🌊 PRÓLOGO 🌊
El ocaso de ese día se encontraba hermoso ante los ojos del capitán SeoKJin.
Las olas del mar se movían suavemente, provocando que el barco se moviera con delicadeza. La fresca brisa comenzó a golpear su rostro blanquecino, anunciando que la noche no tardaba en hacer aparición.
-¡Es un bello ocaso, no lo creen!-Exclamó, a lo que su tripulación respondió al unísono.
-¡Sí!-Una sonrisa se formó en sus labios.
Amaba a su tripulación, amaba su barco.
Se mantuvo pensativo por unos segundos, hasta que uno de sus marineros se acercó hasta él. Era Ken, su mano derecha frente a su tripulación y amante en su camarote, pero sin relación romántica de por medio.
-¿Sucede algo Ken?-Se dio la media vuelta, logrando verlo frente a frente.
-Fue una excelente pesca.
-Lo fue. Y que decir sobre ustedes, hicieron un gran trabajo.
-Tu tripulación te respalda y lo sabes.
-Ja, ja, ¿qué haría sin ustedes?
-Probablemente el barco se volcaría en el mar.-El castaño alzó su ceña y cruzó sus brazos, mostrándose "indignado".-N-no digo que no seas un buen capitán, al contrario, nos has demostrado que eres mejor que todos nosotros juntos, solamente lo digo para añadirle dramatización al asunto.-Intentó excusarse.
-Ja, ja, sí, sí, comprendo. -Dio palmaditas con su mano sobre su hombro, para después comenzar a caminar, hasta que el rubio reaccionó y lo tomó de su antebrazo, evitando que se fuera.-¿Sucede algo?
-Eh...-Carraspeó, para después continuar.-¿Pasará mucho tiempo antes de hacer un largo viaje?-Lo miró atentamente, esperando una respuesta a su pregunta.
SeoKJin abrió sus ojos con sorpresa por unos segundos, para después carraspear. Sabía a lo que se refería el rubio, pues cada que hacían un viaje largo, donde tenían que recorrer largas distancias en busca de nuevas especies para pescar, aprovechaban para hacerse compañía en sus camarotes toda la noche, hasta que salía el sol.
-Pronto Ken, pronto.-Le regaló una sonrisa un tanto pícara, para después seguir su camino.
Caminó por la cubierta, hasta que se detuvo en donde su tripulación se encontraba bajando barriles del barco, mismo que contenían el pescado que habían recolectado durante ese día.
-¿Necesitan algo de ayuda?-Después de regalarles una sonrisa, comenzó a ayudarles a bajar barriles a través de una rampa.
Hacía su trabajo con fuerza y esmero, hasta que una voz desconocida llamó su atención e hizo que abandonara su tarea casi de inmediato.
-Necesito que te apures con eso, tiene que estar abajo del barco lo más pronto posible.
-¿Disculpe?
-¿Qué? ¿Acaso estás sordo? Te dí una orden.
-Oh, lo siento, es que no escucho ordenes de extraños que se creen capitanes.
-¿Disculpa? ¿Acaso sabes quién soy?
-¿Un capitán frustrado?-Respondió con burla el castaño, y fue entonces que el resto de los hombres comenzó a reírse.
-Ja, ja, ja, que gracioso.-Rió el azabache con ironía.-Nada mal para un intento de capitán.-Dijo, logrando poner serio al contrario.
-Soy el capitán de este barco porque era de mi padre.
-Y de su amigo.
-Sí, pero-...-Se detuvo abruptamente, para después mirarlo con su ceño fruncido. Fue entonces que a NamJoon le pareció gracioso ver sus cejas pobladas fruncirse con molestia.-¿Cómo sabes eso?
-Oh, porque él es mi padre.
-Eso significa que-...
-También soy capitán de este barco.
-¡¿Qué?! ¡No!-Entró en un especie de trance, ese barco no podía tener dos capitanes, definitivamente no.
-¿Qué? ¿Le comieron la lengua al intento de capitán?
-¿Cómo te atreves a llamarme así?
-Es la verdad, sería mejor capitán qué tú.
