Presa de la Muerte
La luna roja solo podía significar la aparición de más monstruos que atormetarian al pueblo cansado, pero para otros, esa luna particular de aquella noche exigía sangre que debía ser derramada en un hito de religión y magia negra.
Escondida en el bosque, una enorme calavera de piedra emergía de entre las entrañas de una montaña. Oculta de las vistas cusiosas del pueblo.
En sus adentros golpes y gritos nacían y corrían con desespero para no ser tragados por el averno, un rito se estaba llevando acabo, uno donde la secta oculta alaba esos dioses oscuros que les protegían y guiaban a la libertad y el oscuro futuro que anhelaban.
En aquel lugar había gente, personas, animales y bestias. Animales eran masacrados y descuartisados en nombre de la diosa hermana de la Luna roja, sangre de niñas era derramada en nombre de la madre de tierra gris.
Los sonidos eran obscenos y con poco sentido, quedaba poco tiempo para el ritual principal y el líder de susodicha hermandad no llegaba, se estaba tomando su tiempo, ese día no sólo tenía entre sus garras la responsabilidad de la ceremonia más importante, también sería el día en que el destino del héroe más joven sería marcado, dando un final conciso, ahora sin plumas pardas y doradas que le salven.
En una de las celdas de aquel sombrío lugar estaba ese joven héroe, recostados inconsciente, aún portaba el casco y uniforme de su oficio. Pero carecía de botas y grandes grilletes aprestaba sus muñecas que conectaban con una gruesa cadena a la piedra fría de la pared contraria a las regillas.
- deberíamos despertarlo - uno de los guardias de la jaula del chico mencionó mientras veía con disgusto como se perdía toda la diversión.
El otro sin previo aviso golpeó consecutivamente los barrotes para provocar el despertar de la ofrenda.
El joven oficial abrió sus ojos pesados, estaba confundido, lo último que su mente recordaba era entrar en las fauses ardiendes del casino, también recordó una figura dentro del mismo, su cuerpo tembló al recordar el chico con traje negro, el traje del líder de la hermandad se le hizo presente entre las llamas y su cuerpo no alcanzó a reaccionar cuando este le atacó pues había entrado a la batalla sin armas.
Se sentó de un tirón al ver las rejas y las paredes de piedra entorno suya, sus ojos quedaron clavados en los guardias que le custidiaban, sus características túnicas y mascaras con una sonrisa indicaban que eran parte de la secta y con una mirada rápida a los alrededores junto a los grotescos sonidos silbando en sus oídos le golpearon con la verdad en su cabeza, era prisionero y estaba dentro de la guarida de la hermandad oscura.
Tiempo atrás deseaba con fervor encontrar ese horrible lugar para desarmar al extraño grupo, pero ahora deseaba más que nada salir del lugar, a enseñanzas de su trabajo sabia que aquello no solo era mala señal, conocía a la hermandad más de lo que le gustaría, debió sospechar que la razón por la que aún vivía es porque se trata de una preciada ofrenda a los oscuros dioses, solo recordar los innumerables cadáveres cercenados, mutilados, quemados y hasta canibalizados que se encontraban con la firma de la herejía le hizo sentir escalofríos de su destino cruel.
Al centro de la sala podía ver cerca de cincuenta personas con túnica bailando, cantando y despedazado animales y niños por igual, bañándose en la sangre y arrojando las tripas y huesos entre ellos. Frente a todo ese carnal festival había un trono de piedra con grabado de sangre rodeado en fuego y cadáveres quemados, propios de un ritual que inició y concluyó antes de su despertar.
El sonido de los canticos y instrumentos se callaron de raíz al retumbar de una botas altas adentrándose en el lugar. Las personas se quitaron, exparciendose por el lugar dando paso a la figura dueña del terror.
El líder había llegado, Alex se inclino hacia atrás arrastrándose un poco para levantarse y ver a su reciente cazador.
