Capítulo 4: Días oscuros se acercan
¡Hola :p!
Bueno, antes que nada quiero dar las gracias a todas esas personas que apoyan mis historias fielmente, se qué tal vez les pueda molestar o desesperar que los dejé con la intriga, pero pido un poco de compresión, pues actualmente estoy algo ocupado.
Quisiera avisar que la Temporada 2 de "Mi vida Shinobi" saldra dentro de poco, tal vez el siguiente mes o a mediados.
Sin más, los dejo leer agusto ;3
...
-Mundo humano-
-Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase de tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación y líbranos de todo mal... Amén-, una chica castaña rezaba junto a una chica peliazul con un mechón verde en un pequeño templo situado en la famosa ciudad de Kuoh.
La ciudad no era famosa por ser la más grande o hermosa de todas, claro, al menos por los humanos, pero era famosa por el mundo sobrenatural, al ser esta, una zona de mucho conflicto.
Ambas habían sido enviadas desde Roma hasta este lugar para encontrarse con un aliado más, evitar que los demonios interrumpieron su misión y claro, cumplir esa dichosa misión confidencial, que solo altos mandos sabían, recuperar las espadas sagradas de las manos del cadre Kokabiel.
-Vamos Xenovia, es la hora-, dijo ella mientras la peliazul asentía y ambas se dirigían al punto de encuentro, que era la Academia Kuoh.
Ambas esperaron en la entrada a su contacto y ya de paso pedirian una pequeña audiencia con las dueñas de ese territorio, las cuales eran dos demonios de clase alta, las propias hermanas de los Maous Lucifer y Leviathan.
De entre la multitud de estudiantes un chico de cabello café se encontraba asistiendo a un día más de clases, con su maleta en la mano izquierda y en la mano derecha sostenía una manzana la cual venía mordiendo.
No era que necesitara estudiar, de hecho el único motivo por el cual estaba allí era porque esperaba a que las cosas sucedieran con tranquilidad, aunque bueno, no pudo evitar mezclarse con demonios ni demás seres que están en esa academia, pues su presencia la sentía cualquiera que no fuera humano.
Miro de reojo a las chicas y quedó sorprendido al ver que ellas eran el contacto que Michael le había dicho.
Sonrió de felicidad al saber quienes eran.
Se acercó a ellas.
-Hola...-, saludo con una sonrisa.
Ambas lo miraron a través de sus capuchas, la pelicastaña quedo sorprendida al ver el gran parecido que este tenía con alguien.
Xenovia miro con curiosidad como el se acercó a ellas y la reacción de su compañera.
Entonces el chico se acercó más a ellas.
-Supongo que son el apoyo enviado por la iglesia para recuperar a Excalibur, ¿O es que me equivoco?-, pregunto seriamente y en voz baja para que solo ellas los escuchen.
-¿Tú eres el contacto?-, pregunto Xenovia sería y algo sorprendida.
El chico solo asintió.
-Me llamo Yosef-, dijo dando la mano para estrecharla con ella.
Ella la aceptó e inmediatamente el chico se dirigió a la otra chica, pero no se espero que esta se lanzará a abrazarlo, aunque no se quejaba y correspondió el abrazo mientras sonreía.
Xenovia ahora sí estaba sorprendida.
-Me da gusto verte de nuevo... Irina-, dijo Yosef sonriendo.
Ambos se abrazaban ante los ojos curiosos de los estudiantes que no tenían ni idea de lo que sucedía allí.
Entonces de la entrada de la academia dos chicas pelinegras con lentes se acercaron.
-¿Que sucede aquí?-, pregunto la chica de pelo corto y con menores proporciones a la otra.
Está era Sona Sitri, una de las dueñas de ese territorio, dueña y vigilante.
-Son enviadas especiales, vienen por un asunto importante-, dijo Yosef sin romper el abrazo con Irina.
La chica a lado de Sona, Tsubaki Shinra no dejaba de ver las espadas que ambas portaban sobre sus espaldas, sentía demasiados escalofríos por sus auras.
Igualmente Sona lo notaba, pero permanecía sería.
-Debemos hablar con las dueñas de este territorio, Rías Gremory y Sona Sitri-, dijo Xenovia sería.
Sona le quedó mirando.
-Después del horario de clases, enviaré a alguien por ustedes-, dijo Sona mientras se comenzaba a retirar, Xenovia asintió estando de acuerdo.