-Lo dudo completamente.-Rápidamente se aproximó hacia el con actitud defensiva.
-¿Lo ves? Esa actitud agresiva es la de un marinero de cubierta, no de un capitán civilizado.-El castaño se vio obligado a callar, apretando su mandíbula y dirigiendo su mirada hacia otro lugar.
-¿Qué quieres?-Cruzó sus brazos.
-Escucha... Vengo a hacerte una propuesta.
-No venderé el barco.-Interrumpió abruptamente y NamJoon entendió que no servía de nada continuar con su discurso, así que fue al grano.
-Bien, entonces como hijo de uno de los propietarios me toca por derecho una parte del barco.
-¿Al menos sabes como se llama el barco o cuando lo crearon?
El azabache se entró en un pequeño pánico, pues su padre nunca le había dicho esto, solamente le había hecho saber que había un barco que había construido junto a un amigo, pero que este falleció y el barco había quedado en manos de su hijo. Y fue entonces que la mente de NamJoon logró hacer la idea de que él también tenía derecho al mando de ese barco.
Miró al barco, buscando el nombre en un costado, pues normalmente es donde vendría, ya que a esa altura es donde debía bautizarse, hasta que encontró algo...
-Aleta Azul.-Respondió luego de leer ese hombre en el barco. Cuando miró nuevamente al castaño, este lo observó incrédulo y con ganas de golpearlo.
-¿Es en serio? Esa es la empresa de tu padre.-El azabache titubeó por unos segundos, no era su culpa, había pasado tanto tiempo en el extranjero qué había olvidado por completo el nombre de la empresa familiar.
-A-ah, ¿así? Entonces si te crees muy listo, dime tú el nombre, puede que ni siquiera tú lo sepas.
-Su nombre es Lucero Azul y fue creado en 1818. En 1819 iban a zarpar, pero el barco aún tenía algunos detalles que eran necesarios arreglar para evitar un accidente. En 1820 sucedió la tragedia del ballenero Essex, así que mi padre y su amigo decidieron qué lo mejor era no arriesgarse. Yo fui quien zarpó este barco por primera vez, así que no voy a permitir que me arrebaten lo que tanto me ha costado.
-Yo solamente te digo una cosa, o me vendes el barco o seré capitán de él.
-No tienes el-...
-¿Derecho? Por supuesto que sí y lo sabes.
-Agh.-El castaño apretó sus puños molesto.-Ya lo veremos.-Le retó, para después darse la vuelta y volver a subir a barco con la sangre hirviendole en las venas.
Su tripulación habían dejado de lado lo que se encontraba haciendo. Luego de asegurarse de que el capitán se encontraba en la parte interior del barco, para después caminar en dirección hacia el desconocido que había hecho enojar a su capitán.
-Ya lo oíste, largo de aquí.
-Yo me iré cuando yo quiera, no recibiré ordenes de un marinero de cuarta.-Ofendió el azabache. La tripulación comenzó a reír, al igual que el hombre al que iba dirigida tal "insulto".
-De pronto dejó de reír. -Escucha, hijo de papí-Se acercó hacia él, con intención de intimidarlo, sin embargo, el azabache nunca bajó la cabeza en ningún momento.-, no soy un marinero de cuarta, soy la mano derecha del capitán, mismo que se ganó su lugar en este barco y que no sólo llegó queriendo mandar y humillar. Así que sigue soñando.-Le empujó, logrando tomar desprevenido al azabache, quien casi perdió el equilibrio.
-¿Qué demonios te sucede? ¿Acaso sabes quien soy? Puedo dejarte en la calle en un abrir y cerrar de ojos.
-Por supuesto que lo sé, eres Kim NamJoon, el hijo de papí que no ha hecho nada en su vida más que vivir del dinero de la empresa de su padre, misma que está de pie gracias a nuestro capitán.-Sonrió burlón. -¿O me equivoco?
-Me las vas a pagar.
-Estaré esperando pacientemente el día.-Se burló el rubio.
-Ja, ja, ja, no sabes con quien te has metido.-Río sin gracia, para después amenazarlo e irse por donde vino.
Ese marinero de cuarta se la iba a pagar...
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