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-El mapa de Karla-

Día de los Enamorados o San Valentín como se le conoce en distintos países pero con el mismo final. Un día lleno de azúcar, miel y corazones fervientes de “amor". No es que sea intolerante a esta fecha, solo que nunca en realidad lo he celebrado. Por muy lamentable que parezca no he tenido la dicha de recibir ni una flor marchita en este día.

Bloqueo la pantalla del teléfono luego de ver infinitas imágenes que han compartido las parejas enamoradas en el instituto. Mamá grita que baje a desayunar y me arreglo antes que lleguen mis amigas para ir al instituto y correr el riesgo de contraer diabetes de tanto amor desbordando por los adolescentes envueltos en el hechizo causado por cupido.

—      Querida ¿Pasará Amanda por ti? — pregunta mamá al momento de sentarse frente a mí en el comedor.

—      Si, iremos juntas en el auto de Noah — de reojo puedo ver como sonríe y volteo los ojos esperando el comentario de casi todos los días.

—      Bueno — toma la servilleta y limpia la comisura de sus labios — Este chico ¿No tendrá amigos que pueda presentarte?.

—      ¡Mamá! – gruño y ella solo alza sus manos

—      Solo es una pregunta, no se porque te pones siempre así – toma la taza de café y bebé un sorbo.

—      ¿Será porque a diario preguntas lo mismo?. Mamá no se cual es tu afán porque tenga novio – vuelve a reír –

—      Karla no es eso. Solo quiero que te enamores como lo hace una joven de tu edad, me preocupa que solo vivas encerrada en tu cuarto o con tus amigas. ¿Eres lesbiana? Porque si es…

—      Ok – me levanto – esta conversación ya se puso intensa – Bendigo al cielo cuando escucho el claxon del auto de Noah.

—      Adiós mamá – beso su mejilla – Deja de pensar tonterías.

—      ¡No tengo ningún problema con tu orientación sexual! – escucho que grita cuando estoy saliendo de casa.

A unos pasos se encuentran Nikki, Amanda y Noah. Reconozco la sonrisa de Amanda y es de pura felicidad. Lo más evidente es que ya tenga el tan anhelado regalo por parte de su novio.

—      ¡Buenos días! — saludo al subir en el asiento trasero junto a Nikki.

—      ¡Buenísimos! ‐ Amanda se gira hacia mi plantando un beso en mi mejilla lo cual me hace voltear hacia la peli negra que solo levanta la mano señalando justo un dedo en específico. Veo a Noah por el espejo quien solo me sonríe.

El camino al instituto está a veinte minutos de mi casa. Al bajar puedo ver a chicas emocionadas tomándose selfies, otras colgadas del cuello de sus parejas y pocos como yo que simplemente ven de manera indiferente la situación.

—      ¿Si saben que hoy se celebra no solo el día del “amor"? — Nikki junta sus dedos haciendo énfasis en lo último.

—      Bueno, si pero al parecer a todos les interesa más intercambiar saliva con otro — pienso ante mi propio comentario ya que no seré hipócrita. Debo aceptar que algún día daré mi primer beso.

—      Te veo luego mi amor — Noah se despide de Amanda con un caluroso beso

—      ¡Hey! Seguimos aquí  — expresa Nikki.

—      Bueno nadie está obligado a vernos —guiña un ojo — pudieron darse la vuelta.

Tomo a ambas de los brazos, una a cada costado listas para entrar.

Debo reconocer que son muy especiales, polos opuestos, una diferente de la otra. Y la verdad las amo así.

Amanda es dulce, tierna y un tanto inocente. La describiría como una de esas princesas de Disney que va cantando de felicidad por la vida.

Mientras que Nikki es… por así decir una persona fría. El aura que desprende es de “Chinga tu madre hijo de puta". Según ella el amor es solo un lavado de cerebros entre humanos.

Debo agradecer al cielo, a los aliens o a cualquier ser extraordinario que permitió que nuestros casilleros coincidieran. Recuerdo que por ello inicio nuestra amistad.

Amanda no ha dejado de hablar del hermoso anillo que brilla en su mano. Noah se lo regaló como promesa de su amor. Es muy lindo a decir verdad. Tiene las iniciales de ambos.