Este lucia su propio traje, pero tenía detalles que lo distinguían del que siempre se le veía, tenía bordados dorados que adoraban los dobleces y uniones junto a que las botas eran altas y de tacon marcado, arrastraba una enorme capa con capucha toda tenida del mismo tono de la sangre reciente derramada, en la cabeza bajo la capucha se asomaba sutil una corona de oro rugiendo a todos que se colocarán sobre sus rodillas pues el rey había llegado.
Camino y sentó en el trono reclamando la sala como suya y cruzando las piernas en aires de superioridad y mal augurio para las presas. Sus fieles ni siquiera respiraban ante su rey, fue hasta que este hizo una seña que todos se movieron en silencio, quitando las tripas y carne de la vista del monarca. Sacaron del subterráneo un extraño altar de obsidiana junto a varias piezas del mismo material, colocando y armando una estructura más grande justo enmedio del gran salón.
La estructura final tenía una plancha de obsidiana colocada en lo alto de una estructura semejando una pirámide pequeña, frente a esta un caída de metro y medio una fosa y justo en cara a la fosa estaba una escultura de oro. El joven héroe reconoció al instante el dios esculpido en dorado, este tenía enormes alas y serpientes rodeando su cuerpo, estas se incrustaban y salían del hombre que estaba en una posición obscena mostrando su cuerpo e intimidad masculina. El dios de los no deseados, dios que nació frente a un amor prohibido volviéndose protector de los pecadores de la lujuria.
Un par de hombres salieron con enormes tambos de piedra ardiente vaciando el contenido en la fosa del extraño altar. Lava ardiente salpico e iluminó con las luces del infierno la figura del dios del pecado carnal.
Una ves terminaron de vertir el fuego líquido en su lugar el sonido de tambores invadió quedamando la cordura de los presos, estos resonaban cada segundo sincronizados perfectamente provocando que cada golpe se sintiera como lanza en su pecho.
Una chica en una celda cercana grito y suplico por su vida, esta fue arrastrada contra su voluntad por uno de esos fieles, la chica fue atada en la plancha por otros más dejando su cabeza al aire justo por enzima de donde se encontraba el calor de la lava.
El individuo que la había arrastrado hasta ese espacio se bajó los pantalones mientras pronunciaba cosas obscenas sobre la chica, mientras la misma lloraba y suplicaba el hombre levantó la falda que está portaba, fue callada por el dolor de su carne abriéndose y sediento ante el miembro duro de su captor.
Para la secta ese era el ritual más importante, las víctimas elegidas no eran al azar, sino gente a las que un odio por parte del miembro protagonista surgía frente a su víctima, no cualquiera podía participar, pues su líder tenía que aprobar que fuese parte de la liturgia. Este era encargado de seleccionar a aquellos afortunados en entregar ofrendas a su dios guardián.
Dejando que sangre saliera de la vagina de la virgen manchando la túnica del violador,este no tuvo ningún reparo en golpear la piel mayugando y embistiendo con fuerza el interior de la fémina, la cual se había quedado muda del terror que vivía.
Un hombre con un hacha se acerco por un costado, el protagonista de la escena aceleró su ritmo, curando a la mujer de su mudez haciendo que esta grite de dolor de forma desgarradora. Todos los espectadores de túnica empezaron a pronunciar letras en lengua muerta, Alex presenció ante sus ojos como las serpientes de la atroz figura dorada empezaron a retorcerse acariciando el dorado dios con las escamas del mismo color.
- ¡JOEL! - grito la mujer a todo pulmón cuando la figura del dios movió sus alas.
El hombre con el hacha alzó el arma a la par del otro miembro terminaba dentro de la mujer soltando un gemido de lujuria pura. El afilado metal corto pegando justo en el cuello de la chica separando la cabeza de los hombros dejando caer la parte superior a la llameante lava la cual salpico gustosa de consumir del cráneo aún viviente.
Alexby cubrió su boca ante el inhumano escenario, su estómago se volteo y su cabeza dio tantas vueltas que su visión se vio nublada por el mar de sensaciones. Tuvo que desaserse del casco para poder respirar hondo pues de no hacerlo sacaría el ácido estomacal y quedaría cubierto por el vómito atrapado en el artefacto.