Sona se detuvo un momento.
-Se hace tarde Nejima-san-, dijo ella refiriéndose a que faltaba poco para el toque de entrada.
-Ire en un momento-, dijo el con simpleza.
Sona suspiro mientras asentia, tampoco es que lo pudiera obligar.
Entonces de nuevo solo quedaron el pelicafe y ambas exorcistas.
Irina no se quería separar por nada del mundo.
-Tengo que ir Irina-chan-, dijo Yosef a su oído.
Pero ella nego y se aferró más a él.
Yosef rio un poco.
-Nos podremos ver después de clases-, dijo el y ella poco a poco fue aflojando su agarre al entender que este debía entrar a la academia.
-¿Nos veremos después?-, ella pregunto algo ilusionada.
Yosef sonrió.
-Hai, tenemos muchas cosas que hablar-, dijo el sonriendo, ella sonrió
Entonces Yosef antes de irse se acercó a ella y beso su mejilla mientras se despedía con la mano.
Irina se quedó mirando la entrada de la academia mientras tocaba su mejilla con sus delicadas manos en el sitio donde había recibido el beso.
-Regresaremos despues-, Xenovia se comenzó a alejar.
-¡Espérame!-, Irina reacciono tiempo después mientras se apresuraba para alcanzar a la peliazul.
-Inframundo-
El Inframundo, o infierno, cómo se le quiera llamar, lugar donde habitan los demonios y los angeles caídos, los cuales se encuentran un poco alejados en una tierra llamada Grigory.
Azazel, el líder de estos, a pesar de mantener su faceta tranquila, por dentro era un manojo de nervios y estaba algo preocupado por lo que Kokabiel estaba haciendo desde hace un tiempo, sabía que ese tipo era un demente de las batallas y sabía que estaba muy dolido por qué la guerra anterior haya terminado de tal manera, pero no se podía hacer nada, si continuaban luchando, los angeles caídos se extinguirían, ahora mismo no deseaba una guerra, todo estaba tan bien mientras el mundo estaba en relativa paz y el seguía investigando, como amante de la investigación y lo desconocido que es.
-Espero que no haga tonterias-, dijo terminando de pensar en ello, para enfocarse en algo mucho más preocupante aún.
De todas maneras, si Kokabiel hacia alguna tontería, ya tenía a alguien en caso de una emergencia, después de todo, como líder de una facción, no puede intervenir directamente en ese tipo de asuntos, fue como una especie de acuerdo entre las facciones hace tiempo, el único que respetaban aún.
Pero lo más preocupante en ese momento era la poderosa energía que había sentido hace algunos días.
-Sariel...-, pensó con seriedad el nombre de aquel serafín.
El era sumamente poderoso y aunque le de mucha pena admitirlo, el derrotó a todos sus comandantes en una lucha, y los dejo vivir por simple piedad y compasión
Pero se supone que el había muerto en aquella última batalla, en aquel sellado del cual el había escapado para evitar la muerte.
Aún recuerda la mirada que él le dirigía al verlo irse.
-Se veía furioso-, dijo suspirando un poco.
Si en realidad estaba vivo, sería un gran problema para todas las razas, pues no se sabe que clase de cambio debió tener en todo este tiempo, y bueno, para los demonios y para ellos sería una gran desventaja, pues su regreso aumentaría la potencia militar del cielo, tendría que solucionar eso, pues tampoco quería que el cielo tuviera tanto poder.
-Penemue-, llamo e inmediatamente una hermosa mujer pelimorada con un buen cuerpo apareció por la puerta.
Ella era la Cadre Penemue y la mujer más bella y fuerte que tenía Grigory, aunque de momento de encuentra trabajando como su secretaria.
-Haz contacto con los demonios, iré a hacer una visita...-, dijo mientras miraba por el gran ventanal de su oficina.
Penemue lo miro muy extrañada, pero decidió intentar.
-Esta bien-, salió de allí.
-El regreso de Sariel podría llevar a otra verdadera guerra-, esto era un tema serio, ya no tenía nada que ver con Kokabiel, el podría detenerlo con facilidad, incluso la persona a la que enviaría en caso de una emergencia lo vencerla con facilidad, después de todo, Kokabiel era su comandante más débil.
Pero a Sariel... No cualquiera lo detendría, incluso el dudaba de sus capacidades.
