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Canción en multimedia: Am I Wrong? - BTS ❤️
"¿La caja de Pandora?
Ni siquiera puedo decir que esto sea un secreto. Nuestros protagonistas en realidad no fueron muy cuidadosos; o más bien, eso es lo que deseo creer, ya que —dadas las circunstancias— a estos chicos no parece interesarles estar en la Institución o no para hacer sus... cosas."
Jungkook terminó de leer el párrafo y miró a Taehyung, preguntándole tácitamente si de verdad quería seguir. El castaño pulsó el botón de play del vídeo que se mostraba a continuación. En este, pudo ver a su amigo sonriendo mientras le decía algo a Hoseok, que estaba enfrente. Ellos estaban en un salón, por lo que podía observar. Un salón como el que justo ellos estaban ocupando. Jimin dijo algo más y Taehyung casi podía imaginar sus palabras de filtreo y conquista, porque al siguiente segundo Hoseok estaba sobre él, devorando sus labios, y Taehyung pulsó el botón de pausa, decidiendo que en realidad no deseaba ver ese espectáculo dos veces.
—Sigue leyendo —instó al mariscal.
"Te los presentaré en caso de que no los conozcas. Park Jimin, el mejor amigo de Kim-desesperado-de-atención-Taehyung. Te hablé de él antes, también. Quiero decir, sí, vaya, no es sorpresa el dúo dinámico esté en busca de algunas migajas. Pero te explicaré por qué. El otro es Jung Hoseok. Seguro lo conoces; es el capitán del equipo de fútbol americano de la universidad y es... ¿gay? Porque esto no sería una caja de Pandora si...".
—Hay otro video —murmuró Jungkook y fue Taehyung, desesperado, quien le dio a play. De nuevo, estaba Jung Hoseok en un salón, y esta vez no estaba Jimin por ningún lado. En cambio, había una chica de cabello largo que Taehyung había visto un par de veces en el apartamento de Hoseok, pero que en realidad solo hablaba con Namjoon sobre temas académicos cuando estaba allí. Hoseok la estaba besando y sus manos estaban por todo el cuerpo de la chica, su cintura, su trasero, y Taehyung estaba francamente indignado por lo que veía. ¡¿Cómo podía Hoseok hacerle eso a su mejor amigo?! Quiso quedarse hasta el final, pero fue Jungkook quien pausó el vídeo y puso el celular lejos de él.
—¡Jungkook!
"Por decencia, no mostraré el desenlace de ambas historias, pero puedo asegurar que ustedes saben qué ocurrió después. No tengo palabras para describir mi disgusto hacia estas tres personas, así que abriré la caja de Pandora para ustedes, y dejaré que sean quienes lo hagan."
—Mierda, alguien quiere ver arder el mundo.
—Quiero decir que esa chica es una perra, ¡pero no puedo decirlo porque seguramente ella ni siquiera sabe lo que está haciendo Hoseok! —exclamó Taehyung, molesto.
—Creo que hay una explicación muy lógica para esto —empezó Jungkook, pero el castaño no iba a tragarse ese cuento.
—No la hay. No lo defiendas —Lo señaló con su dedo acusador, mas eso no intimidó en lo más mínimo al otro chico.
—¿Cómo puedes saber que Jimin no es el colado aquí? —preguntó y Taehyung jadeó porque él realmente no podía asegurarlo, pero conocía a su amigo y eso era muy poco probable—. No saltes a conclusiones apresuradas, fosforito.
—Mírame saltar.
Taehyung giró hacia la puerta con convicción, decidido a plantarse frente a Hoseok y a hacerle desear nunca haber nacido, pero el pelinegro fue más rápido que él y solo necesitó estirarse un poco para agarrar su antebrazo, deteniéndolo.
—Cálmate. ¿Qué demonios se supone que harás?
—Voy a arrancarle la lengua a Hoseok.
—No lo harás. Hyung ya no está en la universidad; se fue después del entrenamiento —señaló Jungkook y Taehyung lo miró como si fuera el culpable de eso, aunque no lo fuese—. Mira la hora que es. Jimin tampoco está aquí, ¿o sí?
—No —farfulló el castaño. Él se había quedado para grabar, pero sus cases terminaron en la mañana.
—¿Y cómo vas a encontrar a esta chica? ¿Sabes quién es al menos, o su nombre?
—No —respondió Taehyung, sintiendo el bajón de adrenalina. Aun así, se zafó del agarre de Jungkook, pero solo para cruzar sus brazos en un silencioso berrinche. Estaba tan molesto... y triste. Pobre Jimin... Él mismo lo había dicho: le gustaba ser el único. Así que, por donde Taehyung lo viera, Hoseok tenía que darles a todos una explicación. Bueno... no a todos, pero el mundo terminaría enterándose, seguramente.
—Vamos a mi departamento, relájate, y piensa las cosas con la cabeza fría.
—No puedo relajarme. ¿Debería escribirle a Jimin? Él me ignora. Y no puedo ir a tu casa —Taehyung arrugó la nariz, recordando—. Debo ser productivo hoy y terminar con un guion. A menos que quieras ayudarme, no veo razones para ir a tu departamento.