El culto sabía con perfección el porqué la chica grito el nombre, pues cuando el dios quería indicar que le fuese entregada la ofrenda hacia que la víctima gritara el nombre de quien su corazón pertenecia exiliandole del cuerpo y aceptando a su cazador, era cuando el hacha debía bajar pues así cuando el captor muriera podría hacer lo que quisiese con su víctima en el infierno.
Los gritos de auxilio por parte de los otros presos no se hisieron esperar. El ritual se repitió, dejando nombres y cabezas unirse a la lava. Alex no soporto seguir viendo, sólo escuchaba los gritos y las cabezas cayentes al fuego viscoso ardiente mientras el estaba sentado intentando no caer en la demencia.
Su piel se erizo al tiempo de no percibir ruido alguno, el silencio reino sobre él como sombras recorriendo su pálida piel, miro a los alrededores y aprecio con horror como era el último de los encadenados.
Se levantó de un salto cuando la reja se abrió dejando a la figura del líder entrar. Este se acerco sigiloso y siseando tal cobra, Alex dio pasos hacia atrás intentando desesperado alejarse del demonio. De saber que su vida terminaría de esa forma se habría lanzado de la parte más alta de la iglesia para librarse de su destino cruel.
La pared fría le impidió poder seguir avanzando en su falso camino de escapatoria, la muerte le tocó la mejilla acariciando tiernamente su piel. La marcará se acerco a su rostro y le pronunció unas palabras entre susurros
- jure que serias mío, ahora lo serás hasta en el infierno - el sonido tosco de la cadena callendo al suelo retumbó provocando el inicio de los tambores y cánticos en lenguas indescriptibles.
- por favor - la muerte le tomó un brazo con fuerza - por favor - chilló - lo que sea que te halla hecho perdoname - cayo de rodillas implorando su perdón.
Pero el ya no era dueño de su propio ser, le pertenecia al líder, era presa de la misma muerte la cual se había vuelto sorda por la ira. Lo arrastró unos metros y aló para que se levantase. El chico jalaba al lado contrario buscando su liberación, mientras seguía implorando un perdón por algún pecado desconocido. Sus pies descalzos ardieron y volvieron tonos rojos por las raspaduras y fuerzas que hacia contra el irregular piso.
Una ves arriba fue arrojado con fuerza cayendo de espalda contra la plancha dura de obsidiana. Movió los pies intentando patear con desesperación pero la fuerza del predador era inminente este le tomó e hizo que las piernas del chico le rodeancen las caderas.
- por favor, no, no quiero morir así - alzó la vista sintiendo el calor en su cabeza, calor que solo podía indicarle que las puertas del averno esperaban ansiosos su llegada.
El caudillo inclino su cuerpo para descubrir el cuerpo vestido de la presa, este se resistió e intentó golpearlo haciendo que unos de sus creyentes se acercara a ayudar, pero este siseo con fuerza y posó su mano para que detuvieran su paso, quería que el chico sucumbiera en su totalidad ante su persona, recibir ayuda no sería digno de su poderosa imagen. Acerco su rostro cubierto a los ojos labradorita, los cuales eran enmarcados por rubis inyectados en dolor y súplica.
- mientras más rápido cooperes y grites el nombre más rápido se acabara esto - y así el chico dejó de moverse pensando en que se supone que debía hacer. Tiempo que el bastardo aprovecho para desvestir el torso del chico y amarrarle rápidamente en la obsidiana.
Sucumbir y entregarse a la muerte era tentador, pero no sería la forma que tendría la oportunidad de salvarse, se dio cuenta que los segundos en los que dejó de luchar le dieron suficiente tiempo al otro para quitarle su ropa y amarrar su torso al destino.
Pateo con toda la fuerza que pudo el brazo del atacante cuando este pasó por su pantalón queriendo dejar su intimidad al interperie.
- ahg - se quejo, eso dejaría un morete - como quieras -
Tener relaciones con alguien no siempre involucraba contacto directo, ¿porqué una violación tendría que serlo? , si lograba que el chico sucumbiera y gritara el nombre bastaría.
