Ojos De Buho
Nunca supo como sucedió, en que momento pasó, cuando dejó de ver esos ojos amarillentos para notar hermosos ambar y citrinos relucientes.
La ruptura con su pareja anterior le dejó destrozado, lo peor es que nunca hablaron directamente, simplemente le descubrió, vio como esos ojos amatistas miraban al chico noruego, ver como relucian como lo hacían antes con él, y entonces se dio cuenta que ese mismo brillo ya no era para si, esa luz ya no alumbraba ni alumbraria su camino.
Se volvió distante, dejó de hablar con el héroe morado, no supo si le dolió más el alejarse o el hecho que su héroe nunca fue a buscarle.
En cambio otro héroe tocó a su puerta, al abrirla se sorprendió de ver al caballero emplumado dispuesto a sacar a la princesa del castillo y matar aquel dragon que el mismo se había inventado.
-¿Fargan? - dijo el albino confundido.
-¿Willy? - contestó burlon como siempre - llevas semanas ahí metido, ¿puedo hacerte compañía un rato? -
- vete, dejame solo -
- siiiiii, eso ya lo hize durante ya casi 4 semanas y digamos que no creo que te esté sentando bien - dijo con su tono de voz caracteristico.
El armiño suspiro - pasa -.
Talves si no lo hubiese dejado pasar ese día, talves si el búho no fue tan simpático. Si sus ojos no hubieran alumbrado ese camino vacío. Talves no se hubiese enamorado.
Los días se volvieron cortos y las noches largas, pasaban juntos el tiempo, la creatura que le acompañaba se negaba a irse.
El inicio fue incomodo, era como si el animal quisiera revivir a un muerto, el cual con cada carcajada solo provocaba indiferencia. Fue hasta el sexto día en que willy sonrió, al búho se le habían caído huevos que haría desayuno.
- ¡oh no! - había exclamado - mis hijos no nacidos -
El comentario fue tan espontáneo, tan raro y al mismo tiempo tan divertido que hasta los muertos labios blancos se torcieron para formar una sonrisa y soltar un leve chasqueo de lengua emulando la risa.
En ese momento el emplumado supo que lo estaba logrando, willy no estaba perdido, y rio a carcajadas de solo imaginar como su victoria aumentaría y lograría hacer radicar de nuevo al héroe blanco, río hasta que se canso y le regalo una sonrisa sincera a su amigo, le regalo una promesa, de hacer todo lo posible por vorverle a levantar.
Y esa sonrisa, esa maldita sonrisa le dio esperanzas y le siguió hasta el final de sus días de demonio blanco.
Al tercer mes ya eran buenos amigos, los ojos cansados ya casi desaparecían, Willy odiaba que Fargan saliese de su casa árbol en búsqueda de comida o por alguna misión de héroe, se había vuelto en su preciado guardián, aquel que le abrazaba por las noches cuando su mente le engañaba y le hacía recordar al guerrero de morado. Era el mismo chico que le permitia acurrucarse en su cuerpo al ver una película o serie sentados en el sofa, el mismo que le provocaba risas ocasionales y que le animaba a levantarse aunque sea para caminar juntos por la casa.
Al cuarto mes las cosas cambiaron, por algún motivo el búho demoraba más en regresar al árbol, fue cuando se dio cuenta que cuando este no estaba se la pasaba pensando en él, cambiando la amatista por citrino.
Quinto mes
- ¿te has estado viendo con alguien? - finalmente le preguntó. Pregunta que no optubo respuesta, el búho se había distraído con el chocobo que el albino tenía de mascota. Es demasiado cobarde para volver a preguntar.
Sexto mes
Las cosas escalaron, las bromas habían subido a juegos y los juegos a toqueteos ocasionales, le empezó a gustar demasiado el tacto del contrario.
Sentados en el sofá, recargados uno con el otro, viendo una serie de terror, comenzaba a aburrirlos, un capitulo suspenso, otro misterio y por último sexo, y devuelta a empezar, el director estaba atrapado en ese ciclo sin fin de ese guión tan absurdo.
Apagaron la televisión fastidados ya todo era tan fácil de dedudir que simplemente tampoco les divertía lo bizarro o extraño.
Caminaron juntos tomados de las manos, como si de una pareja se tratasen, se sentía en las nubes, pero sabia que el otro solo lo hacía para que no se perdiese en su mente recordando al amatista.
Llegaron a la habitación, el primero en sentarse en la cama fue el emplumado. El armiño le siguió sentándose aún lado para al final terminar los dos recostados panza arriba.
Mordió su labio en una loca idea fugas, giro su cuerpo para ver al que creía le había enamorado.
Queria comprobarlo, si solo era mera atracción o si realmente se había vuelto a enamorar, si probaba esos labios quizás sabría la respuesta.
- Fargan - llamó al otro.