—Bueno, te ayudaré. ¿Por qué no? —musitó al ver la cara de sorpresa del castaño—. No tengo nada particularmente importante que hacer, así que puedo ayudarte.
—¿En serio? —preguntó incrédulo, pero con una cara de oh-eres-mi-salvador. Jungkook asintió y el castaño aplaudió, feliz—. Está bien, entonces. ¿Quién saldrá primero?
—¿Uh? ¿De dónde?
—Del salón —respondió Taehyung con obviedad—. Iré primero, entonces. Puedes salir unos cuantos minutos después.
Jungkook lo miró desconcertado y sacudió su cabeza, riendo.
—Fosforito, la gente normalmente usa los salones. Para eso están. Solo... salgamos, juntos —El pelinegro se alzó de hombros—. Es menos sospechoso y, de todas maneras, no hacíamos nada malo.
Mientras el mariscal sostenía la puerta para él, Taehyung no pudo evitar mirarlo con cierta adoración, como si el corazón le brincara en el pecho. Ni siquiera tenía palabras para describir correctamente lo que sentía, pero había una sonrisa tirante en sus labios, cálida y serena.
—Te lo advierto. Debemos leer un libro para hacer el guion —dijo Taehyung cuando ambos estaban en el pasillo. Finalmente, el mariscal tenía razón. De los pocos estudiantes que quedaban a esa hora en el pasillo, algunos apenas y los miraron—. Es tu oportunidad para echarte atrás, Jeon.
—Puf. Soy el maldito mariscal de campo. Yo nunca me echo para atrás.
[♥]
—¿Puedo echarme para atrás?
Taehyung dejó caer sus hombros con un suspiro exagerado y luego miró a Jungkook.
—No te puedo culpar. Incluso yo quiero echarme para atrás. Luego recuerdo que, de hecho, esta es mi tarea.
—Hagamos una pausa activa —sugirió Jungkook desperezándose desde su esquina en el sofá. Como deportista, eso de tener el trasero pegado a una silla por mucho tiempo no era para nada fácil. Cada uno tenía una ejemplar del libro en sus manos y por decisión unánime habían escogido una mitad del libro. Después unirían ideas y escribirían algo lo suficientemente decente.
—Ugh. Esto no pasaría si Jimin estuviera a mi lado recordándome las asignaciones que tenemos pendientes —se lamentó Taehyung, cerrando el libro y tomando una profunda bocanada de aire. El departamento, a pesar de ser de su manager, olía muy a Jungkook. Fresco, limpio, como a pradera. Y el shampoo para alfombras tenía cierto toque de lavanda.
—¿Aún no te responde?
—No —Taehyung miró su celular, solo para encontrarse con la barra de notificaciones, donde un montón de sus contactos le compartían el mismo enlace que Jungkook había recibido. El castaño estaba francamente cansado de mandarlos a la mierda—. Jungkook —Él suspiró, sintiendo que su cuerpecito no merecía pasar por tanto estrés—. Sigues ignorándome cuando te pregunto sobre Seokjin.
Y como era costumbre, el mariscal se escondió detrás del libro después de rascar su cuello con incomodidad. Taehyung se incorporó y gateó lo que faltaba para llegar hasta él, bajando el libro.
—Por favor.
—Tae, en serio no me gusta hablar de eso —farfulló Jungkook—. No me siento cómodo.
—No es como que quiera saber para hacer crecer mi exponencial banco de información. Yo solo... Creo que después de tres años babeando por Seokjin, él al menos me trata como a un amigo. Pero no quiero eso, no quiero estar como un perro detrás de... un hueso —Como decía el post. Taehyung resopló. Tal vez el post de la gaceta en serio le había obligado a abrir los ojos y replantearse si eso era lo que quería. ¿Seokjin siquiera era heterosexual? Y si no lo era, ¿existía la mínima posibilidad de que lo mirase como algo más que un dongsaeng? —Llámame supersticioso, pero... no sé, quiero una señal. Algo que me obligue a batearlo lejos, porque no estoy haciendo un buen trabajo con mi propio criterio.
Jungkook dejó el libro a un lado y tomó las manos de Taehyung, robándole su soporte y obligándolo a recostarse en su pecho.
—Yo. Yo soy tu señal —dijo Jungkook, pero eso no fue un mayor consuelo para el castaño, quien inclinó su cabeza para verlo a los ojos. El problema era que, claramente, era una señal que no podía tomar a consideración porque estaba muy dentro del clóset.
—Jungkook... —El mariscal se inclinó hacia sus labios, rozándolos—. En serio, no deberíamos besarnos.
—Concuerdo —respondió Jungkook, pero no dejaba de observar sus labios, y Taehyung pasó la lengua por estos, un poco ansioso. Jungkook se había prometido que no lo haría más, porque definitivamente no quería ser como es tal Minaje ni hacer que Taehyung pasara por tales amarguras, pero... Era difícil. Muy difícil.
