verdad?
Taehyung apretó sus labios para no sonreír. Jungkook era dulce, pero... inseguro. Tal vez por eso deseaba conocer la historia que tenía con Seokjin. Ahora solo quería entenderlo. Ayudarlo. ¿Eran muy codiciosas sus ambiciones? En realidad, estaba por decir que podían verse cualquier otro día, pero terminó asintiendo, complacido por la sonrisa alegre del mariscal.
Aún me divierte ver comentarios como "castaño? no era pelirrojo?" "rubio? no era pelinaranja?". Es tornasol, no se compliquen 😅
Chicas, atravieso una situación ciertamente peliaguda; de allí mi ausencia, gracias por entender, les envío ánimos y fuerzas 🥰
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