Me sitúo frente a mi casillero para sacar lo que utilizaré durante las primeras horas cuando al abrirlo veo como cae una nota justo en mis zapatillas.

No actúo de inmediato, es más ni siquiera he terminado de procesar el momento en que la nota de color rojo ha salido de mi casillero. El Windows de mi cerebro sigue reiniciando cuando escucho el grito de Amanda y me hace salir del trance

—      ¡Oh por Dios! — lleva ambas manos cubriéndose la boca y brincando en su sitio — ¡Dime que es una declaración!.

Ni siquiera me tomo el atrevimiento de levantarla, sino que lo hace Nikki quien la ve por ambos lados con una ceja alzada.

—      Wow. — es todo lo que dice y me la entrega.

—      Tienes que abrirla — Amanda está más emocionada que yo quien la recibió.

—      Seguro es una broma de mal gusto — no la abro pero tampoco la tiro solo la observo.

—      ¡Vamos tienes que abrirla! — mi amiga hace un puchero.

Toda mi existencia he sido invisible así que por ello pienso que más de algún patán quiere hacer el día conmigo.

Empiezo a sentir la emoción, puedo escuchar mi corazón acelerado en mis oídos. Las manos empiezan a sudar y no se en que jodido momento quiero lanzar un chillido que reprimo para no verme como una loca.

Suspiro y la abro.

Mis ojos leen esas tres palabras, tres palabras que dicen todo.

“ERES MI UNIVERSO".

Leo una y otra vez, solo son tres palabras. No es un mensaje declarando amor eterno. Pero son sólo tres palabras que hacen que una sonrisa sincera se forme en mis labios.

Detrás de ella viene un mapa con estrellas y señalan puntos que reconozco de fondo es el instituto.

—      ¿Un mapa? — susurro.

—      ¿Quién puede ser? — niego

—      No tengo la menor idea — giro mi cuerpo observando alrededor en busca de alguna mirada divertida. Pero no veo a nadie.

—      ¿Harás lo que dice? — no comprendo lo que dice Nikki hasta que señala la esquina inferior del mapa donde leo que me espera hasta las siete en el punto de encuentro.

¡Demonios! ¿En verdad lo haré?.

Negar que me encuentro nerviosa es poco a lo que en realidad siento. El TIC nervioso de mi zapato golpeando en el piso es más que evidente.

He pensado si en realidad deba ir. Digo es la primera vez que paso por este tipo de situaciones y la verdad no se que  voy a encontrar.

¿Y si me saltó todos los puntos y voy directo al punto de encuentro?

Pero eso no sería lo más adecuado.

¡Dios mío!

Concentro mi atención al pizarrón donde veo al profesor hablar y explicar pero mi mente está lejos de aquí.

No pasa mucho cuando escucho el sonido de la campana anunciando la salida. De manera lenta guardo todo en mi mochila. Empiezo a resignarme pero Amanda y Nikki decidieron acompañarme. Según ellas a esta hora podía ser peligroso quedarse a solas en el instituto. Ya que todos se van del lugar.

Al salir me encuentro con Noah quien lee un libro y gira su rostro al percatarse de mi presencia.

—      ¿Lista? — no entiendo a que se refiere y parece entenderlo.

—      Las acompañaré — empezamos a caminar— No sabemos que idiota resulte ser así que no es conveniente que lo hagas sola.

Caminamos y al reunirnos con las chicas sacó el mapa de la mochila y señaló el primer punto.

—      La primer estación es el campus — todos asienten y con mucho cuidado de no ser vistos caminamos rumbo al destino.

—      ¿Y qué se supone que encontraremos aquí? —Amanda me quita el papel y trata de averiguar alguna pista.

—      ¡Chicos! — Nikki levanta un papel de uno de los asientos de las gradas — Vean — me da una nota y la desdoblo.

¿RECUERDAS  TU PRIMER PARTIDO? TE VEÍAS PRECIOSA A LA LUZ DE LA LUNA.

Caminamos así a cada lugar que marca el mapa, en cada una de ellas se encontraba una nota.

“EL PRIMER DIA QUE TE VI SUPE QUE ERAS TÚ”

“ERES UNA HERMOSA ESTRELLA"

“¿HAS VISTO EL SONROJO DE TUS MEJILLAS CUANDO ESTAS BAJO EL SOL?”

