Casa en el cielo y pequeño secreto
- Valac - replicó el ángel caído.
- ¿que? - giro furioso.
- ¿estas seguro? -
- me lo quito todo, ahora yo se lo quítare todo a el - juro la bestia mientras abría sus torcidas alas.
...
"Cuando tienes un amargo día, el siguiente te sabe dulce, pero no siempre hay siguiente."
El metal mordía y rasga a la carne del enemigo, sonidos agudos de armas chocando, un enfrentamiento brutal entre el clan de los rapitorii y la hermandad oscura.
Parecía mentira que los que arrasaban eran los miembros principales de la secta de karmaland, el híbrido de oso llevaba su hacha la cual había a ganado en una colosal batalla desgarrado carne y rompiendo huesos por igual, era el miembro con mayor rango de ataque. El miembro de la mascara blanca era el tanque del equipo, usaba una espada encantada mientras empujaba y atravesaba las defensas y vicesaras contrarias. Y por último estaba el líder, era el más veloz y ágil de los tres, intercalada flechas, espada y ocasionalmente dagas que poseia repartidas a lo largo de su elaborado traje, era una danza cautivadora, cada paso que daba, cada movimiento y cada vida arrebatada se veía perfectamente calculada, serpenteando entre los enemigos clavando cada arma en carne ajena la herida era mortal como mordedura de ofidio.
Ver el demonio gris empapado de tintes rojos, llevándose vidas de esa forma tan feroz le hacía voltear disimuladamente sintiéndose cada vez más atraído a su compañero. Imaginaba como sería su vida junto a un igual y no un contrario, era perfecta.
Faltaban pocos, entonces Willy terminó de desollar a uno y dejar caer las viceras frente al que era el último miembro con vida de ese grupo ahora erradicado. Lo reconoció, era el mismo tipo que tiempo atrás había dejado vivir, el mismo que se había colado en un casa con la meta de acabar con su vida.
- los giros que dan la vida - susurro mientras se acercaba amenazante al tembloroso chico - supongo que tenía que llegarte el karma -
Fargan y Rubius presenciaron aquello, pero ellos pensaban que el muchacho temblaba porque su líder le daría muerte, pero ese solo era la mitad de la verdad. El chico realmente temblaba por la vista tan macabra y saber que la muerte no será el final, si no el inicio de su tortura, morir a manos de esa bestia te sentenciaba al mismo averno, el lo sabía, era la profecía de la cual su grupo tanto temia, de haberlo sabido antes nunca se hubiesen metido con la hermandad oscura, nunca con la misma secta de "el rey de las serpientes".
Arrasaron con todos y cada uno de los miembros, según ellos pensaban, willy atravesó el corazón del chico con una de sus dagas, la undio rápido y le estampo contra una pared, para recargarse en el mismo haciendo que el filo entrará aun más en el cuerpo aun cálido. Se permitió respirar junta al muchacho sentir como los pulmones del mismos batallaban para seguir su ritmo.
- Te veo en el infierno - le susurro sumido en odio el último miembro de la secta ahora extinta. Y en un último intento de hacer enojar al demonio que le daba muerte pasó su mano ensangrentada en la mascara negra dejando su huella marcada.
Willy se aparto dejando caer la masa inerte.
Fargan quizo acercarse, un dolor en su estómago se lo impidió, al tocar esa area un segundo dolor en su espalda, este le preocupo más, el dolor estaba situado en esa área donde había perdido un todo pasado. Estaba herido, pero frente a sus compañeros no podría demostrarlo.
- esta lugar esta muy chulo - dice el más joven de ellos.
- podría ser nuestra nueva guarida- intento disimular su dolor el búho.
- si si si si si, la nueva guarida de la hermandad, pega muy bien -
- esta bien. Esta será la nueva guarida, después veremos la forma de conectarla con la antigua - dirigió el líder mientras inspeccionaba un poco la zona.
- yo, yo pido ser el líder de esta nueva guarida - el más joven de ellos siempre fue imprudente, pero eso podría costarle la vida, y Fargan olio el inminente peligro.