Abrió las piernas del chico y restrego su cuerpo en la intidimad cubierta del héroe, sabía que tendría que esforzarse un poco más que sus fieles pues no haria una penetración directa, tallo su miembro duro por el extasis contra el área donde esta la entrada del chico.
Movió sus caderas e inclino su cuerpo quedando ensimado en el guerrero, este gimio irritado por que su cuerpo empezaba a responder ante la hombría del de negro, por primera ves en su vida odio con el alma su sexualidad volteada y maldijo su cuerpo por querer aceptar ser presa de su captor, apreto las caderas con sus piernas intentando de forma desesperada que los roces toscos se detuvieran pues si miembro ya estaba duro y su entrada húmeda imaginando la ereccion ajena entrar en su carne virgen y cálida.
- dejame - suspiro - para - pero el hombre hizo todo lo contrario, embistio con fuerza haciendo sentir al chico una penetracion inexistente provocándole el llanto.
Todos presentes se sorprendieron, pues el chico chilla a como si realmente lo estuvieran desgarrado, de solo escucharle todos dirían que era así, pero sus ojos no metían y observaban como su líder ni siquiera tenía el pene de fuera.
Las embestidas se volvieron duras y sinicas, sacando al chico de sus casillas queriendo desaserce de sus ataduras para golpear a su atacante, pero todo movimiento era en vano. Su cuerpo reaccionaba ante el sexo contrario sintiendo como le obligaban a llegar al clímax de forma frenética. Arqueo su espalda al sentir la electricidad a característica de su miembro sucumbiendo y entregándose al líder del culto queriéndolo entregar su líquido sagrado fue cuando un nombre salió de su mente de forma involuntaria.
- Fargan - susurro. La cólera invadió al líder pues tenía que gritar ese mismo nombre para que el ritual fuera correcto, metió su mano izquierda en los pantalones del chico y tomó con fuerza el miembro a la par que lo embistió con todo su peso.
- grita - Gruño lleno de ira.
- Fargan - hablo el chico aún haciendo fuerza forsandose a sí mismo a no gritar el nombre de su amado. Volvió a poner su espalda recta intentado calmar sus emociones encontradas calmando un poco su cuerpo para que no se entregase al monstruo.
- que grites - apreto envolviendo en un puño el pene contrario, sabía que estaba cerca y le desesperaba la fuerza innata del chico, soltó el pene y coloco dos dedos en la entrada del chico, en una embestida sincronizada de su cadera y mano metió con fuerza y por completo estos dedos obligando al chico a volver a arquear su espalda, levantó el cuello dejándole expuesto abrió la boca para soltarse y ser poseido ante el dios para gritar el maldito nombre.
- ¡WILLY! - grito llamando al diablo.
El tiempo corrió con lentitud. El líder se sorprendió con el nombre pronunciado y levanto la vista para observar su reflejo en el afilado metal que le daría muerte al único ser que realmente le amaba, era muy tarde para cambiar el destino.
La sangre cubrió la mascara negra y el pecho desnudo producto dejado por la muerte misma.
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Willy renunció al ritual y metió el brazo justo frente al cuello de su amado protegiéndolo del afilado metal.
Perder el brazo poco le importo ante el terror de perder a su Alex por una estupidez de celos y falsas acusaciones.
Su sorpresa fue doble al ver el metal partirse en pedazos cuando entró en su carne y vio como su brazo abría destrozado su propio traje luciendo afiladas escamas blancas junto a enormes garras claras en la punta de sus dedos.
- jefe - susurro el verdugo sosteniendo incrédulo el mango del arma destrozada.
El armiño se quito de enzima del joven héroe hipnotizado por el dios oscuro, este miraba la nada con ojos bien abiertos y blanquecidos, pues mirada directo a los ojos a un divino que babeaba por su carne. Sabía que no existe forma alguna de quitarle de las manos del dios oscuro amenos que la ofrenda sea entregada, no estaba dispuesto a darle a su chico.