Se podia escuchar solo el sonido de nuestros pasos por el lugar y daba cierto aire de misterio al pasar ciertos pasillos oscuros.

Estábamos tan ensimismados buscando el último punto cuando el teléfono de Noah nos hizo saltar sobre nuestro sitio.

—      ¿Si? — observa a su novia. — Claro mamá, tranquila ya vamos para allá. — Chicas lo siento pero surgió una emergencia debemos irnos.

—      Pero ¿Y Karla? — Amanda me observa

—      No puedo dejarlas solas y me necesitan en casa — asenti.

La desilusión circuló por mi mente y cuerpo. Estaba ansiosa por saber sobre el chico misterioso. No cabía duda que sabia como llamar mi atención. Aún me sorprendía lo que escribía. Era como si me conociese muy bien. Había pensando en un posible candidato pero no venía ningún nombre a la mente. Ya resignada di la vuelta para buscar la salida pero Nikki lo impidió.

—      Yo me quedó con ella no puede ser tan malo — Noah no parecía convencido

—      Pero Nikki puede ser peligroso — Amanda toma su mano.

—      ¿Y si no lo es? No puedes matar la esperanza de Karla es su primera vez — la observé de inmediato por lo que había dicho.

—      Esta bien pero cualquier cosa no dejen de llamarme vendré lo más rápido que pueda.

Mi amiga me abrazó fuerte y muy bajo me dijo:

“Abre tu mente"

No comprendí sus palabras pero no pensé mucho en ellas. Solo decidimos avanzar unas vez perdimos de vista las siluetas.

El último lugar era la azotea. Subimos las escaleras y en cada paso escuchaba el latir acelerado del corazón . Dudas e incertidumbres se hicieron presente. Tome el picaporte en mi mano dispuesta a girarlo y encontrarme con él. Ya no había vuelta atrás.

Cruzamos la puerta dispuestas a todo. Pero no encontramos a nadie.

No entendía que sucedía.

La puesta del sol se veía magistral. Colores naranjas, amarillos , rojos, mezclados con el azul del cielo eran enigmáticos de ver. Pequeñas luces brillantes apenas podían verse. Camine y encontré una última nota que decía:

“TEMO A QUE ME RECHACES".

—      Y… — había olvidado que Nikki aún seguía conmigo. — ¿Qué hubiese ocurrido si no te gustara la persona? — mi entrecejo se frunce.

—      Sabes que no soy de juzgar — alza su rostro — Siempre he pensado que cada ser humano tiene una chispa que nos distingue. Y aunque esa persona no me atrajera físicamente… — me detengo y la observo curiosa — ¿Por qué me preguntas Nikki?.

En silencio veo como sus ojos muestran un brillo que no había visto jamás.

¿Acaso ella…? No, es imposible.

—      Nikki…— pronuncio su nombre a voz baja — ¿Tú sabes quien es? — me acerco y su cuerpo se tensa — Tú lo sabías todo el tiempo — no es una pregunta sino una afirmación.

—      Sí— suspira

—      ¿Quién? — ella niega — Por favor dímelo te…—

—      Yo, he sido yo todo este tiempo — me ha tomado por sorpresa que no digo nada por al menos un minuto — Desde el primer momento en que te vi — entrelaza su mano a la mía subiendo a su pecho sintiendo como su corazón  late demasiado rápido — Fuiste muy especial—

Me concentro en su mano unida con la mía. El calor reconfortante que su cuerpo enana hace que inconsciente me acerque más a ella.

—      Karla disculpa si no soy lo que tú creías pero… — de puntillas logro interrumpir con un beso. Un casto beso donde le hago saber que no puede ser más perfecto. Uno donde por fin puedo ser libre en aceptar que también ella me interesa. Por qué si, Nikki me gustado desde nuestra primer interacción pero por su pensamiento ante el amor jamás me atrevía a aceptar.

—      Eres perfecta — anonadada traga saliva.

—      No como tú — susurra entre mis labios — Tú eres mi UNIVERSO — Uniendo nuestras bocas en un beso apasionado bajo el cielo iluminado por millones de estrellas, siendo las únicas testigos de nuestra confesión.

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