El conocido como el ángel de la muerte podría regresar en cualquier momento.
-Mundo humano-
La tarde había llegado y en la academia Kuoh, todos o la mayoría de los estudiantes ya habían partido a sus casas, después de un largo y cansado día más de estudio.
Las dos exorcistas se encontraban paradas en la entrada, esperando a la persona que la chica de esta mañana enviaría para reunirlos.
En eso un chico rubio llegó caminando por la entrada.
-¿Ustedes son las exorcistas?-, pregunto y ambas asintieron. -Sona-sama me envió por ustedes, por favor siganme-, dijo mientras ambas comenzaron a seguirlo por detrás.
Cabe destacar que el chico se encontraba algo nervioso, pues la aura de los objetos que ambas traían sobre sus espaldas era aterradora.
Poco tiempo después llegaron a lugar, era el interior de un viejo edificio, el chico tocó la puerta y rápidamente escucho un "pase".
Abrió la puerta y dejo entrar a ambas enviadas de la iglesia primero.
Una vez todos adentro, la situación se tornó más seria, Yosef, se posicionó a un lado de ellas.
En la sala estaban ambos séquitos, Gremory y Sitri.
-Sean bienvenidas, por favor tomen asiento-, dijo amablemente una pelirroja, ella era Rías Gremory, una de las dueñas de dicho territorio.
-Muchas gracias, pero no será necesario, nuestra visita es breve-, respondió Xenovia debajo de su capucha.
Un chico rubio detrás de Rías bufo molesto mientras las miraba a ellas y a lo que tenían oculto en sus espaldas.
Rías noto esto, pero decidió no hacer nada.
-Bien, me presento, soy Rías Gremory, dueña de este territorio, y ellos son mi sequito-, dijo señalando a quienes estaban detrás de ella. -Mi reina Akeno Himejima-, Akeno se lamió los labios mientras sonreia. -Mi torre Koneko Toujo-, señaló a una pequeña albina quien no se digno a hacer ningún gesto más que seguir comiendo dulces. -Mi caballero Yuuto Kiba-, Kiba las miraba seriamente. -Mi alfil Asia Argento-, señaló a una linda chica rubia, ambas la miraron extrañadas. - Y mi peón Hyoudou Issei-, Irina pareció sorprenderse al escuchar eso.
Después Sona dió un paso al frente.
-Ya nos encontramos hace un rato, mi nombre es Sona Sitri y también soy dueña de este territorio-, y después prosiguió a presentar a todo su séquito.
El chico rubio que las había guiado era Saji Genshirou.
-Ya nos conocenos-, Yosef dijo cuando todos lo miraban esperando a que se presentará.
Ambas exorcistas asintieron.
-¿Podrían presentarse?-, pregunto Rías.
Ambas se miraron y asintieron mientras se quitaban sus capuchas.
-Soy Xenovia Quarta-, se presentó la peliazul.
-Soy Irina Shidou-, se presentó la pelicastaña. -Es bueno verte de nuevo Issei-kun-, dijo sonriendo.
Issei estaba sonrojado con lo lindas que eran ambas, pero parecía confundida al mirar a Irina y que está lo reconociera.
-¿Cuál es el motivo de su visita?- pregunto Rías.
-Eso es confidencial y solo le corresponde a la iglesia saberlo-, respondió Xenovia.
Rías las miro sería.
Entonces Asia se acercó a ambas.
-Yo también serví para la iglesia-, dijo ella pensando que podría hacer nuevas amigas.
-¿Y que haces con demonios?-, pregunto Xenovia sería.
-Me expulsaron-, dijo ella tristemente.
-Entonces debes ser una hereje-, acuso Xenovia disgustada.
Asia se sorprendió, todos se sorprendieron e Issei se enojo al escuchar eso y ver qué Asia estaba a punto de llorar.
Entonces Yosef dió un paso adelante, ya había visto suficiente.
-Xenovia, deberías calmarte, no queremos ocasionar conflicto-, dijo tocando suavemente su hombro.
Está solo asintió.
-Rias, el motivo por el cual ellas están aquí es para recuperar algo muy importante para la iglesia, originalmente el enviado fui yo, pero ellas son mis compañeras asignadas-, dijo Yosef seriamente.
Rías lo miro, sabía que él era importante, y si lo decía el, debía ser cierto.
-Esta bien-, dijo ella. -Pero no comprendo el porque venir con nosotros-, aún estaba dudosa.