- ¿disculpa? - giro para verle e intentar procesar lo que acaba de decir.
- quiero ser el líder - dijo decisivo.
- no - camino tal predador a su ahora adversario.
- si si si si - contestó repetidamente sin medir el peligro.
Fargan se coloco justo en medio de los dos, dando la espalda al híbrido de ursido y viendo de frente al demonio que estaba hecho su lider.
- bueno, Rubén lo dice de broma Willy, el sabe perfectamente que somos una unidad, somos parte de un todo, por ellos solo tu puedes dirigir - intento desesperado calmar a la serpiente albina, de no hacerlo morderia al que tuviese enfrente.
- Vale - corrigió con una palabra lo anterior que dijo, ya se había percatado de que en ese duelo era la presa más pequeña, de no ser por el emplumados seguro sería almuerzo de vivora.
- bien, supongo que talves exagere - se hecho para atrás el reptil del edén.
- ¿que tal si vamos a reventar le la puerta a vegetta para desahogarnos? - propuso el más alto.
- suena muy bien - dijo el albino mientras se quitaba la mascara.
-pues vamos - se alegro el ave nocturna.
Rubius estuvo a punto de protestar sobre aquella idea, hasta que vio como el armiño acariciaba con dos deseos la sangre que tenía en la mascara y ponía estos en sus labios, abriendo la boca y manchando su lengua con el líquido carmín.
El de la mascara blanca también quedó perplejo ante ello, ¿porque hacía aquello? Finalmente, su líder era el más loco de los tres, pero no era el típico loco de ir parloteando jugando y haciendo travesuras, era el más sádico, callado y meticuloso, por eso mismo también es el más peligroso en la secta, y eso todo el pueblo lo sabía.
- vamos - dijo al terminar de degustar aquel tinte de pigmentos rojizos.
...
Estar frente a la enorme casa le provocaba una sensación rara en el estómago, de sólo recordar todo lo que vegetta le hizo en ese lugar y para que al final no significará nada para él le hacía querer regresar al mundo material todo aquello que comió en la mañana.
- ¿Willy? ¿Estas bien? - preguntó dudoso el búho, su líder se había quedado parado viendo la casa en el cielo.
- si. Destruyamos su elevador -
- ¿estas loco? Veníamos por la puerta - una explosión detrás suya les hizo voltear a ambos.
Fargan se les había delatado ya la dicha puerta ya no existía.
- ¿que puerta? - chusco el híbrido de ave.
Pensaron que fue por la típica locura sarcástica del búho, pero la explosión realmente fue para concentrarse en otra cosa que no fuese sus heridas.
Ambos albos se echaron a reír, el mayor lo hacía de forma tranquila ante la situación irónica y el más joven de forma nerviosa y algo molesto.
Por ese tipo de cosas el diablo albino día a día quedaba más hipnotizado de la actitud tan extraña que poseia ese hermoso hombre pajaro.
- ¿que tal si le destruimos ese regalo? - apuntó a el enorme regalo de lana púrpura que había en la entrada.
- ¿QUE? NO, ya le destruyeron la puerta -
- pero aun no estoy satisfecho, aparte su cumpleaños ya pasó - el piromano se dispuso a caminar hacia su objetivo mientras tomaba los explosivos.
- Willy, yo estuve con esa persona y se esforzó mucho y por eso se que no lo ha abierto - tomo del brazo al caudillo.
Miró la mano que le sujetaba, analizando la situación. Pensó en dejarlo pasar, evitar la pelea y simplemente olvidarse de la rebeldía de su integrante más joven, de no ser porque bajo un poco la vista y vio un pequeño resplandor saliento del guante ajeno, este se había roto por la batalla anterior dejando ver un anillo plateado.
Arrebato su brazo del agarre extraño, soltando la dinamita que poseia en manos, en un movimiento veloz similar a una serpiente tomo la muñeca dueña del pequeño aro metálico, apretando con fuerza para evitar cualquier escape, con su otra mano retiro de un tirón el guante negro para observar impio el tipo de anillo que era.
