Octavia se ofreció a ser el objeto de estudio para su próxima vela, a la chica le encantaba formar parte de la acción y creía fervientemente que su amo podría confeccionar una vela que ayudase al niño de los Waters a mejorar. El hombre quedó en pasar por la vela la siguiente semana, por lo que tenía algo de tiempo para trabajar en ella.

Sin embargo, pronto se dieron cuenta que era imposible saber que tan efectiva sería sanación del alma, cuando Octavia no había pasado por nada parecido a lo aquel niño tuvo que sufrir. Entonces a la chica se le ocurrió que podrían utilizar a su hermano, Peter, quien sufrió un fuerte trauma en la infancia, cuando él y su hermana Lorraine tuvieron que cuidar de su madre enferma, acompañándola en sus últimos momentos. En aquella época el padre desapareció, dejándolos a la deriva, así su madre se hizo cargo de ellos, pero su salud era débil. Octavia no estuvo presente en esa ocasión, porque era todavía una bebita de tres años y se encontraba en su cama durmiendo, pero Peter ya tenía siete años y Lorraine diez, así que ellos la vigilaron durante su última noche. Al día siguiente, mientras Octavia lloraba al ver que sacaban el cuerpo de su madre de la casa, Lorraine y Peter permanecieron mortalmente serios. Ella jamás los vio derramar una sola lágrima después de eso.

Octavia pensaba que quizás mientras ayudaban al niño de los Waters, también podrían ayudar a su hermano.

Ignorante de los pensamientos de su hermana, Peter aceptó ser el nuevo sujeto de prueba de Aster. Él no se sentía tan complicado sobre el tema, simplemente pensaba que, ya que Octavia era muy joven y vivió menos, la limpieza del alma no sería tan evidente. Técnicamente estaba en lo correcto.

Como sea Aster tardó tres días en hacer la nueva vela y cuando estuvo lista, comenzaron las pruebas en Peter. Para esto abrieron una de las habitaciones vacías, donde el susodicho se acostó en la cama y encendió la vela, dirimiéndose enseguida, como a Aster no le afectaban sus propias velas estuvo monitoreándolo todo el tiempo.

A la hora de la cena se escuchó un grito desgarrador recorriendo la casa. Era Peter, que se encontraba en el suelo, retorciéndose mientras se sostenía el pecho, como si un dolor incontenible estuviera atravesándolo. Aster corrió a apagar la vela, pero no pudo, la flama se negaba a morir. Octavia entro corriendo y rodeo a su hermano en un abrazo, Matthew hizo lo mismo. Rosemary se quedó en la puerta, llevándose una mano a la boca, mientras que Johan la sostenía de los hombros para que no se fuera de espaldas por la impresión.

Aster estaba congelado cuando vio como el llanto de Peter comenzaba a volverse más tenue con el paso de los segundos, al tiempo que la flama se volvía más grande, hasta transformarse en una fogata. Él retrocedió, intentando sacar a los chicos de la habitación, pero fue imposible mover a Peter, cuyas pupilas se transformaron en dos círculos iridiscentes que miraban a la nada.

De golpe la flama se apagó y Peter perdió el conocimiento.

Cuando el chico despertó ya era de madrugada y había un doctor examinándolo mientras el resto lo observaban preocupados.

—¿Cómo que no tiene nada? ¿Entonces porque no despierta? —espetó Aster, que parecía histérico y cansado, a su lado Octavia estaba llorando.

—Simplemente esta exhausto, pero no está enfermo y tampoco está hechizado, su núcleo también se encuentra en perfectas condiciones —explicaba el hombre con evidente mal humor. Peter reconoció al doctor, un hombre de pelo cano y que siempre usaba un traje blanco.

Peter se incorporó, sintiendo una tranquilidad que no había experimentado en mucho tiempo. Cuando lo vio levantarse, Octavia saltó sobre él, atrapándolo en un fuerte abrazo.

—¡Peter! —exclamó, tenía los ojos llenos de lágrimas.

Aquello le causó gracia, Octavia ponía una cara muy rara cuando no estaba preocupándose por verse bonita.

"Mamá ponía la misma cara cuando lloraba" pensó. Hacía mucho tiempo que quería mencionarlo, Octavia se parecía a su madre y cada día que pasaba era mucho más evidente que eran como dos gotas de agua, sin embargo, ni él ni Lorraine se atrevieron jamás a decirlo en voz alta. Especialmente él, quien se negaba incluso a recordarla, porque siempre que la mujer aparecía en sus recuerdos era tumbada en una cama, enferma, agonizando.