- señor - dijo confundido el miembro que antes portaba el hacha, todos sabían que el ritual debía completarse o la ira de los dioses caerá sobre todos. - puede traer una espada - quiso hacerle reflexionar, pues el chico fue exhibido ya, y no podías quitarle el plato de comida a alguien hambriento antes de desgustarla, el castigo divino arderá sobre todos de no dejarle saborear la carne tierna del héroe.
Willy tomó el hombro de su fiel y sin previo aviso le arrojó con fuerza a la lava de la fosa haciendo que esta se alzará y salpicara todo a su paso, con sus nuevas garras partió las ataduras del héroe para alarle y cubrirle con su cuerpo protegiéndolo del la piedra liquida.
Una enorme cantidad de víboras y cobras entraron a la guarida dirigiéndose al líder, tomo con suavidad el cuerpo cansado de Alex, se quito su rojiza capa y lo envolvió con ella para protegerle entre la tela, agradeció que dar a uno de sus aliados más importantes funcionó, pues el chico empezó a parpadear mostrando que volvía a su estado normal lejos de la hipnosis de su dios oscuro.
Admiro el rostro de su chico y acomodo con gentileza el cuerpo del mismo para sostenerlo con un brazo,mismo que segundos antes estaba cubierto de escamas albas, pues con el otro saco su espada a sabiendas que había quebrantado sus propias reglas y su liderazgo se había puesto en duda frente a todos, las serpientes rodearon el área donde se efnotraba el albino protegiéndolo del posible ataque que recibiría por parte de los fieles de religión negra. La lava gorgoreo asqueada por el cuerpo pecador que se le fue arrogado y grito con fuerza en forma de fuego danzante que se alzó tan alto y con forma extraña similar a las de un par de alas membranosas, el líder al estar de espaldas y sin su capucha dejando ver aquella corona rugió a todos que no solo era un líder predilecto, tambien dictaba que aquel osador a enfrentarse al rey para arrebatarle al chico pelearia contra el mismo diablo que participó en la guerra de los cielos.
El fuego provocó una oleada de calor derritiendo todas las velas del lugar en segundos y ni siquiera el dios en forma de estatua se resistió al calor del fuego, este no era producido por el mismo poderoso, el divino vio con odio como aquel demonio hecho humano se había levantado más alto que su eminencia, pero todo ese odio decidió tragarselo pues vio a leguas como incluso el perdería ante el hijo bastardo del más grande de los dioses, sucumbiendo así ante la grandeza horrida derritiendo su carne de oro convirtiéndose en una mancha amarillenta en el suelo liberando a las serpientes doradas presas de su ser.
Camino llevando amenazante con su tesoro y cual dragón bufo veneno indicando que todo el que se acerse sería consumido en fuego eterno.
Apenas bajo del altar su paso fue frenado por una sombra entrando al lugar, su aliado más poderoso, el miembro principal de traje grisáceo había llegado ensangrentado, raguñado, sudoroso, con cenizas y tierra por todos lados resultado de una ferdiente pelea con otros héroes a unos metros del casino.
- ya no lo permitiré que me manipules, "líder" - alzó una de sus espadas amenazando al nombrado - eso que tienes ahí es mio y lo tendré aunque me cueste la vida -
- como quieras - bajo el chico que cargaba para dejarle de lado dejando sus dos brazos libres. Podía ser el antiguo segundo guerrero más poderoso del pueblo, pero un desliz y Fargan le mataría sin dudar.
- es tiempo de que la hermandad oscura cambie de rumbo - camino con una espada en la espalda y otra apuntando firme al oponente - hoy no solo vengo a desterrarte, voy a acabar con tus mentiras, hoy no solo vengo a proclamar ese maldito trono como hermano oscuro - se quita la mascara blanca y la estrella contra el suelo partiendola en pedasos - hoy vengo como el héroe de karmaland que jure ser -
- eso ya lo veremos -
Los demás miembros observaban el espectáculo que estaba apunto de darse, era muy de su gusto torcido las historias donde un demonio corrompia a un corazón humano, pero nunca habían observado el enfrentamiento de dos bestias negras por poseer un mismo corazón de hombre.
Ese día la hermandad sería testigo de el resurgir de un líder, y sentirán el trinar de dos demonios colapsando entre sí.
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