-No queremos que los demonios se metan en nuestros asuntos, y como ustedes son las encargadas de este territorio, solo veníamos a avisar-, dijo Irina.
-Pero si no nos íbamos a meter, a menos que ustedes hicieran algo en contra nuestro-, dijo Rías sería y afilando la mirada.
Sona se encontraba analizando todo, ella no era del tipo que solo pregunta y habla como Rias, ella primero analizaba y la situación se volvió a poner tensa como al inicio.
-Lo decimos sería y amablemente, no se metan en dónde no les importa-, esta vez Xenovia hablo.
Ambos bandos se miraban serios.
-¿Esas son espadas sagradas?-, pregunto Kiba seriamente.
-Asi es-, dijo ella llevando su mano al mango de esta.
-¡Presidenta, ya no lo soporto más, ellas se han burlado de nosotros!-, grito Issei enojado.
-Issei, Kiba...-, dijo Rías al verlos muy molestos.
Entonces repentinamente el rubio se lanzó hacia Xenovia con una espada invocada.
Issei hizo lo mismo activando su Boosted Gear.
Pero antes de que hicieran algo, Yosef elevó su poder a un punto de que ellos no se podían ni mover por la presión.
-Rias, deberías controlar a tus siervos-, el pelicastaño dijo seriamente.
-Perdoname Yosef, pero tus compañeras lo iniciaron todo-, dijo Rías sería.
Yosef también la miro de la misma forma, pero solo dió media vuelta.
-El aviso está hecho, no se metan, esto solo le corresponde al cielo-, dijo mientras Xenovia e Irina volvían a ponerse sus capuchas y salían detrás de Yosef. -"Además de que si algo malo les pasará a alguna de ustedes, la guerra que Kokabiel tanto ansia, podría empezar"-, así todos los aliados de los angeles salieron del edificio.
-Con Rias-
La sala se había quedado en completo silencio.
Sona suspiro.
-Como siempre tus siervos tan impulsivos-, dijo ella refiriéndose a Kiba e Issei.
-Tenian sus motivos, pero es verdad, después de todo Angeles y Demonios nunca se podrán llevar bien-, dijo la pelirroja. -Kiba, Issei, tendrán su castigo-, dijo ella seriamente.
Kiba solo chasqueo la lengua mientras salía sin decir ninguna palabra.
Todo el séquito de Rías lo miraban preocupados.
-Aun así deberíamos permanecer alertas, tal parece que esto es un problema mayor como para haber enviado a Yosef-, dijo Sona acomodándose los lentes.
-Si...-, Rías contestó sintiendo un mal presentimiento.
-Con Yosef y las exorcistas-
-¿A dónde deberíamos ir?-, pregunto Xenovia al darse cuenta de que no tenían nisiquiera un refugio para dormir o algo.
-No se preocupen, me imagino que aún no tienen un lugar donde estar...-, dijo el viendo cómo Xenovia bajaba un poco la cabeza. -Las llevaré a mi apartamento, allí tengo espacio suficiente-, dijo mientras ambas asentían, Irina estaba feliz por conocer el apartamento de Yosef y Xenovia estaba aliviada de no pasar frío.
Los tres entraron a una zona residencial y luego se adentraron en un edificio de apartamentos.
Yosef tenía mucho dinero, podría comprar varios lujos para el solo, pero como vivía solo, no lo veía importante y solo se conformaba con un espacio suficiente para el.
-Aqui es...-, dijo el mientras sacaba sus llaves y abría la puerta.
Al entrar las chicas se sorprendieron, pues era muy bonito y estaba muy bien ordenado, además de que era más grande de lo que imaginaban.
-Aqui estarán hasta que termine la misión, o si quieren un poco más, no tengo problema-, dijo el sonriendo. -Aunque bueno... Tendrán que compartir habitación, pues solo tengo una de sobra-, dijo rascándose la nuca.
-No hay problema, muchas gracias por todo- dijo Xenovia.
Entonces Yosef les mostro dónde dormirían.
Más tarde, cuando la media noche ya estaba cayendo en la ciudad, Yosef se encontraba sentado, observando a la nada, pensando en sus amigos y a la gente que no a visto en mucho tiempo, también, muy en el fondo se preguntaba, si estaba solo en aquel lugar, si solo el había llegado a aquel lugar.