Peter perdió la sonrisa, sintiendo que la respiración se le cortaba al recordar la muerte de la mujer. Sin embargo, había algo más, su pecho era como una enorme bola de hilos que se desenredaba poco a poco. La herida abierta que lo había acompañado hasta ese momento oculta celosamente, se encontraba expuesta al aire.

—¿Peter? —Octavia lo miró confundida.

Peter ladeo el rostro, no se acordaba de nada, para él todo ese tiempo inconsciente fue solo un largo sueño.

—Ya está ¿No se los dije? Solo estaba dormido —el doctor comenzó a guardar sus cosas y luego se dirigió a Aster—. Hablemos de mis honoríficos.

Aster lo observó, igual de consternado que Octavia, pero se apresuró a seguir al hombre afuera.

Cuando volvió le pidió disculpas a Peter y le aseguro que le daría a Mr. Waters únicamente una vela para el insomnio. Peter no entendía cuál era el apuro.

—En realidad me siento muy bien —dijo encogiéndose de hombros—. Me parece que la vela funcionó.

—Pues si es así, por lo menos valió la pena, nos quedamos sin un buró gracias a eso —dijo Matthew señalando el pedazo de madera quemada al lado de la cama.

Al parecer cuando la vela se apagó, terminó por consumir toda la cera y destruyó el mueble en el que la pusieron. Peter se sorprendió de que todo aquello ocurriese mientras estaba dormido.

—No sé si sea buena idea que le entregue una vela como esta a Mr. Waters, parece un proceso demasiado traumático... —murmuró, frunciendo el ceño. Aster quería ser de ayuda, no empeorarlo todo con sus experimentos.

—No sé, yo me siento muy bien, hasta parece que respiro mejor —dijo, tomando aire. Todos en la habitación lo observaron; Peter solía ser una persona muy seria, así que la sonrisa en sus labios y la paz en su expresión se sintieron fuera de lugar.

La expresión del chico cayó.

—Si siguen mirándome de esa forma no volveré a reírme jamás —espetó avergonzado, su comentario pareció aliviar al resto.

—Todavía nos quedan cuatro días —explicó Aster—. Podemos observar cómo van las cosas y en base a esto tomar una decisión —él parecía inseguro. Nunca pensó que una vela suya pudiera ser así de intensa, en parte debido a que su magia no era especialmente poderosa, de otro modo no se hubiera atrevido a tomar a Peter como conejillo de indias, después de todo la magia no parecía funcionar en sí mismo y en general sus hechizos siempre fueron bastante inofensivos.

Sin embargo, por segunda vez parecía que sus creaciones se salieron de control.

Cuatro días después Peter parecía igual que siempre, aunque Octavia le dijo que de vez en cuando estaba distraído y a veces hablaba de su madre y rompía a llorar. En palabras de Rosemary "Daba la impresión de estar viviendo por fin el duelo".

La mujer, contra todo pronóstico, parecía haber encontrado por si sola una explicación a los resultados de la vela y la forma en que esta afectaba a Peter.

—Creo que estaba sufriendo un severo caso de constipación emocional —explicó—. No podía llorar, así que no podía comenzar a sanar. Puede que ahora este sufriendo, pero creo que después se pondrá mejor.

Sin embargo, Aster seguía sin estar del todo seguro. Así que cuando Mr. Waters apareció al inicio de la siguiente semana, Aster le entrego dos velas, la de la limpieza del alma y la del insomnio, y le explicó a grandes rasgos los resultados de sus experimentos.

—Puede que sea de ayuda, pero no sabemos sus efectos a largo plazo —dijo, sin atreverse a exagerar sus logros—. Si le soy sincero la experiencia fue aterradora y una vez que empieza no se puede terminar hasta que la vela se consuma, solo puede utilizarse una vez. Ya que existe esta opción decidí hablarle de ella, pero no me siento muy cómodo asegurándole que va a funcionar, por lo que dejo la decisión en sus manos.

El hombre tenía una expresión complicada en el rostro cuando se marchó. Aster suspiró y entro a la casa, encontrándose con Octavia y Peter, que estaban discutiendo la forma en que debían colocar los platos en la mesa, si dependiendo de la estética de la comida o la etiqueta. Al verlos tan animados se sintió un poco más tranquilo, aunque en el fondo de su mente todavía estaba consternado por los resultados de la última vela.

¡Hola gente! Estoy un poco tarde con esta actualización, han sido días ocupados por culpa de las fiestas. xD 

Les vengo a contar que me acabo de enterar que me voy a mudar en unos días, así que la próxima semana probablemente no haya actualización. 

Espero que el capítulo les haya gustado y tengan paciencia ;-;