-si dime - el llamado giro su cabeza para chocar su mirada con los ojos de esmeralda.
- crees que... que... Olvidalo, es una estupidez - se arrepintió.
- me dejas con el picor willy - reniega.
- es que me preguntaba - dudo un poco - es que - se sentó.
- ¿Willy? ¿Qué ocurre? - imitó la acción sentándose también.
- ¿que te gusta Fargan? - le pregunto sin dejar de clavar su vista de serpiente en aquellos orbes amarillentos.
- uff muchas cosas, la mañana, la noche, el olor del pasto, el cielo azul, pero hay algo que detesto con toda mi alma - pensó por un momento - los búhos, odio esos ojos locos y esas plumas marron que tienen - comenzó a reír de su propia mala broma.
- no me refería a eso - willy no le siguió la risa.
- entonces a que te referías - intento ponerse serio.
- me refiero a... Si a ti te gustan las mujeres? -
- ah, te refieres a eso - se apeno - su Willy me gustan las mujeres - el búho sabia muy bien la sexualidad de su amigo albino, al igual lo sabia todo el pueblo - pero si te soy honesto, no estoy seguro si también me gustan los hombres -
Una pequeña luz iluminó su destino
-¿porque no estas seguro? -
- joder willy -
- ya perdón, solo es curiosidad -
- es que nunca - se voltio y rasco su nuca - nunca lo he pensado sabes -
- oh te entiendo, Fargan yo alguna vez estaba así -
-¿te me estas insinuando Willy? - volvió a bromear para cortar ese ambiente tenso
- no fue hasta que un chico me robo un beso cuando comenze a preguntarmelo -
- ja ¿quien te robo un beso Willy? -
Los ojos jade se entre lanzaron con los citrinos de una forma distinta, aprisionado y ajustando el espacio entre ellos.
- era un niño, el otro niño se lo tomo a juego, talves un reto, ya sabes, a que no te atreves a besar al brujo -
- Willyrex, me estas asus...-
Un beso suave callo el pico del ave nocturna.
Talves si el se hubiera alejado a los segundos de haberle besado, talves si sus manos no le hubiesen traicionado y acariciado la entrepierna del contrario. Si sus cuerpos no se hubieran unido y el verde olivo no hubiese existido, talves y solo talves no se hubiese vuelto a enamorar.
Fue un quiero hacerlo sin palabras, solo gestos y manoseos.
- espera, espera, willy, espera - respiraba profundo aguantando el calor interno de lujuria para poder hablar - solo, no me quites la camisa ni acaricies mi espalda -
Willy sonrió y ladeo la cabeza mostrándole que entendía, suposo que el chico tenía algún tipo de fetiche, o esta área le hacía sentir seguro de alguna forma. Pero estaba muy equivocado al respecto, pues el ave escondía un pasado cruel que quedó marcado en la parte trasera de su cuerpo y no quería descubrirlo, al menos no en ese momento.
- esto... Si esto no funciona... No romperá nuestra amistad ¿cierto? - le pregunto al castaño antes de iniciar.
- siempre seremos amigos Willy, pase lo que pase - contesto seguro el demonio emplumado.
Lo hizo tranquilo, despacio, con cuidado, fue hasta que escucho el gemido placentero que aumento sus movimientos y por primera ves el amarillo fue manchado.
Por primera ves el negro se complemento perfectamente con otro ser oscuro, pensaba que amaba la luz que emanaba el violeta por nacer de las sombras, pensó tanto que sólo los contrarios se podrían atraese que había olvidado por completo como se sentía unirse a otro ser igual a él.
Séptimo mes.
Fargan se fue, le escuso que necesitaba tiempo para pensar y acomodar cosas de su vida. Lo dejo irse, no era su prisionero al fin de todo.
Octavo mes
Noveno mes
Decimo
Y el cabelloro de hermosas plumas fue derrotado por el cruel dragón inventado.
...
Camino, decidido, tenía que hablarle aclararle las cosas, había olvidado cuanto tiempo había pasado sin verle.
El caballero volvió a tomar su espada con la decisión segura de matar a ese dragon rastrero que aprisionada a la princesa... Que aprisionaba al príncipe albino en la casa árbol, no le importaba que eso le tomase mucho tiempo, no le importaba que todo el tiempo pasado se perdiera por su estúpida huida.
No le importaba nada hasta que llegó a la gran casa, al llegar vio al guerro albino fuera del hogar, poseía una armadura resplandeciente, una capa azul y amarillo que conbinaban con el cielo y el sol, pero sobre todo tenia esos ojos determinados que le caracterizaban como el segundo al mando entre los héroes.
El príncipe, aquel que del dragon temía, ya no necesitaba un valiente guerrero que le salvará, el mismo se había salvado, el mismo había decapitado a la bestia.
La misión junto a la promesa concluyeron y el no había estado presente.
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