-Es imposible que solo yo esté aqui...-, murmuró, por años había estado preguntándose lo mismo y seguía investigando si no había nadie más, tenía un sospechoso, un ángel reencarnado llamado Tamaki Kuroba, pero solo sospechaba, no estaba nada seguro.
Aunque bueno, tenía a alguien mucho más sospechoso, un híbrido ángel-humano, llamado Kurokami Frost.
Su apariencia, comportamiento y habilidades de ambos eran muy peculiares.
-¿Yosef-kun...?-, escucho una voz detrás de él.
-Oh, Irina-chan...-, dijo reconociendola al instante. Ella camino hasta sentarse a su lado, ambos cómodos en el sofá, pero no decían nada, no se había visto en mucho tiempo y había tantas cosas de que hablar, que... No sabían de dónde empezar. -¿No puedes dormir?-, pregunto él.
-No es eso...-, ella nego rápidamente. -Es solo que... Quería hablar contigo...-, dijo ella.
Yosef la miro un poco, seguía siendo tan linda y tierna que hace tiempo.
-Entonces hablemos, hace tiempo que no...-, pero antes de acabar, se vio interrumpido por otro fuerte abrazo de la pelicastaña. -Hablamos...-, termino sonriendo mientras la abrazaba.
-Te extrañe...-, dijo ella con la cara oculta en su pecho.
-Yo también...-, Yosef suspiro abrazándola.
-En otro lugar-
En un remoto lugar, en lo que parecían ser unas antiguas ruinas de una gran tumba, una resplandeciente luz comenzó a salir de su interior, una resplandeciente luz que comenzó siendo de un color blanco tan puro, pero con el pasar de los minutos se tornó más oscura, adoptando un ligero color morado.
Unos pasos se comenzaron a escuchar, alguien parecía caminar tranquilamente entre los pasillos.
Del interior de aquella edificación, la figura esbelta y alta de una persona se comenzó a ver, la luz de la luna lo iluminó de frente, dejando apreciar bien su rostro.
Era un hombre de rasgos finos, delgado, tenía el pelo oscuro y unos ojos azules que brillaban irradiando un gran poder, un gran fleco de pelo caía sobre su frente, su vestimenta consistía en una camiseta negra ajustada, que a pesar de todo, se veía comoda y muy resistente, demás de unos pantalones negros, llevaba una espada sobre su espalda.
-Narrador Yo-
Pude romper el sello y por fin pude ser libre, después de mucho tiempo.
Había disminuido mi energía al mínimo, sabía que si los demás se enteraran de esto, vendrían rápido hacia mi.
En verdad yo también quisiera ir con mis hermanos, de hecho, pensaba ir inmediatamente con Gabriel, pero, necesito conocer un poco más el mundo e informarme de sus cambios.
Después de todo, han pasado muchos años, todo debió cambiar, además de que... Ya no siento la energía de padre por ningun lado, parece que al final no pude evitar que este muera, más sin encambio tampoco puedo sentir la de los reyes demonio, pero si puedo sentir varias energías nuevas, muy poderosas.
Cerré los ojos mientras sacaba mis alas, al parecer mi poder no había desaparecido, pues aún tenía seis pares, aunque tal vez si me oxide un poco.
Decidí volver a guardarlas, pues llamarían mucho la atención.
-Es de noche... pero no se en que parte del mundo humano estoy... -, murmuré para mi mismo.
Muy pocas veces me di la tarea de explorar el mundo humano, antes solo era por la guerra pero parece que todo termino, no siento energías peleando y al parecer no ha habido una en mucho tiempo.
Sonreí para mí mismo.
-Parece que Michael consiguió mantener la paz que tanto deseábamos... -, suspirando un poco, hice aparecer un circulo mágico debajo mío.
Antes de hacer notar mi presencia, investigare más sobre el mundo.
Sobre todo, en que linea temporal de la historia canon estamos.
...
Bueno, este ah sido el capítulo por hoy.
Quiero aclarar que mi personaje es el de Sariel, digo, por si las dudas.
También quiero avisar que posiblemente haga otra historia parecida, bueno, con diferente trama y todo, pero de la misma temática, solo que esta vez seré yo solo, y no habrá personajes de seguidores, se me ocurrió el otro día, porque, sinceramente, hacer una historia cuando eres tú solo es más sencillo.
Nos veremos el próximo domingo ^^
Tal vez :v
Bye bye ^^
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