—Seokjin. No cambies el tema de Seokjin —le recordó el castaño, y al menos eso sirvió para desviar la atención de Jungkook, quien solo suspiró con cansancio.
—Fosforito. Seokjin es alguien... retorcido.
—¿Retorcido cómo? ¿Retorcido como que le gusta matar a sus modelos o algo así? Porque yo ahora mismo estoy siendo su modelo y eso no pinta bien. ¿O retorcido como...?
—Retorcido —El mariscal lo interrumpió y pareció perderse en sus memorias, simplemente peinando los cabellos castaños de Taehyung de un lado a otro—. Él va a... sonreírte.
—¿Sonreír? Eso no suena como algo retorcido.
—Y luego, te hará creer que eres su amigo, que haría todo por ti —susurró Jungkook—, que está agradecido de tenerte en su vida. Te hará sentir que eres lo más importante. Y luego... va a usarte. Eres importante para él no porque en realidad te aprecie, sino porque le sirves. Te va a volver loco. Te va a destruir.
Su cara lo decía todo. Contaba una historia y Taehyung se sintió ansioso, deseando conocerla, pero también con miedo de hacerlo.
—Jungkook, qué mierda. ¿Cómo sabes todo eso?
—Tae, solo aléjate de él. Esta es tu señal, y será mejor que la tomes.
[♥]
El estruendoso sonido de una alarma lo despertó con un brinco. Su cuello dolió por el movimiento y sintió su mejilla entumecida. La tenue luz de la sala iluminaba el rostro pasible de Jungkook, quien lucía profundamente dormido junto al computador, a pesar de que el celular en la mesa a unos cuantos centímetros de su rostro estuviera sonando como un loco con la alarma.
Taehyung miró la hora con el ceño fruncido en el celular del mariscal. Eran las cinco de la mañana y el nombre del despertador era "SALIR A TROTAR". Pffffff. Dos cosas. Uno: Taehyung y trotar en la misma oración no era coherente. Dos: caso tal de que su vida diera un giro de 180° y se volviera un chico fitness, ¿trotar a esa hora? Ni jodiendo.
—Jungkook —lo llamó suavemente. Maldición. Ellos se habían quedado dormidos redactando el guion. Ahora solo quedaban cuatro horas antes de tener que entregarlo. Alarmado, Taehyung tomó el computador dispuesto a terminar eso como que se llamaba Kim Taehyung, pero se dio cuenta de que en realidad el trabajo estaba terminado, o así lo hacía ver el jocoso "Fin" que estaba al pie de la última palabra.
Taehyung frunció el ceño. Lo último que recordaba era describir a los tramposos cerdos de George Orwell, y eso estaba al menos once páginas más arriba, así que... Él miró a Jungkook. ¿En serio ese idiota había terminado con el guion?
—Jungkook —volvió a llamarlo, pero esta vez sonó como un alarido de culpa. Dios. No podía ni siquiera creerlo. Jimin había dicho que el mariscal era un disciplinado chico que dormía ocho horas diarias... Y se había desvelado. Solo para ayudarle.
—Mmm —El pelinegro frunció el ceño, aún con los ojos cerrados, pero no pudo mantenerse así por más tiempo, no mientras Taehyung zarandeaba su hombro—. Mmm, fosforito, ¿qué pasa?
—Ve a dormir, cavernícola.
—Eso hacía —respondió Jungkook con obviedad, frotando su cara—. Hasta que me despertaste.
—En tu cama, quiero decir. Gracias —susurró Taehyung—. No tenías que terminar el guion por mí. Esa era mi responsabilidad, ugh. Ahora me siento culpable y en deuda. No me gusta.
—Sí, ajá —El mariscal se levantó y se desperezó. Su alarma de las 5:10 comenzó a sonar, la que tenía en caso de no levantarse a las cinco en punto, pero él la descartó con un bostezo. No, hoy no—. No es nada. Pero ahora... me temo que iré a la cama. Estás cordialmente invitado.
—Lamento declinar la oferta. Debo entregar esto a las nueve en la universidad y si pongo un centímetro de mi cuerpo en la cama, despertaré en Navidad.
—Entonces, puedes usar el baño; hay toallas y jabón, pero no tengo cepillos nuevos, lo siento —Volvió a bostezar y luego se quedó mirando a Taehyung unos segundos antes de sonreír—. Dios, fosforito, luces hermoso así, con tu cabello revuelto y las mejillas de bebé recién levantado.
Taehyung cubrió su cara con vergüenza. Por supuesto que no. No creía lucir precisamente hermoso estando recién levantado, no después de escasas tres horas de sueño al menos. En cambio el mariscal lucía todo salvaje y desaliñado.
—Estás en tu casa, fosforito. —Bostezó una última vez antes de irse y Taehyung murmuró un "gracias", sintiéndose cansado y aún muy culpable. Si realmente Jungkook era esa señal de la que hablaban antes, entonces... ese chico sería el hombre con quien terminaría casado o su más grande desamor. Cualquiera de las dos, le aterraba.
No tengo mucho que decir. Sonrían ❤️
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