- ¡WILLY! - grito con despecho. No le hizo ni mediano caso, tomó con velocidad y delicadeza el anillo con sólo tres dedos para sacarlo de un tirón del portador, una ver fuera arrojó con autoridad al chico dejándo que el cuerpo de este se estrella contra el pasto. - ¡Willy! te juro que no es lo que parece - el chico había caído panza abajo, giro su cuerpo para no darle la espalda a la cobra blanquecina.
Dispuso a levantarse cuando una bota negra le piso el estómago impidiendo su cometido - explicame esto - dijo con voz tranquila mientras observaba el brillo del metal contra el sol - Rubius - piso con más fuerza. - dime ¿cual es tu pequeño secreto? Hermanito - siseo.
Todos saben sobre la relación fallida entre los más poderosos héroes, también se sabe lo celoso que puede ser el segundo al mando.
- puedo explicarlo - su corazón latía tan rápido que le sentía en la garganta - yoooo... Hize una apuesta ¿vale?-
Dudo un momento pensando en sus palabras, una mala palabra significa castido a muerte - perdí, y ahora tengo que casarme con vegetta... Pero solo es eso, no hay nada entre nosotros - willy levanto el pie que lo apresaba - oh gracias por entendé- la boca le empujó devuelta pero ahora le agarraba con más firmeza sobre el pecho aplastandole las cosillas y sacando todo el aire que el peliblanco tenía. Una escena similar a un enorme águila y entre sus grandes garras presa un pequeño ratón blanco.
- ¿Willy? - preguntó Fargan mientras se acercaba con cautela - no piensas hacerlo ¿cierto? - temía por la vida de su hermano.
- si, pienso hacerlo, pero le daré una última oportunidad - inclino su cuerpo para verle más de cerca - te daré la dinamita, y tu mismo aras la que te pida, será mi última acción de piedad hacia ti, ten más cuidado sacerdote - su compañero de plumas no entendió porque el cambio de tono en esa última palabra pero el cura si lo sabía y tembló por solo la idea de lo que la bestia le haría.
-esta bien - apenas pudo hablar.
Dejo que el ratón blanco saliera de entre sus garras - toma - le dio la dinamita que le quedaba - explota las escaleras -
Y así lo hizo, dudo pero no frente a su líder, agradeció a los dioses del cielo el tener una máscara puesta, de no ser así el albino vería su sonrisa de victoria, al final había logrado salvar el regalo púrpura.
...
Cada uno de los miembros de esa temida secta se separo después de hacer sus fechorías.
El albino entró gustoso a su casa arbol, mientras se hacía la cena se encontraba debatiéndose si le gustaba más la parte del día en que mataba al último rapitorii o cuando hizo estremecer de miedo a su hermano.
Por su parte el híbrido de oso solo llegó y se aventó cual piedra al mar sobre el gran colchón que portaba su cama, no quería pensar en nada, la mañana siguiente se ocuparía de sus heridas y de los obvios moretones en su estómago y pecho causados por la bota de su líder, temía un poco por su bienestar como sacerdote se sabía toda las preducciones de su religión, parte del porque se unió a la secta era porque prefería estar del dueño de la profecía, prefería estar de ese lado que sufrir el destino de ... Quedo profundamente dormido.
Y por último el ave apenas llego no pudo ni relajarse un segundo su cuerpo le ardía, cada paso por más pequeño que fuese hacia su camino al sótano fuese un martirio. Tenía graves heridas, las cuales a causa de la adrenalina y ver el estado sanguinario de su líder no pudo mostrar debilidad alguna, quitarse la mascara fue en desafío, esta se había quedado pegada al rostro por la sangre seca ajena y propia, comenzó a quitarse la parte del traje grisáceo cuando un sonido característico le alarmó, el sonido del timbre.
- ¿Fargan? ¿Estas en casa? - la voz distinguida de Alexby se escucho arriba - voy a entrar -
El descuidado y torpe ser se había dejado la puerta abierta.
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